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martes, 21 de mayo de 2019

“Estado salmonero” el documental que busca parar la expansión de la industria salmonera en Magallanes

Chile es el segundo productor mundial de salmón. La industria está experimentando un alto crecimiento, por lo que las granjas se están trasladando a las aguas más prístinas de nuestro planeta para aumentar su producción. Pero, ¿Qué efectos conlleva este crecimiento para el ecosistema y para la salud humana? El surfista y activista, Ramón Navarro, expone estas inquietudes junto a su padre en un viaje que muestra la cruda realidad de la salmonicultura, en una producción de Patagonia.


Heriberto Navarro es pescador artesanal, su hijo Ramón Navarro heredó su pasión por el mar y se convirtió en un surfista de talla mundial. Los Navarro, siempre siguiendo lo que dicta el océano, se trasladaron hasta Carelmapu durante los años 80, en plena fiebre del loco. De esta pequeña localidad conservan recuerdos inolvidables de una vida tranquila, en absoluta comunión con los pescadores de la zona y en contacto con una naturaleza generosa en recursos y paisajes.
El vínculo afectivo que desarrollaron con el lugar y su gente se mantuvo en el tiempo. Sin embargo, con cada visita, el panorama iba cambiando, haciéndose más preocupante: la industria del salmón estaba destruyendo paulatinamente la vida de esta localidad. Motivado por su activismo y por el lazo que lo une con la comunidad de pescadores artesanales, Ramón decidió mostrar al mundo lo que ha generado la salmonicultura en la zona. Con esa idea en mente, buscó el apoyo de Patagonia, compañía que lo ha respaldado en distintas iniciativas medioambientales, para desarrollar el proyecto audiovisual: “Estado Salmonero”, que deja en evidencia todo el daño que ha implicado el crecimiento del mercado salmonero en una región donde las empresas gobiernan, con la clara misión de inspirar a construir una mejor manera de pensar este negocio.
La industria acuícola ha generado un fuerte impacto en Los Lagos y en otras zonas donde se ha instalado. Lo peor es que, tras afectar los recursos de la región de Los Lagos, están trasladándose a las prístinas aguas de la región de Magallanes. Según la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), “muchas de las granjas que ya funcionan en Magallanes han generado zonas sin oxígeno, donde la flora y la fauna marina no puede prosperar”. Además, agregan que “las granjas de salmón contaminan el fondo marino con grandes cantidades de desechos, provenientes de alimentos sin consumir, de las heces de los peces y de los químicos usados en su cultivo”.
La experiencia vivida en la región de Los Lagos, ha puesto el foco en la alta utilización de antibióticos en la producción de salmón chileno, lo que ha impactado al medio ambiente, la fauna silvestre, la pesca artesanal y la vida humana. Según datos entregados por Oceana, la totalidad de empresas salmoneras que operan en territorio nacional supera el uso promedio de antibióticos permitido en Noruega.
¿Qué significa esto? La Organización Mundial de la Salud alertó hace poco tiempo acerca de los peligros del exceso de utilización de antibióticos en la industria alimentaria, debido a su capacidad de generar resistencia bacteriana. Es tal la gravedad de este problema que la entidad aseguró que la resistencia bacteriana sería la primera causa de muerte en el año 2050.
Sin embargo, a pesar de los daños causados, lejos de frenar la expansión de las salmoneras en el país, la tendencia ha sido seguir aprobando más concesiones por nuestras costas. Esta realidad es retratada por Ramón Navarro y su padre en la producción de Patagonia, “Estado Salmonero”, que será estrenada este 27 de mayo a las 20 horas en el teatro San Ginés, y que luego será exhibido en distintas regiones del país.
“En Chiloé ya colapsaron todas las aguas por la intervención de la salmonicultura.  En 2016, un bloom de microalgas impactó no sólo a la industria salmonera, sino también a almejas, robalos, y rollizos, lo que afectó a toda la comunidad local, sus fuentes de trabajo y al medioambiente. Tras la crisis del 2016, la industria sufrió la mortalidad de 40 toneladas de especies de cultivo, lo que llevó al vertimiento, en medio del mar más de 9 mil toneladas de salmones muertos, generando un impacto ambiental invaluable. Si pensamos que esto sucedió en Chiloé, ¿Por qué no va a pasar en los lugares del sur donde se instalen?”, comentó Ramón Navarro.
“¿Vamos a seguir produciendo más de 900 millones de toneladas en un ecosistema donde nunca hubo salmones?. Tenemos que hacer este tremendo proceso de ir a pescar sardinas anchovetas, hacerlas harina de pescado, dársela a los salmones, contaminar los fiordos de la Patagonia, llevarlo en avión hasta Estados Unidos, ¿para que alguien se lo coma?”, cuestionó Lisbeth Van der Meer Vicepresidenta de Oceana Chile.
Ante esto, el surfista, y embajador de Patagonia reiteró el llamado a preocuparse de los alimentos que se llevan a la mesa. “Ayúdanos a proteger los últimos lugares prístinos de nuestro planeta. Evita comer salmón cultivado y di NO a la expansión de la industria salmonera a la región de Tierra del Fuego, Magallanes y al canal de Beagle en el sur de Chile y Argentina. Además, los invitamos a informarse y tomar acción firmando la petición en www.patagonia.com/EstadoSalmonero“, finalizó el deportista y activista ambiental.     
El cortometraje será presentado el 27 de mayo en el teatro San Ginés de Santiago para luego comenzar un tour que recorrerá distintas ciudades desde Iquique a Puerto Williams. Para asistir a las distintas fechas, inscríbete en el siguiente Link

viernes, 17 de mayo de 2019

Situación actual de Proyectos de salmonicultura intensiva en Costa de Ñuble

Listado de Proyectos y su situación actual - Info: SEA
@vigilantecosta #reporte
En enero de este año, Inversiones Pelicano, a través de su representante legal Mark Stengel Uslar, solicitó a través de un oficio al Servicio de Evaluación Ambiental de la Región del Biobío la extensión de suspensión de plazo hasta el 2 de septiembre de este año para contar con mayor tiempo para dar respuesta al Informe Consolidado N°2 en lo que se refiere a su proyecto Centro de Cultivo Punta Purema (en calificación); Punta Santa Rita Sector 1PuntaMonte de Zorro (en calificación); Punta Santa Rita Sector 2 (en calificación); Río Colmuyao (en calificación) y Punta Mela (en calificación). En resumen, quedan 6 proyectos de centro de cultivos actualmente en evaluación y que, como ya se ha mencionado, el titular del proyecto (Inversiones Pelicano S.A.), dispone hasta septiembre de este año para responder el Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones (ICSARA).
Cabe mencionar que el proyecto Centro de Cultivo Oeste de MelaNoroeste de CobquecuraPunta de Achira fueron desistidos por parte del titular (I.P.) y el Centro de Cultivo Oeste de Estero Perales fue rechazado (Ver RCA con código 2142601356) al no responder conforme a las exigencias establecidas por parte del Servicio Evaluador, es decir, faltó información que hace inviable la resolución aprobatoria del mismo. Así también, en su momento, el centro de Cultivo propuesto en Punta Pullay también fue rechazado (ver notas: 1 - 2).
Esta serie de proyectos (11) fueron presentados a fines de 2015, convirtiéndose en una amenaza latente para la zona costera centro sur del país, y por la cual la comunidad en movimiento, se ha visto obligada a organizarse, defender su territorio; su legítima y propia visión local, a través de movimientos ciudadanos locales, como Todos Somos Cobquecura y el Comité de Defensa del Borde Costero de Cobquecura y, a partir de ellos, una serie imparable de Comités de Defensa locales que se unifican construyendo un bloque de Defensa independiente, local y ciudadano, sin precedentes. 
Por último, es importante mencionar que la actual administración de Cobquecura, su Alcalde Julio Fuentes y el honorable Concejo que preside, han marcado una posición clara y sin vacilaciones, junto a su comunidad, y se oponen a la imposición de este modelo de negocio en aguas públicas por capitales privados en el Mar de Ñuble." | Reporte VC

miércoles, 3 de abril de 2019

Carta abierta a los reyes de Noruega durante su visita al territorio ancestral de las comunidades Kawésqar

“Denunciamos que nos encontramos frente a un asalto a la Patagonia sudamericana, -uno de los últimos paraísos existentes de la biodiversidad marina del planeta-, con el objetivo de criar de manera intensiva e industrial y exportar millones de salmones a los mercados internacionales, actividad que generó 5 mil millones de dólares el 2018″.
Carta abierta a los reyes Harald V y Sonja de Noruega durante su visita al territorio ancestral de las comunidades Kawésqar, Patagonia Sudamericana. 

Estimados Rey Harald V y Reina Sonja de Noruega.
Sean bienvenidos al territorio ancestral del Kawésqar Waes en el contexto de la celebración de los cien años de cordiales relaciones entre los pueblos de Chile y Noruega. Nuestra presencia y cultura en los canales patagónicos suroccidentales datan de hace 6.000 años. Hasta fines del 1800´s, habíamos vivido en armonía con la Naturaleza, situación que cambió brutalmente y se extendió hasta las primeras décadas de 1990, cuando se implementó un proceso de genocidio sistemático y de posterior asimilación cultural, impulsada por los Estados de Chile y Argentina, en beneficio de inversionistas y propietarios ganaderos, mineros y cazadores, tanto chilenos como extranjeros, con el fin de apropiarse de nuestros vastos territorios y riquezas naturales.
A comienzo del siglo XXI vemos junto a las Comunidades Yaganes que este ciclo se vuelve a repetir, intentando implementar la fase terminal de la asimilación económica, social y cultural de nuestros pueblos canoeros, proceso que cuenta con la complicidad y el activo apoyo político y financiero del Estado chileno y sus funcionarios regionales.
Este proceso busca “despejar” la región de Magallanes de nuestras comunidades, tal como hace 100 años lo efectuaron los estancieros ganaderos y las empresas productoras y exportadoras de carne y lana ovina.
Esta vez, la salmo-industrialización forzada de la Patagonia busca dejar abierto y disponible los vastos territorios marino costeros, fiordos, lagos y ríos, y las fuentes naturales de agua dulce a las billonarias inversiones de grupos familiares-empresariales nacionales y compañías transnacionales nórdicas, asiáticas y europeas, con objeto de duplicar la actual producción de salmones exportable desde Magallanes al 2014, y lograr la mesiánica y ambientalmente destructiva meta de alcanzar una producción nacional de 1,2 millones de toneladas de salmón exportable para el 2032, lo que convertiría a la Patagonia sudamericana en la principal región productora y exportadora de salmones industriales del planeta.
Hoy, los antiguos estancieros, mineros y cazadores de ballenas, nutrias y lobos marinos, han sido reemplazados por un pequeño número de mega compañías salmoneras integradas al sistema financiero internacional en alianza con transnacionales noruegas, japonesas, chinas, canadienses y europeas, las que se están apoderando de los territorios costeros, de nuestro Kawésqar Waes (Mar Kawésqar), recursos naturales (especialmente agua dulce, pesquerías y mano de obra local) y de nuestro patrimonio cultural.
Denunciamos que nos encontramos frente a un asalto a la Patagonia sudamericana, -uno de los últimos paraísos existentes de la biodiversidad marina del planeta-, con el objetivo de criar de manera intensiva e industrial y exportar millones de salmones a los mercados internacionales, actividad que generó 5 mil millones de dólares el 2018.
Al igual que lo ocurrido con la expansión ganadera de los siglos XIX y XX, este genocida proceso en lo físico y cultural y destructivo en lo sanitario y ambiental, se basa en la imposición de un excluyente modelo de ocupación de nuestros territorios y la introducción de un monocultivo industrial de especies de peces carnívoros introducidos desde el hemisferio norte a las prístinas y vulnerables aguas de la patagonia chilena y argentina.
Para ello se han cometido errores y horrores, tales como que el Estado chileno eliminó el 2017 la protección ambiental de las aguas circundantes al recién creado Parque Nacional Kawesqar, uno de los mas extensos de la Patagonia chilena. Esto ocurrió para permitir y asegurar la entrega de nuevas concesiones salmoneras industriales, sin respetar nuestro rechazo absoluto a esta colonial medida impuesta desde la centralista administración de Santiago de Chile, lo cual dejamos por escrito durante la Consulta Indígena efectuada en Puerto Natales, región de Magallanes, en octubre del 2017.
Evidencia de la absoluta impunidad con que opera la industria salmonera, lo que ha convertido  a la región de Magallanes en un verdadero “far west austral”, se estableció con apoyo del Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), un contaminante vertedero de lodos provenientes de las pisciculturas de salmón a tan sólo 15 kms del Parque Nacional Torres del Paine, declarado por la Unesco en 1978 como Reserva de la Biósfera, y por el National Geographic, como uno de los 5 lugares silvestres mas hermosos del planeta.
Los ciudadanos, pescadores artesanales, pequeños agricultores, pobladores y comunidades de canoeros nómades Kawesqar, somos directamente afectados por el actual establecimiento de plantas procesadoras y centros de cultivo industrial de salmones destinados en un 98% a la exportación.
La expansión de los monocultivos industriales de salmón y sus prácticas destructivas en nuestros territorios, están provocando un profundo daño. Así lo evidencia la existencia de 168 centros de cultivos en condiciones de anaerobiosis,- falta de oxígeno disuelto en las aguas adyacentes a las balsas-jaulas, consecuencia de la contaminación orgánica proveniente de las fecas y alimento no consumidos, que caen al fondo marino. Esto mata la existencia de vida marina autóctona en las columnas de agua en los alrededores de los denominados “barrios de concesiones de salmonicultura”.
En septiembre de 2016, la Contraloría General de la República emitió los informes provenientes de dos auditorías realizadas al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) y la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca). Estas confirmaron que el 53% de los criaderos industriales de la Región de Magallanes presentaba ausencia de oxígeno en el perímetro de estos cultivos industriales. También los masivos escapes de salmones introducidos desde los centros de cultivo, están dañando los valiosos y únicos ecosistemas y la biodiversidad acuática de la patagonia.
La visita de carácter diplomático, geo-político y empresarial de la delegación noruega nos genera temor sobre cuál será el futuro de los territorios y culturas ancestrales de la Patagonia sudamericana. Somos indígenas milenarios, estando nuestra supervivencia en juego. Por ello, no concebimos que Noruega, una sociedad desarrollada, que respeta al medio ambiente, el mar, los derechos de sus ciudadanos/as y de los pueblos originarios, permita que sus empresas de ultra mar apliquen dobles estándares ambientales, sanitarios, laborales y sociales con los ciudadanos, comunidades locales y pueblos originarios que habitan el extremo sur de América Latina.
Llamamos a las organizaciones ciudadanas y accionistas de Noruega, Suecia, Dinamarca e Islandia que tienen fondos en la industria salmonera a prestar atención a lo que está sucediendo en territorio patagónico de Chile y Argentina, y apoyar la campaña de boicot al consumo y compra de salmón químico industrial, prefiriendo las producciones naturales y locales provenientes de la pesca artesanal regulada y sustentable.
Estimado rey Harald V y reina Sonja, si la industria transnacional productora y exportadora de salmón de cultivo tuviese un cielo este se ubicaría en Noruega. Y si tuviese su correspondiente infierno éste sin duda se ubicaría en el sur de Chile.
Fuimos y somos pescadores, cazadores y recolectores de pequeña escala. Nuestro estilo de vida y cosmovisión se basa en el mar, y la gran variedad de vida silvestre existente en los cientos de canales y fiordos de la Patagonia.
Esperamos que nuestra posición sea tomada en cuenta por Uds, y la señora embajadora de Noruega en Chile, de manera que el mal comportamiento de algunas empresas salmoneras de capital nórdico, no sea una amenaza para los 100 años de pacífica, afectuosas y creativas relaciones entre los pueblos de Chile y Noruega.
Comunidades Kawesqar por la Defensa del Mar

jueves, 1 de noviembre de 2018

Estuvimos en Conversatorio Reflexivo en Chanco sobre Salmoneras

@vigilantecosta | Fotos: Sergio Pacheco

El martes 30 de noviembre nos reunimos en el Museo de la Reconstrucción, en la hermosa localidad de Chanco, invitados desde la municipalidad local para poder participar y exponer en un Conversatorio Reflexivo ante el intento de posicionar centros de cultivos acuícolas (Salmoneras) en costa centro sur de Chile.

En la ocasión, pudimos informar a los asistentes respecto de las características y externalidades que este tipo de proyectos poseen, tanto para el medio ambiente marino, como así también, para las comunidades cercanas, conocida la experiencia en el extremo sur del país y el largo y negro prontuario que esta industria tiene en regiones australes, siendo Chile el segundo productor mundial de salmón con exportaciones cercanas a los 5 mil millones de dólares en 2017 y, sin embargo, la región de Los Lagos, corazón de la industria, tiene altos índices de pobreza evidenciando una problemática social y ambiental a más de 40 años de la instalación de la industria en las regiones australes del país.
En esta oportunidad, recalcamos la importancia de la movilización y organización local, recordando la experiencia del Movimiento de Acción Ciudadana Pro Defensa del Maule Costero y su relevancia en el rechazo del proyecto Termoeléctrico Los Robles que, desde 2008 a 2016, terminó por hacer caer el proyecto de la multinacional AES Corp y su filial Gener, en Punta Pacoco, comuna de Constitución, recordando la experiencia chanquina en este movimiento y su importancia como ejemplo para otros movimientos o conflictos sociales en el país. En ese sentido, destacamos también la importancia que Todos Somos Cobquecura (TSC) ha tenido, precisamente, como organización y movimiento ciudadano que se ha opuesto, desde 2015 a la fecha, a una serie de proyectos que se quieren imponer en la zona por una empresa privada (Inversiones Pelicano). TSC se ha convertido en un verdadero ejemplo para muchas comunidades costeras desde Maule, Ñuble y Biobío. Han logrado organizarse como un bloque de defensa que involucra a Comités de Defensa del borde costero en Boca Itata, Mela, Colmuyao, Taucú, Cobquecura y Buchupureo para prevenir y proteger la zona desde la legítima visión y perspectiva local. En esta ocasión, Chanco tambien se pone en alerta y se suma al rechazo de este tipo de inversiones privadas en bienes públicos en desmedro de la vocación turística sustentable natural que el territorio posee, que se debe poner en justo valor y ante todo proteger como patrimonio de todos.
Recientemente, se ha cumplido el segundo plazo (31 de octubre) de entrega de Adenda (información adicional) por parte del Titular (I. Pelicano). En el siguiente enlace un resumen con los enlaces respectivos al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA)

Situación Actual de Proyectos de Centros de Cultivos Acuícolas en Costa de Ñuble

#resumen #SEIA @vigilantecosta #editado
"El 31 de Octubre de 2018 se cumplió el segundo plazo otorgado por el Servicio Evaluador de Ñuble (SEIA; antes Biobío) al Titular Inversiones Pelicano en relación a proyectos acuícolas en costa de Ñuble. A continuación un detalles y acceso a Fichas de los proyectos y sus respectiva situación actual. Cabe mencionar que existen 3 centros desistidos por el titular, más uno que ya fue rechazado con anterioridad por el ente evaluador de forma unánime (Rinconada Pullay, 9 de octubre. 11 -0 votos) de Ñuble. 6 Adendas fueron ingresadas por el Titular con fecha 31 de octubre de 2018".
Al día de hoy (10 de noviembre) se informa que seis proyectos de centros de cultivo se mantienen en trámite, vigentes y en evaluación (Punta Purema, Santa Rita 1, Monte Zorro, Santa Rita 2, Colmuyao y Mela). Centro proyectado "Perales" no se ingresó adenda al 31 octubre de este año (se da por desistido). También ocurre situación similar al no ingresar adenda (al 31 de nov.) por parte de proyecto ubicado en comuna de Coelemu por el mismo Titular.
  1. Adenda en respuesta a la Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones a la Declaración de Impacto Ambiental del Proyecto "Centro de Cultivo. Suroeste de Punta Purema. Pert 211 081 061"
  2. Ficha del Proyecto: Centro de Cultivo. Oeste de Estero Perales. Pert 211 081 058 (No hay Adenda ingresada con fecha hoy 1 de noviembre de 2018)
  3. Ficha del Proyecto: Centro de Cultivo. Oeste de Mela. Pert 211 081 059 (DESISTIDO) 
  4. Ficha del Proyecto: Centro de Cultivo. Noroeste de Cobquecura. Pert 211 081 064 (DESISTIDO)
  5. Adenda en respuesta a la Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones a la Declaración de Impacto Ambiental del Proyecto "Centro de Cultivo. Suroeste de Punta Santa Rita, Sector 1. Pert 211 081 063." Solicitud de Evaluación de Adenda
  6. Adenda en respuesta a la Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones a la Declaración de Impacto Ambiental del Proyecto "Centro de Cultivo. Oeste de Punta Monte del Zorro. Pert 211 081 068" Solicitud de Evaluación de Adenda
  7. Ficha del Proyecto: Centro de Cultivo. Oeste de Punta Achira. Pert 211 081 056 (DESISTIDO) 
  8. Adenda en respuesta a la Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones a la Declaración de Impacto Ambiental del Proyecto "Centro de Cultivo. Suroeste de Punta Santa Rita, Sector 2. Pert 211 081 067"
  9. Adenda en respuesta a la Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones a la Declaración de Impacto Ambiental del Proyecto "Centro de Cultivo. Noroeste de Río Colmuyao. Pert 211 081 055"
  10. Adenda en respuesta a la Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones a la Declaración de Impacto Ambiental del Proyecto "Centro de Cultivo. Oeste de Punta Mela. Pert 211 081 065"

martes, 30 de octubre de 2018

La salmonicultura chilena es hija de la dictadura y de su proyecto

En esta entrevista, hablamos con Juan Carlos Cárdenas, médico veterinario de la Universidad de Chile y director del Centro Ecocéanos, quien desde una perspectiva técnica y con un marcado activismo, aborda los impactos de la industria del salmón en Chile y delinea ciertos caminos y propuestas para el accionar de las comunidades costeras. Ignacio Fouilloux, Fundación Decide 

"La industria del salmón llegó a Chile con 3 promesas: ser una alternativa a la sobreexplotación pesquera, ser una fuente de alimentación de alta calidad biológica, además de barata. Y, en tercer lugar, ser una industria respetuosa de los derechos de los trabajadores. 40 años lleva la salmonicultura desarrollándose, y ninguna de las 3 promesas se ha cumplido."

Por Juan Carlos Cárdenas 
¿Cómo fuiste desarrollando tu activismo contra la industria del salmón? 
  • Soy descendiente de chilote, y por ello he mantenido un vínculo con las tierras australes. Más tarde, comencé a estudiar veterinaria en la Universidad de Chile, con miras a aplicar mis conocimientos en comunidades. Estando en la universidad, participé en la formación de la Agrupación Cultural Universitaria (ACU), que funcionó como un espacio de reunión, de reflexión política, de actividades de extensión cultural, y que, a fin de cuentas, en periodo autoritario, intentó mantener vivo el espacio universitario y la organización estudiantil. Más tarde, formamos en Antumapu los talleres de ecología, lo que coincidió con la llegada de un agrónomo francés Michel Etienne. Él generó un cambio absoluto, pues llegó con nuevas ideas desde Francia, como las formas alternativas de producción, el ecologismo, etc. Posteriormente, y en una modalidad más militante, ingresé al Comité de Defensa de la Flora y Fauna (CODEFF), que era una pequeña organización de resistencia a las políticas de la dictadura y sus impactos negativos en el medio ambiente. A partir de esta organización, me empecé a involucrar con los mamíferos marinos, pues realicé mi tesis en ello y era un área inexplorada desde el punto de vista de la conservación. Consideraba que los mamíferos marinos eran el emblema de todas las consecuencias de la expansión extractivista en dictadura, como la pesca industrial, por ejemplo. Posterior a ello, empecé a trabajar con pescadores de la Región de Coquimbo, conocí la Antártica, Juan Fernández, pero siempre vinculado al mundo pesquero artesanal. Me adentré de lleno en la organización de los trabajadores, y en la conservación con las comunidades locales. Más tarde, ingresé a la organización internacional Greenpeace, a una campaña sobre la protección de los océanos. Sentía por aquella época que era una oportunidad para cambiar la visión norteamericana de Greenpeace, y dotarla de contenidos y visiones latinoamericanas. Empezamos a tematizar la democracia, la participación ciudadana, el control social de los recursos naturales. Hubo un cambio de liderazgo en Greenpeace en algún momento, a partir del cual muchos migramos y creamos el centro Ecoceanos, espacio donde pudimos aplicar toda la experiencia adquirida en Greenpeace: el trabajo comunitario, el trabajo de campaña, el trabajo de lobby frente a los gobiernos, etc. Como Ecocéanos nos empezarnos a vincular con los pescadores artesanales, y con la CONAPACH, principalmente. Empezamos a realizar un trabajo híbrido.
¿Híbrido por el hecho de vincular su experiencia adquirida en el trabajo sindical y organizaciones pesqueras artesanales con el “campañismo” de Greenpeace?
  • Exactamente. Desde Ecocéanos, desarrollamos muchos trabajos en América Latina, en cuanto a los impactos de las pesquerías. Tomamos la información nacional e internacional, y hacemos la traducción a las comunidades, para que estas puedan dar un contexto global a las disputas locales. Y avanzar en la gestión colectiva de sus entornos. Las disputas no deben ser, a mi parecer, sólo locales. Deben ser internacionales, pues el poder opera globalizadamente. Las peleas nacionales se tienden a perder, pues el entramado global las estrangula.

Condiciones de instalación de la industria en Chile

Adentrémonos en la industria del salmón, que hace más de 10 años ha sido foco de su activismo ambiental. A modo de contexto, ¿podría hacer referencia a las condiciones políticas, jurídicas y económicas de la instalación y desarrollo de la industria del salmón en Chile?
  • Lo primero es decir que la salmonicultura chilena es hija de la dictadura y de su proyecto: aumentar la inversión extranjera y abrir el país en el uso y explotación de sus recursos. La industria salmonera se desarrolló bastante en dictadura a partir de la entrada de compañías noruegas y japonesas, las que empezaron a comprar los pequeños emprendimientos salmoneros chilenos, que, con apoyo del Estado, habían emergido previo a los años ochenta. En plena dictadura militar, el camino estaba marcado: había condiciones biofísicas en las aguas australes para el cultivo de salmones, había apoyos financieros, había un acceso a miles de toneladas de harina de pescado para alimentar salmones, había acceso gratuito al agua dulce y el borde costero, había condiciones tributarias favorables, había mano de obra masiva, barata y no sindicalizada disponible, había subsidio a la mano de obra, pues las empresas se ubicaban en zonas extremas, y el país estaba abierto a los mercados internacionales. Estaban todas las condiciones para el despegue de la salmonicultura. Muchos de los empresarios pesqueros de la Región del Biobío se dieron cuenta de que en esta industria había una oportunidad de negocio, pues podían transformar sus pescados en “peces de lujo” exportables. Por ello, muchos de ellos invirtieron en este rubro. Ya entrando en los años noventa, la industria creció exponencialmente, llegando hasta el año 1994, donde Chile ya era el segundo productor mundial de salmón de cultivo, luego de Noruega. Desde la década de 90´, la industria productora de salmónidos de cultivo se convirtió en uno de los principales sectores de la economía exportadora de Chile, después de la minería, la actividad forestal, la pesca y la agricultura intensiva. De esta manera, a la industria del salmón no se la puede comprender sin el Estado, pues no es una industria pujante por la acción única de las iniciativas privadas.
La salmonicultura se ha desarrollado con el camino que le ha pavimentado el Estado, el que, por lo demás, ha activado salvatajes en las múltiples situaciones de crisis que ha padecido la industria.
  • Exactamente. El Estado ha apoyado con ordenamientos jurídicos, con infraestructura, con subsidios, luz verde en el acceso a recursos naturales. La mayor crisis que ha habido es la del virus ISA, entre el 2007 y el 2009, generando un gran shock laboral en Chiloé por los despidos masivos, y devastándose, además, a la industria por la pérdida de 350.000 toneladas de salmón atlántico. Hubo una pérdida de 26.000 empleos regionales tras la crisis del ISA. La industria estaba, en aquella época, alcanzando un peack de 800.000 toneladas, siendo el objetivo llegar a 1.000.000 de toneladas anuales, objetivo que, sin dudas, hubiera sido alcanzado si no fuera por la propagación del virus ISA. Todo esto implicó para el rubro un costo de 5 billones de dólares, que, en parte, lo asumió el Estado: tuvo un salvataje estatal de 450.000 millones de dólares, que el Estado se los puso en el bolsillo a las grandes empresas, para que no quebraran. Dinero con aval del Estado, que hasta el día de hoy no ha sido devuelto.
  • La segunda crisis fue financiera, en el 2014 y 2015, fue consecuencia de una sobreproducción de salmones, que hizo caer los precios internacionales. Cuando hay escasez, suben los precios internacionales, y ahí la industria empieza a producir de forma desregulada, multiplicando sus ganancias. Luego, se va saturando ese mercado, y comienza un nuevo ciclo. Esta es una industria cíclica y variable, según el compás de las tendencias de los mercados internacionales.
  • La tercera crisis es la que acaba de ocurrir, en el 2016, con el Bloom de algas tóxicas, que generó una mortandad de 27 millones de salmones. Como sabemos, esa mortandad, con autorización estatal, se vertió en las aguas de Chiloé. Ante esto, se organizó la llamada “Comuna de Chiloé”: Por 18 días, la comunidad de Chiloé se tomó su isla, cortó los accesos, empezaron a deliberar en las asambleas sociales sus temas y no los que le imponía el Estado, la industria ni los partidos políticos. Silenciosamente, hace tres años atrás, la industria llegó a 940.000 toneladas, aprovechándose de que el precio internacional del salmón, luego de la crisis socioambiental de Chiloé del 2016, estaba altísimo, dado que cayó en un 20% la producción de salmón chileno.
Por lo tanto, hasta las situaciones de crisis ambientales y económicas la industria salmonera las suele gestionar a su favor, haciendo crecer sus utilidades.
  • Luego de la crisis del año 2016 en Chiloé, nunca la industria había tenido precios internacionales para el salmón tan altos, superando los 7 dólares por libra de salmón. Por lo tanto, cada crisis opera en favor de la industria. La industria se reorganiza, se concentra más, y también elimina mano de obra que ya no le es funcional. Ahora requiere trabajadores más capacitados, pero tampoco está dispuesta a pagar mayores salarios. Los empresarios están pidiéndole al Estado que les coloque la diferencia, y con eso los trabajadores ganan lo que ganan. Las empresas pagan el sueldo mínimo.
Entonces, el proyecto “desarrollista” de la industria del salmón no sólo es imposible sin el apoyo estatal, sino que, además, no logra cumplir con las “promesas” de empleo digno.
  • En los ochenta, la industria del salmón llegó a Chile con 3 promesas: en primer lugar, iba a ser una alternativa a la sobreexplotación pesquera, pues ahora los peces se cultivarían, no se extraerían. En segundo lugar, iba a ser una fuente de alimentación de alta calidad biológica, y, además, barata. Por lo que contribuiría a la lucha contra la desnutrición y malnutrición. Y, en tercer lugar, iba a ser una industria respetuosa de los derechos de los trabajadores, con trabajo decente, por ser una industria con capitales noruegos. Se sostenía como una industria amigable y sustentable. 40 años lleva la salmonicultura desarrollándose, y ninguna de las 3 promesas se ha cumplido. Con respecto a lo primero, es un elemento más de presión a las poblaciones pesqueras, pues se extraen peces para generar la harina de pescado con lo cual se alimenta a los salmones. Y es una industria que, además, se espera duplicar para el 2030 en Chile. Con respecto a lo segundo, en cuanto a la alimentación, el 98 % de la producción de salmón y trucha en Chile se exporta. Aquí queda solo el 2%, pues Chile es un mero enclave productivo que está armado en función de los requerimientos de la demanda internacional. Por lo tanto, no se garantiza la alimentación nacional. Y con respecto al último punto, en cuanto a trabajo decente, puedes ver que, en territorios salmoneros, la mayoría está en la línea de la pobreza, los salarios se inflan a costa de bonos de producción, que implica la explotación de los trabajadores. La mayor parte de los trabajadores está ganando, en promedio, 400.000 mil pesos al mes, en zonas que son caras. Además, con las crisis sucesivas, se generan despidos de trabajadores, por lo que tenemos un ejército de cesantes en la Décima Región, que es la mano de obra disponible y que mantiene los salarios bajos. Y finalmente, abundan los llamados contratos por “obras y faenas”, o sea, eres contratado por 3 o 4 meses, en temporada de cosecha de salmón, y luego eres despedido, obligado a migrar a otros rubros y luego volver.
Estas tres promesas, incumplidas a su parecer, son posicionadas con relatos épicos de parte de la salmonicultura. La investigadora chilena Beatriz Bustos habla en un artículo acerca de un discurso realizado en el año 2008 por César Barros, quién fue presidente de Salmón Chile, el gremio empresarial de la industria. Barros señaló en dicha instancia que la historia de los “salmoneros” en el sur de Chile es homologable con la historia de Pedro de Valdivia, por embarcarse en los ochenta a un negocio incierto y desconocido. Finaliza diciendo “Somos del sur, sabemos de tempestades y mares difíciles, ¡Somos salmoneros!”.
  • Totalmente de acuerdo. La industria cree tener misión evangelizadora. Vez que hablas con empresarios salmoneros el discurso es el mismo: “traemos desarrollo y modernidad a comunidades que estaban fuera de estos procesos”. Son una suerte de “evangelizadores de la modernización”. Un dirigente salmonero, en un discurso tras el virus ISA, dijo: “La industria no es culpable de nada aquí. Todo lo contrario, trajimos el desarrollo a ustedes que vivían en la Edad de Piedra”. Queriendo decir, en el fondo, que vinieron a sacar a los chilotes de las cavernas.

Impactos de la industria del salmón

Hablemos sobre los impactos ambientales, económicos y sociales del despliegue de la industria del salmón en territorios como Chiloé, Aysén y Magallanes. En el fondo, ¿qué se encuentra bajo el “milagro económico del salmón”, que con tanta rimbombancia ha sido alabado por la élite política y económica?
  • Los impactos son innumerables y de gran magnitud. Sólo en términos ambientales, puedo reseñar varios. Hay una pérdida de la calidad de las aguas debido a la contaminación química y orgánica donde se instala la industria. Contaminación en el borde costero, en ríos y lagos. Hay contaminación orgánica por al fecas de los salmones concentrados en altas densidades en los centros de cultivo, y, además, contaminación por los alimentos no consumidos, lo cual se decanta en los fondos marinos. En segundo lugar, se introducen enfermedades exóticas, virales, bacteriales y parasitarias. En 25 años, la industria ha introducido más de 20 enfermedades en las aguas del país, principalmente a partir de la importación de ovas contaminadas de países como Islandia y Noruega. Por falta de sistemas de control eficientes, tenemos estas 20 enfermedades que ya no se van y se incorporaron al patrimonio acuático nacional. Por otra parte, se encuentra el empleo indiscriminado de antibióticos, antiparasitarios, antifúngicos, pinturas antifouling y desinfectantes. Todo este cóctel va a parar al medio marino, teniendo un impacto destructor sobre las especies filtradoras, de las cuales depende la pesca artesanal y las comunidades para su actividad económica y su alimentación. La industria del salmón genera, además, periódicos escenarios de florecimientos algares tóxicos, pues los salmones generan esta contaminación orgánica por concepto de fecas y alimentos, lo que se descompone y aumenta la cantidad de fósforo y nitrógeno, que son los gatillantes de la floración de algas tóxicas. Si esto se une con el cambio climático, el aumento de la temperatura del agua, el aumento de la radiación, el aumento del oxígeno en el agua, se acentúa el florecimiento algal nocivo (FAN). Otro efecto ambiental es la sobreexplotación de las pesquerías pelágicas para la alimentación de salmón. No olvidar que se requieren entre 3 a 5 toneladas de peces (jurel, anchoveta, sardina), convertidos en harina de pescado, para producir una tonelada de salmón de exportación. Económicamente es una irracionalidad de gastar 3 para producir 1.
Y es irracional desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, además. No tiene sentido emplear especies de pesquerías en riesgo, para producir un “pez de lujo” que no se consume mayoritariamente en Chile, y que no tiene valores nutricionales tan superiores a estas especies nativas.
  • Exactamente. Otro efecto devastador es la alteración de las cadenas tróficas y la destrucción de los ecosistemas locales. Hay escapes masivos de especies carnívoras como el salmón. Ahora último, se escaparon 900.000 ejemplares hacia el seno de Reloncaví. De ello, se ha recuperado sólo el 5,7%. Estos salmones que se escapan consumen las especies locales a destajo, principalmente puye, que es un pez en peligro y endémico del sur de Chile, y que es esencial para la pesca artesanal. Los salmones arrasan con los peces juveniles de róbalo, de merluza, de pejerrey. “Se los hacen chupete”. Además, los salmones escapados, que son especies exóticas y que son una plaga, no se pueden pescar, pues las autoridades no quieren, pues los empresarios salmoneros ganaron en la Corte Suprema una queja que dice que el salmón, aunque escape, es propiedad privada, y por lo tanto los pescadores no pueden acceder a ello. Se está peleando para que se abra una pesquería artesanal de salmón, pero la industria está bloqueando ese proyecto, pues haría caer el precio del salmón en el mercado interno. Finalmente, el último efecto ambiental que quiero comentar es la eliminación de mamíferos silvestres. Esta es una industria campeona en eliminar lobos marinos y aves que van a alimentarse en las balsas de cultivo de salmón. Hay proyectos estatales para permitir la caza de lobos marinos y con ello proteger la industria de estos predadores naturales.
Funcionarios de empresas salmoneras van a las colonias reproductivas a asesinar lobos marinos, tal como lo catastró un estudio realizado por Marcel Claude en el año 2000.
  • Y es una realidad que sigue sucediendo. Van a echar petróleo al agua, para luego prenderlo y quemar lobos. Y lo interesante de ello, es que estamos investigando posibles alianzas de la industria del salmón con la Marina de Chile, pues se ha empleado armamento militar en la caza de lobos marinos. 
¿Podría hacer referencia a los impactos económicos de la industria?
  • En primer lugar, se encuentra la generación de periódicas crisis sociales y laborales, al desbordarse los estándares sanitarios y ambientales. Esto termina con miles de despidos de trabajadores, y con billonarios salvatajes estatales a las empresas. Los subsidios del Estado son permanentes. Estamos investigando el Programa Meso Regional Salmón Sustentable. Entre el 2017 y el 2018, el Estado ha destinado 100 millones de dólares en subsidios a la industria salmonera para sus proyectos. Todo esto se hace a través de CORFO, o de manera opaca. Los que controlan CORFO, desde el gobierno de Bachelet, han sido operadores que han trabajado en la industria salmonera, y que han quedado a cargo del programa de apoyo a la acuicultura. “El gato administrando la pescadería”. En segundo lugar, hay competencia con la pesca artesanal y con los recolectores, al excluirlos del borde costero. En tercer lugar, está la degradación del patrimonio paisajístico. Son impactados todos los operadores de turismo de Aysén, Chiloé y Magallanes. Sobre todo, Magallanes, pues casi la mitad de su actividad depende del turismo.
Por otra parte, hay que considerar las altas tasas de accidentabilidad de la industria del salmón, y las altas tasas de mortalidad de trabajadores por los precarios estándares de seguridad.
  • Nosotros ahora estamos terminando un trabajo, que arrojó que, entre el 2012 y el 2018, ya van 18 muertos oficiales que hemos registrado. También estudiamos el periodo previo a la crisis del virus ISA, que es la mayor etapa de expansión de la industria, habiendo un trabajador muerto al mes. Ahora, como está el proyecto de alcanzar 1 millón 200 toneladas, de duplicar la producción, hay 18 trabajadores muertos oficiales. Son principalmente buzos, por las malas condiciones. Los buzos son los fusibles, los factores más sensibles, pues no están organizados sindicalmente. Chile es el país de todos los productores mundiales de salmones que tiene los más bajos salarios y las más extensas horas de trabajo. Además, la industria viola todos los derechos desde el punto de vista del género, a las “madres salmoneras”. Muchas plantas no tienen salas cunas, por ejemplo.
Sobre todo, una industria tan feminizada como la industria salmonera, en donde cerca de un 60% de los trabajadores de las plantas de procesamiento son mujeres. Ellas son la población más vulnerable a las precarias condiciones laborales de la industria.
  • Además, hay un doble estándar de las compañías transnacionales, de las compañías noruegas. Hay despidos a trabajadoras embarazadas, o de dirigentes sindicales embarazadas, y esta práctica la permite la legislación laboral. Por estos despidos, una vez fuimos a hablar con el embajador de Noruega en Chile, y le preguntamos: “¿ustedes podrían hacer esto en Noruega?”. “Cómo se le ocurre”, me dijo. “Lo hacemos en Chile porque su legislación lo permite”. “Nosotros en Chile somos los mejores chilenos, pues cumplimos al pie de la letra la ley”. “Si quieren que no pase eso, cambien la ley”. Entonces, industrias transnacionales que no pueden hacer eso en sus países, lo vienen a hacer acá. Nosotros, desde Ecoceanos, estamos instalando el concepto de “salmones de sangre”, pues los salmones están asociados a una alta mortalidad de los trabajadores que los producen. Es una metáfora adaptada de los “diamantes de sangre”. Esto lo emplearemos en los mercados internacionales, para que la gente sepa lo que está comiendo o cómo se produce.
Otro tema en torno a la industria y sus impactos negativos, son los perjuicios a la salud humana.
  • Así es. Chile ocupa 700 veces más antibióticos por tonelada que Noruega, siendo que Noruega produce el doble de Chile. Además, nuestro país emplea la mayor cantidad de parasitarios para el combate al calligus, que es el piojo del salmón. Al salmón se le realizan baños en estos químicos, los que luego dan a parar al fondo marino y al cuerpo de los consumidores. También está el uso masivo de pinturas antifouling, que es un biocida para impregnar las redes y evitar la adherencia de especies marinas. Eso es un biocida que está hecho a base de metales pesados, y que se acumula en las aguas. Tienen un impacto en la salud humana, en las comunidades adyacentes a esas áreas. En cuanto a la salud pública está el tema de la resistencia bacteriana en humanos. Chiloé es un laboratorio desde el punto de vista de la resistencia bacteriana, que no ha sido investigado pues al Estado no le interesaba que se supiera esa realidad. Felipe Cabellos Cárdenas, que es un médico que trabaja en el New York Medical College, viene todos los años a Chiloé. Ha aumentado en un 10% de resistencia a escherichia coli, que es el agente de patologías como las infecciones renales y respiratorias en Chiloé, lo que ha sido estudiado en el hospital de Castro. La única fuente de resistencia bacteriana es la industria salmonera.
Fuente nota original: Revista Entorno

martes, 2 de octubre de 2018

Declaración Pública Movimiento Ciudadano Todos Somos Cobquecura ante evaluación de Salmoneras en costa de Ñuble


¿Por qué la Comunidad de Cobquecura rechaza la industria salmonera en su territorio? 
Cobquecura constituye cerca del 90% de la costa de la nueva Región de Ñuble y, como tal, tiene derecho a ejercer soberanía en su territorio y elegir lo que considere mejor para su desarrollo y para el bienestar de las personas. La industria salmonera no está dentro 
de lo que la comuna y sus habitantes han considerado como progreso positivo. 
Este rechazo se basa en fundamentos objetivos generados por diferentes profesionales que pertenecen a la comunidad de Cobquecura y por personas de diversos lugares del país, las que simpatizan con la comuna y son expertas en temas ambientales, de pesca y acuicultura. 
En resumen, algunos de los fundamentos determinantes para rechazar la industria salmonera, son los siguientes: 
  1. El eje del desarrollo económico de Cobquecura se vincula llanamente con el turismo y todos los sectores productivos y de servicios se benefician con ello. Esto, se ve reflejado en el PLADECO de la comuna de Cobquecura (de uso público), donde el foco productivo está en avanzar hacia un turismo sustentable, con el fin de conservar la rica biodiversidad que existe en toda su extensión. La industria salmonera se contrapone sustancialmente, tanto con el turismo, como con todas las actividades de subsistencia, sea de forma directa o indirecta.
  2. Cobquecura posee una biodiversidad única. Su litoral alberga una de las loberas reproductivas más importantes del cono sur, la que constituye parte de un Santuario de la Naturaleza, protegido por ley. Por sus costas existe un paso constante de diferentes tipos de ballenas y de otros mamíferos marinos, siendo también hábitat permanente de una colonia de delfín chileno. Sus numerosos humedales* y estuarios acogen un sin número de aves migratorias y a una gran cantidad de especies que residen de forma permanente en ellos. Cualquier alteración significativa en las costas, como lo es la industria del salmón, afectará el equilibrio ecológico que se ha logrado mantener años en nuestras costas. 
  3. Por lo tanto, Cobquecura posee incuestionablemente un hábitat prístino y limpio, que constituye una reserva natural como pocas hay en Chile. La industria del salmón es sucia y contamina el paisaje visualmente y el ecosistema orgánicamente.
  4. La CRUBC del Biobío ha trabajado durante 10 años en la zonificación del Borde Costero de Cobquecura. La documentación que se ha generado al respecto, indica que el área de la comuna no es apta para acuicultura intensiva de manera industrial. Pedimos a los SEREMIS e Intendente que revisen los documentos de la CRUBC y lo consideren como antecedente claro, elaborado por expertos, que demuestran la necesidad de conservar esta zona y explotarla solo a nivel artesanal.
  5. Actualmente, existe un proceso en la Superintendencia del Medio Ambiente, donde hemos denunciado el fraccionamiento del proyecto acuícola en cuestión (lo cual infringe la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente). Independiente a que la empresa salmonera haya desechado 3 de los 11 proyectos (8 en Cobquecura y 3 en Trehuaco), la situación de fraccionamiento sigue siendo la misma, ya que no corresponde ni la forma (DIA) ni el contenido (evaluación de impactos incompleta) para ser evaluada en el SEIA.
  6. El proyecto acuícola menciona ser pionero en el país, bajo la premisa de usar un sistema offshore (altamar) para sus cultivos. Ya que no han podido determinar qué sucedería con dichos cultivos ante las constantes marejadas (características de la zona), tampoco se ha logrado estipular en el proyecto de manera clara, el manejo ante una crisis. Por lo tanto y, ante los efectos adversos potenciales para nuestro entorno, como comunidad, rechazamos absolutamente que experimenten en nuestras costas.
  7. La empresa no se ha interesado en saber la opinión de la comunidad. Previo a ingresar al SEIA la primera DIA “Centro de Cultivo. Noroeste de Punta Rinconada” nunca tuvieron acercamiento a los diferentes grupos de interés que se encontraban en la comuna, ni sociabilizaron el mega proyecto. Este hecho nos hizo reaccionar tarde y solo pudimos solicitar PAC para los 7 proyectos restantes que se aplazaban en la comuna, de los cuales aprobaron 6 PAC. En la realización de las PAC de los otros 6 proyectos, el titular representado por la consultora que realizó la DIA, abandonó el lugar debido a que no podían responder con argumentos sólidos todas las inquietudes de los proyectos presentados. Pelicano S.A. nunca fue a ningún proceso de Participación Ciudadana y fue el SEA del Biobío quien tuvo que exponer los proyecto (todos idénticos).
  8. Debido a lo anterior, no sabemos de dónde se basa la empresa para declarar en los medios que el proyecto beneficiaría a la comuna o a la región de Ñuble, lo cual consideramos absolutamente falso, ya que no se consideran puestos de trabajos para Cobquecura. Por el contrario, la operación completa se pretende manejar desde Talcahuano.
  9. Destacamos también que las instituciones vinculadas al cumplimiento de las normativas ambientales y a la protección del medioambiente; Servicio de Evaluación Ambiental y Ministerio del Medio Ambiente, se han pronunciado con la recomendación de rechazar la DIA (SEA región del Biobío) y rechazando el proyecto (Secretaría Regional MMA), referido al “Centro de Cultivo. Noroeste de Punta Rinconada”, primer proyecto en trámite.

Para concluir y, considerando los argumentos entregados, ratificamos como comunidad nuestra oposición absoluta al mega proyecto acuícola que la empresa Pelícano S.A. pretende realizar en la costa de Ñuble.

*Al respecto, es relevante mencionar que el humedal de Taucú, constituye uno de los tres lugares prioritarios de protección en la región de Ñuble, como zonas de conservación de biodiversidad.

martes, 4 de septiembre de 2018

The Seikongen Connection: Protección militar, dinero público y corrupción en el vertido de salmones tóxicos en Chile

El barco “Seikongen”, cargado con basura salmonera, se ha convertido en una versión neoliberal del “Caleuche”, barco fantasma de la mitología Chilota, condenado a vagar por los mares del sur de Chile con su cargamento de muerte y sin ningún puerto que lo reciba.
Seis comunas costeras entre las regiones de Los Lagos y Bío Bío han interpuesto recursos de protección para impedir su arribo. El Seikongen transporta una carga de 100 toneladas de lo que fueron salmones que se iban a exportar a Estados Unidos, Europa, Japón, Brasil o Argentina, pero que finalmente ahora son una masa tóxica, una basura química que ninguna ciudad puerto quiere recibir.
Los alcaldes de Puerto Montt, Calbuco, Ancud, Talcahuano y Paillaco, han rechazado al barco salmonero y a su carga de salmones muertos.
El Seikongen se hundió frente a la costas de Chonchi, en Chiloé central, en octubre de 2017 mientras transportaba salmones de la compañía Camanchaca, para ser fileteados y exportados desde Puerto Montt a los mercados internacionales.
Luego de 9 meses, en Julio de 2018, fue reflotado y las empresas involucradas, junto a la Armada, anunciaron que el barco de basura salmonera recalaría en Talcahuano. Sin embargo, todo se complicó…

Región de Los Lagos: El vertedero de residuos tóxicos de la industria salmonera

Las operaciones de reflotamiento del Seikongen, las faenas de sacar la basura tóxica de su interior, y luego su traslado a algún puerto para su reparación es un caso en que han estado involucradas diversas empresas, la armada y funcionarios de gobierno. La Empresa CTP Marítima S.A., –dueña de esta embarcación-, la transnacional holandesa Ardent, contratada para reflotar la nave, y la compañía Camanchaca, dueña de los salmones, están en el lado empresarial. Y todas intentan, otra vez, transferir al Estado de Chile y al medio ambiente regional los costos financieros y ambientales de este nuevo desastre sanitario-ambiental.
Para ello, están implementando el mismo modus operandi del anterior vertido de casi 9.000 toneladas de mortalidad de salmones descompuestos en las aguas adyacentes a Chiloé, que se efectuó con una masiva oposición ciudadana en Mayo del 2016, cuando se generaron las masivas protestas en Chiloé.

La responsabilidad del Estado en la destrucción del mar de Chiloé

Durante más 10 meses la carga tóxica en las bodegas del Seikongen permaneció hundida en la bahía de Pilpilehue, comuna de Chonchi, sin que las autoridades de pesca, salud y medio ambiente, se alarmaran o tomaran cartas en el asunto. Así, han privilegiado los intereses corporativos, mientras las empresas responsables se desligaban de toda responsabilidad.
Según las normas del Sernapesca, las 200 toneladas de salmones que transportaba el barco siniestrado, debieron comenzar a ser retirados en 48 horas. Sin embargo, éstos han permanecidos descomponiéndose dentro del well-boat por casi un año, sin que exista investigación alguna sobre las responsabilidades por éste no cumplimiento de la normativa vigente y los plazos legales.

La Armada de Chile: ¿Guardián de nuestro mar o de los intereses salmoneros?

Es llamativo que la Armada de Chile continúe manteniendo en secreto los planes para el traslado y descarga final de los desechos salmoneros tóxicos. Tanto es así, que el Sernapesca señaló haberse enterado a última hora de las maniobras de traslado desde Chiloé a Puerto Montt, mientras la Secretaría regional de salud del Bio-Bio afirmó que no registraba permiso alguno en la eventualidad que el well-boat intentara atracar en el puerto de Talcahuano, y el vertimiento de su carga orgánica contaminante.
Mientras el Seikongen navegaba entre la bahía de Quetalmahue, en Ancud, hasta Puerto Montt, con una protección dada por la patrullera “SG Chiloé”, la Armada de Chile entregó un sui generis comunicado en el cual repite el mantra de que “la nave no reviste peligrosidad hacia el medio ambiente y las personas”.
De paso, advierte, que “se hace presente a la comunidad que la autoridad marítima mantendrá una constante vigilancia y control durante la permanencia de la nave en el punto de fondeo asignado al sur de la Isla Tenglo, mientras la empresa evalúa las alternativas para la descarga y disposición final de los residuos que se encuentran a bordo (sic)”

Seikongen: Resultado del desregulado negocio de los well-boats salmoneros en Chile

Evidenciando las deficientes condiciones de seguridad en las que se desarrolla el billonario negocio del transporte marino de la industria salmonera, en los últimos cinco años se han hundido en las costas de Chiloé, Aysén y Magallanes tres mega well boats (“Seikongen”, “Amadeo” y “Orca.-Yagan”), junto a la barcaza “Valentina”, quienes transportaban toneladas de salmones, petróleo y pellets para alimentar peces.
También existe un grave problema de concentración económica que impide la libre competencia en aguas australes, situación evidenciada en la medida prejudicial interpuesta por la naviera Solvtrans Chile contra la asociación gremial Armasur, que fue acogida por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia.   
Esto anticipa que los problemas se agudizarán, ya que compañías trasnacionales como Johnson Marine están invirtiendo en nuevos y mas grandes well-boats para expandir sus operaciones en Chile, al igual que la compañía Grip Ship, la que actualmente opera dos well-boat en Puerto Montt, dando servicios a las transnacionales salmoneras Cermaq/ Mitsubishi (Japón) y Marine Harvest (Noruega).

Seikongen : Un caso que el parlamento debe investigar

Antes de zarpar el Seikongen hacia Chile proveniente de un astillero en Hong Kong, República Popular China, presentaba deficiencias en aspectos de navegación, eléctricos y de las puertas contra el fuego.
A pesar de ésta situación irregular, obtuvo la aprobación de las autoridades marítimas chilenas para navegar con pabellón nacional, arribando el 7 de diciembre del 2016. Una semana después realizó su primer viaje comercial. Sin embargo, debió ser retirado por problemas de en la seguridad, siendo revisado por personal chino en el astillero de Oxxean en Puerto Montt, región de Los Lagos.
En su segundo viaje, transportando salmones por encargo de la empresa Camanchaca, se hundió frente a las costas de Chonchi, Chiloé, desconociéndose hasta el momento las causas y responsabilidades administrativas en esta oscura situación de transporte marítimo. 
Dirigentes pesqueros: Negociando la complicidad y el silencio con el Estado y la industria salmonera
El resistido vertimiento final de los residuos tóxicos del Seikongen se ha transformado en una oportunidad de negocio para algunos dirigentes pesqueros regionales. Según fuentes locales, se habría presionado para que el wellboat fuese enviado desde Ancud hacia Puerto Montt, con el fin de negociar con las empresas involucradas, su arribo y descarga local, sin que existiese oposición social y de los pescadores.
Con ello, se estarían anticipando a un acuerdo similar entre salmoneros y dirigentes pesqueros de la región del Bio Bio, ante la posibilidad que el Seikongen tuviese que descargar en la bahía de Talcahuano.
Lo llamativo de ésta impresentable negociación, es que en el caso de Puerto Montt, la Fundación Chinquihue operaría como “garante sanitario y ambiental” del posible desembarque del cargamento tóxico del Seikongen y su posterior vertimiento e incineración .
Cabe preguntarse, ¿Qué expertise o atribución legal tiene esta fundación privada que opera con fondos públicos para asumir un papel que constitucionalmente le corresponde a los ministerios de salud y medio ambiente?
Más llamativo aún, es el hecho que el directorio de la Fundación Chinquihue, está presidido por el actual Intendente de la región de Los Lagos, y cuenta como directores al director regional de Sernapesca, los Seremis de desarrollo social y economía, así como representantes de los mitilicultores y de las tres confederaciones de la pesca artesanal.
La “Seikongen Connection”, después del reciente escape de 900.000 salmones al medio marino y la masiva contaminación con pintura tóxica del río Trainel y lago Huillinco en los últimos dos meses, dejan en evidencia la impunidad y desregulación con que opera la actual fase de expansión salmonera industrial, así como el hecho que el medio ambiente marino-costero, la salud pública y los derechos de las comunidades costeras del sur de Chile, son quienes finalmente asumen los costos del modelo neoliberal exportador chileno.
Frente a la complicidad y corrupción de las autoridades gubernamentales y el empresariado pesquero y acuícola industrial, las organizaciones ciudadanas, movimientos sociales, comunidades costeras e indígenas están llamando a nivel nacional e internacional a boicotear el consumo de salmón químico industrial, de manera de impedir su expansión en las regiones de Ñuble, Bío Bío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y en la Patagonia chilena, para impedir que el mar siga siendo utilizado como el vertedero de la industria salmonera de exportación.
Por Juan Carlos Cárdenas N.

Médico Veterinario y Director Ejecutivo de Centro Ecocéanos