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domingo, 24 de mayo de 2020

HOY Y AYER, 23 Y 24 DE MAYO 2020: NUESTRA BAHÍA AHOGADA EN GASES EMANADOS DEL COMPLEJO INDUSTRIAL

Ya pasó un Año y ¡Nada!
Hoy y ayer en Ventanas, Horcón, Pucalán y Quintero sentimos terribles olores a gas, emanaciones de nuestros vecinos del parque industrial, quienes no tienen con nosotros ningún cuidado especial en estos días de confinamiento por la pandemia del COVID19.
¡Como iba a ser de otra manera! Era como creer en el Viejo Pascuero, estamos a días del primer aniversario de la histórica Sentencia de la Corte Suprema de Justicia que nos favoreció increíblemente y que ordenó al gobierno y sus autoridades del medio 
Ambiente, Salud, Ministerio del Interior y otras carteras competentes, a diagnosticar exhaustivamente todas las tóxicas suciedades que generan y vomitan al medio ambiente desde sus chimeneas estanques e instalaciones diabólicas, elementos, compuestos y gases. Ordenándoles asimismo generar estudios correspondientes a la brevedad, para sustentar sistemas para reparar todo el daño generado, a la salud de las personas y al ecosistema. Ya pasó un año… ¡Y Nada!
Dictaminaron también revisar las pocas y malas normas existentes, y hacerlas más exigentes, si los estudios así lo recomendaban. Un año… ¡Y Nada!
Ordenaron también al MINVU modificar el ordenamiento territorial de esta zona para detener cualquier nueva instalación industrial en las 500 o más hectáreas todavía disponibles para teóricamente poner más empresas tóxicas y peligrosas. Un año… ¡y Nada!
Ordenó este Fallo a la ONEMI a preparar planes de emergencia para responder rápida y adecuadamente, en caso de producirse nuevamente una situación crítica como la ya sufrida en 2018 desde agosto en adelante, en Quintero y Puchuncaví. Un año… ¡Y Nada!
Nuevamente preguntamos ¿qué tiene que pasar para que las autoridades se conmuevan y comiencen realmente a cambiar la historia de esta Bahía? Hoy nuevamente estamos en nuestras casas con nuestros hijos y adultos mayores, quienes llevan cerca de 3 meses confinados para no ser victimas respiratorias del COVID19, ¡pero es imposible protegerlos si es que entra por las ventanas el veneno que nos mata lentamente y que provoca crisis respiratorias en los más vulnerables! No es justo que nosotras seamos quienes restrinjamos nuestras vidas mientras ellos nos envenenan.
¡HOY EXIGIMOS SE PONGA EN CUARENTENA A LAS EMPRESAS CONTAMINANTES HASTA QUE SE CUMPLAN LOS MANDATOS DEL FALLO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA!!
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sábado, 23 de mayo de 2020

¿Existe el toque de queda en un estado de excepción Constitucional, en medio de una pandemia, en una Zona de Sacrificio?

Ventanas - 2009

@vigilantecosta
En 2009, después de muchos años, regresé a Quintero, Puchuncaví y recorrí la playa de Ventanas, reconociendo su triste, brutal y distópica e impactante realidad. En ese año participamos del primer Primer Conclave de comunidades costeras afectadas por Centrales Termoelectricas a Carbón, donde pudimos reunirnos con representantes de comunidades y pescadores de todo el país, conocer sus experiencias y seguir sorprendiéndonos respecto de cómo se ha permitido vulnerar nuestro medioambiente de un manera tan burda, violenta, soberbia y arbitraria. En ese entonces (2009), ya se hablaba del irregular actuar de las Comisiones Regionales de Medio Ambiente (Coremas) en la aprobación de proyectos; como también, se mencionó las presiones y amenazas de las que han sido objeto líderes de los distintos movimiento ciudadanos.
Como parte de un equipo de la Alianza Waterkeeper enfocado en el impacto que el ciclo del carbón origina en su proceso, participamos en el año 2018 de una investigación de campo en la zona de Puchuncaví y Coronel cercana a la compañias que usan el carbón mineral fósil como combustible. La conclusión y resultados fueron concluyentes al observar como los pozos de agua, muchos de ellos en uso, resultaban ser una "sopa de metales pesados" y un riesgo para la salud de las personas. 
Hoy, en 2020, atravesando una pandemia mundial, sin precedentes en la última centuria, pareciera nuevamente que los datos de monitoreo demuestran que no existe toque de queda para estas empresas en las mal llamadas zonas de sacrificio; fustigando y enfermando a personas, lentamente, con todo el aparato politico y público de un país perdido en su obcena y obsoleta soberbia por la obtención de utilidades en industrias en vías de obsolescencia. Empresas que se aferran a la fosilidad cuando lo que urge es infraestructura verde y mínimo impacto.
Monitoreo 23 de Mayo 2020
De que sirve tener tanto poder económico si no puedes ayudar a vivir mejor al otro/a. Algo que, en su acto, solo puede hacerte un mejor ser humano. ¿Existe el toque de queda en un estado de excepción Constitucional, en medio de una pandemia, en una Zona de Sacrificio, ó, un permiso especial, para que este tipo de empresas, con aval estatal, puedan seguir impactando de una manera tan grosera sin que nadie diga o haga algo seriamente al respecto a compatriotas; seres humanos? 
Playa Ventanas - 23 Mayo 2020 - Foto: Muzosare

DECLARACION MUJERES EN ZONA DE SACRIFICIO EN RESISTENCIA
Notas Relacionadas:
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sábado, 2 de mayo de 2020

La brutal realidad de la vida dentro de una de las ciudades más contaminadas del mundo.


Por NAOMI LARSSON  
En Quintero, las fugas de petróleo y la contaminación de la industria pesada están afectando la salud de los ciudadanos locales. Ahora la lucha está por limpiar una de las llamadas "zonas de sacrificio" de Chile
Una mañana a fines de agosto de 2018, Carolina Astudillo salía de su casa en Quintero, un pueblo costero chileno a solo dos horas de Santiago, cuando notó un cambio en el aire a su alrededor. Cuando llegó al final del bloque ya estaba tosiendo fuertemente. Se sintió enferma, un entumecimiento en sus extremidades. “Fue brutal. Casi no podías respirar. Me dolía la garganta, tenía los brazos y las piernas entumecidos”, dice Astudillo.
No es tan inusual que los residentes de Quintero y los pueblos de los alrededores se sientan así. Muchos de sus vecinos padecen enfermedades respiratorias como el asma. El aire a menudo sabe metálico, en lugar de a mar. Incluso la playa se ve más oscura de lo que debería ser: en lugar de conchas, la arena está llena de carbón derramado de los buques de carga entrantes. Algunas aves muertas yacen arrastradas a pocos metros de donde algunas familias comen sus comidas campestres.
Pero esta vez fue peor de lo normal. Varios gases químicos, incluido el metilcloroformo, nitrobenceno y tolueno, se habían filtrado de las plantas de petróleo y químicas cercanas que rodean la ciudad. Entre el 21 de septiembre y el 18 de octubre de ese año, 1,398 personas fueron tratadas por intoxicación por gas en hospitales locales, según el Ministerio de Salud de Chile. Los residentes de la región de Quintero y Puchuncaví se vieron afectados por otra crisis de contaminación, otro accidente industrial.
A pocos kilómetros de donde Astudillo vive con su esposo e hijos, se encuentra el centro del desarrollo industrial chileno. Es el hogar de algunas de las industrias más grandes y más sucias: plantas de energía de carbón, plantas de cemento, energía térmica, gas natural. De solo una fundición de cobre en 1964, ahora hay alrededor de 20 instalaciones industriales diferentes aquí, construidas como parte de los planes estatales para impulsar la producción. El parque estaba destinado a ser el motor del crecimiento económico para lanzar a Chile a las filas de los países "desarrollados", idea que se hizo eco del ministro de Cooperación Económica de Alemania Occidental, Walter Scheel, quien visitó la Bahía de Quintero durante la construcción de la planta de procesamiento de cobre: "Chile no es un país subdesarrollado sino una nación en pleno desarrollo", dijo en ese momento. Pero este desarrollo ha tenido un costo.
Equipo Waterkeeper en Ventanas haciendo captura de muestra de sedimento para análisis de laboratorio
Quintero es conocido por los residentes y activistas como una de las "zonas de sacrificio" de Chile, un área donde la contaminación y la contaminación son tan altas que la naturaleza y las personas que viven allí han sido expulsadas por el bien del desarrollo económico. "Llamamos a Quintero el Chernobyl chileno", dice Rodrigo Barría de Greenpeace Chile. “El medio ambiente se rompe sin reparación. El suelo está roto, el agua está rota. La gente es sacrificada. Este es el tipo de cosas que la sociedad prefiere no mirar, porque la gente es pobre”.
Hay cinco de estas llamadas zonas de sacrificio en Chile, y durante años las comunidades han estado luchando por sus derechos a vivir en un ambiente saludable. Los grupos han hecho campaña, principalmente en vano, por regulaciones más estrictas de la industria, reparaciones y por mejores servicios de salud.
Por un tiempo hubo esperanza; el año pasado, los activistas obtuvieron una Corte Suprema confirmó que el gobierno era el responsable final de la contaminación ambiental en 2018, y que debe tomar medidas concretas para evitar que vuelva a ocurrir. Si bien Chile pasó la mayor parte del año pasado preparándose para organizar la conferencia ambiental internacional COP25, el presidente Sebastián Piñera presentó un plan de descarbonización a 2040 y prometió un plan de descontaminación para Quintero, intentando normalizar y congelar los niveles de partículas, dióxido de azufre y óxido de nitrógeno en tres años. El gobierno afirmó que habría reducciones dramáticas. La compañía de cobre Codelco, por ejemplo, puede producir 1,000 toneladas de partículas por año, pero los planes reducirían eso en un 91 por ciento a 89 toneladas por año.
Pero su promesa ya se está fracturando. El plan de descarbonización solo cerraría dos de las plantas de energía más antiguas y menos productivas en el área de Quintero para 2024, mientras que los grupos ambientalistas criticaron las propuestas para no abordar los niveles de arsénico o metales pesados en la región. Luego, todas las esperanzas de que el estado presente a Chile como un ejemplo positivo se aplacaron cuando Piñera se vio obligada a retirarse de la celebración de la conferencia después de un estallido social masivo en el país en octubre de 2019.
Desde entonces, millones de personas han salido a las calles por una desigualdad profundamente arraigada. Las protestas estallaron en la capital por un aumento en las tarifas del metro, pero estallaron en disturbios en todo el país sobre el nivel de vida, desde la privatización de la salud, los derechos indígenas y el medio ambiente. Entre las llamadas se puso fin a las zonas de sacrificio: en ese momento, 20 niños en Quintero fueron reportados hospitalizados por sospecha de envenenamiento por dióxido de azufre. "No se ha hecho nada, nada ha cambiado", dice Astudillo. "Hemos sido abandonados".
Katta Alonso, una activista de 65 años que dirige el grupo Mujeres de la Zona del Sacrificio, vive en el pueblo vecino de Las Ventanas. Su casa da a la bahía, una vez un destino popular para las vacaciones de verano. Todavía recuerda la vida antes de que entraran las industrias. La calidad de vida fue maravillosa. La comunidad vivía del océano, la tierra y el turismo. Había dunas de arena blanca, humedales con naturaleza y”, dice ella. “Al principio se disfrazó como una oportunidad de trabajo y progreso. La gente lo compró. Pero eventualmente la gente comenzó a notar que esto no era cierto".
Los residentes se dieron cuenta de las irregularidades solo unos años después de la apertura de las instalaciones. A finales de los años 60 hubo informes de muertes de ganado vacuno y caballos, con tierras cada vez más infértiles. Hoy la gente cuenta historias que se han vuelto casi mitológicas, como los "hombres verdes" que trabajaron en la refinería de cobre y luego murieron de cáncer. Según los informes, sus órganos tenían pigmentaciones verdes debido a la contaminación. En 2013, los cuerpos de cuatro trabajadores fueron exhumados; metales pesados como el arsénico y el mercurio se detectaron en sus huesos.
Ahora, el impacto es difícil de ignorar. La industria pesquera local ha quedado prácticamente aniquilada porque el stock existente en el océano está demasiado contaminado. Se han reportado altos niveles de arsénico en varias especies. En 2016, por ejemplo, se encontró que una especie de cangrejo conocida como Jaiba Peluda tenía niveles de arsénico de 57.58 mg/kg, muy por encima de los niveles permitidos de 2 mg/kg.
Los lugareños continúan enfrentando una batalla diaria con el aire que respiran. Las alergias están muy extendidas. A veces, los escolares no pueden pasar sus descansos para almorzar en el patio de recreo porque los niveles de contaminación son demasiado altos.
También hay frecuentes accidentes industriales, incluidos tres grandes derrames de petróleo que afectaron la bahía en los últimos seis años. El más grande en 2014 cuando 37,000 litros de petróleo fueron arrojados al océano después de que dos petroleros perdieron la conexión. En 2011, más de 40 niños se enfermaron después de una fuga química vinculada a una refinería de cobre que causó náuseas, vómitos y desmayos. Una investigación encontró altos niveles de plomo y arsénico en la escuela, ubicada a 500 metros de una refinería de cobre de propiedad estatal, Codelco, e instalaciones termoeléctricas.
El carbón continúa lavándose en la playa a medida que se derrama durante el traslado de los barcos a las plantas termoeléctricas. En 2018, Alonso documentó 146 días en que se encontró carbón en la playa. Para octubre de 2019 eran 170 días. "Afecta todas las partes de tu vida: problemas con la salud mental, hay personas con dificultades de aprendizaje y hay consecuencias físicas como, por ejemplo, que no puede terminar la escuela porque su cuerpo o su mente no pueden soportarlo", dijo Astudillo. dice.
"No se reconocen nuestros derechos a la vida", agrega María Araya, presidenta del consejo asesor del hospital local. "Los niños son vulnerables, no pueden hacer cosas normales. A veces no pueden respirar afuera, o no pueden ir a la escuela o hacer ejercicio. Todos los días que vivimos estamos sacrificando a nuestros hijos. El porcentaje de personas que están enfermas de asma, cáncer o tienen necesidades especiales, es el doble del número de una comuna de tamaño similar".
Un informe reciente de la Universidad Católica de Santiago descubrió que vivir en una zona de sacrificio está relacionado con un mayor riesgo de enfermedad y muerte prematura. Y a pesar de la montaña de evidencia a lo largo de los años, desde las tasas de cáncer hasta la destrucción de la biodiversidad, Florencia Ortúzar, de la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (Aida), dice que las compañías continúan operando de esta manera debido a las regulaciones laxas. Por ejemplo, la exposición máxima recomendada por la Organización Mundial de la Salud al dióxido de azufre es de 20 ug/m3 en un día, pero la de Chile es de 250 ug/.
"Al final del día, la industria está siendo favorecida por sobre la salud humana", dice Ortúzar, y señala que muchas de las industrias "importantes" para la economía de Chile tienen su sede en Quintero-Puchuncaví, incluidas cuatro plantas térmicas a carbón. A pesar de tener grandes reservas de energía solar y energía verde, la carrera de Chile hacia el desarrollo y el crecimiento económico ha sido impulsada por estas industrias. Chile fue el primer país sudamericano en unirse a la OCDE, y ha tenido la economía de más rápido crecimiento en la región.
Agrega que hay tantas industrias en un área que no conocen la fuente de contaminación "y nadie sabe quién no está cumpliendo". Es como un agujero negro". En octubre pasado, los fiscales chilenos presentaron cargos contra seis ejecutivos de la compañía estatal de energía ENAP en relación con la crisis de contaminación en 2018. Pero Cristian Muga, un abogado que representa a los trabajadores de ENAP, dijo a Reuters: "No es justo responsabilizarlos por una situación que ha ocurrido, que ha estado sucediendo durante años y ese es el resultado de muchas actividades que tienen lugar en la bahía".
En parte, las comunidades han sido demasiado débiles para luchar contra el poder económico. “Las zonas de sacrificio solo le ocurren a comunidades vulnerables. No tienen ninguna capacidad para luchar o huir, solo tienen que quedarse allí”, agrega Ortúzar.
Chile sigue siendo extremadamente dependiente de estas industrias. Codelco es responsable del 11 por ciento del cobre del mundo. China es uno de los mayores importadores de cobre chileno, y alrededor del 60 por ciento de la demanda mundial total de cobre es para electricidad; está en el cableado de nuestra casa, nuestra plomería.
El 40% de la energía producida y consumida en Chile proviene de la quema de carbón, y las 28 plantas termoeléctricas que generan esta energía se encuentran en cinco ubicaciones en todo el país, en las zonas de sacrificio. "La energía de todo el país depende de estas terribles zonas de sacrificio donde viven muy pocas personas que no tienen la capacidad de defenderse, son pobres y vulnerables. No hay forma de que detengan estas plantas que mantienen vivo al país”, dice Ortúzar.
Pero no es un problema aislado de esta pequeña parte de la costa chilena; muchos de los negocios en Quintero-Puchuncaví son de propiedad extranjera: Aes Gener, propietaria del complejo termoeléctrico Ventanas, es una subsidiaria de la empresa estadounidense Aes. Enel, propietaria de una planta termoeléctrica, es italiana. El carbón que se termina lavando en las costas se importa de Colombia, Australia y los Estados Unidos.
Las personas que viven a miles de kilómetros de distancia están sufriendo el impacto de huellas ambientales más grandes. Las emisiones de carbono per cápita en Chile son actualmente de cinco toneladas métricas, menos de un tercio de las de los Estados Unidos. “Es un problema global. Estas son compañías extranjeras que destruyen vidas. Muchas de estas compañías han anunciado su "verdor" a nivel internacional, pero aquí tienen sus pequeños pecados". dice Ortúzar.
Los residentes de Quintero han enfrentado esta larga y complicada batalla durante años, pero de alguna manera sus necesidades son simples. "No es realista pensar que todo el parque industrial se cerrará, hay demasiado involucrado". Lo que queremos es una mejor ventilación, que las compañías reinviertan su dinero en hacer mejoras en sus instalaciones o maquinaria, y que inviertan en la ciudad”, dice Astudillo.
Esperan poder utilizar el impulso del levantamiento social y las protestas para resaltar su difícil situación. Pero es difícil saber cómo será realmente la justicia cuando hay mucho en juego. "La negligencia del estado es la razón principal de todo esto", dice Araya. "Somos una población enferma porque todo el entorno está enfermo: el aire, la tierra, el agua".
La hija de Araya murió de cáncer hace ocho años a la edad de 21 años. Le diagnosticaron un tumor cerebral y murió después de lo que Araya dice que fue solo una enfermedad de 27 días. Ahora Araya enfoca su lucha en los servicios de salud, haciendo campaña para traer especialistas a los hospitales, asegurando que las familias puedan obtener toda la información y los médicos adecuados que necesitan cuando las personas se enferman.
A pesar de su activismo, todavía lucha con la idea de que el cáncer de su hija puede haber estado relacionado con la contaminación en Quintero. “Preferiría pensar que ella fue un caso excepcional. Me doy cuenta de que hay muchos otros casos que han desarrollado tipos similares de cáncer, por lo que tendría sentido, pero", hace una pausa, "es el combustible para la lucha".
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 Por NAOMI LARSSON  | Originalmente pulicado en www.wired.co.uk | 24 February 2020 ver enlace AQUI | Traducido @vigilantecosta 

sábado, 16 de marzo de 2019

Declaración Pública Respecto al comunicado del Ministerio de Medio Ambiente dando a conocer el resultado de los muestreos realizados entre los meses de noviembre del 2018 y enero del 2019.

Nos parece una vergüenza que el Ministerio de Medio Ambiente busque confundir a la comunidad señalando, que en Concón, Quintero y Puchuncaví, las concentraciones de compuestos presentes en el aire, no representan riesgos para la salud de la población, a partir de los resultados del estudio realizado por el Instituto de Investigación del aire de Noruega.
Ninguna de las muestras del estudio fueron tomadas en los días en donde ocurrieron las intoxicaciones masivas. Bien al contrario, el muestreo fue realizado en los días en que estaba en vigencia el Decreto de Alerta Sanitaria (DS83) del Ministerio de Salud para las comunas de Concón, Quintero y Puchuncaví, que obligaba a las industrias a suspender las partes de sus faenas más contaminantes. Lo sorprendente hubiese sido obtener resultados de altas concentraciones de contaminantes.
La comunidad no ha tenido acceso a los datos originales del estudio. Toda la información de la que disponemos viene del departamento de prensa del ministerio. Ante la falta de proactividad a la hora de facilitar la información en la que basan su declaración pública, nos hemos visto obligados a solicitar los datos originales a través de Ley de Transparencia.
La calidad del aire de la zona NO cumple con los estándares internacionales. Esta afirmación es incontestable y se basa en los datos originales del propio MMA. El gráfico adjunto indica concentraciones de Dióxido de Azufre (SO2) en los días 9 y 10 d marzo de éste año. En las localidades de la Greda y maitenes se duplicaron la máxima concentración de SO2 recomendada por le Organización Mundial de la Salud de 500 microgramo en periodos de 10 minutos.
Curiosamente, el estudio que el MMA interpreta, no contempla las mediciones de SO2, siendo éste contaminante el responsable de la intoxicación de alumnos y docentes de la escuela de La Greda en el año 2011.
Del mismo modo, no se ha informado de los resultados de las mediciones de metales pesados como arsénico, contaminante cuyos niveles históricos en la zona, han excedido por lejos las normas de la Unión Europea y las concentraciones máximas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.
Exigimos que a la brevedad el Ministerio de Medio Ambiente transparente el estudio realizado por el Instituto de Investigación del aire de Noruega.
Mujeres de Zona en Sacrificio en resistencia Quintero y Puchuncaví: Fon 990007649

martes, 16 de octubre de 2018

Katta Alonso: Una Erin Brockovich en Puchuncaví

Fuente: Economía y Negocios | Por Antonia Domeyko Entrevista El Mercurio
Alertas ambientales y más de mil personas intoxicadas se han registrado en los últimos dos meses en Quintero y Puchuncaví. Desde la localidad de Ventanas, la dirigente Katta Alonso, presidenta de Mujeres en Zona de Sacrificio en Resistencia, lleva 12 años luchando para crear conciencia y levantar información sobre la contaminación que afecta a la comunidad. La organización ha llevado estudios al Congreso, es apoyada por una ONG estadounidense y este año fue a la ONU: "Lo único que nos queda es ir a denunciar para afuera, a nivel internacional", dice.
El pasado martes 21 de agosto, Katta Alonso estaba en su casa en Ventanas, en la comuna de Puchuncaví, cuando recibió un llamado urgente de una dirigenta de la zona. Era María Araya, presidenta del Consejo Consultivo del Hospital de Quintero, quien le avisó que estaban llegando decenas de personas intoxicadas a urgencia.
En ese momento, Katta miró por la ventana de su casa, ubicada en una loma sobre la playa de Ventanas. Desde ahí normalmente se ve la puntilla donde está el pueblo de Quintero, pero ese día una gran nube cubría el balneario. Katta tomó su auto y manejó hacia el hospital. Quería confirmar lo que estaba pasando.
Olor a gas y un sabor dulce en la boca fue lo que sintió al llegar a Quintero. La urgencia del hospital estaba colapsada. Era algo que ella hace un tiempo presentía que ocurriría. Desde 2016 han registrado otros casos de intoxicaciones en niños, pero a menor escala. En junio hubo un episodio en la Escuela de Horcón por olor a gas. También en abril de este año y en marzo de 2017, en el Complejo Educacional Sargento Aldea.
-Fue bien impactante porque había muchas niñitas chicas, de uno o dos años, vomitando -dice Katta Alonso, con una voz ronca, marcada por respiraciones cortas. Hace ocho años dice que le fue diagnosticado un enfisema pulmonar y, hace seis meses, le detectaron una bronquitis crónica.
Según ha informado la Secretaría Regional de Salud Valparaíso, desde ese 21 de agosto han habido numerosos episodios de intoxicaciones, que han sumado más de mil casos. Katta Alonso asegura que la cifra es más alta, porque no se contabiliza a las personas que se atienden con doctores particulares ni a las que llegan al Hospital Dr. Gustavo Fricke, de Viña.
Katta Alonso tiene 65 años y es la presidenta de la organización Mujeres de Zona de Sacrificio Quintero-Puchuncaví en Resistencia, una agrupación formada hace dos años por 25 mujeres que buscan informar, crear conciencia y luchar por la salud de su comunidad, que convive con la contaminación del Cordón Industrial de Ventanas. Katta, por su parte, lleva más de 12 años peleando como dirigente a través de esta y otras organizaciones creadas con anterioridad en la zona.
Hace cinco meses, Mujeres de Zona de Sacrificio Quintero-Puchuncaví en Resistencia y otras agrupaciones medioambientales contactaron a Waterkeeper Alliance, una organización estadounidense con sede en Nueva York, presidida por Robert Kennedy Jr. y que lucha por el derecho a tener aguas limpias. Esta entidad protege más de 4 millones de kilómetros cuadrados de ríos, lagos y vías fluviales costeras, y se vincula con 300 organizaciones medioambientales de 35 países del mundo. A fines de mayo, Waterkeeper Alliance visitó Ventanas para analizar la situación, y tomó muestras de la playa y de dos pozos de agua del poblado.
El resultado del estudio de esas muestras fue claro. En el material recolectado en la playa encontraron algo que Donna Lisenby, gerenta de defensa global en Waterkeeper Alliance -quien realizó el trabajo de campo en Chile-, describe como "una sopa tóxica de metales pesados". Desde Nueva York enumera los metales pesados que encontraron: aluminio, arsénico, bario, cromo, cobalto, cobre, plomo, manganeso, níquel, vanadio y zinc. Y en uno de los pozos de agua se encontró una concentración de arsénico 15 veces más alta de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Donna Lisenby tiene más de 20 años de experiencia en defensa medioambiental, resguardando el agua en comunidades de todo el mundo. Esta científica fue la primera en denunciar las lagunas de cenizas de carbón en Carolina del Norte, y por esa labor recibió números premios medioambientales. Ahora, una de sus preocupaciones está en este sector costero de la Quinta Región.
-Fue impactante ver la exposición crónica a contaminantes a los que las personas que viven ahí están expuestas cada día de sus vidas, de múltiples fuentes. En su aire, en su agua, en sus playas. No hay un lugar ahí que no esté contaminado -dice Donna, quien recuerda cuando conoció a Katta Alonso, con quien recorrió la zona para tomar las muestras.
-Yo conocí a la Erin Brockovich en Estados Unidos. Sobre la que hicieron la película. Bueno, Katta es más potente, articulada y asombrosa que la verdadera Erin Brockovich.
Katta Alonso Raggio está de pie frente a la playa de Ventanas en la comuna de Puchuncaví. A su derecha se ve una loma llena de casas de madera de diferentes colores, con techos de madera o de zinc. En una de esas vive ella. Unos metros más allá, donde termina el poblado y casi encima del estero de Puchuncaví, están las industrias del Parque Industrial Ventanas. Las chimeneas prendidas rodean los más de cinco kilómetros de playa hasta el balneario de Quintero y liberan nubarrones de humo y gases de distintos tonos de gris que se mezclan con las nubes del cielo.
Al llegar a la playa, Katta Alonso apunta la arena grisácea, con manchones negros de los varamientos de carbón, y luego mira el mar. Comenta que su color oscuro es producto de los derrames de carbón y metales pesados por parte de las industrias.
Hasta fines de los años 50, Ventanas era un balneario más de la Quinta Región. Sus veraneantes arrendaban las casa de los pescadores. Entre ellos estaban los bisabuelos y abuelos de Katta Alonso.
La primera industria que se instaló en el borde costero que separa a Ventanas del pueblo de Quintero fue Chilectra, en 1958. Entonces se prendió la primera chimenea industrial en el sector, a la que gradualmente se sumaron termoeléctricas, fundiciones, refinerías, puertos de descarga de combustible y centrales de gas, que conformaron el Cordón Industrial de Ventanas. Actualmente 15 industrias conviven con la población de Puchuncaví, que corresponde a 18.546 habitantes, y la de Quintero, de 31.923 habitantes. En total suman más de 50 mil personas, de acuerdo al Censo 2017.
Según los antecedentes históricos registrados en el sitio web del Programa para la Recuperación Ambiental y Social (PRAS) del Ministerio del Medio Ambiente, a principios de los 90 se comenzó a evidenciar el impacto ambiental de este Parque Industrial en la zona, y en 1994 el Ministerio de Agricultura declaró a Puchuncaví y Quintero como zona saturada de contaminación por dióxido de azufre (SO {-2} ) y material particulado. Según la OMS, este es un gas que se genera por la combustión de fósiles y puede afectar al sistema respiratorio y las funciones pulmonares, provocando tos, secreción mucosa y agravamiento del asma y la bronquitis crónica.
Desde la saturación de la zona, además de varios episodios de derrames de carbón y petróleo -uno de ellos en 2014, en el que se derramaron más de 30 mil litros de petróleo al mar-, se han registrado también decenas de alzas de emisión de dióxido de azufre, detectados en las Estaciones de Monitoreo de Calidad del Aire de Quintero. Todo esto, dice Katta Alonso, ha afectado a los habitantes de Puchuncaví y Quintero. Otro caso polémico ocurrió en 2011 en la Escuela La Greda. Ese año, más de 30 personas, la mayoría niños, se intoxicaron, y el gobierno decidió trasladar la escuela a otro lugar, por su cercanía al Cordón Industrial. La Greda había sido uno de los casos de intoxicación más controversiales del sector.
Hasta los episodios que empezaron este 21 de agosto.
-La situación explotó, nunca ha habido tantos intoxicados -dice Katta Alonso. Katta Alonso tenía cinco años cuando llegó la primera industria a Ventanas. Durante los veranos, su familia arrendaba las casas de los pescadores hasta que el papá de Katta se compró un terreno en el pueblo y se construyó la casa en la que ella vive hoy.
Su papá, Víctor Alonso, era abogado, pero siempre ejerció como periodista deportivo en el entonces Canal 9, hoy Chilevisión. Su mamá, Catalina Raggio, era dueña de casa y fundadora de una agrupación de la parroquia San Pedro de Las Condes. Katta Alonso -la menor de cuatro hermanos- estudiaba en el Liceo Manuel de Salas y las vacaciones de verano las pasaba en Ventanas.
-Quintero era un balneario muy aristocrático y en Ventanas éramos un poco más hippies. La arena era clara y el agua cristalina, y allá donde están las industrias había puras dunas. El 68 vinieron las primeras denuncias de agricultores porque se les morían los animales. Yo me acuerdo que nos quedaban los pies negros en la playa. Ahí se fueron casi todos los veraneantes para otros lados- cuenta. Pero su familia se quedó.
Katta Alonso entró a estudiar Trabajo Social en la Universidad de Chile. A los 21 años se casó, tuvo dos hijos y cuando nació el segundo se separó. Entonces, abandonó su carrera para trabajar y mantener a sus hijos. Partió como vendedora en una tienda de blusas y luego en una marca de muebles donde llegó a ser gerenta. Más tarde, abrió su propio taller de muebles. En paralelo tomó cursos de psicomotricidad en la Universidad de Chile y comenzó a dictar talleres en el ex Colegio Marshall a niños con dificultades de aprendizaje.
Luego de una segunda separación, Katta decidió hacer un cambio de vida y regresó a la antigua casa de sus papás en Ventanas. Era el año 2006 y ella tenía 53 años.
-La idea era estar por un tiempo, pero me fui quedando -dice Katta.
Al llegar a Ventanas se integró a un programa de asistencia técnica de reforzamiento para los niños con dificultades de aprendizaje en los colegios de la comuna. Ahí se dio cuenta de una realidad que no conocía.
-Los niños no aprendían. Me tocó ver mucho C.I. bajo y dificultades de aprendizaje. También había una escuela especial con niños con problemas neurológicos, malformaciones congénitas, Down y mucho autismo. Los niños fueron el clic. Ahí empecé a averiguar qué estaba pasando. Lo encontraba extraño.
Esa mañana de agosto, cuando Katta Alonso llegó al Hospital de Quintero vio que las personas intoxicadas presentaban un síntoma que no había visto antes. 
-El adormecimiento de las extremidades fue algo nuevo, y probablemente se debe a que las industrias están emitiendo un gas nuevo que no se ha medido -dice sentada en su casa de madera color verde que enfrenta la playa de Ventanas. En la terraza tiene colgado un cartel negro que da a la calle, donde se lee en letras rojas: "Queremos normas OMS para Chile".
El 23 de agosto, la Intendencia de la Región de Valparaíso declaró Alerta Amarilla en las comunas de Quintero y Puchuncaví. La Dirección Regional de Onemi Valparaíso publicó el seguimiento de esta alerta, el 24 de agosto, que dice: "En relación a la presencia de metolcloroformo, nitrobenceno y tolueno en el ambiente, detectados en las comunas de Quintero y Puchuncaví (notificado en informes técnicos N° 726 y 727), donde 133 personas resultaron intoxicadas por contaminación atmosférica, en diversos sectores de las comunas".
Katta Alonso cree que estos nuevos gases podrían ser una de las posibles causas de las intoxicaciones masivas.
El doctor Andrei Tchernitchin, presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico, quien ha hecho estudios de metales pesados en la zona, dice que el tolueno ya se había detectado antes, pero que el metilcloroformo y nitrobenceno son nuevos.
-Las intoxicaciones están relacionadas. El metilcloroformo, cuya emisión prohibida en el mundo, en altas concentraciones produce cefalea, náuseas, vómitos, diarrea y mareos. El nitrobenceno es peor, produce metahemoglobinemia, que afecta al sistema nervioso central, y, en menores concentraciones, causa efectos neurológicos equivalentes a la parestesia (adormecimiento) y a los problemas de reflejo. Todo lo que se encontró en el Hospital de Quintero -dice Tchernitchin.
Katta Alonso alega que ni las empresas del Parque Industrial ni el Gobierno han dado a conocer las causas exactas de estas intoxicaciones. El 24 de agosto, la agrupación Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia publicó en sus redes un petitorio. Una de sus demandas principales es la paralización temporal del Parque Industrial para detectar la causa de las intoxicaciones.
Hasta el momento, el Ministerio de Salud impuso temporalmente la obligación de las industrias de la zona de disminuir las emisiones de dióxido de azufre en un 20%. El 4 de octubre, el Gobierno anunció un nuevo protocolo ambiental para Quintero y Puchuncaví, que considera un monitoreo diario de la calidad del aire y la opción de decretar una "alerta temprana" para prevenir. También trabaja en un nuevo plan de descontaminación para la zona.
El plan de descontaminación previo, del gobierno anterior, "no descontaminaba", según Katta Alonso. En diciembre de 2017, la agrupación Mujeres en Zona de Sacrificio presentó su punto de vista a la Contraloría Regional de Valparaíso. A fines de ese mes el plan fue desestimado por el contralor general. En la resolución se señala que las propuestas "no se traducen en una efectiva reducción de los contaminantes".
Otro de los puntos importantes que exigen Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia es que las leyes chilenas se igualen a las de la OMS. Aseguran que la actual Ley de Medio Ambiente -que entró en vigencia en 1997- no puede sancionar ni solicitar Resolución de Calificación Ambiental a las empresas que se instalaron antes de la promulgación de la ley. Es el caso de Aes Gener, Puerto de Ventanas, Ventanas I y Ventanas II de Codelco, Oxiquim y Gasmar, entre otras.
Por este motivo, Katta Alonso ha ido varias al Congreso y ha participado de las sesiones de la Comisión de Medio Ambiente. El diputado de la zona Daniel Verdessi (DC), y miembro de la actual Comisión Investigadora para Concón, Quintero y Puchuncaví, ha visto la labor que Katta ha hecho en la comunidad y en el Parlamento.
-Es la dirigente más importante; muy respetada en Quintero y Puchuncaví. Ha sensibilizado en el tema medioambiental, ha hecho charlas, se ha asesorado bien por expertos y ha expuesto estudios e información en el Congreso. Esta líder ha venido a organizar a la sociedad civil, y para nosotros es importante, con una ley medioambiental absolutamente insuficiente, ver cómo enfrentamos el tema futuro de una ley ambiental que se ponga a tono con las exigencias mundiales para producir sin contaminar -dice el diputado Verdessi.
El último miércoles de septiembre, Katta Alonso viajó a Santiago a un seminario de la Unión Europea que se habló, entre otros puntos, de temas medioambientales.
Es mediodía y está sentada en la terraza de la casa de su hija, Alejandra Ortiz, en El Arrayán.
-De vez en cuando me escapo para acá para a tomar aire -dice Katta y luego agrega:
-Además, psicológicamente te afecta, cada día descubres cosas más espantosas y más y más irregularidades. Tienes que hacerlo por salud mental.
Su hijo, Sebastián Ortiz, ingeniero forestal de 39 años, cuenta que él y su hermana han conversado con Katta Alonso para que se vaya a vivir con uno de ellos.
-Creo que hay un costo de salud importante. Sin duda por vivir ahí sus enfermedades pulmonares se están afectando, por la contaminación -dice Sebastián Ortiz.
Katta Alonso reconoce que ha pensando dejar su casa en Ventanas, pero no aún. Cuenta que cuando llegó a vivir a la zona no había mucha conciencia en la comunidad sobre la contaminación que había. Entonces conoció al ingeniero en pesca Hernán Ramírez, que llevaba años asesorando a los pescadores y había empezado a ver problemas de contaminación en los moluscos. Katta Alonso, 
Hernán Ramírez y otras personas, crearon la primera agrupación en la que ella participó: Comunidades por el derecho a la vida. Así, Katta comenzó su camino como dirigente social y ambiental. Cuenta que con la agrupación, se contactaron con la ONG Oceana y levantaron un estudio sobre la contaminación de los mariscos en la bahía. Detectaron arsénico, cobre y cadmio en lapas, almejas, locos y jaibas. Hernán Ramírez recuerda que cuando Katta Alonso se involucró en temas ambientales, la comunidad la aceptó, ya que todos la conocen desde chica.
-Lo que más impresiona de ella es su convicción, el hecho de que se rehúsa a aceptar como normal lo que es anormal, y sus ganas de revertir la desesperanza de la población. Ella no se cree el cuento de que es presidenta, es una socia más y es líder. Es muy valioso en ella, la capacidad de siempre ayudar a generar redes -dice Hernán Ramírez.
Unos años después de armar la agrupación, en 2011, ocurrió el caso de intoxicaciones en la Escuela La Greda de Puchuncaví.
Katta Alonso recuerda:
-Nos acercamos al seremi de Salud de ese momento, Jaime Jamett, para solicitar que hiciera un estudio de suelo de todas las escuelas de la comuna.
La agrupación Comunidades por el derecho a la vida logró que se realizara el estudio y los resultados señalaron la presencia de cadmio, cobre, plomo, cromo, níquel, arsénico y zinc. Una de las principales conclusiones fue que había "presencia de contaminación en todos los establecimientos educacionales".
-El ex seremi Jamett indicó que había que limpiar todas las escuelas, pero la Concertación no lo hizo, lo están haciendo recién ahora. Y con La Greda, que era la más contaminada, la movieron dos kilómetros más allá y listo -dice Katta Alonso.
El doctor Andrei Tchernitchin estuvo al tanto de la situación de contaminación de las escuelas y fue a tomar por su cuenta muestras de suelo de diferentes localidades del sector.
-No tomé solo en La Greda, también en Maitencillo, Marbella, hasta Zapallar, y encontré una contaminación en el área muy larga y parece que a la gente no le gustó mucho que en Marbella hubiera contaminación por arsénico -dice Tchernitchin.
En 2012, Katta Alonso se presentó como candidata a concejal. En su campaña recorrió las 22 localidades de Puchuncaví. Su único objetivo era informar a la comunidad sobre la contaminación. Finalmente, no fue elegida.
En 2016, la organización Comunidades por la vida se disolvió, por problemas entre los integrantes.
Mujeres de Zona de Sacrificio Quintero-Puchuncaví en Resistencia fue la siguiente organización que Katta Alonso conformó solo con mujeres de la comunidad. Se propusieron tener representantes de todas las localidades de ambas comunas. Actualmente, hay inscritas 35 mujeres, pero Katta explica que de esas, 18 están activas.
-Nos juntamos las mujeres, porque somos más guerreras y nos queríamos enfocar directamente a la salud de la población, y defender a nuestros niños. Nosotros ya estamos contaminados, y queremos que las nuevas generaciones no pasen por lo que estamos viviendo -dice Katta Alonso.
El diputado Félix González, del distrito 20 de la Región del Biobío y miembro de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, destaca de esta organización de mujeres -con las que se ha reunido en la comisión- su sinceridad al organizarse.
-Ellas tiene un compromiso con la causa, sin que esté cruzado por ningún interés de tener compensaciones ni mucho menos, sino que para resolver un problema profundo del modelo económico, que es que hay comunidades que están entremezcladas con zonas industriales contaminantes -dice el diputado González (Partido Ecologista Verde).
Con la organización de las mujeres han hecho festivales culturales en la comuna informando sobre la contaminación. Además, Katta personalmente se reúne con el intendente, Jorge Martínez; con la gobernadora, María de los Ángeles de la Paz Riveros, y con la seremi de Medio Ambiente, Victoria Gazmuri. Consultadas estas tres autoridades del gobierno regional sobre la labor de Katta Alonso y la agrupación de mujeres declinaron participar de este reportaje. -Hemos tenido la mejor de las disposiciones, pero no hacen nada. Lo único que nos queda es ir a denunciar para afuera, a nivel internacional -señala Alonso. El pasado 10 de julio, la ONU accedió a recibir a Mujeres en Zona de Sacrificio en su sede en Vitacura para hablar de la violación de los derechos humanos que ellos vivían, dice Katta.
-Ello nos recomendaron presentar un informe con nuestras denuncias en la instancia civil para el examen de derechos humanos que Chile deberá rendir en enero de 2019 -señala la dirigenta.
El informe lo entregaron a través del sitio web de la ONU en el que denunciaron "la violentación al derecho a la vida y la salud" y "la violación al derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación", entre otros, y presentaron un petitorio de ocho puntos, exigiendo entre ellos el cierre de algunas de las empresas.
Para Katta Alonso, está en las manos de la sociedad civil empoderarse para lograr los cambios.
-Me gustaría que la gente pudiera vivir en un ambiente libre de contaminación y empezar a recuperar todo lo que se ha perdido. Yo quiero irme cuando por lo menos se haya empezado a recuperar, porque sé que de aquí a que esté limpio, yo ya no voy a estar.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Comunicado y Petitorio: No queremos ser Zona de Sacrificio

Mujeres de zona de Sacrificio en Resistencia
Organizaciones locales  de la zona de Puchuncaví y Quintero presentan petitorio y exigen lo siguiente:
  1. La paralización inmediata del Complejo Industrial de la Bahía de Puchuncaví-Quintero para fiscalizar a todas las empresas por  separado y tener certeza sobre qué emite cada una.
  2. Tecnologíade Punta para cada Empresa.
  3. NormativaAmbiental de acuerdo a lo que recomienda la OMS  para componentes dañinos para la salud, tales como metales pesados, MP2.5, MP10, SO2, NO2, CO, As, Hg, Cd, hidrocarburos y compuesto orgánicos volátiles. Y que la normativa regule suelos, agua dulce, océanos y aire. 
  4. El cierre inmediato de las empresas con tecnología obsoleta, contaminante y/o peligrosa, entre ellas las cuatro termoeléctricas de  carbón de AES Gener, la fundición de CODELCO, Oxiquim, la planta desalinizadora Aconcagua, y todas aquellas que no cuenten con RCA.
  5. El cambio inmediato del plan regulador metropolitano de Valparaíso, en particular en relación al uso de suelo, eliminando la disponibilidad de suelos de uso industrial peligroso, creando en su lugar áreas verdes con las 579 hectáreas no edificadas que actualmente dispone el complejo industrial.
  6. La descontaminación y recuperación de todas las zonas de sacrificio de Chile, entre ellas Tocopilla, Mejillones, Huasco, Coronel y Puchuncaví-Quintero.
  7. Una ley Especial para Puchuncaví-Quintero.

Invitamos a todos que se unan en sus Territorios y nos apoyen a exigir nuestro derecho de vivir en un ambiente limpio y libre de contaminación al igual que todos los chilenos. Basta con la violencia que ha ejercido y que sigue ejerciendo el Estado sobre las Comunidades!

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Investigación en la "Zona de Sacrificio" Puchuncaví y Quintero

@WaterkeeperCL @vigilantecosta #reporte #bitacora
Durante varias semanas, entre marzo y abril, participamos en la coordinación, desde nuestra organización Vigilante Costero y como miembros chilenos de la internacional alianza Waterkeeper e integrantes del Equipo Internacional en temáticas de Carbón (International Coal Team); en un trabajo conjunto, junto a comunidades locales e investigadores de la Fundación Terram Chile.
Playa Ventanas

INVESTIGACION

En el mes de mayo, pudimos llevar a terreno un proyecto de investigación para la toma de muestra de agua en distintos puntos, para su posterior análisis y medición de parámetros en agua (pozos, río y marina) y sedimentos en las comunas de Puchuncaví y Quintero. Proceso similar se realizó, con posterioridad, en la ciudad y comuna de Coronel, provincia de Concepción; en la región del Biobío.
En las últimas semanas, tristemente, hemos debido presenciar una serie de situaciones derivadas de intoxicaciones masivas de personas, muchos de ellos niños y mujeres en gestación, que se relacionan, directa o indirectamente, con emisiones y gases tóxicos de los procesos industriales asentados por décadas, convertidos en pasivos ambientales que las comunidades locales han sido obligados a tolerar.
Bahia Quintero desde Caleta Ventanas
Donna Lisenby - Muestreo Ventanas
Coincidentemente, en medio de crisis ambiental, el sábado 24 de agosto, pudimos exponer, junto a las organizaciones locales participantes en esta investigación, los resultados de análisis preliminares realizados por nuestro equipo, liderado por Donna Lisenby (Clean and Safe Energy Campaign Manager, Waterkeeper Alliance), experta en monitoreo y muestreo en problemáticas relacionadas con el agua, su composición-afectación; en distintos escenarios y contextos a nivel mundial, en este caso, relacionado con empresas que usan el carbón como combustible en la 
Parque Industrial Puchuncaví-Quintero
Cabe mencionar que el "parque industrial" que existe en la zona, de larga data, se compone de cerca de una quincena de empresas estatales y privadas relacionadas con minería, energía, construcción, productos químicos, gas, entre otros. Lo que convierte la zona en uno de los lugares de mayor concentración de empresas contaminantes del país. 
Análisis de las muestras capturadas se realizaron en laboratorios certificados internacionalmente en Chile y Estados Unidos. Metodología, siguió los más altos estándares, cadenas de custodia y registros respectivos y, al mismo tiempo, se aprovecho el plan de muestreo investigativo para desarrollar un entrenamiento o capacitación a miembros de la comunidad y organizaciones locales participantes, en este tipo de monitoreo; relevando la importancia del monitoreo ciudadano e independiente basado en fundamentos éticos y objetivos.
Taller-Entrenamiento: Sindicato Pescadores Ventanas
Muestreo Playa Ventanas

REPORTES

Los reportes se harán públicos próximamente y permanecemos a la espera de la segunda parte correspondiente a Coronel, en la región del Biobío. Preliminarmente, se ha informado que al menos los 2 pozos muestreados en Caleta Ventanas y los análisis de sedimentación realizados en la playa evidencian de manera clara la existencia de metales pesados. Los pozos de agua en Ventanas Bajo presentan parámetros sobre la Norma EPA de los Estados Unidos para Aluminio (Al), Plomo (Pb) y Arsénico (As). La recomendación es no usar los pozos por la alta concentración de metales que son bioacumlables y cancerigenos. 

En relación a intoxicaciones recientes, creemos que es vital poder hacer análisis exhaustivos de sangre de todos los intoxicados y, extensivamente, a la comunidad en general, para identificar con exactitud los orígenes de la contaminación, responsabilidades punibles y sancionarlos como corresponde en derecho.
Es una muy mala señal, la forma errática de las autoridades competentes y sorprende la incapacidad e inacción para operar la emergencia; como así también, de sus dubitativos informes respecto a la deficiente forma, protocolos, uso y competencias de los equipos de medición. También, llama la atención, la incomodidad a las que son obligados a desarrollar sus funciones los profesionales de la salud en las instalaciones hospitalarias cercanas a la última emergencia. Ha quedado en evidencia que tienen que trabajar a ciegas al no tener datos duros conducentes a un mejor diagnóstico inmediato. 
Por último, es imperioso poder regir una norma de calidad de aire que se homologue a los estándares de la Organización Mundial de la Salud. No es lo mismo, una normativa que mida emisiones en particular, cuando la suma de las mismas es, obviamente, exponencialmente mayor, en una zona o parque industrial declarado en saturación.
Toma Muestra de Sedimentos en Playa Ventanas