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viernes, 26 de mayo de 2023

Waterkeepers se reúnen en Guatemala para una cumbre regional

Con impresionantes vistas de volcanes que se elevan sobre el Lago de Atitlán, Guardianes del Agua de siete países de América Latina se reunieron en la elevada localidad de Panajachel, Guatemala, del 26 al 30 de abril, para la Cumbre Regional de Waterkeeper Alliance en América Latina.
El Lago de Atitlán proporcionó un escenario perfecto para una Cumbre de Waterkeepers. Es un lugar hermoso que se ve gravemente afectado por la contaminación, la indiferencia y un mundo en constante cambio. Un lugar similar a las cuencas hidrográficas y comunidades de donde provienen los Guardianes del Agua que asistieron a esta cumbre. Es un lugar arraigado en miles de años de cultura y respeto por el agua, pero que en este momento enfrenta impactos modernos y una necesidad crítica de protección. Nuestro anfitrión, Lago Atitlán 
Waterkeeper, es una fuerza de cambio y que proporcionó un camino para dicho cambio. Un camino que ya está siendo seguido por Waterkeeper en toda la región, y un camino que se ha vuelto más claro después de pasar varios días reunidos.
La cumbre consistió en capacitaciones en profundidad dirigidas por expertos externos y los propios Waterkeepers, con presentaciones altamente coordinadas y estructuradas por cada grupo de Waterkeepers asistentes y una excursión para experimentar y comprender el Lago de Atitlán y la comunidad, cultura y trabajo del Lago Atitlán Waterkeeper, además de muchas oportunidades para fortalecer vínculos y revitalizar la razón por la cual somos Waterkeepers.

"Creo que fue una gran reunión y una recarga, siempre se genera una dirección que beneficia tanto a nuestra región como a la Alianza de Waterkeepers, y también ayuda a alinear nuestros objetivos y proyectos individuales. Estoy muy agradecido con nuestros representantes regionales del Consejo de Waterkeeper, Margarita Díaz de Tijuana Waterkeeper y Patricio Chambers de Guayllabamba Waterkeeper, al personal de la Alianza Waterkeeper y a todos aquellos que lo hicieron posible. Sin duda, es un espacio de crecimiento y hermandad permanente. Eso se valora, siempre."[Rodrigo de la O - Maule Itata Coastkeeper]

La Cumbre Regional de América Latina acogió 8 sesiones que abordaron diversos temas, incluyendo: la Agenda de Acción del Agua de las Naciones Unidas y nuestro papel en influir en el cambio; una capacitación intensiva en dos partes sobre seguridad; taller sobre SIG (Sistemas de Información Geográfica) y gestión de bases de datos y mejores prácticas; y una discusión sobre Justicia, Equidad, Inclusión y Diversidad. Todas las sesiones contaron con capacitación práctica y aplicación de herramientas y recursos, así como un diálogo profundo y aprendizaje. Los participantes salieron de estas sesiones con nuevas herramientas para poner en práctica y una comprensión más profunda de las teorías y la aplicabilidad.

Lamentablemente, la seguridad es una necesidad para nuestros grupos de Waterkeepers en todo el mundo, y especialmente en América Latina. Uno de los aspectos destacados entre las sesiones fue la capacitación en seguridad de varios días presentada por Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC), que es una "organización feminista con alcance transnacional y una visión interseccional de la defensa de los derechos humanos". A lo largo de 4.5 horas, distribuidas en dos días, los grupos de Guardianes del Agua adquirieron conocimientos valiosos sobre su seguridad personal y regional como defensores de los derechos humanos ambientales (DDHA). Más específicamente, la capacitación se centró en comprender los riesgos a los que se enfrentan los DDHA en todo el mundo; explicar la evaluación de riesgos y su importancia para la identificación de medidas de seguridad; y compartir ejemplos prácticos de cómo las organizaciones ambientales pueden mejorar su seguridad. Los grupos de Guardianes del Agua adquirieron una mayor conciencia sobre los problemas y más herramientas para utilizar en su trabajo y sus comunidades.

"Es importante y muy urgente recibir capacitación en temas de seguridad y comprender su importancia. Es un gran paso y una necesidad." [Rodrigo de la O - Maule Itata Coastkeeper]

Además de las capacitaciones prácticas, los participantes dedicaron varias horas al día a presentar a sus compañeros sobre el trabajo que realizan sus respectivas organizaciones y los proyectos en los que participan. Estas sesiones de intercambio estructuradas y coordinadas permitieron a los participantes practicar la oratoria y fomentaron un intercambio dinámico de información, mejores prácticas y éxitos. En conjunto, esto pintó una imagen hermosa y una representación perfecta del modelo de los Guardianes del Agua: un trabajo basado en lo local que resulta en un movimiento global por el agua limpia. Uno de los informes más impresionantes se refiere a una iniciativa coordinada de limpieza de basura en múltiples ubicaciones llevada a cabo por varios grupos de Guardianes del Agua en la región en marzo de 2023: la Minga WKALATM 2023. Los resultados de la minga se pueden ver aquí. | Publicado por Waterkeeper Alliance

lunes, 20 de marzo de 2023

Jornada por la naturaleza: Latinoamérica Unida por el Agua

@vigilantecosta

En un esfuerzo inédito sin precedentes, distintas organizaciones Waterkeeper de América Latina se reunieron y organizaron para conmemorar el Dia Mundial del Agua (22 marzo). Colombia, México, Guatemala, Perú, Ecuador, República Dominicana y Chile, participaron de la Campaña (Minga) simultánea de limpieza y Restauración de sus ecosistemas locales.

Latinoamérica Unida por el Agua es una iniciativa independiente, autónoma y tiene como objetivo principal la restauración ecológica y la educación ambiental, integrando a las comunidades como protagonistas de la conservación y defensa de sus recursos naturales que permita, en definitiva, conocerlos, vincularse con su entorno y amar esos lugares únicos para motivar y movilizar estrategias integrales que eviten contaminar ríos, fuentes de agua o ecosistemas frágiles.


Desde la organizaciones de base local y ciudadana estamos siempre dispuestos a compartir experiencias que nos permitan seguir creciendo y explorando alternativas que sumen a este tipo de actividades tan extraordinaria como es el disponer de un tiempo propio para limpiar lo de otros.
El desafío siguiente será reconvertir los desechos.


miércoles, 2 de marzo de 2022

Vigilante Costero ONG cumple 14 años de existencia

El primer programa chileno, Vigilante Costero (Maule Itata) ONG, miembro de la Alianza internacional Waterkeeper, cumple 14 años de trabajo en la zona centro sur de Chile, limitando con el río Maule, por el norte, y con el río Itata, por el sur, cruzando dos regiones en la costa chilena: Maule y Ñuble.

En una zona con grandes virtudes, con una vocación natural hacia un turismo de intereses especiales, también han existido presiones, amenazas y victorias que, Vigilante Costero ONG (Maule Itata Coastkeeper NGO) junto a la comunidad, han debido enfrentar; como un Proyecto multinacional de 1300 millones de dolares, de una mega planta de generación eléctrica a carbón (Los Roblesblog) y un proyecto de jaulas flotantes con salmones de fábrica (Pelicano). Ambos, bloqueados después de años de lucha y movilización ciudadana lo que ha permitido proteger y definir un eje de desarrollo transversal orientado hacia un turismo sustentable con énfasis en el desarrollo de la tradición, cultura local y la conservación biológica como una forma de invertir en el territorio evitando, ante todo, su afectación futura.

Hoy, además de existir amenazas permanentes relacionadas con el modelo forestal y la industria de celulosa que afectan a comunidades y cursos de agua, se deben enfrentar amenazas ligadas al cambio climático y desarrollo inmobiliario donde se observan vacíos legales que se deben regular para no afectar la infraestructura natural donde nos desenvolvemos como sociedad y así poder contribuir a que el aumento poblacional sea planificado y ordenado, que evite daños permanentes o irreversibles, siendo el agua el factor clave y la mantención del buen estado de nuestras aguas costeras y ribereñas parte de la misión organizacional: "Proteger las aguas costeras entre la boca del río Itata y la del río Maule a través de la educación, activismo, litigio, participación comunitaria y un monitoreo científico independiente."

También, de manera permanente, se reciben denuncias de vecinos de comunidades cercanas ante diversas situaciones que se intenta resolver en un corto plazo, asesorando y/o ayudando a través de un protocolo de denuncias ciudadanas responsables. Como organización ambiental, uno de sus objetivos es mantener y fortalecer vínculo con la comunidad, organizaciones locales, municipios y privados; con su entorno. Simplemente, porque todos y cada una pueden ser un Vigilante Costero/Coastkeeper en su contexto cercano y apoyarse en la organización cuando exista algún hecho que les afecte, directa o indirectamente, en temas de contaminación o impacto ambiental. 


Junto a programas de monitoreo y análisis de la calidad de las aguas dulces o marinas, también surgen iniciativas de proyectos con participación de las comunidades cercanas; como campañas locales y nacionales de limpieza y restauración de playas, ríos y ecosistemas fragiles; colaboración con distintas organizaciones locales, programas de educación ambiental en colegios; eventos artísticos en el marco de campañas ciudadanas, obligados a adaptarse al contexto de pandemia y, a pesar de un importante déficit financiero, seguir operando como organización, generando alianzas estratégicas para fortalecer su staff y proyección en diferentes áreas trabajando en el diseño e ingeniería de proyectos y busqueda de soluciones integrales (Proyecto NACE) para suplir las necesidades de acceso a agua de calidad en zonas de escasez hídrica, lugares donde no hay agua, ésta es de escasa o dudosa calidad y que, además, permite integrar a las comunidades vulnerables y llegar, incluso, más allá de la zona Maule Itata. Apostando a mejorar la calidad de vida de cientos de familias. 

Rodrigo de la O, Director Maule Itata Coastkeeper NGO. Foto: Tamara Merino. Campaña Waterkeeper 2020

Desde siempre, la organización Vigilante Costero ONG ha insistido, junto a muchas organizaciones en el país, de la importancia de que Chile ratifique el Acuerdo de Escazú, ya que existen amenazas o presiones para activistas y defensores ambientales, como ha sido una demanda personal, aun en proceso, que recibió Rodrigo de la O, director ejecutivo de Vigilante Costero ONG, por una empresa inmobiliaria que se vió, según ellos, afectada al exponer problemática que la misma comunidad manifestó por intermedio de la organización, evidenciando vacíos en la regulación de terrenos que colindan con playas o bienes fiscales en toda la región que, sumado a cambios en comportamiento de marejadas, hacen imposible no poner atención y bogar por una planificación y ordenamiento territorial responsable, regresivo, que en síntesis, no afecte degrade o deteriore virtudes e infraestrcutura natural de la zona costera existente y que se considera invaluable.

Los desafíos son enormes y las líneas de trabajo después de más de catorce años de trayectoria están definidas: monitoreo y fiscalización independiente y ciudadana, por una parte, y estrategia de propuestas de educación e innovación basadas en soluciones de la naturaleza, innovación y tecnología, por otra.

Tiempos difíciles han obligado a reorientar y definir acciones en un mediano plazo que ayude a la solvencia y operatividad de la organización y, esperanzados, se sigue adelante más allá de las adversidades, conviniendo sobre la importancia de poder supervigilar procesos sociales que releven importancia de la protección del patrimonio ambiental y natural existente. Porque lo que no se sueña no existe.

jueves, 24 de junio de 2021

La Conservación como mecanismo de inversión desde la mirada (o perspectiva) local

@vigilantecosta > La necesidad de poner en valor económico ciertos lugares sensibles, frágiles o amenazados conviniendo que existen lugares que tienen características de invaluables o que su valor, más allá de lo meramente económico y que no son medibles o cuantificables por lo que, una vez afectados, impactados o agredidos, se convierte en algo, prácticamente, irreversible o demasiado oneroso el poder revertir ese daño, degradación o intervención. Además de poco inteligente.

En ese contexto, surge la necesidad de conocer y aplicar estrategias de medición que puedan comprender los impactos sobre el capital natural existente en un contexto determinado y los servicios ecosistémicos actuales que ofrece respecto de los cambios de estado de los sitios a intervenir, lo que ayuda a una mejor planificación y toma de decisiones en apoyo de la conservación de la biodiversidad local valorando esos servicios ecosistémicos existentes.

Esta mirada o perspectiva, debe incluir la participación activa de la comunidad local que la valide o legitime. En ese sentido, es fundamental mantener estrategias de vinculación con la comunidad, organizaciones locales, entidades públicas y organizaciones afines para consolidar la participación e incidencia como un factor de relevancia para una planificación efectiva que permita un ordenamiento integral del territorio. El agua se considera como un factor clave para ello y, en un orden lógico natural, debe priorizarse desde lo local a lo global.

Desde la economía ecológica, y como se ha dicho desde lo local a lo global, mantener una estrategia que permita convencer a los actores del territorio para lograr posicionar o converger en una visión conjunta de lo que se quiere ser en un mediano y largo plazo es fundamental para poner en valor el tipo y calidad de vida existente desde lo cultural, ancestral, geográfico, natural, etc., considerando que la mirada y problemática es multidimensional. Para ello, la búsqueda del equilibrio y aprender a conocer las capacidades de carga (más en un país como Chile que posee distintos climas y características geográficas de norte a sur), la valorización del patrimonio natural y el estado (de saud) de los recursos naturales existentes.

Paradoja del elitismo verde

También se plantea la paradoja que implica la tendencia de privados, u ONG´s internacionales, de gran patrimonio, de comprar extensiones de tierras o propiedades para una conservación elitista verde lo que, si bien contribuiría a la preservación, puede relacionarse con una suerte de discriminación dominante con respecto a las formas de vida o visión local como parques de conservación privados. En ese contexto, es importante que la comunidad tenga una participación y opinión vinculante en los procesos que permitan su integración en el contexto general de la conservación para que no implique una discriminación arbitraria que podría poner en contradicción las visiones organizacionales o comunitarias versus la mirada global o externa de grandes capitales que persiguen un fin conservacionista de carácter más reduccionista y de distinto nivel que puede terminar excluyendo a las comunidades de los procesos de conservación general beneficiándose de manera segmentada lo que podría ser criticable o contraproducente.

Es vital poder cuestionarse de donde viene la inversión o como se plantea la conservación y el como se habita el territorio. De que manera podemos integrar en vez de excluir, como podemos chilenizar nuestra propia estrategia o mecanismos de conservación para un mejor desarrollo y buen vivir desde el contexto regional y/o territorial; conciliando experiencias con la realidad local.

Lo que se busca es habitar el territorio de manera natural desde la cultura local y es ahí donde la legitimación desde la participación activa de la comunidad es lo que puede sustentar la conservación para todos y no para unos pocos. No se quiere habitar distinto el territorio. Se le quiere proteger para mejorar la calidad de vida de todos conviniendo que es algo que no tan solo nos beneficia a nosotros, sino que tiene una mirada de futuro, de largo plazo y que necesariamente implica considerar una justicia intergeneracional de la que no podemos abstraernos y que no solo aplica a comunidades humanas, sino que a los ecosistemas en su conjunto.

Se debe evitar entrar en conflictos sociales ante proyectos privados que sean impuestos por quien tiene más recursos económicos, más dinero para conservar y evaluar gobernanzas de las organizaciones para que pueda validarse, aceptarse y consolidarse en el tiempo.

El desarrollo y aplicación de la economía circular es una buena manera de enfrentar esta paradoja o dicotomía respecto de cuales son los objetivos compartidos, desde lo local a lo global o internacional, que nos ayude en la convergencia en la toma de decisiones como una forma de conocer y habitar el territorio en general.

Transparentar la conservación, su financiamiento y los objetivos de las organizaciones territoriales es importante para poder definir cuál es su proyección. No solo conservar por conservar, siendo el gran reto poder integrar y beneficiar a la sociedad en su conjunto si convenimos que es mucho más rentable poder potenciar las virtudes existentes en vez de degradarlas o ponerlas en riesgo.

En ese contexto para nosotros siempre ha sido importante el ser cuidadosos respecto de quienes nos brindan financiamiento debido que, en ocasiones, unos invierten en la protección en un sector o lugar determinado, pero, ese capital o gestor de la conservación tiene inversiones en otros lugares que son totalmente contrarios, conviniendo que no estamos de acuerdo en la tendencia de que quien destruye un lugar y paga por ello se exime de las responsabilidades.

Ser consecuentes es un desafío permanente y es una tarea ardua poder trabajar, proyectarse y evitar que el origen de financiamiento organizacional no se oponga con los objetivos o principios particulares de las organizaciones territoriales y/o ciudadanas.

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Rodrigo de la O > Director ONG Vigilante Costero > Waterkeeper Alliance Member

lunes, 26 de abril de 2021

La Corrupción: Tumor maligno de nuestra sociedad

@rodrigodelao | director @vigilantecosta waterkeepercl 

Próximamente, llegará a término mi segundo período consecutivo como representante latino en el Concejo de la Alianza Waterkeeper, el que cumplí desde 2015. Ha sido toda una aventura, un aprendizaje intenso, sobre la marcha, pero, que se ha hecho sinceramente. He intentado poder representarles en buena ley asumiendo el desafío y responsabilidad que ha implicado todo este proceso, a la confianza depositada en mi persona, y siempre esperanzado en que debemos mantener nuestra base de incidencia desde nuestro territorio y alianza.

Personalmente, un poco golpeado al observar o darme cuenta, en este tránsito, que la gran causa que debemos enfrentar y que abusa, afecta o impacta directamente nuestra naturaleza, al agua, a nuestros ríos, bosques, etc., de manera transversal, termina siendo el abuso, la corrupción instalada y, por ello, es que se han impulsado y se han hecho acciones conjuntas con nuestros programas hermanos miembros de la alianza, sobre el acuerdo de Escazú, su urgencia e importancia. Lamentando, por cierto, ausencia y renuencia de Chile por suscribirlo recordando que junto a Costa Rica fue uno de sus impulsores.

Y este abuso legalizado (mas no legítimo), instaurado en oscuros términos, consolidado por una mala clase política envanecida y deslegitimada por una ciudadanía que habita, agotada, un país perverso de colusiones, desfalcos, robos al erario nacional, financiamientos ilegales para cúpulas económico-políticas que lo han permitido, otorgandole a sus delitos penas de clases de ética como modelo de conducta y coronario de una burla sistémica que recluye e ignora, de manera morbosa y descarada, a los vulnerables, a los olvidados, en pro de quienes controlan, se benefician y reditúan de este reloj suizo de sistema cimentado en las AFP y los recursos naturales del país. Perfecto desde la óptica de su privilegio.

Ni siquiera sé si, a estas alturas, será válido preguntarse que es, cuál es el alma, la esencia del ser, de un trabajador con vocación de servicio público.

Después de varios años nuestra organización ha tenido yerros y aciertos. Triunfos ciudadanos que perduraran por siempre. Pero, también fracasos, frustraciones y derrotas de las cuales debemos aprender, y hemos aprendido, a recargarnos, reconstruyéndonos para recomenzar, conviniendo, que cualquier reto e intento en mejorar nuestras formas de vida valdrá la pena el intento. La perseverancia es una buena aliada para fortalecer y consolidar valores que contribuyan a buscar y aceptar buenas y mejores formas de vivir, principalmente, por la responsabilidad de entregar lugares habitables para las futuras generaciones. Pensar en justicia, implica pensar en ello. Simple y complejo. Paradójico. 

Defensores de los derechos de sus barrios, dirigentes sociales en sus pueblos o ciudades hoy debemos ser cautos, resguardarnos entre nosotros, ante la insanidad de ser amedrentados, amenazados, o eliminados; evidenciando la trama oscura que debemos enfrentar cuando se defienden derechos, muchas veces, de quienes no tienen voz o medios para hacerlo y terminan siendo subyugados o abusados. 

En eso, Waterkeeper ha sido y es vital; fundamental en la definición de lo que realmente es e implica una alianza global, y las maneras en que hemos colaborado, en la búsqueda de posicionar presencia y prestigio de nuestra red como organizaciones y personas dispuestas y convencidas de que la justicia social, ambiental y/o climática es un deber en su defensa y, un anhelo, en su derecho.

Mi país, Chile, vive un proceso inédito sin precedentes. Aun, y a pesar de que la pandemia ha sido un salvavidas para un gobierno que desde octubre de 2019 solo ha contribuido a su deblacle, subyace incólume la esperanza cuando un pueblo, no sus gobernantes, han impulsado el reescribir y legitimar nuestra propia constitución. La piedra angular, el consenso, en ese proceso de cambio en el que podremos redactar una carta magna de plataforma ambiental y/o ecológica donde podamos pensar en los derechos humanos y los de la naturaleza.

Justicia Ambiental y Climática. Cumbre Waterkeeper América Latina

Recientemente, a mediados de abril, terminamos nuestra Segunda Cumbre (la primera fue en Cartagena en 2019), reunión o encuentro de organizaciones latinoamericanas miembros de Waterkeeper Alliance en donde confluimos compañeros y compañeras desde Estados Unidos, México, Colombia; Costa Rica; Perú; Ecuador, Dominicana; Brasil; Chile. Impactados de como la pandemia nos ha golpeado a todos y también esperanzados en poder seguir accionando y trabajando una mirada conjunta en donde nuestra principal fortaleza es el que ya participamos de una red y un movimiento consolidado.

Uno de los conferencistas de nuestra reunión fue Jeff Tahler, abogado, quien se refirió a la Justicia Ambiental y Climática. Jeff, nos enseña cual es la definición de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) de Justicia Ambiental como “el trato justo y la participación significativa de todas las personas sin importar su raza, color, origen nacional o ingresos con respecto del desarrollo, implementación y cumplimiento de las leyes, regulaciones y políticas ambientales. Este objetivo se logrará cuando todos gocen del mismo grado de protección contra los peligros ambientales y de salud, y el mismo acceso al proceso de toma de decisiones a fin de tener un entorno saludable en el vivir, aprender y trabajar”. Añadiendo también que la Justicia Ambiental “exige el derecho a un uso ético, equilibrado y responsable de la tierra y los recursos renovables a favor de un planeta sostenible para los seres humanos y otros seres vivos”.

La Justicia Ambiental “exige el cese de la producción de todas las toxinas, desechos peligrosos y materiales radiactivos y que todos los productores pasados y actuales sean expresamente responsables ante la gente por la desintoxicación y la contención en el punto de producción”.

La Justicia Ambiental “exige el derecho a participar como socios igualitarios en todos los niveles de la toma de decisiones, incluidos en la evaluación de necesidades, la planificación, la aplicación, el cumplimiento y la evaluación”.

En relación a la definición para Justicia Climática, se refiere, a “el cambio climático que afecta con más fuerza a los hogares, comunidades y sociedades más vulnerables ecológicamente y que también carecen de la capacidad político-económica para hacerles frente y adaptarse al mismo”.

La Justicia Climática “insiste en una transición desde el discurso sobres los gases de efecto invernadero (GEI) y el derretimiento de los casquetes polares a un movimiento de derechos civiles con las personas y comunidades más vulnerables a los impactos del cambio climático que las aquejan…”.

El Caso Urgenda (Países Bajos) es emblemático. En el Artículo 2 de la Convención Europea de Derechos Humanos (European Convention on Human Rights, ECHR) “protege el derecho a la vida” y significa que una nación tiene la “obligación positiva de tomar todas las medidas adecuadas para salvaguardar la vida de quienes se encuentran dentro de su jurisdicción”.

El Artículo 8 “protege el derecho al respeto de la vida privada y familiar”, que incluye la “obligación positiva de una nación de tomar medidas razonables y apropiadas para proteger a las personas contra daños graves a su medioambiente”.

La ciencia del cambio climático, en palabras del Tribunal, obliga a la conclusión de que existe una “amenaza genuina de un cambio climático peligroso” y que “la vida y el bienestar de los residentes Holandeses podrían verse seriamente comprometidos”.

Además, “existe un alto grado de consenso internacional” sobre la necesidad de lograr al menos una reducción del 25% de las emisiones de GEI para 2020 a fin de prevenir un cambio climático peligroso. El gobierno violó sus deberes según ECHR con un objetivo a corto plazo menos ambicioso, sostuvo el tribunal.

Waterkeeper, debe ser un escudo protector para sus miembros y de cualquiera que persiga mismos principios u objetivos, en pro de esa Justicia, de manera transversal y eso, ese proceso, se ha ido consolidando y se agradece. En nuestra región la situación es brava y necesitamos abordarlo de manera conjunta, estratégicamente, evitando sobreexponernos, o que nos amedrenten, nos amenacen y/o nos sigan matando. 

Termino pensando en mi experiencia como keeper, en estos más de diez años, en la representación regional ante el concejo y en nuestro trabajo que va desde el activismo, la defensa, pudiendo incluso confrontar y debatir visiones a través de la organización local, civil o ciudadana. Buscando siempre la convergencia, potenciando, en lo más posible, nuestro rol como Waterkeeper y la responsabilidad que implica, desde lo local, como un individuo parte de mi comunidad, hasta las alianzas nacionales e internacionales, como la nuestra. Eso se construye, a través del empoderamiento, de la educación e información abierta, que contriubya a la cohesión del tejido social, desde y junto a las bases.

Agradezco en trabajo de todos y todas. Lo mejor para mi compañero y amigo Patricio Chambers, como miembro del Concejo, quien ha sido un aporte en el ordenamiento, planificación y proyección en todo este proceso. 

lunes, 1 de febrero de 2021

Reclamando los Bienes Comunes

Río Curanipe
Algunas reflexiones sobre los ríos, la vida silvestre y las personas

Por James G. Blaine y Bernard W. Sweeney / Artículo y Publicación Original en inglés / Traducción @vigilantecosta -

I. La tragedia de los bienes comunes

“Imagínese un prado abierto a todos”, escribió Garrett Hardin hace medio siglo. Su pastizal, sin embargo, no es un prado idílico donde los pastores locales pastan amistosamente sus vacas, sino un lugar de devastación inminente, donde está en el interés propio de cada agricultor empacar tantas vacas como pueda en la hierba comunal. La consiguiente "Tragedia de los bienes comunes", escribió Hardin, "trae la ruina a todos".

Tenía razón. Al tratar nuestros bienes comunes como un recurso que debe explotarse en lugar de un fideicomiso público que debe protegerse, amenazamos con destruir aquello de lo que dependemos. En ninguna parte esto es más cierto que con nuestro tratamiento de los ríos y sus cuencas hidrográficas, que sustentan toda la vida en la tierra.

The figure was designed and drafted by Meredith Sadler. View full-sized here.
Considere todo lo que un río nos proporciona: agua potable, energía eléctrica, irrigación, saneamiento, transporte, recreación, alimentos nutritivos, belleza intangible, hábitat para la vida silvestre. Hardin describe dos tipos de bienes comunes: "una canasta de alimentos", de la que las personas toman lo que necesitan, y "un pozo negro", en el que ponen lo que no quieren. Los ríos son ambas cosas, y más, porque la gente se apropia de los bienes comunes, extrayendo cantidades cada vez mayores de agua o disminuyendo su calidad hasta el punto de que no se puede utilizar (ver figura a la derecha). Es como si algunos de los pastores de Hardin volvieran a los pastos después del anochecer, cavaran la hierba y la replantaran en sus patios traseros.

Dados todos los diversos demandantes y usos de los bienes y servicios de un río, ¿es posible protegerlo tanto ahora como en el futuro? ¿Podemos diseñar una fórmula que asigne sus recursos de manera equitativa y sostenible? Por equidad, queremos decir que el uso de los bienes comunes por parte de una persona no lo perjudica para el uso de otra. Por sostenible, queremos decir que los bienes comunes se transmitan a las generaciones futuras en las mismas o mejores condiciones que las heredadas del pasado.

Comenzamos con la premisa de que (1) casi todo el mundo quiere agua dulce limpia, humedales saludables y ríos no contaminados y (2) la mayoría de nosotros dependemos de economías que durante mucho tiempo han despojado a los tres. Detener, o incluso frenar, el declive es una tarea difícil, pero palidece en comparación con tratar de restaurar un río a su pasado más prístino. Así como el daño fue causado por mil cortes en el tiempo y la cuenca del río, la restauración requerirá decenas de miles de vendajes físicos, químicos, biológicos y políticos. En el meollo del asunto están los muchos constituyentes de un río que continúan resistiéndose a limpiar los líos que ellos y sus predecesores han hecho. Para ellos, los bienes comunes no son un fideicomiso público. Es un abrevadero público.

¿El resultado? Casi la mitad de los arroyos y ríos de Estados Unidos se encuentran en malas condiciones, particularmente las cuencas hidrográficas más pequeñas que proporcionan más del 70 por ciento del agua del país. La causa, por supuesto, somos nosotros. Durante siglos, la gente ha construido represas y extraído más agua de la que nuestros ríos pueden reponer y han eliminado más desechos, toxinas y detritos de los que nuestros ríos pueden procesar. No se preocupe, dijimos, todo va río abajo, hasta que descubrimos que todos también viven río abajo.

El agua dulce y limpia no es gratis y no es más inagotable que la hierba de un prado. Un río no es una tubería cuya función es entregar agua y otros productos para el consumo humano. Es un ecosistema en el que toda la vida está conectada. Como sangre vital de las cuencas hidrográficas a través de las cuales fluyen, todos los ríos se ven profundamente afectados por las actividades humanas. "La salud de nuestras aguas", escribió Luna Leopold, "es la medida principal de cómo vivimos en la tierra".

Las mejoras significativas en la salud de los arroyos que se produjeron a raíz de la Ley de Agua Limpia de 1972 confirman que la restauración de la cuenca no solo es necesaria, sino también posible. Hemos logrado un buen progreso durante cinco décadas en la reducción de la contaminación de “fuente puntual”, cuyo origen y puntos de entrada son fácilmente rastreables, menos con la contaminación de “fuente no puntual”, que es difícil de rastrear mientras viaja por la tierra. Por el lado de la oferta, la ciudad de Nueva York, a pesar de su creciente población, ha reducido su consumo total de agua en aproximadamente un 30 por ciento durante los últimos 25 años. La lección es que, si bien restaurar los bienes comunes es costoso y requiere mucho tiempo, se puede hacer.

Ha llegado el momento de comenzar a pagar la asombrosa deuda que estamos dejando a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. No hacerlo es condenar a las generaciones futuras al agua dulce, cada vez más escasa y contaminada.

II. Restaurando los Bienes Comunes

Necesitamos un plan que sea justo, sostenible y ejecutable, uno que se base en la ciencia y la economía, honre las cualidades intangibles de un río y busque construir asociaciones entre todos los intereses de la cuenca.

El primer paso es que los científicos determinen el alcance del problema, calculen los impactos de los diversos usos en el ecosistema de un río y diseñen un plan para devolver las cuencas hidrográficas del país a un estado saludable. Un cuerpo de investigación sustancial y creciente ha proporcionado nuevas técnicas para evaluar y restaurar los sistemas fluviales de la nación. Los científicos pueden evaluar el daño a una cuenca hidrográfica a lo largo del tiempo, aislar muchas de las causas de ese daño y sugerir prácticas de mejora y protección en el futuro. La evolución acelerada de la tecnología, que en el pasado permitió principalmente prácticas extractivas y contaminantes más eficientes (y generalmente más destructivas), recientemente ha hecho posible tecnologías más limpias y prácticas innovadoras que causan menos daño ambiental incluso cuando mejoran los resultados del usuario.

El segundo paso es que los economistas determinen los costos totales, que, necesario decirlo, serán un número muy grande. Pero los costos de no hacer nada son mayores. Es hora de ir más allá de hacer pequeños cambios en nuestro estilo de vida, esperar un milagro tecnológico y patear el camino. De hecho, si los usuarios del agua hubieran pagado históricamente sus costos reales, ahora tendríamos agua limpia.

El tercer paso es diseñar un sistema para distribuir justamente esos costos, con el objetivo final de garantizar la salud de nuestros ríos y cuencas hidrográficas y proteger a las comunidades y economías que dependen de ellos.

III. Financiamiento de los comunes

Una vez que los científicos han determinado lo que se debe hacer y los economistas han calculado cuánto costará, la pregunta sigue siendo: ¿quién debería pagar cuánto? Para comenzar una discusión de este tema complejo, nos enfocamos en tres tipos de financiamiento: (1) Justicia Distributiva, (2) Apoyo Federal e (3) Iniciativas Locales.

1. Justicia distributiva

A diferencia de los pastos de Hardin, los usuarios competidores de los recursos hídricos del país no son iguales. Por el contrario, algunos grandes usuarios extraen la mayor cantidad de agua, descargan la mayor cantidad de desechos y gastan miles de millones en lobistas y políticos para que siga siendo así. Las corporaciones representan dos tercios de todo el dinero gastado en elecciones federales, y los US$6 mil millones que gastan en lobby eclipsan todos los demás esfuerzos combinados. Ese dinero compra mucho acceso, que es la intención. Debemos dejar de atender al poder económico y político de quienes causan más daño, mientras ignoramos las voces de quienes dejan la huella más pequeña. Parece tan simple: los usuarios más grandes deben pagar las tarifas más altas y los contaminadores más grandes deben pagar las multas más grandes.

Además, medimos los impactos de las actividades humanas a lo largo del tiempo. La razón para adoptar una visión a largo plazo no es ser punitivo, sino ser justo. La tala rasa y la minería en la cima de las montañas, por ejemplo, degradan la calidad del agua durante décadas; La construcción de presas y el consumo excesivo han reducido muchos ríos a un goteo; lo más triste es el Colorado, que no ha desembocado regularmente en el mar en 60 años. Necesitamos un proceso que penalice las malas prácticas, pero que también fomente métodos y tecnologías innovadores que mejoren la calidad y cantidad de nuestros ríos.

Poco después del 11 de septiembre (2001), el fiscal general de los Estados Unidos, John Ashcroft, nombró a Kenneth Fineberg para supervisar el Fondo de Compensación para Víctimas, y durante los siguientes 33 meses distribuyó US$7.375 millones a las familias de las víctimas. Fineberg ha sido árbitro en varios otros casos que involucraron desembolsos complicados de ingresos y responsabilidades, y su modelo también es aplicable en esta situación.

Creemos que las perspectivas de una solución duradera mejoran si el árbitro puede persuadir a las partes de que lleguen a un acuerdo entre ellas, en lugar de que se imponga uno desde arriba, y la teoría económica moderna sugiere un posible camino. En "The Bargaining Problem", un breve artículo publicado en 1950, un estudiante de posgrado de Princeton llamado John Nash describió un proceso en el que los participantes llegan a un acuerdo sobre la asignación de costos en situaciones complejas, un concepto por el que luego ganaría el Premio Nobel de Economía. Durante los siguientes 70 años, los economistas y matemáticos expandieron los conocimientos de Nash a una variedad de problemas del mundo real, incluida una nueva formulación de Woody Brock, que cambia la solución de Nash de una que recompensa a los poderosos a una basada en la justicia. Al final, un mecanismo que asigna los costos de manera justa, penaliza el mal comportamiento de manera rigurosa y recompensa la innovación constructiva de manera proactiva puede convertir a los adversarios en aliados y fomentar prácticas que alineen el interés propio del usuario con el de los bienes comunes. Quizás lo más importante es que tal mecanismo revocará el sistema actual de subsidios y distorsiones de precios al mismo tiempo que fomenta la actividad empresarial y la innovación.

2. Apoyo federal

El gobierno federal tiene un papel vital que desempeñar en la restauración de las cuencas hidrográficas: como regulador y ejecutor, como árbitro final, como financiador e incubadora de la innovación. Los ríos son una parte fundamental de nuestra infraestructura nacional, pero a diferencia de las carreteras, los puentes y las escuelas, no tenemos que construir un río. Solo tenemos que mantenerlo en un nivel aceptable de salud, en el que hemos fracasado estrepitosamente. Por lo tanto, el gobierno federal debe dar un paso al frente para garantizar agua dulce limpia y abundante a perpetuidad a través de una combinación de incentivos, tarifas, bonos e impuestos que asegure que cada uno de nosotros pague nuestra parte justa, una inversión en el futuro que hemos diferido durante demasiado tiempo.

Porque los ríos son un fideicomiso público y el gobierno tiene la responsabilidad legal y ética de protegerlos. La doctrina de la confianza pública, escribe el experto en derecho Richard Frank, “establece que el gobierno mantiene ciertos recursos naturales en un estado especial, en "fideicomiso ", para las generaciones actuales y futuras. Los funcionarios del gobierno no pueden enajenar esos recursos en propiedad privada ni permitir su daño o destrucción. Por el contrario, esos funcionarios tienen el deber afirmativo y continuo de salvaguardar la preservación a largo plazo de esos recursos en beneficio del público en general". Es decir, los bienes comunes no pueden privatizarse y no están a la venta.

3. Iniciativas locales

Los arroyos y ríos de Estados Unidos son un problema nacional con un electorado local; si van a ser completamente restaurados, será una línea divisoria a la vez. Los administradores más eficaces de nuestros bienes comunes son los ciudadanos comunes, a menudo voluntarios, que trabajan en sus propias cuencas hidrográficas. Sus organizaciones abarcan desde Riverkeeper y Streamwatch hasta grupos escolares y tropas de exploradores, desde plantadores de árboles y clubes de pesca hasta áreas de conservación sin fines de lucro y asociaciones público-privadas. La lista es larga, variada y esencial para el futuro del agua dulce. Los activistas locales han eliminado cientos de represas, restaurado miles de kilómetros de hábitat de arroyos y plantado millones de árboles. Su trabajo da testimonio de la importancia que las comunidades otorgan a sus propias cuencas hidrográficas y demuestra que los esfuerzos locales pueden resonar mucho más allá de sus propias cuencas hidrográficas.

Elinor Ostrom, quien en 2009 se convirtió en la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Economía, viajó por el mundo estudiando cómo las pequeñas comunidades administran sus recursos compartidos. Su trabajo desafió la visión convencional de la explotación inexorable de los comunes. Descubrió que, bajo ciertas condiciones, los usuarios locales trabajan juntos para establecer reglas que protejan la sostenibilidad económica y ecológica de los bienes comunes sin recurrir a la privatización o exigir una regulación de arriba hacia abajo. Estas reglas surgen, no del altruismo, sino del reconocimiento del interés mutuo y de la comprensión de que la economía y el medio ambiente no están en guerra; son interdependientes. “Lo que hemos ignorado”, dijo, “es lo que los ciudadanos pueden hacer y la importancia de la participación real de las personas involucradas”. Esta observación de campo llevó a la "ley de Ostrom" de que "un arreglo de recursos que funciona en la práctica puede funcionar en teoría".

En Crónicas de algas marinas, Susan Hand Shetterly observó que los recolectores y procesadores locales pidieron ser regulados cuando se enfrentaron a la ruptura de la cooperación voluntaria. Y una encuesta suiza descubrió recientemente que "las poblaciones locales están dispuestas a pagar sustancialmente más por restaurar ríos en su área de residencia de lo que están legalmente obligadas a hacer".

IV. Reclamando los Bienes Comunes

Un río no es simplemente una colección de bienes y servicios para ser explotados por humanos; es un ecosistema del que los humanos somos parte. Particularmente los usuarios más grandes, pero todos nosotros a nuestra manera más pequeña, usamos los bienes comunes públicos para beneficio privado.

Pero hay algo más profundo en juego. No hay flores silvestres en los pastos de Hardin, y al tratar los bienes comunes como solo un recurso a explotar, reconocemos solo su valor utilitario. Pero, ¿y otros valores? ¿Qué pasa con la belleza? ¿Una sensación de paz? ¿Un despertar de asombro? ¿Qué pasa con todas las personas que hacen relativamente poco daño a la salud de un río y para quienes la importancia del río no se puede medir en términos económicos? ¿Qué pasa con la vida silvestre que también depende del río? ¿Qué pasa con el río en sí? "Vine al río por la ciencia", escribió el botánico David Campbell sobre sus años en la cuenca del Amazonas, "pero me quedé por la belleza".

No somos dueños de los bienes comunes. Somos solo los mayordomos. La salud de nuestros ríos, y de nosotros mismos, requiere el despertar de la administración pública.

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Jamie Blaine es un escritor, profesor y consultor cuyos principales intereses se centran en la confluencia de los problemas ambientales y la justicia social. También escribió “Seeing the Whole River”, un precursor directo de este artículo, que apareció en la edición de invierno de 2010 de la revista Waterkeeper.

Bern Sweeney es directora ejecutiva emérita, presidenta y científica investigadora principal del Stroud Water Research Center, una institución de investigación independiente centrada en la ecología de arroyos y ríos. También es profesor adjunto emérito en la Universidad de Pennsylvania en Filadelfia.

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La imagen "Riverine Commons" fue diseñada y redactada por Meredith Sadler. Ver tamaño ampliado here.

martes, 26 de enero de 2021

La Declaración Universal de los Derechos de los Ríos

Fuente: Right of Rivers (org)

RECONOCIENDO que los ríos son esenciales para la vida toda porque sustentan una maravillosa diversidad de especies y ecosistemas, alimentan los humedales y otros hábitats acuáticos con abundante agua, suministran nutrientes que dan vida a los estuarios costeros y los océanos, transportan sedimentos a los deltas de los ríos repletos de vida, y desempeñan otras funciones ecológicas esenciales,

CONSCIENTES de que los ríos también desempeñan un papel vital en el funcionamiento del ciclo hidrológico de la Tierra, y que la viabilidad de los ríos para desempeñar este papel depende de numerosos factores, incluido el mantenimiento de las cuencas hidrográficas circundantes, las llanuras aluviales y los humedales,

RECONOCIENDO la dependencia absoluta de las personas de los ríos y los sistemas basados en el agua, que sustentan la vida humana al proporcionarnos agua limpia y abundante para beber y para el saneamiento, suelo fértil, fuentes de alimentos para millones de personas, recreación, usos culturales y nutrición del espíritu humano, como lo han hecho desde el comienzo de la civilización humana, 

CONSIDERANDO con preocupación que los seres humanos han causado una contaminación significativa de los ríos en todo el mundo, incluso con materia orgánica de aguas residuales y alcantarillado, desechos plásticos, patógenos y nutrientes de la agricultura y contaminantes de la industria, además de muchas otras formas y fuentes de contaminación, con la consiguiente disminución de la salud acuática y biodiversidad, así como extensos impactos negativos en la salud humana,

CONSIDERANDO con preocupación las desviaciones excesivas de vías fluviales y las extracciones de aguas subterráneas han reducido significativamente los caudales en los ríos de todo el mundo, y muchas vías fluviales se están secando por completo ahora, a pesar del consenso científico de que los caudales adecuados son fundamentales para la supervivencia de los ecosistemas fluviales y sirven como elemento vital de muchas aguas dulces y fluviales que dependen de los ríos y ecosistemas ribereños,

CONSIDERANDO con preocupación que los seres humanos han causado cambios físicos a gran escala en los ríos a través de represas y otras infraestructuras, lo que incluye la construcción de más de 57.000 grandes represas en todo el mundo que impactan dos tercios de todos los ríos, lo que resulta en hábitats, biodiversidad reducida, poblaciones de peces en peligro, cambio climático exacerbado y sedimentos y nutrientes retenidos que son fundamentales para la salud del ecosistema río abajo,

ENCONTRANDO que las leyes nacionales e internacionales relativas a las vías fluviales son enormemente inadecuadas para proteger la salud integral de los ríos y las cuencas hidrográficas por igual, y que estas leyes tampoco garantizan a las generaciones actuales y futuras de seres humanos y otras especies, así como a los ecosistemas, un suministro adecuado de agua limpia agua para satisfacer sus necesidades básicas,

CONSIDERANDO de que todas las personas, incluidas las comunidades indígenas y otras comunidades locales de todas las espiritualidades, han sostenido durante mucho tiempo, a través de sus tradiciones, religiones, costumbres y leyes, que la naturaleza (a menudo llamada "Madre Tierra") es una entidad portadora de derechos, y que los ríos en particular, son entidades sagradas que poseen sus propios derechos fundamentales,

CONSIDERANDO que la degradación y explotación de los ríos no es solo un problema ambiental, sino también una preocupación por los derechos de los pueblos indígenas y otras comunidades locales, ya que la destrucción de los ríos amenaza la existencia y el modo de vida de quienes dependen de los sistemas fluviales para su vida y bienestar,

RECONOCIENDO el creciente número de gobiernos en todo el mundo que buscan revertir la tendencia actual de degradación ambiental global reconociendo y haciendo cumplir los derechos inherentes de la naturaleza, incluso a través de una enmienda constitucional en Ecuador[1], dos leyes nacionales en el Estado Plurinacional de Bolivia[2] y Uganda[3] numerosas enmiendas constitucionales estatales en México[4] y decenas de ordenanzas sobre los derechos de la naturaleza en los Estados Unidos[5] y Brasil[6],

GUIADO/AS ADEMÁS por el creciente reconocimiento legal de los derechos inherentes de los ríos, incluso a través de un tratado de Nueva Zelanda que reconoce al río Whanganui (o "Te Awa Tupua") como "un todo indivisible y vivo" y "una persona jurídica", con tutores designados representar los intereses del River[7]; una decisión de la Corte Constitucional de Colombia que dictamina que la cuenca del río Atrato posee derechos de “protección, conservación, mantenimiento y restauración” y otros fallos judiciales en toda Colombia que establecen los derechos de los ríos y cuencas[8]; varias resoluciones aprobadas por los nativos americanos, incluida una resolución del Consejo General Nez Perce que reconoce los derechos del río Snake a existir, florecer, evolucionar, fluir, regenerarse y restaurarse[9], y una resolución de la tribu Yurok que reconoce los derechos del río Klamath para existir, florecer y evolucionar naturalmente libre de contaminantes y contaminación[10]; un fallo del Tribunal Superior de Bangladesh según el cual todos los ríos tienen derechos legales[11]; y una sentencia de la Corte Provincial de Ecuador que hace valer los derechos constitucionales del río Vilcabamba y pide su remediación y rehabilitación[12],

ENTENDIENDO que el reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza, y en particular el reconocimiento de los Derechos de los Ríos contenidos en esta Declaración, propiciará la creación de un nuevo paradigma jurídico y social basado en la convivencia con la naturaleza y en el respeto tanto de los Derechos de la Naturaleza como de los Derechos Humanos, en particular con referencia a las necesidades urgentes de las comunidades indígenas y los ecosistemas que han protegido durante mucho tiempo.

1. Declara que TODOS LOS RÍOS TIENEN DERECHOS FUNDAMENTALES enunciados en esta Declaración, que surgen de su propia existencia en nuestro planeta compartido.

2. Declara además que todos los ríos son ENTIDADES VIVAS que poseen personalidad jurídica en un tribunal de justicia.

3. Establece que todos los ríos deberán poseer, como mínimo, los siguientes DERECHOS FUNDAMENTALES:

  • EL DERECHO A FLUIR[13],
  • EL DERECHO A DESEMPEÑAR FUNCIONES ESENCIALES DENTRO DE SU ECOSISTEMA[14],
  • EL DERECHO A ESTAR LIBRES DE CONTAMINACIÓN,
  • EL DERECHO A ALIMENTAR Y SER ALIMENTADO POR ACUÍFEROS SOSTENIBLES,
  • EL DERECHO A LA BIODIVERSIDAD NATIVA Y
  • DERECHO A LA REGENERACIÓN Y RESTAURACIÓN;

4. Establece además que estos derechos tienen por objeto no solo garantizar la salud de los ríos, sino también LA SALUD DE LAS VERTIENTES Y LAS CUENCAS de las que forman parte los ríos, así como la salud de todos los ecosistemas y seres naturales en ellos, todos los cuales poseen, como mínimo, los derechos fundamentales para existir, prosperar y evolucionar

5. Mantiene que para asegurar la plena implementación y aplicación de estos derechos, cada río tendrá derecho a la designación independiente de uno o más tutores legales que actúen específicamente EN NOMBRE DE LOS DERECHOS DEL RÍO y que puedan representar al río en cualquier procedimiento legal o ante cualquier organismo gubernamental facultado para afectarlo, con al menos un tutor legal REPRESENTANTE INDÍGENA de aquellos ríos de los que tradicionalmente dependen las comunidades indígenas

6. Determina que los MEJORES INTERESES del río según lo determinen sus tutores legales, serán evaluados y tomados en cuenta tanto por el gobierno como por entidades privadas en todas las acciones o decisiones que conciernen a dichos ríos

 7. Resuelve que todos los estados implementarán estos derechos en su totalidad dentro de un período de tiempo razonable, incluso desarrollando y actuando sobre UNA EVALUACIÓN INTEGRADA de la salud de las cuencas hidrográficas de acuerdo con los conocimientos científicos más recientes y en asociación con todas las partes interesadas

8. Insta encarecidamente a todos los gobiernos a garantizar mecanismos financieros rápidos y adecuados para hacer realidad estos DERECHOS FUNDAMENTALES SOBRE LOS RÍOS, incluido el derecho de todos los ríos a la restauración

9. Afirma que los gobiernos deben considerar el desmantelamiento de todas las represas y otras infraestructuras destructivas que carezcan de un propósito social y ecológico convincente. Los proyectos de desarrollo que afecten adversamente los sistemas fluviales solo ocurrirán cuando sea necesario para lograr un propósito social y ecológico convincente que no pueda cumplirse por otros medios razonables, y con el TOTAL CONSENTIMIENTO, LIBRE, PREVIO E INFORMADO DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS Y OTRAS COMUNIDADES AFECTADAS, incluidas las comunidades marginadas y con el uso de las mejores tecnologías disponibles para preservar la salud del ecosistema. A largo plazo, la sociedad deberá encontrar alternativas a las represas que permitan corredores de cuencas fluviales que fluyan libremente y progresar gradualmente hacia un mundo libre de represas de una manera que se respeten los derechos de las comunidades humanas y no humanas que se han adaptado al status quo.

NOTAS AL PIE DE PAGUINA

  1. República del Ecuador, Constitución de 2008, Arts. 10, 71, 72, 73 y 74. 
  2. Bolivia, Ley de los Derechos de la Madre Tierra, Ley 071 (2010); Bolivia, Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para el Vivir Bien, Ley 300 (2012).
  3. Uganda, Ley Ambiental Nacional (2019).
  4. Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Guerrero (2016); Constitución Política de la Ciudad de México (2017); Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Colima (2019).
  5. Ver, por ejemplo, la Ordenanza No. 612 de 2006, Tamaqua Borough, Schuylkill County, Pennsylvania (2006); Ordenanza del Ayuntamiento de Santa Mónica que establece los derechos de sostenibilidad § 4.75.040 (b) (2013). 
  6. Ver, por ejemplo, Modificación de la Ley Orgánica 7/2018 de 16/05/2018, Ayuntamiento de São Paulo (2018); Modificación de la Ley Orgánica N ° 03, de 5 de enero de 2018, Ayuntamiento de Paudalho (2018).
  7. Proyecto de ley Te Awa Tupua (Acuerdo de reclamaciones del río Whanganui) (2017).
  8. Acción de tutela interpuesta por el Centro de Estudios para la Justicia Social “Tierra Digna” contra la Presidencia de la República y otros, República de Colombia, Corte Constitucional, Expediente T-5.016.242 (10 de noviembre de 2016). Ver también el Río de la Plata (2019, Juzgado Civil Municipal de La Plata); tres ríos del Tolima, entre ellos el Coello, Combeima y Cocora (2019, Tribunal Administrativo del Tolima); la Cuenca del Río Cauca (2019, Tribunal Superior de Medellín); Cuenca del Río Pance (2019, Juzgado Tercero de Ejecución de Sentencias y Medidas de Seguridad de Cali); y el Río Otún (2019, Juzgado Cuarto de Ejecución Penal de Pereira).
  9. Consejo General de Nez Perce, SPGC20-02, Resolución que establece los derechos del río Snake (18 al 20 de junio de 2020).
  10. Consejo Tribal Yurok, Resolución por la que se establecen los derechos del río Klamath (9 de mayo de 2019). 
  11. Tribunal Superior de Bangladesh (2019) (establece el río Turag como ser vivo y persona jurídica, y luego extiende este estatus legal a todos los ríos).
  12. Audiencia Provincial de Loja, Sentencia No. 11121-2011-0010 (30 de marzo de 2011).
  13. Los caudales deben, como mínimo, seguir patrones de caudal naturales y ser suficientes en cantidad para mantener la salud del ecosistema de todo el sistema fluvial. 
  14. Estos incluyen el mantenimiento de la conectividad horizontal y longitudinal, las inundaciones, el movimiento y el depósito de sedimentos, la recarga de las aguas subterráneas, la provisión de un hábitat adecuado para la flora y la fauna nativas y otras funciones esenciales.