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sábado, 8 de octubre de 2011

Colapso hídrico de Chile: crónica de un desastre anunciado

Fuente: http://entodaslasesquinas.bligoo.cl/colapso-hidrico-de-chile-cronica-de-un-desastre-anunciado
Desde el año 1955 se advirtió que, al menos en la Cuenca de Santiago, se registraba empíricamente una sobreexplotación del agua subterránea que se traducía en descenso de niveles del orden de 1 metro por año. En esa época el uso de agua subterránea era reducido. Posteriormente en el año 1968 y a raíz de una de las tantas sequías se demostró que los descensos eran generalizados y se advertía sobre la necesidad de hacer algo para evitar su agotamiento. Esto sin necesidad de aplicar modelos matemáticos de dudosa validez, simplemente midiendo los niveles en los pozos.
Numerosos profesionales de muy alta calificación académica, de los cuales hoy hay pocos, advertían sobre la necesidad de regular la explotación del agua subterránea porque estaba demostrado que la demanda era superior a la oferta en numerosas cuencas de Chile. Pero las autoridades teóricamente responsables nada hicieron, lo cual es frecuente.
Aparece el Código de Aguas en cuya redacción no participó nadie que entendiera el problema global y solo para mencionar un error garrafal hizo un distingo entre aguas superficiales y subterráneas ignorando, lo por todos sabido, que se trata de un solo recurso.
Con la Constitución del 80 se estableció que las aguas dejaban de ser un Bien Nacional de uso público y pasaban a ser de propiedad de quienes habían obtenido legalmente los respectivos derechos. Posteriormente, se modificó el Código y, salvo la incorporación de una patente irrisoria por no uso, nada importante cambió. A modo de ejemplo de esta transformación economicista que ingenuamente consideró que debía establecerse un mercado del agua, resultó que hoy la mayor parte del agua existente en Chile, no es chilena. De los usos no consuntivos, el 81% del agua chilena, es italiana ya que pertenece a Enel, quien la compró a Endesa España, la que a su vez la obtuvo graciosamente de Endesa Chile. Lo mismo pasó con las sanitarias, se les regaló gentilmente.
En la situación actual y sobre la base de datos irrefutables se puede afirmar categóricamente que el desarrollo de Chile no es sustentable en el muy corto plazo porque no hay agua suficiente. Carece de sentido absolutamente elaborar una matriz energética porque no habrá en qué utilizarla porque el agua se está acabando.
A modo de ejemplo un caso concreto: el valle de Copiapó. Hace cuatro años en el sector 4 los pozos tenían niveles harto más cercanos a la superficie y su producción superaba los 100 l/s. Hoy los niveles están a más de 130 metros y en muchos de ellos la producciones son menos de 5 l/s. La empresa sanitaria local abastece parte del consumo con un pozo “prestado” porque no tiene la capacidad suficiente en sus fuentes, parte importante de las cuales se han secado, literalmente. En sus redes se “pierde” el 50% del agua que produce.
¿Cómo se explica que se hayan otorgado cuatro veces más derechos que lo que la Hidrogeología y el sentido común aconsejaban? ¿Ignorancia, presiones políticas y privadas, sobres blancos a fin de mes, corrupción, marco legal absurdo? Algo de ello debe haber y/o una mezcla de todo.
Sean cuales sean las razones, que son similares en todo Chile, el hecho concreto es que hay que hacer un alto porque principalmente los pequeños poseedores de pozos, como los APR, van a ser los primeros en quedarse sin agua. Le seguirán los agricultores, luego la industria, la minería que podrá adecuarse si el precio del cobre se mantiene alto y los consumidores domiciliario, pero a precios altísimos por el metro cúbico. Que no podrán pagar.
Siendo esta la realidad no logro entender que se haya planteado un Seminario para evaluar si existe Sobreexplotación de agua subterránea en Chile, para lo cual no era necesario ni siguiera reunirse porque la respuesta es obvia: sí existe sobreexplotación. Y pretender convertir a Chile en una potencia alimentaria me recuerda el cuento de la lechera que escuché cuando era niño. Se proponía, por los que invitaban al seminario explotar 300.000 l/s más. ¿De dónde?
Un Estado ineficaz e incompetente, políticos más preocupados de aparecer en las noticias, ministros inexpertos técnicamente y de paso y una institucionalidad incapaz de todos los gobiernos desde Alessandri hasta ahora, son los responsables del colapso hídrico al que ya se llegó y que no es de fácil solución. Si los daños del terremoto no se han resuelto, menos aún se podrá resolver con la urgencia requerida, el desabastecimiento ya existente.
Por Raúl Campillo Urbano
Hidrogeólogo Universidad de Chile
Setiembre 28 de 2011

martes, 4 de octubre de 2011

El planeta entra en déficit ecológico tras agotar los recursos disponibles para 2011

Fuente: econoticias
El planeta entra este martes en déficit ecológico, tras haber consumido el total de su presupuesto de recursos naturales para 2011 en menos de nueve meses, según datos de la Global Footprint Network, que elabora el think tank 'The New Economics Foundation', creadores de 'El día de la deuda ecológica'.
Así, desde el 27 de septiembre hasta el 31 de diciembre de 2011 los recursos que se consuman para satisfacer la demanda ecológica se deberán a la explotación de los recursos por encima de lo que pueden producir y acumulando gases de efecto invernadero así como otros contaminantes más rápidamente de lo que la Tierra puede absorber.
"A partir de hoy la humanidad vive a crédito del planeta", ha señalado el jefe de economía ambiental de la News Economics Foundation, Aniol Esteban, que añade que esto conlleva problemas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la mayor escasez de recursos como agua, alimentos y materiales.
"Vivimos por encima de las posibilidades ecológicas del planeta, degradando los fundamentos que sustentan nuestra propia existencia sobre la Tierra", ha subrayado Esteban que ha advertido de que sin estabilidad ecológica, la estabilidad económica no será posible y que, mientras la crisis económica muestra los riesgos y consecuencias de gastar más de lo que uno tiene, las consecuencias de consumir más allá de los limites del planeta "pueden ser mayores".
A este respecto, el presidente de Global Footprint Network, el doctor Mathis Wackernagel compara el dato con gastarse el salario anual tres meses antes de que acabe el año y entonces, se pasa a depender de los ahorros cada vez más. "En poco tiempo te quedas sin ahorros", ha indicado.
LA DEMANDA CRECE A PESAR DE LA CRISIS
Asimismo, los datos observan que la crisis no ha frenado la demanda de recursos naturales puesto que desde octubre de 2008, la demanda de recursos naturales por parte de la humanidad siguió creciendo, aunque de forma más lenta que en el periodo 2000-2008.
Entre las razones que han llevado a esta situación, el informe acusa a que el sistema económico "no cuenta la verdad ecológica y social de la actividad económica humana". En ese sentido, Esteban explica que la estabilidad de la economía, los niveles empleo, y bienestar de los ciudadanos dependen del buen funcionamiento del sistema natural, sin embargo, el mundo se guía por un compás económico que no refleja la verdad ecológica y social de la actividad humana.
"El compás económico que guía gobiernos, empresas y consumidores está estropeado. Nos presenta como beneficios lo que en realidad es una perdida de riqueza para toda la sociedad. Llevar un recurso natural al colapso como 'stocks' de pesca, acuíferos y bosques cuenta como positivo en el Producto Interior Bruto. Cambiar la forma en que medimos y describimos cosas en términos económicos es esencial para asegurar la buena gestión de nuestros recursos naturales y la provisión de bienes y servicios que nos proporcionan. El medio natural puede funcionar sin la economía pero no al revés", ha valorado.
En cuanto a los datos, el informe revela que el nivel de déficit ecológico se ha doblado desde 1961 y que al nivel de consumo actual, la biocapacidad de la Tierra únicamente cubre dos tercios de la demanda global. Por ello, a nivel mundial los humanos consumen los recursos equivalentes a entre 1,2 y 1,5 planetas y, de seguir al mismo ritmo, los humanos necesitarán dos planetas al año antes de 2050.
La Global Footprint Network estima que hay casi 1,8 hectáraes globales de biocapacidad per cápita, sin embargo, la huella ecológica global per cápita es de 2,7 hectáreas. Es decir, el planeta en su conjunto mantiene un déficit ecológico de 0,9 h
ectáreas globales per cápita.
Asimismo, el informe revela la desigualdad de reparto del 'presupuesto natural' del planeta ya que los países ricos consumen la mayor parte del presupuesto ecológico anual y países como España o Reino Unido, entre otros, consumen su parte proporcional del presupuesto durante el primer tercio del año y hasta final de año tienen que depender de los recursos de otros países.
El documento precisa que si la población global viviera como un ciudadano de la India sólo sería necesario un planeta, mientras que si todo el mundo viviera como un ciudadano español, se necesitarían tres planetas al año, y hasta cinco planetas si la población mundial viviera como un ciudadano estadounidense.

¿Acuerdo pesquero o acuerdo entre empresas pesqueras?

Por: Albert Arias Arthur en Opinión - Fuente: Ciper 
Después de más de un mes de trabajo, la mesa que formó el ministro Pablo Longueira para elaborar una nueva Ley de Pesca llegó a acuerdo: la idea inicial del gobierno de licitar el 50% de las cuotas industriales se echó atrás y el único cambio se traduce en pequeñas concesiones para los pescadores artesanales. El columnista cuestiona la validez del acuerdo afirmando que la base de la nueva legislación pesquera fue definida por los privados para que no afecte sus intereses en la industria. Arias compara el acuerdo con lo que decían de los autos Lada en su tiempo: “al único que le gusta es al dueño”.
A principios de la semana pasada el ministro de Economía, Pablo Longueira, terminó el proceso de acuerdos en la Mesa Pesquera para repartir las cuotas globales de pesca entre artesanales e industriales por los próximos 20 años. Lo curioso es que durante todo el resto de la semana partidarios del acuerdo en cuestión estaban muy nerviosos y se dedicaron a “sacarlo de gira”. Se fueron al Congreso a mostrárselo a los parlamentarios y salieron en cada uno de los medios de prensa destacando lo fantástico que es el acuerdo para todos y que, según ellos, con esto se habría evitado la licitación del 50% de la fracción industrial de las cuotas de pesca. Pero si el acuerdo es tan bueno, ¿por qué están tratando de convencer de que realmente es así? Bueno, me suena a lo que decían de los autos Lada en su tiempo: “al único que le gusta es al dueño”.
Partamos por la conformación de la “Mesa Pesquera”. Los integrantes se dividen en dos: los industriales, que no quieren que se transparente la asignación mediante licitaciones abiertas -permitiendo competencia y entrada de terceros-; y dirigentes artesanales, los que fueron convencidos de que si les aplicaban la licitación a la fracción industrial se les aplicaría a ellos también para así obligarlos a llegar a un acuerdo. En este punto muchos dirán, “pero también estuvieron presentes los trabajadores y miembros del Consejo Nacional de Pesca”. La verdad es que a ellos los incluyo en el grupo de los industriales porque o bien trabajan para ellos o persiguen los mismos intereses. Ah!, y luego de una serie de reclamos, invitaron al representante de las pymes pesqueras, al que no dejaron incluir nada en el acuerdo y al final el propio subsecretario de Pesca lo increpó por no querer firmar un acuerdo que no contenía nada para ellos.
Ahora, si el lector algo ha escuchado de este tema en la prensa se preguntará: ¿qué tiene que ver la distribución entre artesanales e industriales con no licitar la fracción correspondiente a estos últimos para romper la concentración? La verdad es que ¡nada! Es más, al leer el acuerdo, este no contiene nada sobre el no licitar parte de la cuota industrial. Es por eso que los miembros de la mesa han salido remarcando que ese era su objetivo, para darlo por hecho, pero como lo dije antes, no hay nada de eso en el acuerdo. Sin embargo, aunque así fuera, una apertura de un mercado a terceros, por definición, no puede ser decidida por aquellos que quieren que el mercado se mantenga cerrado.
Lo otro curioso es que el acuerdo no contiene nada para el sector laboral, pero los dirigentes laborales estaban en la mesa y han salido celebrando el acuerdo. Incluso lo hicieron después de que los industriales dijeran que tendrán que hacer “ajustes” (léase más despidos). Claramente, este grupo de dirigentes laborales eternos no estaba preocupado de los trabajadores, sino más bien de quedar bien con sus empleadores, lo que lograron con creces.
En resumen, el acuerdo pesquero no es más que la transferencia de pequeños porcentajes de cuota del sector industrial al artesanal, pero en cantidades mínimas que no afectan a la industria. Me permito hacer un análisis breve de esta transferencia de cuotas. En la mayoría de las pesquerías en las cuales se acordó transferir cuota a los artesanales, son pesquerías cuyas cuotas globales se han establecido por sobre lo recomendado por los científicos, e incluso, por sobre lo que es posible pescar. Entonces, entregarles más cuotas a los artesanales no tiene ningún efecto real. Es simplemente un número en un papel.
La única pesquería en la que sí existió una transferencia real fue en la de sardina y anchoveta. Sin embargo, esta pesquería -que está casi totalmente dentro de las 5 millas- debería ser totalmente artesanal. Es más, la asignación al sector industrial de parte de esa pesquería se hizo, en la ley de 2001, sobre la base de la historia de pesca de los años previos al posicionador satelital, cuando los barcos industriales pescaban dentro de las cinco millas en forma ilegal.
Entonces, ¿por qué los dirigentes de los pescadores artesanales firmaron el acuerdo? Quizá la mejor forma de responder esta pregunta sería recurrir a la historia. A finales de los ’90, cuando la industria presentó el primer proyecto que les asignaba cuotas individuales, dentro de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (Conapach), existía un grupo que misteriosamente apoyó la iniciativa industrial. Como los pescadores de dicha confederación no estaban de acuerdo con esos dirigentes, y así lo defendieron, este grupo se fue y creó la Confepach (lo mismo que la otra pero ésta es de federaciones), la cual “negoció” con la industria para apoyar su proyecto. Entonces, la respuesta a la pregunta sería más o menos la misma: los dirigentes “negociaron” con la industria, claro que esta vez uno de los dirigentes también era pescador, por lo que no firmó. Esto hace pensar que hasta ahora no todo está dicho en ese acuerdo. Todavía queda ver la respuesta de los pescadores, base de las organizaciones.
Finalmente, y sumado a todo lo anterior, un acuerdo entre privados llevado por el Gobierno al Congreso para ser ley sin posibilidad de cambios estaría totalmente en contra de la razón por la cual el Parlamento existe y cuyos miembros están ahí justamente para refrendar las iniciativas como representantes del pueblo. De no ser así, se demostraría que la actual administración ha decidido cambiar de hecho lo establecido en la Constitución en su artículo 4: “Chile es una República democrática”.

domingo, 2 de octubre de 2011

Nueva Aldea: Análisis de una nueva irresponsabilidad empresarial


Por Rodrigo de la O - 
Es muy impactante observar como de forma sistemática industrias que procesan materias primas de origen orgánico, en los cada vez más abundantes monocultivos seriales, dan paso a una cantidad de externalidades difíciles de entender y aceptar.
El 21 de Septiembre de 2011 vecinos del sector La Concepción y la Unión Comunal de Ranquil, cercanos al Complejo Forestal Industrial productor de Celulosa Nueva Aldea de Celco Arauco, ubicado en las cercanías de la unión de los ríos Ñuble e Itata, en la comuna de Ranquil, denunciaron una descarga directa de Riles no tratados al estero Velenunque demostrando con meridiana claridad que no fue un accidente y que lejos de ser un hecho aislado se podría considerar una práctica recurrente.
Siempre me ha resultado brutal que una empresa de estas características se instale y, objetivamente, aún me cuesta poder comprender como se dan la condiciones para que esto se permita. Es decir, que una empresa capture agua, la procese, lucre y la devuelva contaminada cumpliendo todos los permisos ambientales, legales, avalado por los estamentos del gobierno de turno. Sin olvidar que al parecer resulta más lógico construir un ducto de 52 kilómetros de US$ 60 millones desde la industria hacia el mar pensando que, en vez de hechar los desechos al río, es mejor tirarlos al mar. Incromprensible.
Es en estos tipos de casos, en que surgen una serie de cuestionamientos, donde no puedo conformarme con aquel discurso ladino de que el poder económico de algunos puede más, vulnerando los derechos y la dignidad de otros, sean quienes sean. Cuestión que sucede por cierto, lamentablemente.
Actualmente los estudios realizados por la Universidad de Concepción han arrojado que, efectivamente, la descarga existió, reconociendo la gravedad del "error". Ahora habría que considerar otros estudios pendientes, pero lo que queda claro, es que sucedió, pudo haber sucedido antes y podría pasar de nuevo. Es aquí donde me detengo y me permito preguntar ¿que hacen las autoridades al respecto? ya que muchas veces las cosas se quedan dormidas, en silencio y los acuerdos por debajo de la mesa, espontáneamente, surgen milagrosos encontrando soluciones.
La táctica empresarial es casi siempre la misma asumir los costos, minimizar los impactos, recurrir a estrategias de acuerdos con los vecinos, desplazamientos de poblados, expansión, etc.
Es muy preocupante observar como la misma comunidad, en ocasiones, subyace a estos sistemas de acuerdos o compensaciones aminorando el real alcance de estos impactos.
Ahora bien, intentando ser lo más objetivo posible, desde la perspectiva de aquellos que viven junto a la Industria de Celulosa Nueva Aldea, con sus permanentes ruidos similares a los de un avión próximo a elevarse, los olores permanente a col recocido y, lo más preocupante, ver como se contaminan sus ríos, esteros y, probablemente, napas, punteras y pozos, es razonable querer irse, ser indemnizado e intentar una nueva vida, de mejor calidad.
Sin embargo, mis cuestionamientos continúan cuando veo que el valor económico prima entonces por sobre el valor afectivo, el apego a la historia y tradición familiar, a la cultura local, faltando el respeto a los factores identitarios, debilitándolos e, incluso en ocasiones, extingiéndolos.  Comienza un proceso de compra y venta en que de pronto existe una suerte de “sartén por el mango”, una oportunidad única de poder sacar algo claro, concreto, beneficioso en el plano individual desde la perspectiva ciudadana local.
Insisto que puedo llegar a entender esto, desde la óptica local,  cuando la situación se hace insostenible y observo en “mi estero”, el mismo que de niño recorría y del cual podía beber sin problema alguno,  un sedimento negro, ligoso, de olor indescriptible (licor negro). Dan ganas de irse, de huir, de esa tóxica invasión cuanto antes entendiendo que la batalla es injusta, fuera de contexto, pero real.
Lo que no entiendo es la posibilidad que la empresa tiene de llegar a estos acuerdos directos en donde se aplica un proceso de erradicación de poblados, culturas y formas de vida por la necesidad de permanecer su contaminante fuente de facturación y réditos. Lo que no me calza es que a través de la indemnización, por más justa que esta sea para los directamente afectados y dolorosa para la empresa (que nunca es tanto), y las mejoras o subsidios otorgados en cuestiones básicas que, por cierto, debiesen corresponder a las autoridades locales y de gobierno. ¿Donde está la autoridad en estos procesos de acuerdos?. ¿Porque no hay asesores legales especializados que permitan dictar jurisprudencia ante estas increíbles situaciones? ("Divide y vencerás" rezaba un emperador romano).
Lo que se extraña, de sobremanera, es poder judicializar estos temas y que lo que justamente la comunidad exige sea y más, por ejemplo, que se exija la inversión de procesos de circuitos de ciclo combinado para el agua y purificarla al regreso cuestión que al menos hoy merece dudas ante los hechos detectados. Sin embargo, lo que más debiese preocupar es que estos “accidentes” o “eventos” no se vuelvan una rutina y que las sanciones impliquen, además de lo que la comunidad en justicia pueda acordar, advertencias y multas serias en que las autoridades cumplan un rol efectivo por sobre estas empresas en beneficio de la gente, de nuestro patrimonio y su cuidado.
Es responsabilidad de los vecinos, del municipio local (y de todos) que queden antecedentes legales registrados que marquen parámetros de aquí en adelante para que estos abusos no se repitan. Si no asumimos eso, primero a los beneficios inmediatos del bienestar personal, no podremos detener la insolencia e impacto que estas grandes corporaciones ocasionan.
Veamos como decanta todo esto.