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sábado, 22 de julio de 2017

Multinacionales en Chile: El irresponsable silencio de los responsables

“En Chile todos los servicios básicos y los que concierne a la extracción de los recursos naturales están privatizados y entregados a los intereses y conformidades de las transnacionales y eso explica sin preámbulos porque estamos como estamos y devuelta hacia un subdesarrollo que creíamos superado” 
Nada puede ser más antichileno, cuando la ley, la forma y el protocolo de los servicios y la explotación de los recursos naturales, se deciden en Italia, España, Noruega, Canadá, Suiza, etc. Nada puede ser más irregular y fuera de orden, que cuando los directorios de estas empresas están compuestos por chilenos elegidos a dedo y no precisamente por sus profesiones, o porque representan los intereses de la ciudadanía y del gobierno y son elegidos simplemente por sus redes familiares y de amistad con el poder empresarial y político, de relaciones que son puestas al servicio de los intereses foráneos, para sacar la mejor tajada de un Chile que es de todos y no solo de algunos como muchos creen, aunque eso signifique traicionar a miles de compatriotas. Lo que podría denominarse, como “el irresponsable silencio de los responsables”.
Estos pormenores poco conocidos hasta ahora por la masa ciudadana que no tiene tiempo para preocuparse de estos temas, explican el porqué ningún senador o diputado, haya salido en defensa de los intereses de miles de ciudadanos que se quedaron sin energía domiciliaria por la ineficiencia de Enel Italia en el sector oriente de la Región Metropolitana; o de aquellos ciudadanos que en Chiloé vieron como las salmoneras contaminaban el mar; o de esos ciudadanos que soportaron los grandes incendios de las forestales, o de aquellos pobladores que hace décadas, soportan que las empresas mineras pasen a llevar sus derechos constitucionales contaminando sus territorios.
Uno de los grandes problemas del Modelo Neoliberal chileno (único en el mundo por lo demás) es que todo está en manos del mercado y de las transnacionales, haciendo en el territorio nacional, todo lo que no pueden hacer en sus países de origen y sacar jugosas ventajas comparativas a costillas de la sustentabilidad de nuestro querido Chile; en lo que se refiere a métodos y protocolos de explotación de los recursos naturales y servicios. Somos el único país del planeta que ha privatizado el agua dulce. Incluso las leyes están diseñadas para que estas mismas transnacionales puedan financiar gobiernos, diputados y senadores en sus campañas políticas por medio de los “aportes reservados” que todos sabemos que de reservados tienen bien poco y todo para que legislen y hagan la vista gorda de una serie de irregularidades, en beneficios de sus intereses comerciales.
Por segunda vez en el año, Santiago, vivió en carne propia lo que es estar bajo la jurisdicción de una transnacional sin ética y sin moral (antes con aguas andinas y ahora con ENEL) que lo único que le interesa es invertir poco y ganar mucho, para obtener la mayor rentabilidad posible, operando sin preocupación social alguna y sin importarle las consecuencias que su proceder afecte a miles de chilenos. Esta dura realidad que muchos santiaguinos la están empezando a vivir en carne propia por primera vez, es lo que viven a diario las regiones, que sufren el escarnio de las Forestales, Salmoneras y de la empresas mineras. Que tal como sucedió en el barrio alto santiaguino (por la gran nevazón) destruyen a diario la calidad de vida de cientos de ciudadanos, que ven deslegitimada su proyección de vida y de desarrollo por las malas prácticas de estas empresas.
Las leyes relacionadas con los servicios de primera necesidad y explotación de recursos naturales, han sido diseñadas para favorecer a las transnacionales y nada para garantizar los derechos de los chilenos. Estas empresas para favorecer sus intereses, pagan suculentos sueldos a los miembros designados de los directorios y políticos en general, para garantizar la inamovilidad y la falta de fiscalización. Somos un país con escasos recursos para financiar procesos de producción y solventar la infraestructura de los servicios básicos y su operación y se puede entender que la privatización es una necesidad y una norma determinada por la globalización. Pero es indudable que los organismos competentes del estado deben fiscalizar acuciosamente la operación de estas empresas, para que no abusen de su poder y que con el tiempo no terminen coartando la proyección de desarrollo del país, por permitirles apoderarse de nuestros servicios básicos y la explotación de nuestra riqueza natural, sin las mínimas normas del sentido común, destruyendo nuestra calidad de vida y contaminando nuestros territorios.
Las transnacionales carecen de responsabilidad social y poco les importa nuestra sustentabilidad y proyección de futuro; es un dato de la causa, pero no por ello debemos aceptarlo. El seudo modelo de desarrollo ha proyectado un Estado prácticamente inexistente en temas de fiscalización y no cumple con las labores mínimas y no obliga a las transnacionales a vincularse con los procesos sociales, transformando a la ciudadanía en un ente que se estruja por todos los medios posibles, sin hacer las innovaciones productivas y tecnológicas que deben, para mejorar la competitividad de los procesos de producción, a establecer condiciones laborales positivas, proyectar el entorno con sentido social, gestionar sustentablemente los territorios y comprometerse con el entorno, cultural, medioambiental y laboral del país.
El concepto de responsabilidad social de una empresa sea cual sea su giro y origen, debe ser innegociable en un país que se respete a si mismo, exigiendo respeto por las regulaciones y no permitir el abuso. Deben respetar los acuerdos sobre prevención, no estimular la corrupción como suele suceder con las transnacionales, respetar los derechos humanos de sus trabajadores y de sus clientes en materia de servicios. Garantizar el cumplimiento de las regulaciones con los subcontratistas, socios comerciales y proveedores en general, con quien establezcan relaciones laborales y comerciales. Las multas por los malos manejos y toma de decisiones inadecuadas en contra de las comunidades y del medio ambiente, deben ser ejemplarizadoras y en los casos que sea necesario, que los responsables paguen con cárcel efectiva.
Un ejemplo del abuso lo encontramos a diario en regiones. La transnacional Marine Harvest, empresa salmonera de origen Noruego, que tiene todo el sur austral contaminado y responsable de la catástrofe ambiental del mar chilote; en Noruega está sujeta a una regulación estricta. Las concesiones en ese país se renuevan cada seis meses y si no cumplen con los procesos de carga, manejo ambiental y no hacen un uso responsable de los antibióticos, pierden los permisos, les cierran los cultivos y las multas son millonarias y los responsables paguen con cárcel y están obligados a pagar sueldos éticos a sus trabajadores. En Chile las concesiones son perpetuas, no tienen exigencia alguna y no se las fiscaliza como corresponde.
Los sucesos ocurridos en Aysén en la comuna de Chile Chico en la Mina de oro Delia II, de propiedad de la Minera Cerro Bayo (canadiense) que le costó la vida a dos trabajadores, pudo haberse evitado si se hubiera fiscalizado como corresponde. Operó por décadas sin respetar el medio ambiente y la seguridad de sus trabajadores y ningún organismo competente como Sernageomin, diputado, senador, alcalde, Gobernador o Intendente de Aysén fiscalizo. Por esta negligencia murieron dos trabajadores y pudieron haber sido muchos más. Si el accidente hubiese ocurrido en un día laboral y no en un fin de semana.
Cualquier país con sentido común, que respete su proyección de futuro, en lo que se refiere a los recursos estratégicos como el agua, la energía y todo lo relacionado con las riquezas naturales, deben tener estos intereses bajo la atenta fiscalización del Estado. En Chile todos los servicios básicos y los que concierne a la extracción de los recursos naturales están privatizados y entregados a los intereses y conformidades de las transnacionales y eso explica sin preámbulos porque estamos como estamos y devuelta hacia un subdesarrollo que creíamos superado.

lunes, 17 de julio de 2017

Mar Muerto, En su tercera presentación itinerante, entrega su mensaje #Chanco

Comunicaciones | @vigilantecosta
Luego de Cobquecura y Pelluhue, respectivamente la exposición “Mar Muerto, Una Mirada para No Olvidar” del fotógrafo y activista ambiental, Daniel Casado Bissone, en su tercera instalación, se presentó en el Teatro Municipal en el marco del aniversario de la hermosa comuna de Chanco. Zona Típica y parte activa, junto a Pelluhue, de la primera Zona de Interés Turístico (ZOIT) de la región del Maule.
En esta oportunidad conversamos con el Director de ONG Vigilante Costero, Rodrigo de la O, quién es parte de la organización de esta actividad y quién nos puede dar luces de cuál ha sido el balance y objetivos de la muestra.

¿Cómo nace la exposición Mar Muerto, Una Mirada para no olvidar?
  • Fue una invitación que nos hizo su autor, Daniel Casado, un amigo fotógrafo que se ha dedicado a registrar de manera crítica situaciones o eventos relacionados con procesos que impacten, dañen o contaminen nuestro medio ambiente. Nosotros recogimos ese llamado, esa invitación y junto al movimiento local Todos Somos Cobquecura, montamos esta exposición para informar abiertamente de lo que ha sucedido más al sur con empresas salmoneras y el impacto que ha ocasionado esa industria a las comunidades locales.
¿De qué se trata la muestra, a que debe su nombre?
  • Esta exposición cuenta de 15 imágenes de amplio formato que registró Daniel en el denominado Mayo Chilote. Evento sin precedentes que ocurrió en mayo del año pasado y que produjo un gran malestar social en la Isla de Chiloé y el archipiélago Patagonia debido a un bloom de algas o FAN (Florecimiento de Algas Nocivas) que produjo una alta mortandad de salmones y fauna marina lo que derivó en un vertimiento de miles de toneladas de salmones muertos (los que no pudieron ser procesados) en el océano. Está exposición retrata esa historia y el nombre apunta a la necesidad de que no olvidemos este tipo de desastres, ni tampoco el papel que juega la industria pesquera de alta intensidad en ello.
¿Cómo es la situación actual. A un año del denominado Mayo Chilote?
  • Existe un conflicto evidente cuando se proyecta un puente en el Canal Chacao de 700 millones de dólares y la conectividad interna es pésima. No se pone en valor la condición de isleños y un puente de esa envergadura no se sabe a ciencia cierta para quién es o quién es el que realmente se beneficia de él. Hasta el día de hoy el sector aún está muy deprimido y las demandas ciudadanas buscan como primera medida reconocer que la actual ley de pesca debe ser revisada e, incluso, anulada debido a las evidencias de corrupción existentes en su tramitación. En ese sentido, surgen otros llamados como la necesidad de crear un Ministerio del Mar, terminar con la pesca de arrastre y la pesca ilegal; como así también, la necesidad de respetar y fomentar la pesca artesanal y los caladeros históricos. Hay que proteger la tradición y cultura de nuestras regiones. El respeto es esencial y es lo primero que desde hace muchos años ha faltado.
¿Cuál es el mensaje que se busca transmitir esta exposición Mar Muerto?
  • La idea surge de la necesidad de poder mantener el contacto con los amigos y amigas de Chiloé. Entender que los impactos o daños a nuestro medio ambiente, sin importar de donde seamos, son también nuestros problemas y nada tiene que ver la distancia para que no lo sean o dejen de serlo. “Vivimos en el mismo barrio”, más allá de donde seamos. Eso es muy importante y conocer otras realidades nos permiten aprender de esas experiencias y evitar que se siga repitiendo es nuestro derecho y deber. Esta exposición es para eso, para no olvidar lo que ha pasado y entender que existe una amenaza para la zona costera centro sur del país en donde una industria altamente cuestionada quiere imponer su negocio. Es fundamental, a través de actividades de distinto tipo mantener vivo el movimiento de defensa ciudadano, obligado, por cierto, a activarse y organizarse para que se les respete y no se los pase a llevar. Este tipo de eventos que combinan arte, cultura, educación y denuncia permite precisamente informar a nuestras comunidades y debatir respecto de la visión local del territorio y su futuro. No podemos quedarnos inmóviles cuando empresas privadas pretenden invertir en nuestras aguas, llevarse cuantiosas ganancias y dejar sus pasivos ambientales en un ambiente que no los necesita y que va en contra de los lineamientos o proyectos locales.
¿Qué es lo que se pretende o proyecta en la zona. Puedes describirlo brevemente?
  • Producto de la incapacidad de regenerarse de manera natural muchas concesiones marítimas para el cultivo de los salmones no pueden ser usadas en el sur. El ecosistema no da, se encuentra saturado y, más allá de la vigencia de las concesiones las empresas se ven obligadas a buscar aguas adecuadas. Esto ha derivado en que muchas concesiones no se usen y, eventualmente, son dadas de baja. Es ahí donde la industria busca nuevos espacios para su expansión y la zona del mar de Ñuble es la punta de lanza con cerca de una decena de proyectos de balsas jaula para el cultivo de salmones, cojinoba y choritos. Lo curioso es que la empresa (Pelicano) presenta los proyectos seccionados evitando un solo Estudio y presenta Declaraciones de impacto ambiental de manera independiente lo que es un claro resquicio que les permite el sistema.
¿En qué sentido es un resquicio legal la presentación de estos proyectos?
  • La posibilidad de que se pueda seccionar la presentación de un proyecto por parte de una empresa no es nuevo. Es decir, es legal, y claramente es una forma que tiene la empresa de evitar costos mayores asociados a un EIA y presentar DIAs por cada centro de cultivo es la manera más fácil de ir sorteando los obstáculos que pueda tener.  En este caso en vez de presentar un solo proyecto se presentan 11 de manera individual. No importa que sea una misma empresa, se ubiquen en el mismo espacio contiguo unos de otros lo que obviamente aumenta el impacto. Al presentarlo individualmente se estima que el impacto solo será para el área del proyecto lo cual es absurdo y un insulto a la inteligencia.
¿En que está o están estos proyectos actualmente. Cuando se decide definitivamente si se hacen o no?
  • Actualmente la empresa pidió un año de plazo, desde septiembre de 2016, para dar respuesta a cerca de 3000 observaciones que diversas personas naturales y jurídicas le hicimos al proyecto. En ese contexto, existe plazo hasta septiembre-octubre de este año para tener una respuesta al respecto de la empresa. Por nuestra parte, esperamos que prime el sentido común y se privilegie el estado actual del territorio y las posibilidades que posee sin afectar la calidad de las aguas o medio ambiente actual que es uno de los atributos más valioso de nuestra zona que no podemos afectar de ninguna manera.
Para finalizar. ¿En que otros lugares se expondrá exposición y que mensaje puede entregar?
  • Desde un comienzo la idea fue que la exposición fuera itinerante para llegar al mayor cantidad de personas, precisamente, para poder entregar un mensaje de información eficiente, que las comunidades y vecinos puedan tener una opinión al respecto. Creemos que es vital entregar un mensaje claro, a tiempo y que podamos debatir respecto de la visión local que tenemos. Esperamos poder tener nuevos lugares y seguir informando abierta y transparentemente respecto de este tipo de proyectos que buscan, por imposición, instalar un modelo de negocio privado que pone en riesgo las cualidades e infraestructura social del territorio.
Notas Relacionadas: 

martes, 20 de junio de 2017

Después de la Tormenta

Hace unos días se vivió uno de las tormentas más intensas del último tiempo. De hecho, cuatro a cinco días de ello, aún permanecen sectores rurales sin electricidad lo que, si duda, complica a las familias y vecinos residentes. Más aún, sumando las bajas temperaturas registradas en los últimos días.
Después de la tormenta, o más bien el vendaval que sopló de manera feroz el viernes y sábado recién pasado, alcanzando rafagas de casi 100 kilómetros por hora de mar a cordillera. Esto provocó muchas caídas de árboles y la mencionada falla del sistema eléctrico, que aún no se logra restablecer completamente en muchos lugares de nuestra zona, región y país.

Uno de los temas que ha inquietado a muchos vecinos de la zona es el estado actual del Bosque Paiva de Curanipe, que se usufructúa como camping municipal. En reiteradas ocasiones se expuso a Bienes Nacionales, al municipio y distintas entidades como Conaf, Gobierno Regional, Cores, autoridades y personeros de instituciones que tienen algún grado de incidencia o participación en esta área. Hoy, después de este temporal y seguro los que vendrán, la situación es, francamente, deprimente e insostenible. Hoy, se evidencia el lamentable estado del lugar y lo que se ha comunicado incansablemente se convierte en algo cada vez más difícil de enfrentar (costos asociados se incrementan cada vez más).
La nula participación de los entes responsables en la mantención e inversión respectiva hacen que el lugar desde hace meses (o años) sea un lugar de mucha peligrosidad e inviable para la recepción de personas como ha sido su uso habitual. El estado de salud del sistema boscoso es muy deficiente. Habilitarlo como un espacio para pernoctar es irresponsable.
Foto Bosque Paiva | 17062017 | Curanipe
Reiteramos una vez más la necesidad de intervenir este lugar de manera inmediata para dar los soportes y resguardos necesarios para que exista, aunque cada vez más remota, la posibilidad de salvaguardar uno de los lugares más importantes de Curanipe, siendo un patrimonio natural del pueblo que cumple un rol fundamental para su existencia.
Instamos a las organizaciones locales, vecinos y autoridades comprometerse y no solo quedarse en el discurso. Hemos insistido por muchos tiempo y se ha hecho ver de manera formal respecto del grave estado del lugar, nos hemos reunido con autoridades, se han enviado los antecedentes técnicos, sin embargo, los propietarios del lugar siguen cayendo en el mismo vicio que el lugar ha tenido durante los últimos 20 o más años, sin importar su conservación y principio por el cual fue fundado.
Bosque Paiva | Curanipe | 17062017
Notas Relacionadas:

Desde los territorios debemos proponer un nuevo Chile

@vigilantecosta
Desde hace años que se hace referencia al potencial de nuestro territorio (Maule Sur, Ñuble, Biobio Norte) como un lugar que posee condiciones, características y un tipo de desarrollo que se proyecta en base a su economía local; sumando a la teoría estrategias o mecanismos de preservación como incentivos para la inversión, permitiendo justificar el apalancar recursos destacando las virtudes de la zona y, ante todo, poder evitar su degradación, contaminación o impacto, precisamente, por la falta de un ordenamiento fundado en capacidades de carga posibles, proyecciones actuales, conectividad presente, tipos de modelo y visión del territorio, entre otras cosas. Evitando, de paso, las responsabilidades administrativas que procesos negligentes a menudo deben, o han debido, enfrentar.

Instrumentos, convenios o proyectos existentes; como la Zona de Interés Turístico Chanco-Pelluhue (ZOIT); la Certificación Ambiental de los Municipios, sus estrategias (SCAM) y objetivos; los beneficios que traen consigo los programas para atacar las mal llamadas zonas de rezago en la planificación turística estratégica. Las evidentes consecuencias que se deben enfrentar de aquí hacia adelante respecto de la conectividad actual de las regiones séptima y octava costa; con la congestión ya observada en temporada de alta demanda de visitantes en la comuna de Pelluhue. 
La Planificación y ordenamiento territorial desde las comunidades, nos permite plantearnos un desafío mayor en el que todos puedan aportar sintiéndose parte de los sueños compartidos y de llegar a un consenso claro de qué es lo que más conviene al territorio, su gente e identidad local, en el largo plazo. Es por eso que resulta válido poder considerar en nuestras regiones o territorios; pueblos, ciudades, campos o sectores rurales; estrategias de desarrollo acordes a las esas realidades particulares, con una clara tendencia a la descentralización; apuntando al potencial desarrollo existente y que éste, como norma, sea sostenible en el tiempo y amigable con su entorno.

Esto contribuye y permite dirigir esfuerzos en la valorización de las costumbres y tradiciones locales. Desde el rescate típico de nuestras comunidades y su lícita (y lúcida) visión local del territorio, ayudando a impedir, desde ahí, desde el sentido más básico de vivir en sociedad, desde la familia, la comunidad, el individuo y su propia y única visión de la vida, que debemos respetar. 
Imposiciones de modelos de negocio de lucro privado de alta intensidad en mar abierto de Ñuble, por ejemplo, son una amenaza latente que aún mantiene en vilo y en permanente estado de alerta a comunidades costeras desde el Maule hasta el Biobio, en donde las acciones, de aquí a septiembre-octubre, serán claves y decisivas para argumentar los motivos del rechazo actual al ingreso de la Acuicultura de gran escala, en mar de Ñuble, conocida la experiencia de la industria pesquera en regiones del sur del país.
Un modelo con un enfoque en mantener el equilibrio entre los atributos ligados a la oferta de servicios existentes, o en formación, es lo que necesitamos; y una dinámica armónica entre la carga de la potencial demanda (inmobiliaria, industrial, turística, acceso agua, servicios básicos, etc.) nos permite de manera objetiva, justa y veraz poder acceder a las herramientas o instrumentos de apoyo a la gestión de forma más inclusiva y transversal en el mediano y largo plazo. Las pautas administrativas para la gestión deben superar diferencias ideológico-partidistas y centrarse en estructurar políticas de largo plazo pensando en acortar trámites burocráticos para que, de verdad, existan más oportunidades.
Es responsabilidad de la organización civil poder respaldar procesos de fiscalización y denuncia en la gestión pública. La participación e incidencia ciudadana en ello es, al mismo tiempo, fundamental y un deber. 
Y, más allá de la legalidad posible, existe la ética que proviene de valores de familia y el círculo más íntimo en donde tocó crecer (azares de la vida); de la educación y su calidad, obviamente. También existe el honor y un principio básico inherente al género humano de poder hacer el bien como consecuencia de sus acciones. Lo contrario, además de ser inmoral o ilícito, no es correcto, convirtiéndose en el camino fácil hacia el pensado éxito.
Desde ese contexto, es en extremo grave que corporaciones políticas y/o empresariales actúen, prácticamente, de manera coordinada para percibir recaudos de sus negocios beneficiándose de manera sustantiva de gestiones político-estratégicas de la nación atentando gravemente la probidad y el sentido de convicción que implica el servicio público; desvirtuando, de manera grosera, el real significado de la palabra democracia y de lo que implica ese servicio público.
Quisiera, con el permiso que me da la libertad y vivir en democracia (que es algo no menor que se nos olvida defender), no ser objetivo esta vez. Inclinar mi opinión y someterla al debate, siendo crítico con el sistema; ese creado por sus creadores: nosotros (en parte). Esta falta de objetividad, confesada de antemano, la dicta la rabia y la esperanza que proviene de un clamor ciudadano que por años ya va haciendo carne la necesidad de cambios reales, más allá de llamados de campaña o simples eslóganes político partidistas. Esa creciente sangre renovada que exige la idea de una sociedad más justa, participativa, capaz de construir, de verdad, los grandes cambios en forma abierta, en paz que el Chile de hoy requiere y merece. Reconociendo desde la ciudadanía la auto critica de la inacción, pasividad o palco respecto de la toma de decisiones en el ámbito político y/o empresarial, en desmedro de regiones, territorios y comunidades quienes son, al fin del día, los que absorben los aspectos negativos del negocio privado en bienes públicos o nacionales debiendo someterse a aletargadores procesos que terminan por bajarle el perfil al verdadero impacto que, empresas e industrias de distintos rubros, realizan en pro de sus utilidades y beneficios comunicando virtudes asociadas al las rentabilidades, mas, no los relativos a sus efectos en los lugares donde este tipo de proyectos son emplazados y las responsabilidades administrativas asociadas a la aprobación de proyectos son nulas desde los aparatos del estado.
Hoy, más que nunca, requerimos de autoridades locales comprometidas que comprendan que la única manera de recuperar la confianza en nuestro sistema político y sus incumbentes es que la política seria, de fondo; y que supone ser los cimientos de nuestra república, se abra a la ciudadanía y que a través de una conciencia colectiva, de una revolución tecnológica e intelectual , el poder ciudadano sea la manera de recuperar nuestra distraída democracia y ser un verdadero ejemplo para América Latina. 


Rodrigo de la O
Maule Itata Coastkeeper | Alianza Internacional Waterkeeper | Chile |
Vigilante Costero Maule Itata ONG | Director Ejecutivo
Representante Latinoamericano en Concejo Waterkeeper (Waterkeeper Council)