@rodrigodelao
El día de hoy quedará marcado por la aprobación del proyecto termoeléctrico a carbón Barrancones de la multinacional francesa Suez Energy, de 540 MW, por la Comisión Regional del Medioambiente de la IV Región por 15 votos a favor y 4 en contra.
Junto con señalar que los 15 votos a favor corresponden a los servicios de gobierno y el resto a los CORE, el mismo día, se desarrolló una manifestación espontánea en diversas ciudades del país en que la ciudadanía cansada, gracias a las redes sociales y a un fuerte compromiso mediático reforzado en los ultimos meses, fue capaz de romper el cerco comunicacional y hacer valer su disconformidad ante la implacable ceguera del estado con su "cantinfleo” de siempre amparándose en la precaria institucionalidad ambiental vigente.
Junto con señalar que los 15 votos a favor corresponden a los servicios de gobierno y el resto a los CORE, el mismo día, se desarrolló una manifestación espontánea en diversas ciudades del país en que la ciudadanía cansada, gracias a las redes sociales y a un fuerte compromiso mediático reforzado en los ultimos meses, fue capaz de romper el cerco comunicacional y hacer valer su disconformidad ante la implacable ceguera del estado con su "cantinfleo” de siempre amparándose en la precaria institucionalidad ambiental vigente.
No me voy a detener en lo lamentable del accionar de Carabineros al reprimir de forma violenta una manifestación que, a todas luces, era pacífica y tranquila. Más bien quisiera enfocarme en la delicada situación en que nos encontramos producto de la cantinela de siempre: que el escenario energético, que la normativas, que el control de emisiones, que la medidas de mitigación, etc, etc. Un poco hastiado de tanta palabra asumo una decepción creciente del gobierno en su estado amplio siendo todos iguales y el agotamiento nace cuando observamos que no importa el sector político dado que todos ven al Estado como un botín preciado cuando en él solo debieran estar los mejores por el bien del país según entiendo.
Vemos como de pronto comienzan a aprobarse proyectos y se observan otros en lista de espera siendo una veintena los que se nos vienen en los próximos años: Castilla, Barrancones, Los Robles, Penco, Coronel, suma y sigue, sin dejar de mencionar los que llevan cuarenta años destruyendo en el norte.
La diplomacia, el juego absurdo que se nos obliga a jugar, el sentido común olvidado, no son más que estrategias que enferman el intelecto de cualquiera cuando observamos que todo el verso de la matriz diferenciada, que la proyección del país, su crecimiento, que se necesita un soporte energético tal o cual y que, por otro lado, el numero uno se muerde la lengua y se aprueban proyectos "por que el país lo necesita", pero a que costo.
La ministra del medio ambiente con su discurso primario, monosílabo, aprendido, respecto de que la Corema es un ente colegiado de índole técnico que se somete a la legislación vigente. Total todos estos "tecnopolíticos" estarán en el gobierno un tiempo, después se van, se lavan las manos y los problemas son de otro, son de todos.
El tema cansa, es verdad, agota. Pero es por la impotencia de ver como se negocia con el país y muchos, de forma impávida, observan desde su lindas salas los procesos como si fuera otro planeta.
Como sea no claudicaremos, debemos aprovecharnos, en buena lid, y que el escenario mediático actual (que hubiésemos querido desde un comienzo para el aprobado proyecto Los Robles), nos permita plantearnos el desafío ciudadano, a nivel regional y nacional, de exigir al país, al gobierno, un desafío real, potente de no hacernos daño, de no destruir lo que hoy tenemos para luego arrepentirnos tardíamente. Seamos propositivos, nosotros, los simples y comunes ciudadanos. Que se nos escuche, tenemos propuestas, movilicémonos, hagamos valer el peso que nos da nuestra libertad, nuestra democracia.
Que se termine la panacea de que vengan a proponernos de que manera debemos generar la energía con nuestros recursos naturales. Que sea el gobierno junto a su alta dirección pública, junto a sus ciudadanos, sus votantes quienes decidan en que se debe invertir y después licitemos. Que el mercado público sea claro, transparente y decidor a la hora de que Chile se presente como una nación libre y en vías de desarrollo. No podemos pretender crecer al 6% con una matriz con un 40% de carbón. Crecer más a mayor consumo, mayor costo, menores dividendos, peor imagen país. Tal vez debemos crecer menos pero a un costo per capita mas adecuado y sustentable, digo yo.
¿Porque no un plebiscito, porque no hacerse cargo de la palabra pronunciada, porque no decir de una vez que el cambio propuesto hará que las cosas se hagan mejor por que amamos nuestra tierra, sus recursos y deseamos simplemente que los que vienen después puedan disfrutarlo?, pregunto. Si se deben cambiar las leyes, cambiémoslas, no veamos todo desde el punto de vista del lucro personal. Al fin de cuentas la gran energía la necesitan las industrias y la minería y el porcentaje de nosotros los simples ciudadanos alcanza al 15%.
Necesitamos de la voluntad política para fortalecer nuestras leyes y que se exija precisamente a aquellos que ocupan el grueso de la energía que inviertan de manera directa en sus propios procesos de forma limpia, que la RSE sea de verdad y que el concepto "Huella de Carbono" se norme y se considere dentro de los procesos productivos que como consumidor tengo el derecho de conocer.
La región del Maule es una de las que más aporta al SIC y quieren, más encima, poner una central a carbón, no es justo. Basta de cargarle los dados a las regiones que tienen otras visiones, que tienen el derecho de optar por su desarrollo económico local territorial, que quieren otro futuro, otros sueños.
Solo decir que vivimos un tiempo decisivo en que cada opinión cuenta y en la que el país, nuestros políticos, nuestras leyes, nuestro gobierno deben plantearse el gran desafío de defender lo que es de todos y proyectarse positivamente dejando de ver el poder como una ventaja partidista o comercial y comenzar a entenderlo como la obligación de integrar las visiones, reconocer faltas y proyectarse positivamente por el bien de todos los chilenos.
¿Porque no un plebiscito, porque no hacerse cargo de la palabra pronunciada, porque no decir de una vez que el cambio propuesto hará que las cosas se hagan mejor por que amamos nuestra tierra, sus recursos y deseamos simplemente que los que vienen después puedan disfrutarlo?, pregunto. Si se deben cambiar las leyes, cambiémoslas, no veamos todo desde el punto de vista del lucro personal. Al fin de cuentas la gran energía la necesitan las industrias y la minería y el porcentaje de nosotros los simples ciudadanos alcanza al 15%.
Necesitamos de la voluntad política para fortalecer nuestras leyes y que se exija precisamente a aquellos que ocupan el grueso de la energía que inviertan de manera directa en sus propios procesos de forma limpia, que la RSE sea de verdad y que el concepto "Huella de Carbono" se norme y se considere dentro de los procesos productivos que como consumidor tengo el derecho de conocer.
La región del Maule es una de las que más aporta al SIC y quieren, más encima, poner una central a carbón, no es justo. Basta de cargarle los dados a las regiones que tienen otras visiones, que tienen el derecho de optar por su desarrollo económico local territorial, que quieren otro futuro, otros sueños.
Solo decir que vivimos un tiempo decisivo en que cada opinión cuenta y en la que el país, nuestros políticos, nuestras leyes, nuestro gobierno deben plantearse el gran desafío de defender lo que es de todos y proyectarse positivamente dejando de ver el poder como una ventaja partidista o comercial y comenzar a entenderlo como la obligación de integrar las visiones, reconocer faltas y proyectarse positivamente por el bien de todos los chilenos.