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jueves, 20 de agosto de 2020

Chile debe dar prioridad a los derechos al agua y a la salud antes que los intereses económicos, dice el Experto de la ONU









GINEBRA (20 de agosto de 2020) – El Gobierno de Chile no debe priorizar las plantaciones de aguacate y la producción de electricidad antes que los derechos a la salud y al agua de su pueblo, y las empresas deberían abordar los efectos negativos de sus actividades sobre estos derechos, dijo hoy el Experto de la ONU.
“El Gobierno chileno no cumple sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos si da prioridad a proyectos de desarrollo económico sobre los derechos humanos al agua y a la salud,” dijo Léo Heller, Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos al agua y al saneamiento. Se refirió específicamente al Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo, al sureste de la capital, Santiago, y al negocio de aguacate en la Provincia de Valparaíso, región al norte de Santiago.
“El Gobierno está obligado a garantizar un abastecimiento de agua suficiente para toda la gente”, dijo Heller. “Estos dos proyectos económicos pueden poner en riesgo el abastecimiento, lo que es particularmente preocupante durante la pandemia de COVID-19. He pedido al Gobierno de Chile que aclare estas dos cuestiones.”
Chile es uno de los mayores exportadores de aguacate del mundo. Debido a la escasez extrema de agua, el Gobierno declaró el año pasado el estado de “emergencia de agua” en Petorca, donde un aguacatero consume tres veces más agua que la cuota reservada para los residentes, y la provincia sufre desde el año pasado una escasez extrema de agua.
Desde 2016, se han destinado para los residentes 50 litros diarios por persona. El agua es abastecida por medio de camiones cisterna no certificados que, en ocasiones, ha sido tan insalubre que ha causado casos de diarrea infantil.
“Esto no es suficiente para cubrir las necesidades domésticas usuales durante una pandemia,” dijo Heller. “El Ministerio de Salud de Chile recomienda el lavado de manos como una de las maneras más efectivas para prevenir la propagación del COVID-19, por lo que el Gobierno debe garantizar un suministro de agua adecuado para todas las personas y asegurarse de que las empresas no socaven la capacidad del Estado para cumplir con sus obligaciones.”
El 8 de abril de 2020, el Ministerio de Salud de Chile aprobó una resolución que incrementa la cuota a 100 litros diarios por persona en la Provincia de Petorca. Ocho días después, en una decisión que podría ser ilegal conforme al derecho internacional, revocaba esta resolución. Al mismo tiempo, “inimaginablemente” dijo Heller, el Gobierno sigue otorgando nuevos derechos de agua a empresas agrícolas y no ha logrado controlar el uso ilegal y excesivo de agua de las empresas aguacateras.
El otro polémico proyecto es el Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo (PHAM) en la Cordillera de los Andes, que genera electricidad mediante el desvió de tres principales tributarios del Río Maipo, a través de 67 km de túneles.
“Este proyecto no solo podría reducir la principal fuente de agua potable de los residentes de Santiago de Chile, sino que también podría agravar la contaminación del aire en la capital” dijo Heller, dañando el “corredor verde” de la cuenca del Río Maipo que ha ayudado a compensar la contaminación.
Durante la implementación del proyecto, que debería entrar en funcionamiento en diciembre, “a pesar de que el Gobierno ha investigado los daños ambientales, no se ha tomado ninguna medida para garantizar el derecho humano al agua de la población afectada por este megaproyecto”, dijo Heller.
FIN

El experto:

El Sr. Léo Heller (Brasil) es el Relator Especial sobre los derechos humanos al agua potable y el saneamiento, nombrado en noviembre de 2014. Actualmente, el Sr. Heller es investigador de la Fundación Oswaldo Cruz de Brasil y trabajó anteriormente como Profesor del Departamento de Ingeniería Sanitaria y Ambiental de la Universidad Federal de Minas Gerais, en Brasil entre 1990 y 2014.

Los Relatores Especiales forman parte de lo que se conoce como los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Los Procedimientos Especiales, el mayor órgano de expertos independientes del sistema de derechos humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de investigación y supervisión del Consejo que se ocupan de situaciones de países específicos o de cuestiones temáticas en todas las partes del mundo. Los expertos de los Procedimientos Especiales trabajan de forma voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y prestan servicios a título individual.

Para más información y solicitudes de los medios de comunicación, por favor contacte con la Sra. Frédérique Bourque (fbourque@ohchr.org/ +41 22 917 9946).

Para consultas de los medios de comunicación sobre otros expertos independientes de la ONU, por favor contacte con Renato de Souza (+41 22 928 9855 / rrosariodesouza@ohchr.org) y Kitty McKinsey (kmckinsey@ohchr.org)

Siga las noticias relacionadas con los expertos independientes en derechos humanos de la ONU en Twitter @UN_SPExperts.

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y visite la página web en http://www.standup4humanrights.org

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sábado, 15 de agosto de 2020

Bienvenido el nuevo Santuario de los Arcos de Calán en la Región del Maule

Santuario Meullin Puye; Aysen
El día 14 de agosto de 2020, quedará en la historia como el día en que el Comité de Ministros para la Sustentabilidad aprobó la nueva categoría de Santuarios a Los Arcos de Calán, en la región del Maule; Piedra del Viento Topocalma (Puertecillo), en O'Higgins; y, Meullín Puye, en la región de Aysen, en la patagonia. 

Un trabajo de largo tiempo, y un anhelo de todos quienes convergieron para sumar capas de protección en la zona costera centro sur de Chile, es el que representa este nuevo hito para nuestra región del Maule, siendo el primer Santuario Natural costero. La interconexión de Santuarios es un insumo clave para el ordenamiento, planificación y mitigación de impactos en zona costera. 

Miles de hectáreas de zona o borde costero, campos dunares y playas son protegidos con la declaración de éstos tres nuevos Santuarios. Las zonas se destacan por ser reconocidas por su hábitat y refugio de diversas especies endémicas y nativas (flora y fauna). Junto a ello, existen una serie de servicios ecosistémicos importantes para medio ambiente y comunidades.  

Santuario Arcos de Calán, cuenta con una superficie cercana a las 243 hectareas, distinguiendose cuatro ecosistemas principales: 

  1. Litoral Rocoso; 
  2. Litoral arenoso o playas;
  3. Ecosistema marino 
  4. Bosque Relictual (remanentes de bosque eslerófilo)
Se destaca que cuenta con más de 35 especies de aves, algunas clasificadas en categorías de conservación (ej.: Zarapito Boreal; Gaviota Garuma; Halcón Peregrino; Cisne de cuello negro; Flamenco Chileno, entre otros). A ellos, se suman mamíferos como los lobos marinos, el delfín chileno (Tonina); ballenas jorobadas y cerca de 39 especies nativas de flora, entre ellas, allgunas con categoría de conservación.

Junto a Seremi Medio AMbiente del Maule; Municipalidad de Pelluhue; Comité Ambiental Comuna; vecinos y vecinas de la comuna costera de Pelluhue, junto a la Sociedad Agrícola Las Mercedes se hace justicia con un sector amenazado y de alta fragilidad.

Tres santuarios de la naturaleza se suman al Plan Nacional de Humedales completando más de 220 mil hectáreas protegidas

La creación de los santuarios de la naturaleza “Meullín Puye”, “Arcos de Calán” y “Piedra del Viento – Topocalma”, fueron aprobados  por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad, y formarán parte del Plan Nacional de Protección de Humedales 2018-2022, impulsado por el Ministerio del Medio Ambiente, con una suma total de más de 30 mil hectáreas protegidas entre los tres.

Las zonas ubicadas en las Regiones de Aysén, el Maule, y O’Higgins respectivamente, son reconocidas por ser hábitat y refugio de variadas especies nativas y endémicas de flora, fauna y de alta productividad biológica. Además de contar con ecosistemas acuáticos que entregan diversos servicios ecosistémicos relevantes en beneficio de las personas.

“Es una gran noticia para la conservación de nuestro patrimonio natural que se apruebe la creación de estos tres nuevos santuarios de la naturaleza, con los que estamos superando las 220 mil hectáreas protegidas en el Plan Nacional de Protección de Humedales 2018-2022. Además de la protección de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de estas zonas, estamos promoviendo la capacidad de un desarrollo local sustentable a través de las actividades económicas y sociales que se realizan en estos sectores”, afirmó la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt.

El santuario de la naturaleza Meullín Puye alcanza una superficie de casi 30 mil hectáreas, y su administración, que quedará a cargo de la Fundación Kreen, permitirá la protección de la biodiversidad en la cuenca del río Cuervo, además de servicios ecosistémicos como la provisión de agua, y retención de carbono. El área comprende zonas cubiertas de bosque nativo adulto, de nieve y glaciares, además de lechos de ríos y numerosos cuerpos de agua.  Entre ellos, destacan los lagos Yulton y Meullín, dando este último origen al río Cuervo, cuya desembocadura constituye una importante zona de alimentación y desove de algunas especies de peces nativos como el puye (G. platei).

En ese sector también se ha registrado el 40% del total de especies descritas para la región de Aysén, destacando 11 especies de anfibios, 77 de aves y 20 de mamíferos. En cuanto a la vegetación y flora, la formación que predomina en el área es el bosque nativo adulto denso, cubriendo aproximadamente el 47% de la superficie del santuario.  En relación a la flora, se han registrado 330 especies, en su gran mayoría nativas, como también endémicas. También en la zona existe una gran diversidad de especies de macrohongos, principalmente del reino Fungi.

En cuanto al santuario de la naturaleza Arcos de Calán, que cuenta con una superficie aproximada de 243 hectáreas, se pueden distinguir cuatro tipos principales de ecosistemas: litoral rocoso, litoral arenoso o playas, ecosistema marino y bosque relictual que alberga remanentes de bosque esclerófilo. Cuenta con más de 35 especies de aves, algunas clasificadas en categorías de conservación, como el zarapito boreal, la gaviota garuma, el halcón peregrino, el cisne de cuello negro, el flamenco chileno, y más. En el entorno también se encuentran algunos mamíferos como lobos marinos, el delfín chileno, y las ballenas jorobadas, además de cerca de 39 especies nativas de flora, algunas de ellas en categoría de conservación.

La propuesta del lugar fue realizada por el municipio de Pelluhue y la Sociedad Agrícola Las Mercedes, que consideró procesos de levantamientos de información técnica, apoyados y financiados por el Ministerio del Medio Ambiente, además de la participación de actores del sector público, sindicato de pescadores de Curanipe y la sociedad civil.

En tanto, en el santuario de la naturaleza Piedra del Viento – Topocalma, la superficie aproximada de 2.500 hectáreas se proyecta como un área protegida que busca conservar las prácticas tradicionales de pesca artesanal, cuya principal actividad es la colección de algas, además de la protección a su biodiversidad y paisaje, compatibilizando diversos usos del sector, fomentando el desarrollo del turismo en armonía con el entorno. El área propuesta por el Sindicato de Pescadores de Topocalma, la Federación de Pescadores Artesanales de la provincia Cardenal Caro y la Fundación Rompientes, está conformada por rocas marinas, playas arenosas, una laguna de características salobres separada por una barra del mar, y el estero Topocalma.

Además, el santuario destaca por su alto valor científico, debido a las diversas especies que se desplazan estacional y diariamente de acuerdo a sus necesidades alimenticias o reproductivas, como el Flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis) y el Cisne de cuello negro (Cygnus melanocoryphus)  entre otras especies marinas y terrestres como el pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti), y el chungungo (Lontra felina).

martes, 4 de agosto de 2020

Reverdece la Ecología, el Hombre despierta de su sueño

Antropoceno:

Se habla de una era del Hombre, del género humano, una era en que nos expandimos, conquistamos y avanzamos exitosamente sobre los otros reinos de la Naturaleza, llámense piedras, hongos, microorganismos patógenos y no patógenos, plantas, animales domésticos y salvajes. Con nuestra habilidad para conocer y descubrir las leyes ocultas en la materia inerte y en los organismos vivos, al parecer recibimos la llave del gobierno del mundo, del camino hacia la abundancia infinita, nada parecía escapar a los portentos de la ciencia y la industria. La ciencia y la habilidad mecánica y posteriormente eléctrica y electrónica eran la llave del tesoro del mundo.

Y avanzamos, como era de esperar, sobre todos los demás reinos, a tal velocidad y con tal voracidad, que acabamos mordiéndonos la cola. El brillo de tantas potencialidades disponibles nos encandiló. El sonido de las máquinas y de las monedas que sonaron tras esas máquinas, fue sesgando el aporte de la ciencia misma, esa antigua y adorada madrina, conduciéndola antojadizamente, dominándola con el deseo descomunal que se abrió tras la posibilidad de poder hacer y tener cada vez más. Incluso cuando la ciencia, ya convertida en una especie de laboratorista viejo y decadente, empleado por supuesto de las grandes corporaciones trasnacionales, habló sobre los límites que presentaba el planeta al avance de la industria, no hubo oídos que escucharan. El Hombre no oyó. (*) Hoy, en pleno desplome por el abismo de la inconsciencia humana, con los polos terrestres derretidos, con mega-sequías que amenazan con dejar sin alimentos a gruesas partes del planeta y definitivamente dejar morir a otras tantas. Con lo que queda de vida silvestre completamente acorralada y el desarrollo descomunal de criaderos de animales domésticos con características de campos de tortura. Con islas de plástico en los océanos de tamaño de países. Con mega incendios que han convertido en cenizas lo que nosotros mismos -la ciencia- denominamos “los pulmones del mundo”. Luego de haber arrasado con los reinos de todas las maneras imaginables por aire, por tierra, y hasta arrastrando nuestras garras por el fondo del océano, después de todo eso, de lo que el propio Hombre llamó su “desarrollo”, ocurrió algo inesperado.

El Tao:

La fruta cae cuando está madura, reza la sabiduría popular. El Tao probablemente diría que el equilibrio está siempre detrás de las cosas, en el vacío que dejan al no-estar, en el no-hacer. En el Ser.

El Ser es mucho más grande que el Hombre, y es el Hombre también, pero parece que hoy está quedando mucho más en evidencia el papel secundario de este autodenominado Homo sapiens en el concierto total. La desnudez, la precariedad y la ridícula vanidad decoran a nuestro personaje tristemente.
Incluso la ciencia, que ante los sucesos contingentes ha actualizado relativamente su condición, hoy habla desde una posición de inusitada humildad: “no sabemos qué va a pasar”, “el comportamiento del virus es impredecible”, “estamos trabajando en la vacuna” (aún sabiendo que será una medida completamente ineficiente, por lo extemporáneo de una acción preventiva ante un suceso que ya ocurrió).
Hoy no hay nada más que la ciencia y la tecnología, los portentos del Hombre, puedan ofrecer. Salvo constatar que la Naturaleza nos prestaba servicios que desconocíamos hasta ahora que nos faltan, como el ser espacio y nicho de autorregulación de microorganismos patógenos para la vida humana. Una especie de sistema inmunológico extracorpóreo que nuestra miopía no nos había permitido ver y hoy ante su ausencia exclamamos: ¡oh! De esa misma forma hoy nos damos cuenta de un suceso histórico al que atendemos justamente por su fin, por su muerte, la muerte del Antropoceno, el fin de la Era del Hombre. Ahora la ciencia, la salud, la economía, la filosofía, la historia, y todas las ramas del conocimiento humano contemplan este suceso.

Contemplan la decadencia del imperio del Hombre sobre la Tierra. Como ante el desplome de una gran catedral, muchos están inquietos, corren de un lado a otro, vociferan máximas y recetas, soluciones contraproducentes, anuncios insípidos llenos de falacias, elucubran planes absurdos tejidos con las mismas hebras de la industrialización y la ciencia que ya no sirven, y que nos han traído hasta aquí. Decrépitos, se toman la cabeza entre las manos dentro de sus palacios de naipes y miran absortos los indicadores de la bolsa de valores. Vacíos, no logran encontrar nada que resuelva nada. Las muchedumbres hambrientas y asustadas, golpean las puertas, las ollas, prenden fuego, gritan, rompen, roban, se organizan también, tratan de reencontrarse con ese antiguo orden perdido. Buscan en la solidaridad, su refugio.

Ecología:
Y la Naturaleza sigue su rumbo, como un barco virtuoso, majestuoso, que sobrevuela un océano soñado, envuelto en una nube de pájaros de todos colores, siempre en un camino espiral hacia ninguna parte y hacia el mismo lugar, lejano, inalcanzable, presente. Compleja imbricación de confabulaciones vitales, extraños magnetismos y mutualismos que forman la indescriptible red de la Vida, de la cual el ser humano es sólo una parte, una parte pequeña y bella, con capacidad creativa y sostenedora, con capacidad poética y amorosa,con capacidad de crear vida y mundos dentro de su propio mundo, increíble y
delicada tarea. Con capacidad de darse cuenta que depende y está entretejido con el Mundo Mayor, y a través de él, con todo el Universo. Aquí aparece la Ecología, la porción de conocimiento e intenciones humanas que estudia, contempla y busca sintonizar el quehacer humano con el equilibrio dinámico de la red de relaciones vitales en un Mundo en constante cambio, creación y muerte.

Y avanzamos, como era de esperar, sobre todos los demás reinos, a tal velocidad y con tal voracidad, que acabamos mordiéndonos la cola. El brillo de tantas potencialidades disponibles nos encandiló. El sonido de las máquinas y de las monedas que sonaron tras esas máquinas, fue sesgando el aporte de la ciencia misma, esa antigua y adorada madrina, conduciéndola antojadizamente, dominándola con el deseo descomunal que se abrió tras la posibilidad de poder hacer y tener cada vez más. Incluso cuando la ciencia, ya convertida en una especie de laboratorista viejo y decadente, empleado por supuesto de las grandes corporaciones trasnacionales, habló sobre los límites que presentaba el planeta al avance de la industria, no hubo oídos que escucharan. El Hombre no oyó. (*) Hoy, en pleno desplome por el abismo de la inconsciencia humana, con los polos terrestres derretidos, con mega-sequías que amenazan con dejar sin alimentos a gruesas partes del planeta y definitivamente dejar morir a otras tantas. Con lo que queda de vida silvestre completamente acorralada y el desarrollo descomunal de criaderos de animales domésticos con características de campos de tortura. Con islas de plástico en los océanos de tamaño de países. Con mega incendios que han convertido en cenizas lo que nosotros mismos -la ciencia- denominamos “los pulmones del mundo”. Luego de haber arrasado con los reinos de todas las maneras imaginables por aire, por tierra, y hasta arrastrando nuestras garras por el fondo del océano, después de todo eso, de lo que el propio Hombre llamó su “desarrollo”, ocurrió algo inesperado.

El Tao:

La fruta cae cuando está madura, reza la sabiduría popular. El Tao probablemente diría que el equilibrio está siempre detrás de las cosas, en el vacío que dejan al no-estar, en el no-hacer. En el Ser.

El Ser es mucho más grande que el Hombre, y es el Hombre también, pero parece que hoy está quedando mucho más en evidencia el papel secundario de este autodenominado Homo sapiens en el concierto total. La desnudez, la precariedad y la ridícula vanidad decoran a nuestro personaje tristemente.
Incluso la ciencia, que ante los sucesos contingentes ha actualizado relativamente su condición, hoy habla desde una posición de inusitada humildad: “no sabemos qué va a pasar”, “el comportamiento del virus es impredecible”, “estamos trabajando en la vacuna” (aún sabiendo que será una medida completamente ineficiente, por lo extemporáneo de una acción preventiva ante un suceso que ya ocurrió).
Hoy no hay nada más que la ciencia y la tecnología, los portentos del Hombre, puedan ofrecer. Salvo constatar que la Naturaleza nos prestaba servicios que desconocíamos hasta ahora que nos faltan, como el ser espacio y nicho de autorregulación de microorganismos patógenos para la vida humana. Una especie de sistema inmunológico extracorpóreo que nuestra miopía no nos había permitido ver y hoy ante su ausencia exclamamos: ¡oh! De esa misma forma hoy nos damos cuenta de un suceso histórico al que atendemos justamente por su fin, por su muerte, la muerte del Antropoceno, el fin de la Era del Hombre. Ahora la ciencia, la salud, la economía, la filosofía, la historia, y todas las ramas del conocimiento humano contemplan este suceso.

Contemplan la decadencia del imperio del Hombre sobre la Tierra. Como ante el desplome de una gran catedral, muchos están inquietos, corren de un lado a otro, vociferan máximas y recetas, soluciones contraproducentes, anuncios insípidos llenos de falacias, elucubran planes absurdos tejidos con las mismas hebras de la industrialización y la ciencia que ya no sirven, y que nos han traído hasta aquí. Decrépitos, se toman la cabeza entre las manos dentro de sus palacios de naipes y miran absortos los indicadores de la bolsa de valores. Vacíos, no logran encontrar nada que resuelva nada. Las muchedumbres hambrientas y asustadas, golpean las puertas, las ollas, prenden fuego, gritan, rompen, roban, se organizan también, tratan de reencontrarse con ese antiguo orden perdido. Buscan en la solidaridad, su refugio.

Ecología:
Y la Naturaleza sigue su rumbo, como un barco virtuoso, majestuoso, que sobrevuela un océano soñado, envuelto en una nube de pájaros de todos colores, siempre en un camino espiral hacia ninguna parte y hacia el mismo lugar, lejano, inalcanzable, presente. Compleja imbricación de confabulaciones vitales, extraños magnetismos y mutualismos que forman la indescriptible red de la Vida, de la cual el ser humano es sólo una parte, una parte pequeña y bella, con capacidad creativa y sostenedora, con capacidad poética y amorosa,con capacidad de crear vida y mundos dentro de su propio mundo, increíble y
delicada tarea. Con capacidad de darse cuenta que depende y está entretejido con el Mundo Mayor, y a través de él, con todo el Universo. Aquí aparece la Ecología, la porción de conocimiento e intenciones humanas que estudia, contempla y busca sintonizar el quehacer humano con el equilibrio dinámico de la red de relaciones vitales en un Mundo en constante cambio, creación y muerte.
Genoveva de la O Chamorro