Soy un convencido de que las experiencias que nos brinda la existencia en cada instante, en cada segundo, son oportunidades que se deben vivir de manera intensa y no dejar escapar el aprendizaje que nos regalan esas vivencias; cualquiera que ellas sean.
Hoy escribo desde mi habitación en un hotel de La Paz, Baja California, México, toda una experiencia, honestamente para mí. Son las tantas de la madrugada y mi compañero de habitación no me deja dormir gracias a su "sueño de león". Sin embargo, como señalaba en un principio, debo poder superar ese impasse y aprovechar la instancia, vivir el momento, dejar que fluyan las letras y compartir esta experiencia que se me brinda con los valientes que hagan suyas mis palabras.
Estoy por estas hermosas tierras nortinas partipando, por vez primera, en la Conferencia Anual de la Alianza Internacional Waterkeeper. Como primer representante chileno de este organismo, que agrupa a cerca de doscientos integrantes de distintos países y continentes, me siento muy complacido y espero poder seguir aprendiendo, aplicar, replicar y compartir ese conocimiento adquirido.
Sin lugar a dudas, que fruto de estos movimientos, de estas reuniones saldrán nuevas herramientas, nuevas visiones que nos permitan seguir dando la batalla con algunos que no comprenden que debemos ser amigos de los elementos y no sus eternos subyugadores. Prefiero pensar que la esperanza permanece y que estamos a tiempo.
Existen temas candentes que marcan la pauta. El terremoto tsunami de Chile es un evento natural importante a considerar. Como renacemos, de que manera concordamos una reconstrucción. Como prevemos un futuro aprovechando la instancia, estableciendo que más allá de la tragedia se convierte en una oportunidad para integralizar visiones y participar en la nueva forma y fondo.
Tambien existe la contaminación del Golfo de Mexico por BP. Uno de los desastres ecosistemicos más grandes que ha acontecido en nuestra historia reciente. Peor que un desastre natural es uno artificial; por la sencilla razón que el primero respeta un ciclo y el segundo no respeta a nadie. Además debemos compartir culpas, nos guste o no, al formar parte de la especie que lo crea, manipula y falla.
Como sea podemos ver que el movimiento Waterkeeper y todos los movimientos de protección de nuestros ecosistemas se necesitan más que nunca. Debemos potenciarnos y marcar claras guías que nos permitan retroalimentarnos, crecer y ser un contrapeso ante las grandes injusticias y colusiones que hoy en día se conforman y nos lastiman.
Como sea podemos ver que el movimiento Waterkeeper y todos los movimientos de protección de nuestros ecosistemas se necesitan más que nunca. Debemos potenciarnos y marcar claras guías que nos permitan retroalimentarnos, crecer y ser un contrapeso ante las grandes injusticias y colusiones que hoy en día se conforman y nos lastiman.
Los desastres, naturales o artificiales, nos entregan un mensaje duro, directo que es preciso analizar. Marcan un antes y un después señalando una tendencia en la que debemos, de forma unida, seguir trabajando en pro de nuestros sueños compartidos y así poder vivir de forma armoniosa en un mejor lugar.