@vigilantecosta @rodrigodelao @Watekeeper
Recientemente, termine segundo período consecutivo (6 años) como representante latino en el Concejo de la Alianza Waterkeeper. Ha sido toda una aventura, un aprendizaje intenso, sobre la marcha, pero, que se ha hecho sinceramente y estoy muy agradecido. A nuestros compañeros hermanos de América Latina, he intentado poder representarles en buena ley asumiendo el desafío y responsabilidad que ha implicado todo este proceso. Agradezco la confianza depositada en mi persona y siempre seguiré esperanzado en que debemos mantener nuestra base de incidencia desde nuestros territorios con el trabajo conjunto para nuestra región fortaleciendo el respaldo fundamental de nuestra alianza.
En el Chile de hoy, en un proceso de cambio imparable, estoy un poco golpeado al observar, o darme cuenta en todo este tránsito, que la gran causa que debemos enfrentar y que afecta o impacta directamente nuestra naturaleza y sus ecosistemas de manera transversal, termina siendo el abuso, la corrupción instalada y, por ello, se han hecho y logrado acciones conjuntas con nuestros programas hermanos miembros de la alianza sobre el acuerdo de Escazú, su urgencia e importancia. Lamentando, de nuestra parte, la ausencia y renuencia de Chile por suscribirlo recordando que junto a Costa Rica fue uno de sus impulsores y cuyo espíritu, precisamente, busca protección para quienes se disponen a proteger, pacíficamente, derechos humanos y socio ambientales en sus territorios y comunidades ante una depredación de un modelo extractivista feroz, que creemos muy firmemente se debe conversar y analizar cuando factores e indicadores actuales obligan a considerar escasez hídrica; la desertificación de tierras; una urbanización desregulada, cambios de uso de suelo irregulares, disminución de suelo apropiado para la agricultura; calentamiento global y cambio climático. Estrategias, de cualquier tipo, deben incorporar medidas de mitigación y adaptación al profundo cambio en el clima que se ha ido evidenciando en el último tiempo y que no podemos ignorar cuando la temperatura no para de subir.
Volviendo al abuso legalizado, instalado, naturalizado, instaurado en oscuros términos, consolidado por una clase política inmóvil, inepta, servil a holdings económicos y deslegitimada por una ciudadanía que habita agotada un país perverso de lobbies, conflictos de interés, mal uso de información privilegiada, colusiones, desfalcos, robos, financiamientos para cúpulas económico políticas y sus campañas para asir, mantener y controlar el poder. Y lo han permitido otorgando, como pena o sanción a los corruptos, clases de ética como coronario de una burla sistémica en la sorna de una retórica soberbia, displicente y mesiánica que recluye e ignora, de manera morbosa y descarada, a los más vulnerables en pro de quienes controlan, se benefician y reditúan de esa posición política y de ese trabajo de pago público que ostentan bajo un poder, de hecho, que no les pertenece sino que se les ha encomendado para el beneficio de toda la sociedad que, paradójicamente, se ha sustentado, en gran parte, con el capital de los trabajadores del país.
Ni siquiera sé si, a estas alturas, será válido preguntarse que es ser un trabajador con vocación de servicio público, si aún existen. Recuerdo a los Regidores de antaño. Hoy, si no fuera por los Bomberos, todo estaría perdido y conversaríamos sobre otra utopía, mito o leyenda. La esperanza es lo que nos va quedando, todavía, en esta triste y franca realidad. Y, ojalá, poder tocar fondo para renovarnos, de una buena vez.
Después de varios años nuestra organización ha tenido yerros y aciertos. En más de una década hemos tenido grandes triunfos ciudadanos que perduraran por siempre en beneficio de la vocación natural y local del territorio. Un regocijo personal por la tarea cumplida, no hay duda, pero también de satisfacción, porque son logros compartidos y un aliciente y muestra de la necesidad que tenemos de volver a respetarnos y confiar. Por eso es tan importante y trascendente involucrarse, construir comunidad; tejido social, desde las bases, cualesquiera que sean.
Porque siempre han existido y habrán fracasos, frustraciones y derrotas de las cuales debemos aprender para recargarnos; deconstruir para reconstruirnos, recomenzar y, ojalá, ante todo reunirnos; conviniendo, que cualquier reto e intento en mejorar nuestras formas de vida valdrá y será positivo para un colectivo, pero también para mí y mis cercanos, tarde o temprano. La perseverancia es una buena aliada para fortalecer y consolidar valores que contribuyan a buscar y aceptar buenas y mejores formas de vivir en comunidad bajo una misma nación y bandera que pueda incluir, por qué no, a más culturas, formas, lenguas o banderas con las que compartimos nuestro territorio. Principalmente, por la responsabilidad de entregar lugares habitables a las futuras generaciones. Pensar en justicia, implica pensar en ello. Nuestro desafío y responsabilidad, hoy, inevitablemente es de carácter intergeneracional. Donde queremos que vivan nuestros hijos e hijas, cuál es el legado que les dejamos y merecen. Y el que aún, creo, lo podemos resolver. Debemos unirnos en pos de eso. Demostrándonos que nuestra infinita inteligencia como especie la podemos usar para prevalecer y no, solamente, para autodestruirnos y pensar que lo finito es infinito, porque no lo es. Pensar en el planeta, nuestra casa. Nuestro único y maravilloso hogar.
Defensores
de barrios, pueblos o ciudades, de nuestros ecosistemas locales, humedales,
dunas, estuarios, ríos y bosques, hoy debemos ser cautos, resguardarnos entre
nosotros, ante la insanidad de ser amedrentados o, incluso, eliminados
evidenciando la trama oscura que debemos enfrentar. Programas de horror ya
instaurados en el pasado, estrategias de instalación del miedo como arma de
censura cuando no hay argumentos. Antesala del terror que no quisiéramos,
imagino, revivir.
En eso Waterkeeper ha sido y es vital; fundamental en la definición de alianza global, y las maneras en que hemos colaborado, en la búsqueda de posicionar presencia y prestigio de nuestra alianza como organizaciones y personas dispuestas y convencidas de que la justicia social, ambiental y/o climática es un derecho y un desafío que como especie debemos, urgentemente, saber enfrentar.
Rodrigo de la O
Director Vigilante Costero ONG.