@vigilantecosta #reporte
Después de varias semanas de coordinación y preparación como programa Waterkeeper, junto a Terram y organizaciones locales (Mujeres de Puchuncaví en Resistencia, Frente de Defensa Coronel, Dirigentes y Juntas de Vecinos), a principios de mayo, iniciamos un trabajo de entrenamiento y monitoreo de campo en las comunas de Puchuncaví y Coronel ante la situación alarmante en que se encuentran ambos lugares por la alta contaminación existente por procesos industriales evidenciado con recientes estudios que confirman en residentes locales la existencia de metales pesados en su sangre. A ello se suma, de manera casi natural, la alta tasa de muerte de personas por cáncer fulminante asociado, se teme, a la contaminación presente.
Después de varias semanas de coordinación y preparación como programa Waterkeeper, junto a Terram y organizaciones locales (Mujeres de Puchuncaví en Resistencia, Frente de Defensa Coronel, Dirigentes y Juntas de Vecinos), a principios de mayo, iniciamos un trabajo de entrenamiento y monitoreo de campo en las comunas de Puchuncaví y Coronel ante la situación alarmante en que se encuentran ambos lugares por la alta contaminación existente por procesos industriales evidenciado con recientes estudios que confirman en residentes locales la existencia de metales pesados en su sangre. A ello se suma, de manera casi natural, la alta tasa de muerte de personas por cáncer fulminante asociado, se teme, a la contaminación presente.
Como miembros chilenos de la internacional alianza
Waterkeeper, participamos del Equipo Internacional del Carbón (International
Coal Team y, en este caso, apoyamos este trabajo específico en éstas mal
llamadas zonas de sacrificio en donde la industria predomina y noquea a una
ciudadanía atrapada, casi inmóvil. Producto de ello, agrupamos fuerzas y diversificamos
estrategias de defensa confluyendo desde todas las áreas posibles. Comenzamos en la casi perfecta Bahía de
Quintero en Ventanas, Puchuncaví y luego en Coronel de Lota; esa ciudad minera convertido de súbito en un ambicioso y surreal puerto, de fauces enormes que se abren lentamente como queriendo devorar la ciudad.
Esa trágica convivencia, en ambos lugares, con una contaminación preocupante, presente y que se ha hecho carne. Literalmente.
Donna Lisenby - Waterkeeper Alliance |
En esta fase final del carbón se establece una condición crítica, tanto para la Bahía de Quintero, como también, para el Puerto de Coronel. Necesario hacer notar que aunque el impacto del carbón es absolutamente evidente en ambos escenarios la relación (geográfica, climática, histórica) con ese agente contaminante es diferente. En Coronel existe un antecedente afectivo histórico que debe ser considerado, su bahía o rada, es distinta y las normativas en el control y manejo apropiado de leña para la combustión en calefacción domiciliaria son nulas. Por otro lado, en Puchuncaví el carbón solo existe a través de su desembarque. A ello, debemos agregar que compañías termoeléctricas, o que generan energía por combustión de carbón, en un principio comprarían carbón de la zona para dinamizar la economía local, como característica y patrimonio de la zona. Esto último válido y aceptable desde esa perspectiva, si se aplica. No obstante, compañías emplazadas hoy no usan carbón local y, al igual que en Ventanas, solo usan aquel traído por transporte marítimo para su acopio, combustión, emisión y posterior generación de desechos.
Esperamos en los próximos días poder tener resultados finales de muestras realizadas en distintos puntos junto a la comunidad local quienes son los que permiten poder identificar los puntos o lugares más sensibles para ser evaluados y, en base a ello, poder reconocer objetivamente cuales la realidad actual, impacto en salud y medio ambiente; y las responsabilidades directas o indirectas que pudieren existir.
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