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miércoles, 4 de agosto de 2010

Una ciudad llamada eco-utopía

Por Karina Gómez Pernas, EFE-REPORTAJES, Agencia EFE, 08/07/2010
Todos soñamos con vivir en una ciudad funcional, pero Mitchell Joachim, arquitecto estadounidense, va más allá y visualiza a los ciudadanos de las grandes urbes residiendo en casas vegetales, trasladándose en dirigibles y disfrutando de espacios verdes destinados al control bioclimático estacional. La ciudad “Eco-utopía” ya está aquí.
No hay que ser un futurista para imaginarse una ciudad autosuficiente construida con materiales orgánicos no contaminantes, transitada con vehículos inteligentes interconectados entre sí y amoldables a los pequeños espacios, y embellecida con jardines flotantes para reducir el efecto de calentamiento urbano y depurar las aguas residuales.
Lo cierto es que no estamos muy lejos de empezar a materializar esta utopía. En la actualidad, ya hay varios expertos, entre ellos arquitectos, ingenieros, científicos, urbanistas y ecologistas, que se han agrupado alrededor del mundo para diseñar proyectos urbanísticos con visiones ecológicas.
La idea de los trabajos de estos progresistas radica en combinar la arquitectura, tecnología y urbanismo con la ecología, sostenibilidad y autosuficiencia con miras a la construcción de la ciudad del mañana.
URBANISTA VISIONARIO
Uno de estos genios ecológicos, ampliamente reconocido como poseedor de una gran mente visionaria que idea proyectos que rozan con lo fantástico, pero invitan al mismo tiempo a la reflexión sobre su factibilidad, es el líder ecológico en diseño, urbanismo y arquitectura, Mitchell Joachim.
El urbanista Joachim, que ha reformulado completamente el modelo de las ciudades del siglo XXI, ha sido catalogado por la revista estadounidense "Rolling Stone", en 2009, como uno de los cien agentes de cambio de EE. UU. También, según la publicación "Wired", es una de las quince personas más inteligentes y que, por tanto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, debería tener en cuenta.
En una entrevista con EFE, Joachim, también catedrático de la Universidad de Nueva York, explica algunos de los proyectos que desarrolla dentro de Terreform One y Terrefuge, un grupo filantrópico de diseño urbanístico y ecológico que fundó junto con la arquitecta Maria Aiolova en Brooklyn, Nueva York.
Al catalogar sus trabajos, descarta el uso de la etiqueta "sostenible", ya que el término "tiene una acepción muy débil" y a la vez "genérica", pues no da esa idea de "evolución, inteligencia y crecimiento".
Por tal razón, prefiere etiquetarlos como "socio-ecológicos", pues es "una condición que define precisamente el escenario, en el que se combina una parte cultural y social, con otra científica. Es una mezcla de ambas".
CIUDAD FUTURISTA
Joachim busca construir una ciudad autosuficiente: transporte inteligente, uso eficiente de recursos, generación energética, producción de alimentos y tratamiento de desechos, lo que podría "llevar entre 100 ó 150 años".
Las telecomunicaciones también ayudarán al rediseño de las metrópolis y, según Joachim, "no tardarán mucho tiempo en convertirse en tecnologías de uso público diario". En cuanto a los cambios en el modelo de transporte, piensa que se "necesitarán 15 años para ver vehículos eléctricos" en las calles.
Apuesta también por el diseño de ciudades construidas a partir de desechos (plástico para el ventanaje, compuestos orgánicos para los andamios temporales, metales para las estructuras principales) y la construcción de viviendas usando organismos vivos.
Sin embargo, si se piensa en modificar la arquitectura de las ciudades, pueden pasar "entre 30 y 40 años para ver un cambio de paradigma en el modelo de construcción de las edificaciones".
MOVILIDAD
Tomando en cuenta estas "escalas de la economía", como el mismo Joachim las define, una de las prioridades, en su agenda, giran en torno a la solución de la problemática actual de movilizarse en una gran urbe.
Dado los grandes atascos que sufrirán las ciudades en el futuro, Terreform One propone un modelo de "tráfico moderado", que implica un sistema de vehículos inteligentes interconectados a una red.
Su concepto del "automóvil urbano", seleccionado por la revista estadounidense "Time" como uno de los mejores inventos del 2007, consiste en construir un vehículo en función de la ciudad y no que sea la gran urbe la que esté diseñada en torno a los vehículos, como actualmente ocurre.
Por otra parte, los habitantes de la ciudad futurista se movilizarán compartiendo los vehículos, lo que significará una reducción del tráfico, contaminación y dependencia de las energías no renovables, tal y como detalla Zipcar, compañía pionera en ofrecer este tipo de servicios.
Considerando esto, Terreform One propone la fabricación de vehículos con materiales blandos, como el neopreno, con la finalidad de que puedan plegarse y apilarse como carritos de compra y, además, resultar menos peligrosos al estar en contacto con los transeúntes en las calles.
Los vehículos, equipados con un software que interconecta a los conductores a través de una especie de red social, al propio estilo Facebook, permitirán enviar mensajes a tiempo real sobre direcciones, estacionamientos gratuitos, advertencias de accidentes y desperfectos en las vías.
Otro proyecto de este grupo consiste en construir un bus dirigible, desde el que los pasajeros podrán subirse o bajarse fácilmente, ya que alcanzaría apenas "una velocidad de 24 km/h y los asientos se encuentran a sólo unos centímetros por encima del suelo".
URBANISMO AUTOSUFICIENTE.
El diseño de paisajes urbanos visualmente atractivos está incluido en los sueños de Joachim. Por ende, Terreform One diseña la construcción de parques públicos, espacios verdes con lagos artificiales para tratar residuos, depurar el aire y el agua, producir energía y controlar el bioclima estacional.
Apuesta también por el diseño de ciudades construidas a partir de desechos (plástico para el ventanaje, compuestos orgánicos para los andamios temporales, metales para las estructuras principales) y la construcción de viviendas usando organismos vivos.
Esta idea radica en construir una "casa vegetal", usando una técnica de jardinería ancestral: el entretejido de enredaderas, arbustos y árboles para crear estructuras. Gracias a unos andamios y un sistema de control vegetal, se fuerza la dirección de crecimiento de la vegetación con geometrías calculadas.
Por otra parte, Joachim se ha adentrado también en el mundo de la biotecnología al fundar, con el biólogo Oliver Medvedik, el instituto Bioworks e iniciar cultivos orgánicos de células, haciendo crecer carne in vitro para luego fabricar productos de uso humano, como cuero.
Si bien todas estas propuestas urbanísticas pueden sonar para muchos como una utopía o una película futurista, lo cierto es que algunas de sus bases yacen en principios ancestrales basados en relaciones simbióticas y en ideales ecológicos de Thomas Jefferson.
Sin embargo, el paso del tiempo ha ayudado a aumentar la factibilidad de estos proyectos, pues se cuenta con conocimientos tecnológicos y científicos cada vez más avanzados para hacer posible un intercambio biológico más sano entre el ambiente y los habitantes, lo que contribuiría positivamente a la calidad de vida de todos.
Fuente: MSN Verde / EFE
http://verde.latam.msn.com/articulo_efe.aspx?cp-documentid=24818149