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lunes, 4 de abril de 2011

Charla en Liceo Abate Molina de Talca. Medio Ambiente, Energía y otras yerbas

Por Rodrigo de la O - 
Hoy partimos de madrugada a la ciudad de Talca, capital del Maule, donde realizamos una presentación sobre el escenario ambiental de nuestra región y país. En realidad más que una presentación fue una charla en la que junto a unos 50 alumnos de enseñanza media compartimos ideas, conceptos y debatimos sobre los distintos conflictos ambientales que existen en Chile en la actualidad.
Fue muy grato poder estar en esta actividad donde fuimos invitados por la profesora de Geografìa Maria Eugenia Arellano, quien nos contacto por Facebook e invito a participar en esta actividad.
Junto con comentarles respecto de nuestras actividades como Programa Vigilante Costero Maule Itata, resulta notable observar como los jóvenes se informan y de manera muy lúcida hacen cuestionamientos en inician un debate que nos demuestra fehacientemente que las generaciones que nos siguen los pasos son la esperanza para enfrentar las problemáticas medio ambientales que nuestra sociedad enfrenta en la actualidad.
Fue un privilegio y seguiremos prestos y dispuestos a compartir nuestra experiencia con aquellos que los soliciten para seguir aprendiendo y fortaleciendo las redes existentes.

El momento de la verdad en el juicio contra CELCO-ARAUCO por el desastre de Valdivia: LA EMPRESA ES RESPONSABLE Y SIEMPRE LO SUPO

Por Claudia Sepúlveda Luque
Estudiante de Doctorado en Geografía Humana University of British Columbia, Canadá
Fuente: http://www.lemondediplomatique.cl/El-momento-de-la-verdad-en-el.html
Los informes periciales que hoy hemos terminado de conocer son de una importancia fundamental. Ellos vienen a reparar la grave omisión de no haber contado durante todos estos años con un pronunciamiento claro sobre la responsabilidad de una empresa que, como dicen los peritos, ha sido negligente con las normas ambientales, ha ocultado información, ha montado una dañina campaña de incertidumbre científica, y ha mostrado una conducta arrogante sobre los efectos de sus acciones. Todo indica que CELCO-ARAUCO siempre supo que era responsable.
El desastre del Santuario de la Naturaleza del Río Cruces marcó un antes y un después en la historia ambiental de Chile. El movimiento valdiviano surgido en respuesta a la masiva muerte de cisnes de cuello negro –que tenían en este humedal protegido internacionalmente la mayor colonia reproductiva de dicha especie– conmovió al país con su masividad, fuerza y perseverancia. Las repercusiones provocaron una crisis de proporciones en la institucionalidad ambiental, cuyo efecto final fue la reforma legal aprobada por el Congreso a fines del 2009 y vigente desde el 2010, que se tradujo en la creación del Ministerio del Medio Ambiente, la Superintendencia Ambiental y el nuevo Servicio de Evaluación Ambiental.
Resulta difícil entender que habiendo provocado tales repercusiones el movimiento valdiviano no haya logrado su principal objetivo: detener el desastre y recuperar el Santuario. Aunque cueste creerlo, CELCO-ARAUCO no sólo ha seguido descargando sus desechos directamente al Río Cruces sino que volvió a operar al 100% durante el 2008 y hace poco inició el trámite para duplicar su producción. De ser aprobado, éste último supondrá más insumos, más desechos y, por tanto, más contaminación. La consecuencia directa ha sido que los cisnes y el Santuario siguen sin recuperarse, como lo revelan los informes mensuales realizados por CONAF, y que el Río Cruces presenta niveles de contaminación que superan con mucho los parámetros históricos, particularmente en compuestos altamente biotóxicos como los cloratos, cuya única fuente conocida es la planta de celulosa de CELCO-ARAUCO.
¿Cómo se explica que el desastre haya persistido si la empresa ya fue identificada como la única responsable por científicos de la Universidad Austral de Chile? Efectivamente, en abril del 2005 científicos de dicha universidad valdiviana concluyeron que los efluentes de CELCO-ARAUCO “bastaban para explicar el desastre”. Sin embargo la CONAMA, que había contratado el estudio, nunca se pronunció sobre dicha conclusión y entregó el informe científico al Consejo de Defensa del Estado. Fue éste último el que interpuso una acción civil en contra de la empresa con el fin de obligarla a reparar el daño causado. Ni el requerimiento de retirar las descargas del Río Cruces ordenado el 2005 por la COREMA de Puerto Montt ni el plan para recuperar el Santuario iniciado el 2006 por CONAF tuvieron mayor efecto, limitándose a un par de consultorías irrelevantes. ¿Por qué?
Porque a pesar de que el Consejo de Defensa de Estado ha mantenido invariable su convicción sobre la responsabilidad de CELCO-ARAUCO, la falta de un pronunciamiento oficial dejó libre el camino para que la empresa sembrara la incertidumbre. Atacando el informe de la Universidad Austral y contratando a “connotados” científicos que propusieron rebuscadas explicaciones exculpatorias, CELCO-ARAUCO impuso la tesis del ecólogo de la PUC Fabián Jaksic sobre la imposibilidad de demostrar “de forma irrefutable” su responsabilidad. Tal campaña fue apoyada por prominentes figuras, como el ex candidato presidencial y senador por Valdivia Eduardo Frei, quien ofició de chaperón en el Congreso de uno de los consultores contratados por CELCO-ARAUCO. La empresa reiteró hasta el cansancio que su tecnología de punta y su impecable manejo la exculpaban, invirtiendo sumas millonarias en donaciones y campañas de imagen. El efecto fue inmovilizador. Las instituciones, confundidas, temieron responsabilizar erróneamente a la empresa y las medidas de restauración comprometidas por Chile ante la Convención Ramsar se convirtieron en un absurdo: ninguna acción tendría efecto mientras la planta de celulosa siguiera operando. El desastre continuó.
Por eso es tan relevante que hoy se hayan conocido los últimos informes periciales encargados por la jueza Gloria Hidalgo, del 1er Juzgado Civil de Valdivia, como parte del juicio del Estado de Chile en contra de CELCO-ARAUCO iniciado hace casi 6 años exactos. Seis peritos independientes de un total de siete –incluyendo geógrafos, ecólogos, biólogos e ingenieros químicos– han concluido que existe una relación directa entre las descargas de CELCO-ARAUCO y el desastre. Según los peritos, la empresa provocó el colapso ecológico del humedal, “la muerte súbita y total” de las plantas acuáticas –entre ellas el luchecillo– , la masiva mortandad de cisnes y otras especies, la pérdida de biodiversidad, y el aumento drástico de la contaminación en las aguas y sedimentos del Santuario.
Los peritos independientes destacan el accionar negligente de CELCO-ARAUCO que se refleja en el incumplimiento reiterado de las condiciones de aprobación de la Planta Valdivia, las que fueron sistemáticamente sobrepasadas como lo comprueban 17 procesos sancionatorios. Los peritos subrayan como agravante que la empresa, con toda su experiencia en operaciones similares, no haya tenido en cuenta los efectos desastrosos en el Santuario causados por las descargas tóxicas de emergencia que realizó durante episodios de “fuera de control” que promediaron uno diario durante el primer año de operaciones. A ello se suma la constatación de escurrimientos superficiales al Río Cruces de sustancias peligrosas que la empresa no sólo negó, sino que recién a partir del 2007 comenzó a tratar como lo exige la ley. Los peritos también consideran como agravante que la empresa no haya realizado “ninguna iniciativa de restauración, remediación, compensación o preocupación significativa relacionada con el Santuario en estos 8 años” (sic). Finalmente, hacen notar los sistemáticos esfuerzos de desinformación emprendidos por CELCO-ARAUCO al continuar “culpando a terceros con extrañas hipótesis y débiles explicaciones, evadiendo su responsabilidad o autoría en los hechos que produjeron el colapso y degradación ambientales hasta el día de hoy del humedal” (sic). Es decir, los peritos asumen que CELCO-ARAUCO debió saber los efectos de sus acciones y que negligente (o dolosamente, podríamos decir) no sólo persistió en ellas sino que las negó y ocultó, desinformando y confundiendo a autoridades y ciudadanos. En otras palabras, la empresa derechamente mintió sobre la gravedad de los impactos ambientales que generó, como claramente consta en el expediente.
Solo el informe de la limnóloga Irma Vila Pinto –quien integra el equipo de la Universidad de Chile que el año 2007 levantó una de tales “extrañas hipótesis”– apunta a factores climáticos como los causantes del desastre. Los restantes 6 peritos independientes, en cambio, descartaron de plano tales causas “naturales” señalando que los estudios que las sustentan presentan problemas metodológicos y son inconsistentes con la temporalidad de los eventos y con los antecedentes empíricos disponibles.
Se trata por tanto ─como los peritos insisten─ de un daño ambiental, social y económico que ha continuado ocurriendo día a día en el Santuario y en Valdivia, donde la industria turística que operaba en torno al humedal colapsó junto al ecosistema. Los peritajes destacan que durante el año 2005, por ejemplo, se produjo una baja de un 50% en el turismo de la Comuna de Valdivia, impactando negativamente al PIB regional.
Los 6 peritos independientes consideran que debido a su responsabilidad directa en el desastre, así como a los agravantes de su accionar negligente, CELCO-ARAUCO debe compensar por los costos de los perjuicios ambientales, tributarios, al turismo y al comercio, así como por daños inestimables causados “al activo potencial turístico y sentido de identidad de la comunidad valdiviana” (sic). El costo de estos daños ascendería a 86 mil millones de pesos. Además, los peritos consideran que la empresa debe financiar la restauración del Santuario y pagar por haber usado el humedal como planta de tratamiento cuaternario para sus efluentes líquidos.
La claridad, contundencia y convicción de los informes que hoy hemos terminado de conocer son de una importancia fundamental. Ellos vienen a reparar la grave omisión de no haber contado durante todos estos años con un pronunciamiento claro sobre la responsabilidad de una empresa que, como dicen los peritos, ha sido negligente con las normas ambientales, ha ocultado información, ha montado una dañina campaña de incertidumbre científica, y ha mostrado una conducta arrogante sobre los efectos de sus acciones. Las comunidades afectadas han pagado un costo demasiado alto que no podrá ser fácilmente compensado. No sólo han visto desaparecer parte de su patrimonio ambiental, sino que se han visto obligadas a convivir con la incertidumbre sobre los riesgos a la salud derivados de la contaminación que día a día se acumula en el entorno de Valdivia y otras localidades. Lo que es más grave, han presenciado impotentes cómo esta empresa ambientalmente irresponsable limpia su imagen con generosas donaciones –la última recibida por la propia Universidad Austral– mientras insiste en no tener relación con lo ocurrido en el Río Cruces.
Dos son las principales implicancias de estos informes. Primero, demuestran que la operación planta de celulosa de CELCO-ARAUCO es incompatible con la recuperación del Santuario. La reparación ambiental que la empresa debería realizar supone por tanto la detención de su descarga a Río Cruces. Segundo, que confirman que la empresa supo desde un comienzo que era responsable pero prefirió negarlo con millonarias campañas y estudios cuyo efecto ha sido agravar el daño causado, comprometiendo de paso la credibilidad de instituciones como la ciencia.
Lo que los peritos han dicho hoy los ciudadanos lo dijeron hace años basados en los mismos o similares antecedentes. Pero lo que hoy ha cambiado es que la responsabilidad de CELCO-ARAUCO ha quedado por fin oficialmente establecida. La empresa tiene hoy la última oportunidad de reconocerlo públicamente, como debió hacerlo desde un inicio. Con ello no sólo contribuiría a un proceso real de restauración del Santuario sino que podría finalmente dar una señal de tener la voluntad de actuar correctamente. Por el bien de la comunidad a la que tanto ha dañado.

lunes, 28 de marzo de 2011

Un año después del terremoto-tsunami, la Batalla por el Agua Limpia continúa en Chile

La costa chilena se extiende 2,700 millas, en los 38° de latitud. Eso es comparable a la franja costera del Pacífico, desde La Paz, México hasta el norte de Colombia Británica, Canadá. Es un país con una geografía salvaje, una tierra con los más variados tipos de clima, desde algunos de los desiertos más secos, zonas de clima mediterráneo, subtropical húmedo, como la Isla de Pascua, hasta las regiones frías de montaña y sus numerosas islas en el sur.
Es una magnífica costa que no sólo proporciona un hábitat para nutrias, delfines, ballenas y otras especies costeras y marinas sino que también nos brinda algunas de las mejores olas del planeta.
En febrero de 2010, Chile fue golpeado con un terremoto de una magnitud 8,8 Richter y  tsunamis que devastaron más de 400 millas a lo largo de la costa cobrndo la vida de muchos chilenos. Save The Waves, encabezado por mi predecesor, Josh Berry, pudo hacer entrega de suministros y equipos para el pueblo chileno colaborando en proyectos comunitarios para que la gente pudiera volver a levantarse. Entre otros suministros, el equipo de Save The Waves, entregó mil filtros de agua los que permitió a más de 10 mil chilenos tener acceso a aguia limpia inmediatamente después de ocurrido el desastre. Esto demuestra una posición unica para poder colaborar en la ayuda tras este tipo de desastres.
Al visitar la región, entiendo completamente por qué Save The Waves decidió emprender su proyecto de ayuda. Con gente muy hospitalaria y un litoral de este tipo no era una opción para cruzarse de brazos. El equipo STW se sintió obligado a apoyar a las personas que han trabajado con nosotros, uno al lado del otro, durante los últimos cinco años en cuestiones de conservación y calidad del agua. La salud de los hábitats costeros-marinos y la fauna también depende el bienestar y la vitalidad de las comunidades costeras de Chile.
El epicentro del terremoto fue localizado cerca de la costa de Cobquecura en la región del Bío Bío (al suroeste de Santiago). Las olas del tsunami se dirigieron al noreste y al sureste del epicentro, golpeando duro en el norte Pelluhue, Curanipe,  Constitución, Iloca y Duao y Talcahuano, Dichato, Concepción por el sur. La destrucción ocasionada es asombrosa. Incontables veces mis compañeros recuerdan lo que era una estructura y ahora es sólo suciedad. Se dice, "Solía haber casas aquí, un restaurante o un teatro estaba allá." En Constitución, en la desembocadura del río Maule comunidades construidas en el ribera  terminaron muy retiradas y dañadas.
Un año más tarde, muchos de los pueblos afectados todavía están luchando para recuperarse y volver normalidad como era antes del terremoto. Las comunidades se han reconstruido, aunque algunas personas siguen viviendo en campamentos que estaban destinados a ser temporales. Al ver que las secuelas de la catástrofe siguen siendo una realidad cotidiana, un año más tarde, mis pensamientos se vuelcan a la situación actual de la población de Japón, que se vieron afectados por una situación incluso peor apenas unos días antes de mi viaje a Chile.
Resulta comprensible dado las necesidades inmediatas que se hayan priorizado a raíz del terremoto y el tsunami. No obstante, la calidad del agua sigue siendo un problema para la línea de costa, donde los gigantes industriales gobiernan la tierra. En 2008, Save The Waves, después de haber trabajado en la región durante años, fundó el Vigilante Costero Maule Itata (Coastkeeper), en asociación con la ONG Fiscalía del Medio Ambiente, FIMA. La misión del Vigilante Costero Maule Itata es monitorear la calidad del agua a lo largo de esta región desde el río Maule hasta el río Itata, a lo largo de la costa centro sur de Chile. Rodrigo de la O trabaja para vigilar la costa, educar y fomentar la capacidad de la comunidad local para actuar como promotores en temas de calidad del agua. Carismático, humilde y apasionado, Rodrigo trabaja con la comunidad local para proteger el patrimonio costero de las regiones Maule y Biobío.
En 2006, pese a la oposición vehemente de Save The Waves y grupos locales como Salvemos Cobquecura, una planta de celulosa, propiedad de la empresa CELCO fue construido en el valle del río Itata. La planta, el Complejo Industrial Forestal Nueva Aldea, es la planta más grande de su tipo en la región con la capacidad de producir más de 800.000 toneladas de celulosa blanqueada por año. Originalmente se vertían los desechos directamente al río Itata, Celco construye un gasoducto de 50 kilómetros, terminado tres años después de la apertura de la planta en 2009, para llevar bajo tierra los efluentes de la planta a través de terrenos agrícolas de la región hacia el océano. Este efluente lleva a los subproductos de la producción de celulosa, que incluye el uso de cloro para blanquear la pulpa dejando organoclorados altamente tóxicos como las dioxinas y los furanos. De pie en la desembocadura del río cerca de la última sección del ducto, la tierra tiembla producto de las bombas subterraneas obligando a los residuos llegar al océano. Estos desechos son depositados en el mar a lo largo de un tramo de un rompiente de perfecta derecha que domina la región.
Al norte de la planta Nueva Aldea, Constitución, una vez llamada la Perla del Maule, es un pueblo que ha estado viviendo con la realidad de la producción de celulosa desde finales de 1960. La planta de celulosa ocupa la costa principal de la ciudad y emite gases que queman los ojos y las fosas nasales, que apestaba a col tóxico. Una amiga que viajaba con nosotros, que es de Constitución, nos muestra el mejor lugar para obtener una vista de pájaro de la planta y los puntos a un espacio abierto en el cerro y dice: "Aquí es donde jugábamos cuando éramos niños." El consentimiento entre la gente del pueblo es que la calidad del aire es ahora mejor después de la instalación de filtros de aire de varios. A favor del viento de la planta, no puedo imaginar como era antes.
Estas plantas de transforman pinos y eucaliptos en productos de madera y pulpa para luego ser procesados ​​en las plantas de papel. En las costas del noroeste de la Región del Biobío y el Maule, la industria forestal es dueña de una gran mayoría de las tierras costeras y adyacentes, donde pinos y eucaliptos, ambas especies exóticas, altamente invasivas, de crecimiento rápido y que consumen el agua. Según la Fundación Mundial para la Naturaleza, de 1985 a 1995, Chile perdió cerca de 2 millones de hectáreas de bosque nativo diezmando a los ecosistemas locales y la biodiversidad.
A pesar de la intención de la silvicultura y la industria de celulosa de convertir la tierra en una máquina de lucro, el litoral es impresionante con sus pastizales y los bosques con una costa rocosa a lo largo de apuntar hacia la izquierda perfecta se rompe se extiende hacia abajo cada pocos kilómetros. Bolsillos de humedales y hábitat nativo con bosque costero del Maule permanece en medio de las filas mayoría de las plantaciones de árboles.
El clima mediterráneo, comparable al de California, permite a los agricultores a pequeña escala-por lo menos 40.000 a lo largo del valle del río Itata para producir uvas, maíz, trigo, patatas, fresas y otros cultivos en las tierras fértiles. A lo largo de la costa rocosa, los pescadores artesanales viven del mar por la captura de merluza, pejerrey, Jaiba, reineta, corvina, Congrio, Róbalo, Lenguado y otros mariscos.
Además de la contaminación de plantas de celulosa, otra amenaza se esconde en las sombras de esta región. Un proyecto de carbón llamado Los Robles se propone para la zona costera al norte de la gran ola Santos del Mar en la Región del Maule. El proyecto contempla la construcción de una planta de 750 MW a carbón y un puerto industrial. Los envíos de carbón pulverizado de Australia se descargan allí, dañando el ecosistema y la contaminación del mar con las cenizas y las aguas residuales tóxicas.
Más de veinte propuestas están aprobadas o en trámite para la construcción de plantas similares que funcionan con carbón en todo Chile, su gran mayoría para la costa. A pesar de este abrumador número de propuestas, los esfuerzos de organización de la comunidad han dado sus frutos en otras regiones como en Barrancones donde controvertidos planes para construir una planta termoeléctrica cerca de un área protegida en la norteña región chilena de Coquimbo fueron cancelados. Esta victoria demuestra la necesidad de permanecer unidos y movilizados para proteger la costa y el océano.
En contra de poderosas industrias contaminantes y un gobierno pro-empresarial que se inclina ante los intereses de la empresa, todos los días, los héroes locales e internacionales que trabajan por los derechos de las comunidades, el agua potable y el aire, así como el derecho a un medio de vida sostenible. Los individuos de grupos como el Vigilante Costero Maule Itata, Salvemos Cobquecura, Acción Ciudadana Pro-Defensa de la Costa del Maule, Conservación Patagónica, Patagonia Sin Represas, Greenpeace, FIMA, Terram, y muchos otros. Además de estos grupos, muchos residentes de todos los días (los pescadores y propietarios de tierras) se han convertido en líderes dibujando una línea en la arena, pegado a la principal, y negándose a aceptar sobornos para pasar por alto la contaminación creada por las empresas de gran alcance.
Save The Waves seguirá trabajando en la región,  participando y apoyando a los miembros de la comunidad como defensores de la calidad del agua y conservar las zonas costeras. Al igual que nuestros colegas del Maule Itata Coastkeeper dicen, nuestro movimiento se trata de "Aguas Limpias, communidades Fuertes (agua potable, comunidades fuertes)." Eso lo resume todo, aunque debo añadir "Olas Perfectas" (olas perfectas) a la línea de etiquetas para que sea ideal.
Fuente: http://savethewaves.blogspot.com/2011/03/year-after-earthquake-and-tsunami.html
Autora. Katie Westfall - Environmental & Program Director
Traducido: Rodrigo de la O

Bítacora: Zona Maule Itata

Celco se preocupa del cesped de su Planta de Celulosa
 Por Rodrigo de la O -
La semana recién pasada pudimos recorrer nuestra zona de norte a sur en compañía de Katie Westfall, nueva Directora Ambiental internacional de la ONG Save The Waves Coalition sucesora del gran Joshua Berry, quienes han brindado su apoyo y creído en nuestro programa Vigilante Costero Maule Itata desde su génesis.

Partimos por en norte de nuestra zona, por la Ciudad de Constitución. Ahí pudimos evidenciar que la industria productora de celulosa propiedad de Arauco aún persiste con deficiencias en sus procesos debido al daño sufrido en sus instalaciones por acción del terremoto-tsunami de febrero 2010. Su piscina de tratamiento secundario no funciona y se deben utilizar las antiguas piscinas naturales ubicadas en el sector que según se comenta serían ojos de mar lo que podría evidenciar un proceso de eficiencia menor en la depuración de los desechos industriales que posteriormente derivan en el mar a traves de un emisario submarino. 
Se observa también como en la ribera del río Maule se realizan trabajos de mitigación y relleno en algunos sectores lo que estimamos, de consolidarse los trabajos, contribuiría a un menor impacto ante una eventual crecida de su volumen. En el mismo sector se pueden apreciar claramente los signos del impacto sufrido por la isla Orrego con sus arboles secos y su tamaño visiblemente aminorado.

En Constitución pudimos constatar los avances de la Termoelectrica de Cogeneración por Biomasa que la empresa Arauco construye en el sector de Viñales. Está supone una potencia de 20 a 30 MW y según la empresa sería de alta eficiencia energética. No obstante, surgen un sinnúmero de cuestionamientos como donde se depositarán los sedimentos o cenizas producto de la combustión, en que cursos se evacuarán los líquidos derivados de las torres de enfriamiento y cual sería su real impacto. También si se propone una modelación adecuada respecto de los vientos de la zona y si existe una mitigación o compensación por daños asociados a eventuales impactos que su funcionamiento pueda ocasionar.
Luego proseguimos rumbo al sur al sector de la Estancia Flora lugar proyectado para el proyecto térmico Los Robles. Junto con comprobar que no existen indicios de que se estén efectuando labores en el lugar. Luego continuamos al río Santa Ana y caleta de Loanco. En esta ultima siguen los trabajos de la ya inaugurada Caleta de Loanco y pudimos constatar, nuevamente, que permanecen los vertidos de líquidos de forma directa a la playa, presumiblemente, de aguas negras lo que se contrapone con la mentada Ruta de las Caletas pudiendo derivar en un problema de salud evidente si no se toman los resguardos necesarios. Comenzaremos a elaborar un detalle de la información recopilada y evaluaremos su entrega formal por los canales apropiados para ello.
Aprovechamos la ocasión y visitamos las Reservas Federico Albert de Chanco y los Queules de Pelluhue. Ambas, diametralmente opuestas, sobrecogen por su gran belleza y particularidad. 
Reserva Federico Albert, Chanco
Katie Westfall, Enviromental Director Save The Waves
Reserva Federico Albert, Chanco

Continuamos recorrido hacia el sur de nuestra zona de trabajo pasando por Chovellén, Pullay, Buchupureo, Cobquecura, Mela, Boca-Itata y la deseembocadura del Río. Comprobamos que el el emisario de la CFI Nueva Aldea se encontraba funcionando. En nuestro trayecto pudimos conversar con distintos vecinos del sector y representantes de organizaciones ciudadanas. En base a esta visita surgen, copmo siempre, nuevas inciativas y proyecciones para seguir potenciando a nuestras comunidades ante eventuales amenazas que les puedan afectar.

 Desembocadura Río Chovellén
 Reserva Nacional Los Queules
 Sector de Pullay
 Sector de Pullay
 Sector de Buchupureo
 Sector de Mela
 Katie Westfall y Bernardo Chamoro, Sector de Mela
Sector de Mela
Sector de Mela
Evacuaciones irregulares Sector Playa Loanco