Mucho se ha hablado de la ley de pesca,
también llamada Longueira en honor al ex ministro re-formalizado. Y, desde su
texto y proceso para convertirse en ley; de
empresas ligadas a pseudo parlamentarios (de “representación popular”), en
financiamiento de campañas a través de los "legales"
(¿éticos, morales?) aportes reservados, en concomitancia, se ha dicho, con
funcionarios de gobierno; el lobby, tráfico de influencias y manejo de información privilegiada para particulares réditos o beneficios, etc. Junto a ello, la brutal inequidad respecto de la
adjudicación de cuotas y la captura de las pesquerías ancestrales por la mega
industria pesquera. Es decir, artesanales terminan trabajando (a veces, sin saberlo) para los industriales. También, nace la pesca y acuicultura ilegal y de la mano del colapso de diversas pesquerías con la ayuda de la metodología de "pesca por arrastre".
De todo el producto obtenido en el mar, un gran porcentaje se
convierte en harina de pescado; en alimento de otros peces, de salmones, por
ejemplo. Lo que da argumento a la industria acuícola a expandirse, con
subsidios fuertes, a nuevas aguas, prístinas, oceánicas, que reúnan las condiciones apropiadas (benditas AAA) debido al colapso del mar
austral por la inclemente sobrepoblación de granjas salmoneras que,
sencillamente, aniquilaron las aguas y fondos marinos, siendo imposible poder
mantener cultivos en muchos de ellos porque el ecosistema no lo sostiene. No es
capaz de recuperarse. El "Mayo Chilote" (2016) es un símbolo reciente de los riesgos de una industria que produce su producto (Salmón), se accidenta, falla reiteradamente, y el subproducto (Riles) se deposita en el mar. Las consecuencias, ambientales, sociales; impredecibles.
Sin ir más lejos, hoy un carguero se encuentra hundido en Chonchi (Wellboat Seikongen, de origen chino) con 200 mil kilos de salmones muertos (covertidos en riles) y otros tantos miles de combustible y aceite manteniendo alarmada a comunidades cercanas. Una bomba de tiempo.
Además, a la gran carga ambiental sostenida por la industria acuícola de alta gama; hoy se deben incluir aspectos ligados al comportamiento antrópico, a la sobrepoblación, planificación, forma de consumo establecido por convención y efectos, consecuencias en el medio natural responsablemente, lo que adiciona elementos que no se han incorporado en la actualidad en esta industria cautiva, privada y de consecuencias, al menos, cuestionables donde los errores los paga el medio ambiente local y las comunidades.
Además, a la gran carga ambiental sostenida por la industria acuícola de alta gama; hoy se deben incluir aspectos ligados al comportamiento antrópico, a la sobrepoblación, planificación, forma de consumo establecido por convención y efectos, consecuencias en el medio natural responsablemente, lo que adiciona elementos que no se han incorporado en la actualidad en esta industria cautiva, privada y de consecuencias, al menos, cuestionables donde los errores los paga el medio ambiente local y las comunidades.
Una industria que proclama sustentabilidad
y equilibrio en su negocio, en bienes fiscales, requiere mil doscientos
kilogramos de pellet (alimento) para alimentar (o engordar) 1 kilo de salmón. Pero,
para hacer ese kilo, se necesita entre 5 a 10 kilos de pescado (no importa
cual, da lo mismo, solo interesa la proteína). Por eso, se menciona, que
artesanales trabajan para industriales. Prácticamente, todo es para hacer
harina y alimento para peces. Y lo que queda para consumo, en su mayoría, se exporta.
Esto, solo es una parte, podríamos hablar (o escribir) horas. De
plagas exóticas, por ejemplo, que la IA ha traído (ISA, Caligus, piojos, etc.); de los antibióticos;
sus fecas; la alta tasa de muertes de trabajadores, etc., etc.
Es urgente poder coordinarse desde las
ciudades y localidades costeras. Desde la pesca artesanal, autoridades,
organizaciones locales, juntas de vecinos y comunidad en general. Se necesita
salvaguardar las 5 millas. No tan solo para preservar y salvar la pesca
artesanal y los caladeros históricos. También porque la primera franja marítima
que tiene Chile es una virtud que debemos respetar, mantener y, en ese desafío,
presentarla al mundo como ejemplo de gestión y trascendencia.
Menos mal que la presidenta de Chile, Michelle Bachelet Jeria, se puso las pilas y, salvo algunos condoros como lo de Campiche, Pérez Yoma y eso, marcó una ruta respecto de la importancia vital que tienen
los océanos para nuestro país y para el mundo (Partiendo con lo de las bolsas plásticas y el gran paso de lad AMP). Gritando al mundo, construyendo un
hito y punto de inflexión que implica el colapso de nuestros mares, de nuestros
cuerpos hídricos; o, si actuamos con decisión y compromiso desde las más altas
esferas del poder para su defensa, protección y permanencia. Con mayor razón en Chile, con una de las costas más extensas
del mundo.
Ojalá con ese mismo ímpetu el ejecutivo
de hoy pudiera de una vez derogar la ley corrupta y presentar un proyecto de
ley que, ante todo, defienda las 5 millas como ARPA y zona de conservación, descanso,
alimentación y/o reproducción de fauna y flora marina. De flora definitiva, se aplique una moratoria o eliminación
definitiva de la pesca de arrastre; y se potencie el trabajo junto a la pesca
artesanal, sindicatos, agrupaciones de recolectores, fomentando proyectos extensivos de pequeña escala, con énfasis en la bioseguridad y biomantención ecosistémica.
No faltarán los críticos que tiñen de política lo que no debiera resistir análisis. Esta ley no es justa y los recursos marinos deben protegerse para que puedan existir como patrimonio de todos.
Complemento e invito a ver este documental, "Mala Pesca", de 2016 y que, curiosamente, está vetado en medios de comunicaciones cada día más obsoletos y arcaicos. Al menos en lo que se relaciona al control y condicionamiento de la información. Hoy existen otras vías; todavía y que también hay que cuidar.
No faltarán los críticos que tiñen de política lo que no debiera resistir análisis. Esta ley no es justa y los recursos marinos deben protegerse para que puedan existir como patrimonio de todos.
Complemento e invito a ver este documental, "Mala Pesca", de 2016 y que, curiosamente, está vetado en medios de comunicaciones cada día más obsoletos y arcaicos. Al menos en lo que se relaciona al control y condicionamiento de la información. Hoy existen otras vías; todavía y que también hay que cuidar.
Nota escrita por:
Rodrigo de la O | Director | Vigilante Costero ONG | Waterkeeper Chile
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