Hoy acudimos al llamado de vecinos del sector de Boca Itata en la provincia de Ñuble debido a que nuevamente el ducto del Complejo Industrial Nueva Aldea (Arauco) presenta serias anomalías en su estructura derramando miles de litros de un liquido amarillento de mal olor, supuestamente, tratado que es descargado alrededor de dos mil metros al interior del mar. Estos líquidos se vertieron en terrenos agrícolas del sector a pocos metros de la intersección que une el camino a Mela y Trehuaco.
Resulta muy preocupante observar los reiterados problemas y fallas que desde hace años se vienen sucediendo en el Ducto y que, en las últimas semanas, se han incrementado sumándose al evento de hoy, en Boca Itata, los acontecidos en el sector de Ñipas en las cercanías de la planta hace solo unos días.
Es importante que las autoridades puedan establecer cuanto antes el nivel de contaminación dado que impacta directamente a los residentes del sector y existe el riesgo de que se hayan afectado las punteras de toma de agua. De hecho, uno de los primeros problemas originados, y que se reconoce por parte de la empresa, es que por precaución no se debe tomar agua por lo que se tendrán que distribuir de manera envasada.
Se confirma que el ducto sigue presentando fallas técnicas graves
en donde los afectados son los residentes originarios del lugar y es aquí donde
sorprende que este tipo de empresas puedan construir este tipo de
infraestructura que, eventualmente, podría tener múltiples fugas que resultan imperceptibles considerando la seguidilla de problemas por todos
conocidos.
Resulta increíble que la propiedad privada de algunos tenga
mayor peso o valor que la de otros y que, con la venia del estado, se puedan
intervenir espacios públicos para la implementación de proyectos invasivos siendo para aquellos que no es un negocio los que resultan más
dañados o impactados, ya sea desde el punto de vista ambiental, físico
y/o psicológico, teniendo que lidiar con proyectos empresariales que prometen
mucho y cumplen demasiado poco.
En conclusión, el daño ambiental está hecho. No sabemos la
cuantificación del mismo pero los vecinos están angustiados y a la espera de
que se puedan realizar todas las acciones legales para poder determinar si
realmente el ducto funciona y si sus ineficientes instalaciones terminaran
repercutiendo en su propia salud y se pueda configurar el delito ambiental.
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