El Desconcierto / 08.02.2019 @eldesconcierto
Menos del 1% de los ríos del país están protegidos; urge
legislación que resguarde su valor natural, cultural y recreativo para el disfrute
de generaciones presentes y futuras.
La
propuesta de “Ley Ríos Salvajes” que impulsan organizaciones
ambientales busca salvaguardar y restaurar el carácter especial de los ríos y
tramos de ríos de Chile, sus valores: social, cultural, ecológico, salvaje,
escénico y turístico, al mismo tiempo que reconoce su potencial para todos sus
servicios, usos y desarrollo económico apropiado.
Inspirados
en la “Ley de Ríos Salvajes y Escénicos” aprobada por el
presidente Lyndon B. Johnson en 1968 en Estados Unidos de Norte América (Ley
Pública 90-542), buscan fomentar en el país la gestión fluvial que
cruza las fronteras políticas y promueve la participación pública en el
desarrollo de objetos para la protección.
Macarena
Soler, abogada y fundadora de Geute Conservación Sur, sobre la iniciativa
explicó “nuestro objetivo es promover una ley que introduzca
herramientas de gestión orientadas a preservar, conservar y restaurar ríos y
tramos de ríos, sus recursos naturales, ecosistemas asociados y el patrimonio
cultural del que forman parte. Impulsando un desarrollo productivo y de
servicios amigables con el medio ambiente. Los ríos cumplen funciones
esenciales para la preservación de los ecosistemas, así como de la cultura e
incluso de resguardo de valores espirituales. Son parte importante del paisaje
y de la vida. Justamente por su belleza y riqueza natural es que buscamos que
sean protegidos por el Estado de Chile”.
El
cuidado de los afluentes es menester de diversos líderes de organizaciones que
se dedican a la protección del medio ambiente, tal es el caso de Flavia
Liberona, directora ejecutiva de Terram, quien sobre la propuesta comentó “una
ley de este tipo, incorporaría a la legislación una visión sobre aguas que hoy
no existe, la que normalmente se ha incorporado a los usos productivos
tradicionales tales como minería, acuicultura, sector silvoagropecuario y
energético; valorando las aguas en sí mismas, agregándole una perspectiva
ecológica, ecosistémica y de bien público de las aguas continentales”.
En un
contexto de calentamiento global la protección de las aguas cruza todas las
fronteras. Monti Aguirre, coordinadora para Latinoamérica de International
Rivers, se sumó a esta iniciativa y sobre el panorama global expuso “los
movimientos para proteger los ríos a menudo son locales, pero las consecuencias
de fallar en su protección son globales: desplazamiento, pobreza, inseguridad
alimentaria, pérdida de biodiversidad y una calidad de agua paupérrima en el
planeta. Ríos saludables con áreas de inundación intactas son nuestra mejor
defensa en contra de las grandes inundaciones y sequías, consecuencias del
cambio climático. Los ríos y el agua limpia nos presentan una visión de
cooperación más allá de las fronteras”.
En
Chile no existe legislación orientada a la protección integral y eficaz de los
ríos. El cuerpo legal que, de cierta forma, trata de hacerlo es la Ley
N.º 20.017 de 2005 que tiene como finalidad reservar el recurso para el
abastecimiento de la población, por no existir otros medios para obtener agua. Pero
hasta la fecha solo 12 ríos, de los 1251 del país, cuentan con “Reserva de Agua”
por circunstancias excepcionales y por interés nacional, mediante Decreto
Supremo del Presidente de la República, según el inventario público de la
Dirección General de Agua (DGA/2014).
Para
Juan Pablo Orrego, presidente de Ecosistemas, la protección legislativa es un
imperativo vital. “En nuestro país urge una ley integral y eficaz
orientada a la protección específica de los ríos, en un contexto donde su
situación es dramática. De norte a centro sur del país la mayoría de los ríos
están en proceso de muerte bioecológica, donde todas las especies de peces de
agua dulce están en peligro de extinción, afectadas por una multiplicidad de
sectores industriales minero, agroindustrial, hidroeléctrico, de aguas servidas,
con trasvases de cuencas a cuencas, etc.”
“Debemos
ver a las cuencas y ríos fluviales como los órganos vitales de la biósfera que
entregan innumerables funciones ecosistémicas, que redundan en múltiples
servicios ambientales para la humanidad” puntualizó Orrego.
“Ahora
es el momento para generar una protección permanente de los ríos. Esto no es
una sutileza, es una necesidad” finalizaron desde las organizaciones
ambientales que proponen la Ley de RíosSalvajes en Chile.