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Por Juan Carlos Cárdenas
Los
salmones escapados del centro de Mowi/Marine Harvest estaban siendo tratados
con florfenicol, antibiótico que una parte de las dosis es absorbido por el
tejido muscular del pez, mientras que un porcentaje variable es liberado a
través de la orina y fecas al medio marino, teniendo un potencial efecto sobre
la salud humana, al ser un factor de diseminación de resistencia bacteriana en
el medio acuático y terrestre.
“Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Este dicho popular se
estaría aplicando al reciente cambio de nombre efectuado por la mayor
transnacional productora de salmones de cultivo a nivel global, Marine Harvest,
que de ahora en adelante pasa a denominarse Mowi.
Esta estrategia comunicacional intenta dejar en el olvido la deteriorada
imagen de Marine Harvest, luego de años de conflictos ambientales, sanitarios y
sociales con organizaciones ambientalistas, consumidores, comunidades costeras
y pueblos originarios en Chile, Canadá y Escocia.
En este contexto, Kristine Gramstad, directora internacional de
comunicaciones fue despedida la semana pasada, mientras se nombraba una nueva
directora de sustentabilidad.
En el acto comunicacional efectuado en Pichi-Pelluco, Puerto Montt, para
estrenar la marca Mowi en Chile, la transnacional noruega aprovechó de firmar
un efectista convenio con el Servicio Nacional de Menores (Sename) para
entregar una vez al mes una porción gratuita de salmón a las 17
residencias de niñas, niños y jóvenes de alta vulnerabilidad existente en la
región símbolo de la industria salmonera.
Aprovechando la presencia de la prensa, Fernando Villarroel, gerente
general de Mowi/Marine Harvest, anunció que se encuentra en negociaciones con organizaciones
para “ceder concesiones salmoneras a la
pesca artesanal”, para lo cual cuenta con la intermediación del senador Rabindranath
Quintero (PDC).
Este anuncio de tratos compensatorios con la pesca artesanal tiene como
antecedente el controvertido pago de 32 millones de pesos efectuado por la
salmonera noruega a Jorge Bustos, expresidente de la Corporación Regional de la
Pesca Artesanal de la Región de Los Lagos (Corepa), para que 240 pescadores
declararán ante notario que habían participado de manera “espontánea” en supuestas recapturas de salmones escapados desde el centro de
engorda de salmones de Mowi/Marine Harvest, ubicado en Punta Redonda, Isla
Huar, comuna de Calbuco.
El
“Mowigate” salmonero noruego en Chile
El no haber recapturado el 10% de sus salmones escapados constituye un
delito tipificado en el Art. Nº 87 de la Ley General de Pesca y Acuicultura
(LGPA). Este indica que deben contemplarse medidas para evitar el escape de
estos peces carnívoros exóticos. El Art. Nº 118 de dicha norma establece
que “se presumirá que existe daño
ambiental de conformidad con la Ley Nº 19.300 si el titular del centro no
recaptura como mínimo el 10% de los ejemplares en un plazo de 30 días contados
desde el evento, prorrogables por una vez en los mismos términos”.
Los salmones escapados del centro de Mowi/Marine Harvest estaban siendo
tratados con florfenicol, antibiótico que una parte de las dosis es absorbido
por el tejido muscular del pez, mientras que un porcentaje variable es liberado
a través de la orina y fecas al medio marino, teniendo un potencial efecto
sobre la salud humana, al ser un factor de diseminación de resistencia
bacteriana en el medio acuático y terrestre.
Consultado sobre cuál era la situación legal derivada de los efectos del
escape de 690.000 salmones al medio marino -el mayor escape registrado en la
historia de la industria salmonera en Chile-, el gerente general de Mowi/Marine
Harvest señaló que “sigue el proceso administrativo
legal, judicial que corresponde. Creo que eso va a durar un buen tiempo.
Nosotros estamos tranquilos, conformes. Presentamos nuestros descargos y no
tenemos nada más que decir”.
Durante este episodio, la transnacional vulneró diversas disposiciones
de la LGPA y de la normativa sanitaria-ambiental Ejemplos de ello son:
- a) Después de haber tenido 60 días de plazo extendido por el Estado chileno, la salmonera noruega no recapturó el 10% de sus ejemplares escapados, tal como lo exigen los artículos 118 y 136 de la LGPA, evidenciando la infectividad de su Plan de Contingencia del Centro de Engorda de Salmones de Punta Redonda.
- b) El ingresar el 14 de septiembre del 2018 a la División Jurídica del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), un Informe de Término de Contingencia, cuya información era falsa, ya que aseguraba mediante la consignación de capturas directas y otras estimativas el haber recapturado 187.949 peces, equivalente al 27,23% de la biomasa escapada.
- c) Para construir las denominadas capturas adicionales o “estimativas”, Mowi/Marine Harvest hizo un llamado a los pescadores artesanales regionales para que capturaran los salmones escapados que se encontraban en el medio marino, a pesar que esta actividad extractiva está prohibida por la Ley 18.892 de Pesca y Acuicultura de Chile.
El informe entregado fue considerado no creíble por las autoridades chilenas. Eduardo Aguilera,
Director regional de Sernapesca señaló que “ellos entregan
declaraciones juradas y fotografías, pero nosotros no podemos dar fe de eso. La
empresa está dando cuenta de una diferencia del orden de 149 mil peces, que
nosotros no hemos visto. No fueron verificados por el Servicio. Por eso,
estamos revisando esas declaraciones”.
Por su parte, Alicia Gallardo, Directora Nacional del Sernapesca indicó
que “nuestro equipo de abogados revisó los
documentos y no constituyen un documento fidedigno, desde el punto de vista
jurídico, por lo tanto no podemos usarlo”.
Mowi/Marine
Harvest : ¿Corruptor de la pesca artesanal?
El millonario pago a los dirigentes y pescadores artesanales para que
efectuaran declaraciones fraudulentas fue justificado por Villarroel,
asegurando que “el tema fue un malentendido. Fue una
de las cosas a recalcar del escape. No había ocurrido en la industria que
hiciéramos partícipes a los pescadores en los procesos de recaptura, y eso fue
lo que se logró”. Luego el gerente general agregó “ocurrieron situaciones que escaparon a nuestro control (sic). Pero la
intención era aplicar los mismos estándares que se usarían en casos como este
en otros países como Canadá o Noruega”.
Frente a esta irregular situación, la Superintendencia del Medio
Ambiente (SMA) ha formulado cargos contra Marine Harvest Chile S.A., titular
del centro de engorda de salmones de Punta Redonda, por “incumplimientos a las condiciones, normas y medidas establecidas en
dichas resoluciones”. Entre los cargos destacan el no mantener en el centro de engorda las
condiciones de seguridad apropiadas, ni elementos de cultivo de óptima calidad
y resistencia, según las regulaciones RCA N°2040/2001 y RCA N°539/2011, y el
mantener y operar instalaciones de apoyo en tierra no destinadas a la operación
de ensilaje.
La primera infracción fue clasificada por el SMA como gravísima, por constituir daño ambiental no susceptible de reparación, arriesgando
Mowi/MarineHarvest la revocación de la RCA o la clausura o multa de hasta 10
mil Unidades Tributarias Anuales (UTA). La segunda infracción fue
caracterizada como leve, por lo que la transnacional podría ser objeto de
amonestación, o una multa de una hasta mil UTA.
Importante es recordar que el 2016, el centro de engorda de Punta
Redonda fue sancionado por el Sernapesca por no cumplir con el Reglamento
Ambiental para la Acuicultura (RAMA).
Para
mentir y comer salmón, hay que tener cuidado
A pesar de existir diversos artículos y entrevistas realizadas a la
transnacional y dirigentes pesqueros de Hualaihue, Calbuco y Puerto Montt,
Fernando Villarroel indicó en forma confusa que no habían pagado a los
pescadores artesanales, afirmando “Lo que pagamos fue
para producir la recaptura de salmones. No podemos pagar por eso (sic)”. Esta declaración
es contradictoria con lo que aseguró el gerente general de Mowi/Marine Harvest
en junio del 2018, al periódico El Mercurio. Allí anunciaba que había dispuesto
un presupuesto extraordinario para enfrentar la recaptura de salmones. “Puedo indicarle que estamos pagando $7 mil por ejemplar recapturado a
los pescadores artesanales”.
Adicionalmente, Villarroel confirmaba que existen seguros comprometidos
por cada uno de los salmones fugados.
La
historia de los escapes de salmones de Mowi/Marine Harvest
Un informe del Centro de Investigación y Desarrollo de Recursos y
Ambientes Costeros (Centro I-Mar), de la Universidad de Los Lagos, indica que
el nivel potencial de escape de salmones en Chile alcanzaría a los 4,4 millones
de ejemplares al año, teniendo un efecto depredador sobre las especies nativas
que podría llegar a 31.500 toneladas de peces y más de 17 mil toneladas de
crustáceos.
La información “oficial” entregada al Sernapesca es de carácter parcial
y limitada. Entre los años 2010 y 2017, habrían existido 87 escapes masivos en
las regiones de Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes/Antártica Chilena,
involucrando a más de 3 millones de ejemplares de salmón.
En su reporte integrado global del 2018, la transnacional noruega
reconoce haber tenido 15 escapes el 2017, con 23.223 peces fugados, habiendo
duplicado sus escapes del 2016, que involucraron a 12.790 salmónidos.