rocas en sector sur caleta de pelluhue |
Es muy curioso lo que sucede hoy en la caleta de Pelluhue
cuando de forma sorpresiva nos enteramos de un proyecto de ampliación de la explanada con una inversión del Ministerio de Obras Públicas (MOP), en conjunto con
Dirección de Obras Portuarias (DOP), de cerca de 1800 millones de pesos. La justificación es el mejoramiento de la caleta, en otras palabras, un estacionamiento de 3000
metros cuadrados para los botes de pesca artesanal de la zona.
Lo que llama la atención es como el municipio local, una vez
más, es sobrepasado y solo se limita a observar impedido respecto de una
situación que sucede en su comuna sin tener mayor incidencia en su ejecución.
Vuelta el dilema de las jurisdicciones e injerencias en el limbo costero donde
organismos diversos confluyen haciendo patria a su manera, muchas veces, unilateralmente faltando la capacidad real de involucrar a todos los actores comenzando, obviamente, por la comunidad local y su respectivo municipio.
Se conviene que este proyecto va directamente enfocado en la pesca
artesanal de la localidad de Pelluhue en un lugar que es un bien de uso público. En este sentido, lo lógico y coherente es que cualquier proyecto se presente de manera integral
dado que los pescadores, francamente, no son los únicos con el derecho a
ocupar, usar, lucrar o beneficiarse de esos espacios de uso “público”.
Surgen entonces muchos otros elementos que establecen un
criterio un tanto abstracto del concepto fiscal, o público, que se hace urgente
revisar. Esto, en relación a que si este proyecto en
particular va directamente orientado a la pesca artesanal local desde la inversión
estatal, resulta obligado que se presenten estudios serios asociados a la
presentación del proyecto, junto a un estudio de impacto en el sector a
intervenir, como también, una participación ciudadana efectiva que involucre a la
comunidad local en su más amplio sentido, debido a que existen actividades que
van más allá de la pesca que es necesario considerar para que la sideral
inversión se justifique a cabalidad y que permita, en definitiva, invertir el dinero de todos los chilenos de buena manera, pensando también en los residentes
históricos y otras actividades económicas incipientes como el surf, y sus olas de clase mundial en el mismo sector (La Gotera) y que también deben
ser consideradas como factores de inversión y preservación.
Algo que me da vueltas, respecto de este y otros proyectos,
y analizando la gran carga de botes que Pelluhue y Curanipe tienen en la
actualidad es urgente, tanto a nivel local como también desde los entes del
estado, pensar en invertir en cómo mantener los recursos marinos para que la
pesca pueda permanecer. No sacamos nada con invertir en infraestructura para
poder facilitar las maniobras de pesca aumentando las posibilidades de captura
si no existen mecanismos de eficiencia y sustentabilidad del recurso desde el
punto de vista tecnológico o científico y evitar que este tipo de inversiones pueda
terminar convirtiéndose tan solo en un “elefante blanco” más.
Por último, resulta lógico que así como empresas y
particulares deben presentar sus proyectos a través del Servicio de Evaluación
de Impacto Ambiental (SEIA) los organismos públicos deban someterse también a estos criterios de evaluación donde se consideran aspectos legales de participación y
todos los actores sociales involucrados pueden informarse apropiadamente, hacer
sus observaciones permitiendo un mejoramiento sustantivo respecto de su viabilidad y objetivo. Ley
pareja no es dura, digo yo.
Foto: Surfinglatino.com |
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