Fernando Salinas Manfredini - http://www.losrobles-no.cl/?p=405#more-405
ACCIÓN CIUDADANA PRO-DEFENSA DE LA COSTA DEL MAULE
La Asociación de Municipalidades del Maule, parlamentarios, movimientos ambientalistas y sociales, y Acción Ciudadana Pro-defensa de la Costa del Maule hicieron entrega al Presidente de la República S.E Sebastián Piñera Echenique de una carta abierta en la cual se le manifiesta el inconveniente de emplazar la Termoeléctrica Los Robles, de la empresa AES Gener S.A., al lado del Faro Carranza, en la comuna de Constitución en el límite con la comuna de Chanco.
En la cita estuvo la Senadora Ximena Rincón, el Senador Andrés Zaldívar, los diputados Guillermo Ceroni, Roberto León y Jorge Tarud, además del alcalde de Maule Ivan Riveros, el alcalde de Pelluhue Carlos Zúñiga y concejales de diversas comunas de la zona. En la carta se le ha solicitado al Presidente que los mismos argumentos que él sostuvo al momento de detener la instalación de la termoeléctrica Barrancones, en Punta de Choros, los haga valer para la Termoeléctrica Los Robles. En el entorno inmediato de esta central se encuentran lugares protegidos y de interés nacional tales como: El humedal de Reloca, nombrado Santuario de la Naturaleza en 2005 y en donde anidan aves en peligro de extinción como el Cisne de Cuello Negro, el Flamenco Chileno, la Gaviota Garuma y el Pato Cuchara; la reserva nacional Federico Albert, importante para la conservación de flora y fauna, como la Torcaza y el Quique; las loberías de Loanco, que pueden ser apreciadas desde la misma playa; el Faro Carranza, testigo de los innumerables naufragios que se han producido por el roquerío y la acción del viento; la caleta Loanco, cuyos pescadores tienen un área de manejo de mariscos, que enriquece la gastronomía de la región.
También se le hizo notar al Presidente que hubo una investigación realizada por la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, la cual estableció que la información entregada por AES Gener S.A. no garantiza que el proyecto no afectará el medio ambiente ni los medios de subsistencia tanto de agricultores como pescadores. Además, se identificaron numerosas irregularidades en el proceso de aprobación del EIA, por parte de la COREMA del Maule de la época. Este informe fue enviado a las autoridades correspondientes y, lamentablemente, no hubo una acción en consecuencia.
A continuación se adjunta el texto completo de la carta:
Santiago de Chile, 13 de septiembre de 2010
Carta abierta al Presidente de la República, S.E. Sebastián Piñera Echenique
Estimado Presidente,
Han pasado ya unos días desde que usted adoptó la decisión histórica de solicitar un cambio de emplazamiento de la central termoeléctrica que se construiría en Punta de Choros, previa aprobación del estudio de impacto ambiental por parte de autoridades de su Gobierno.
Han pasado ya unos días desde que usted adoptó la decisión histórica de solicitar un cambio de emplazamiento de la central termoeléctrica que se construiría en Punta de Choros, previa aprobación del estudio de impacto ambiental por parte de autoridades de su Gobierno.
Más allá de la polémica que generó su decisión, creemos que su accionar sentó un precedente que acá en el Maule miramos con singular atención y también, porqué no decirlo, con una alta dosis de esperanza.
Le explicamos por qué.
Durante la campaña presidencial conocimos de su sana y bella afición por el buceo, afición que fue el comienzo del fin para la termoeléctrica en Punta de Choros, porque ahí -en las profundidades- usted pudo ver más cerca que millones de chilenos, los encantos de este santuario de la naturaleza y comprometió de inmediato su rechazo al proyecto.
Lamentablemente, señor Presidente, usted no ha tenido la posibilidad de bucear en Loanco, una caleta pesquera de la comuna de Chanco que hasta el 27 de febrero no sólo era admirada por la belleza única de su entorno, sino que también por los múltiples logros de sus pescadores artesanales, entre ellos un área de manejo de locos que cambió sus vidas, tanto por el aumento en sus ingresos como por la organización que lograron para explotar este apetecido molusco.
Nos entristece que tampoco haya podido pasar por esta caleta para degustar una entrada con sus sabrosos locos y conocer a sus pescadores, buzos, mariscadores, y recolectores de algas, porque habría recogido de primera fuente su preocupación por la termoeléctrica Los Robles. Ellos creen -y con razón- que con humos y desechos tóxicos permanentes, su pesca se va a hacer más exigua, sus mariscos van a bajar de precio -si es que no desaparecen antes-, porque el área de manejo está al lado de la futura central termoeléctrica.
En este escenario, los turistas que llegan a los restaurantes y cocinerías para degustar como en pocas partes se hace, lentamente se van a ir alejando, porque a nadie le agrada comer con vista a un paisaje dominado por grises chimeneas emitiendo grises columnas de humo. Gris panorama ¿verdad?
Señor Presidente, en sus manos está evitar una verdadera aberración ambiental. El área de influencia del proyecto también va a afectar directamente a loberías que están a escasos kilómetros del emplazamiento de Los Robles y que poco a poco se han transformado en un atractivo turístico especial, ya que es posible acercarse a las rocas en botes de los pescadores para ver de cerca a miles de lobos de mar en estado salvaje y que con la termoeléctrica van a ver como su hábitat cambia notoriamente.
Sólo un par de kilómetros al norte de la caleta y bastante más cerca de la futura central, está la desembocadura del río Santa Ana, que alberga a miles de aves, muchas de ellas en peligro de extinción. Allí, majestuoso, se erige el Faro Carranza, construido para poner fin a decenas de naufragios que se produjeron en la zona desde que comenzó la navegación en mares chilenos.
Hay ahí un verdadero cementerio de embarcaciones españolas, portuguesas, inglesas, francesas y holandesas, cementerio que puede verse sobre el agua, aunque si lo desea, puede tocar y palpar parte de la historia buceando en profundidades para nada intimidantes. Claramente, un panorama imperdible, que puede quedar en nada por obra y gracia de la termoeléctrica.
Un riesgo similar corre el Humedal de Reloca, Santuario de la Naturaleza desde 2005, situado a sólo diez kilómetros de la planta a carbón, lo que amenaza su existencia y con ella la de aves en peligro de extinción como el Cisne de Cuello Negro, el Flamenco Chileno, la Gaviota Garuma y el Pato Cuchara.
Más antecedentes, señor Presidente, está planta significa un serio riesgo para la reserva nacional Federico Albert, situada 25 kilómetros al sur, como también para los habitantes de Constitución, ciudad que ya enfrenta múltiples problemas ambientales, por lo que sus habitantes no esperan sumar otro más. Por eso y conociendo sus profundas convicciones medio ambientales, nos atrevemos a pedirle que intervenga.
Otro tópico a considerar. Esta planta va a producir cenizas que increíblemente fueron consideradas residuos domiciliarios para su aprobación ambiental, pero que contienen al menos 20 metales tóxicos, altamente peligrosos para el ser humano (todos científicamente comprobados como cancerígenos).
La EPA, la agencia para el medioambiente en Estados Unidos, prohibió desde el año 2005 el modelo climático (ISC3) que fue utilizado en el Estudio de Impacto Ambiental de esta termoeléctrica, por no proyectar adecuadamente la dispersión de partículas en el medio ambiente.
Una investigación realizada por la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, estableció que la información entregada por el titular no garantiza que el proyecto no afectará el medio ambiente ni los medios de subsistencia tanto de agricultores como pescadores. Además, se identificaron numerosas irregularidades en el proceso de aprobación del EIA, por parte de la COREMA del Maule de la época.
Además, considerando que si la Termoeléctrica Los Robles hubiera estado en funcionamiento al momento de producirse el tsunami del pasado 27 de febrero, la catástrofe ecológica habría tenido dimensiones gigantescas, no sólo por la diseminación del polvo y cenizas almacenados en la planta, sino por el probable naufragio de los barcos carboneros que hubieran estado en ese momento en el puerto de desembarco.
Sí señor Presidente. En Constitución, Chanco, Pelluhue, queremos el mismo trato que usted dispensó para Punta de Choros. Somos igual de chilenos, tenemos cientos de atractivos y riquezas que no queremos perder, que queremos que nuestros hijos, nietos y tataranietos vean y disfruten, porque al fin y al cabo, son la esencia de la vida en esta parte del país. Por eso le pedimos que contacte a la empresa que propone esta planta termoeléctrica y le pida que busque un nuevo lugar donde levantarla, pese a que la COREMA ya tomó la decisión de aprobar ambientalmente el proyecto. Como usted verá, estamos en la misma situación que se vivió con Barrancones y que esperamos usted contribuya a solucionar.
Con mucho respeto, queremos hacerle ver que acá, en el borde costero del Maule, hay una cosmovisión que extrae del mar no sólo mariscos y pescados, sino que una decisión de construir futuro sobre la base de la pesca artesanal, su cultura y el atractivo que ella representa para el turismo, además de una agricultura limpia y con un emergente potencial en la producción de berries. Entenderá entonces, Su Excelencia, que la Termoeléctrica Los Robles no es un buen negocio para nuestra gente, para nuestra historia y menos para nuestro futuro. Hay que considerar también la apertura internacional del paso Pehuenche, una gran inversión, lo que significará en un futuro inmediato, un fuerte impacto positivo en el turismo de toda la zona costera del Maule.
Antes de despedirnos, queremos invitarlo para que bucee en Loanco. Acá sus acompañantes no van a ser hombres de grandes fortunas, sino que hombres que tienen la fortuna de vivir en un entorno natural maravilloso y que no se resignan a perderlo por una decisión amparada en una legislación inadecuada y que está, en usted Presidente, detenerla con sus buenos oficios.
Maravillándonos con la belleza de Chanco, Pelluhue y Constitución, agradecemos desde ya su intervención para poner fin a la incertidumbre que hace aún mayor el dolor de miles de personas que con el terremoto y tsunami perdieron años de esfuerzo y que ahora no quieren que un proyecto impuesto por la fuerza del dinero, arruine su futuro, el de sus hijos y nietos.
Sólo queremos Señor Presidente decirle una última cosa, este proyecto no fue aprobado en su Gobierno, pero después de su aprobación en la Corema hemos vivido el Terremoto y el Tsunami, hoy está pendiente un recurso en la Corte de Apelaciones y aún no cuenta con cambio de uso de suelo, lo primero no depende de usted, lo segundo Presidente, requiere de aprobación de la Corema, eso si depende de sus funcionarios, funcionarios que usted ha nombrado en el cargo y a los cuales hay que hacerles presente los requisitos que ha fijado su gobierno para la aprobación de este tipo de proyectos, y en este caso no se cumplen en ningún sentido y la consideración al nuevo escenario luego del 27 de febrero pasado.
Creemos, Señor Presidente, que todo está de nuestra parte y usted tiene la última palabra, le rogamos que ella sea emitida pensando en la comunidad, el medio ambiente, y por cierto, en el futuro de nuestra Nación.
Le explicamos por qué.
Durante la campaña presidencial conocimos de su sana y bella afición por el buceo, afición que fue el comienzo del fin para la termoeléctrica en Punta de Choros, porque ahí -en las profundidades- usted pudo ver más cerca que millones de chilenos, los encantos de este santuario de la naturaleza y comprometió de inmediato su rechazo al proyecto.
Lamentablemente, señor Presidente, usted no ha tenido la posibilidad de bucear en Loanco, una caleta pesquera de la comuna de Chanco que hasta el 27 de febrero no sólo era admirada por la belleza única de su entorno, sino que también por los múltiples logros de sus pescadores artesanales, entre ellos un área de manejo de locos que cambió sus vidas, tanto por el aumento en sus ingresos como por la organización que lograron para explotar este apetecido molusco.
Nos entristece que tampoco haya podido pasar por esta caleta para degustar una entrada con sus sabrosos locos y conocer a sus pescadores, buzos, mariscadores, y recolectores de algas, porque habría recogido de primera fuente su preocupación por la termoeléctrica Los Robles. Ellos creen -y con razón- que con humos y desechos tóxicos permanentes, su pesca se va a hacer más exigua, sus mariscos van a bajar de precio -si es que no desaparecen antes-, porque el área de manejo está al lado de la futura central termoeléctrica.
En este escenario, los turistas que llegan a los restaurantes y cocinerías para degustar como en pocas partes se hace, lentamente se van a ir alejando, porque a nadie le agrada comer con vista a un paisaje dominado por grises chimeneas emitiendo grises columnas de humo. Gris panorama ¿verdad?
Señor Presidente, en sus manos está evitar una verdadera aberración ambiental. El área de influencia del proyecto también va a afectar directamente a loberías que están a escasos kilómetros del emplazamiento de Los Robles y que poco a poco se han transformado en un atractivo turístico especial, ya que es posible acercarse a las rocas en botes de los pescadores para ver de cerca a miles de lobos de mar en estado salvaje y que con la termoeléctrica van a ver como su hábitat cambia notoriamente.
Sólo un par de kilómetros al norte de la caleta y bastante más cerca de la futura central, está la desembocadura del río Santa Ana, que alberga a miles de aves, muchas de ellas en peligro de extinción. Allí, majestuoso, se erige el Faro Carranza, construido para poner fin a decenas de naufragios que se produjeron en la zona desde que comenzó la navegación en mares chilenos.
Hay ahí un verdadero cementerio de embarcaciones españolas, portuguesas, inglesas, francesas y holandesas, cementerio que puede verse sobre el agua, aunque si lo desea, puede tocar y palpar parte de la historia buceando en profundidades para nada intimidantes. Claramente, un panorama imperdible, que puede quedar en nada por obra y gracia de la termoeléctrica.
Un riesgo similar corre el Humedal de Reloca, Santuario de la Naturaleza desde 2005, situado a sólo diez kilómetros de la planta a carbón, lo que amenaza su existencia y con ella la de aves en peligro de extinción como el Cisne de Cuello Negro, el Flamenco Chileno, la Gaviota Garuma y el Pato Cuchara.
Más antecedentes, señor Presidente, está planta significa un serio riesgo para la reserva nacional Federico Albert, situada 25 kilómetros al sur, como también para los habitantes de Constitución, ciudad que ya enfrenta múltiples problemas ambientales, por lo que sus habitantes no esperan sumar otro más. Por eso y conociendo sus profundas convicciones medio ambientales, nos atrevemos a pedirle que intervenga.
Otro tópico a considerar. Esta planta va a producir cenizas que increíblemente fueron consideradas residuos domiciliarios para su aprobación ambiental, pero que contienen al menos 20 metales tóxicos, altamente peligrosos para el ser humano (todos científicamente comprobados como cancerígenos).
La EPA, la agencia para el medioambiente en Estados Unidos, prohibió desde el año 2005 el modelo climático (ISC3) que fue utilizado en el Estudio de Impacto Ambiental de esta termoeléctrica, por no proyectar adecuadamente la dispersión de partículas en el medio ambiente.
Una investigación realizada por la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, estableció que la información entregada por el titular no garantiza que el proyecto no afectará el medio ambiente ni los medios de subsistencia tanto de agricultores como pescadores. Además, se identificaron numerosas irregularidades en el proceso de aprobación del EIA, por parte de la COREMA del Maule de la época.
Además, considerando que si la Termoeléctrica Los Robles hubiera estado en funcionamiento al momento de producirse el tsunami del pasado 27 de febrero, la catástrofe ecológica habría tenido dimensiones gigantescas, no sólo por la diseminación del polvo y cenizas almacenados en la planta, sino por el probable naufragio de los barcos carboneros que hubieran estado en ese momento en el puerto de desembarco.
Sí señor Presidente. En Constitución, Chanco, Pelluhue, queremos el mismo trato que usted dispensó para Punta de Choros. Somos igual de chilenos, tenemos cientos de atractivos y riquezas que no queremos perder, que queremos que nuestros hijos, nietos y tataranietos vean y disfruten, porque al fin y al cabo, son la esencia de la vida en esta parte del país. Por eso le pedimos que contacte a la empresa que propone esta planta termoeléctrica y le pida que busque un nuevo lugar donde levantarla, pese a que la COREMA ya tomó la decisión de aprobar ambientalmente el proyecto. Como usted verá, estamos en la misma situación que se vivió con Barrancones y que esperamos usted contribuya a solucionar.
Con mucho respeto, queremos hacerle ver que acá, en el borde costero del Maule, hay una cosmovisión que extrae del mar no sólo mariscos y pescados, sino que una decisión de construir futuro sobre la base de la pesca artesanal, su cultura y el atractivo que ella representa para el turismo, además de una agricultura limpia y con un emergente potencial en la producción de berries. Entenderá entonces, Su Excelencia, que la Termoeléctrica Los Robles no es un buen negocio para nuestra gente, para nuestra historia y menos para nuestro futuro. Hay que considerar también la apertura internacional del paso Pehuenche, una gran inversión, lo que significará en un futuro inmediato, un fuerte impacto positivo en el turismo de toda la zona costera del Maule.
Antes de despedirnos, queremos invitarlo para que bucee en Loanco. Acá sus acompañantes no van a ser hombres de grandes fortunas, sino que hombres que tienen la fortuna de vivir en un entorno natural maravilloso y que no se resignan a perderlo por una decisión amparada en una legislación inadecuada y que está, en usted Presidente, detenerla con sus buenos oficios.
Maravillándonos con la belleza de Chanco, Pelluhue y Constitución, agradecemos desde ya su intervención para poner fin a la incertidumbre que hace aún mayor el dolor de miles de personas que con el terremoto y tsunami perdieron años de esfuerzo y que ahora no quieren que un proyecto impuesto por la fuerza del dinero, arruine su futuro, el de sus hijos y nietos.
Sólo queremos Señor Presidente decirle una última cosa, este proyecto no fue aprobado en su Gobierno, pero después de su aprobación en la Corema hemos vivido el Terremoto y el Tsunami, hoy está pendiente un recurso en la Corte de Apelaciones y aún no cuenta con cambio de uso de suelo, lo primero no depende de usted, lo segundo Presidente, requiere de aprobación de la Corema, eso si depende de sus funcionarios, funcionarios que usted ha nombrado en el cargo y a los cuales hay que hacerles presente los requisitos que ha fijado su gobierno para la aprobación de este tipo de proyectos, y en este caso no se cumplen en ningún sentido y la consideración al nuevo escenario luego del 27 de febrero pasado.
Creemos, Señor Presidente, que todo está de nuestra parte y usted tiene la última palabra, le rogamos que ella sea emitida pensando en la comunidad, el medio ambiente, y por cierto, en el futuro de nuestra Nación.
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