Medio Ambiente y Turismo: Una sola Filosofía

Por Rodrigo de la O

Cada día que pasa, cada experiencia vivida coinciden y refuerzan mi sentir respecto de que es necesario cambiar nuestras conductas adquiridas asumiendo el desafío de reconocer nuestras faltas para comenzar a enmendar lo que mal hemos hecho. Resulta complejo, es cierto, sin embargo, la esperanza persiste pensando que aun estamos a tiempo.
En los últimos años la vida me ha situado, de forma natural y mágica, sobre temas que me resultan apasionantes en su forma y fondo enseñandome que aun nos resta mucho por aprender, mucho por hacer y entender que nuestra especie es solo una más. Soprendentemente vemos al ser humano como el único animal que día a día se convierte cada vez más en un cancer para nuestro medioambiente. Eso es preocupante y es necesario evitarlo, detenerse y reflexionar.
En el último tiempo me he dedicado al Turismo pensando que es una industria (sin chimenea) que bien estructurada, y con una aplicación correcta, puede convertirse en un eje esencial en el desarrollo economico local debido a que en nuestra zona existe mucho que ofrecer y que de forma organizada se puede desarrollar, potenciar a su gente, subir la calidad de la oferta y fomentar el empleo. En base a esto se beneficia toda una cadena de forma directa e indirecta. Sin duda que esto implica harto trabajo, compromiso de todos y, por sobretodo, la necesidad de querer y amar lo que se tiene (no lo que no se tiene) compartirlo y enseñarlo.

Por otro lado, me he desenvuelto en el tema Medioambiental, más por convicción que por decisión y, sin lugar a dudas, ambos conceptos me marcan predominando un sentir común entre ambos: el respeto indisoluble por nuestro entorno, por nuestra naturaleza, por nuestro hogar: la Tierra.
Medioambiente y Turismo se entrecruzan y no pueden subsistir de forma individual. Se necesitan, se complementan y es una prueba real efectiva de que podemos crecer de manera sustentable, en armonía con nuestro entorno y no a costa de él.

En un lugar de la isla de Chiloe llamado Chepu nos cruzamos, en el marco de una gira tecnologica de Energías Renovables, con uno de esos personajes de cuento, de esos genios locos, esos seres mágicos que reafirman (y emocionan) con su pasión, con su verbo, con su inteligencia, con su coraje, su sencillez, con su inmenso amor y respeto por nuestra tierra. Él creo un camping de una manera distinta (la única manera tal vez) en base a la demanda y al entorno. Es decir, ha crecido en base a lo que el turista le solicita, pero siempre respetando el lugar, su naturaleza. Desde ahí y a través de energías renovables ha podido implementar y autogenerar gran parte de la energía que consume, que necesita.

En lo personal fue una experiencia inigualable, que me imagino y espero, para todos los que participaron de esta gira les haya ayudado a cambiar la forma de pensar y darle un giro radical a la maneras acostumbradas, planteando nuevos desafíos, crecer con el entorno, a favor de él, de manera agradecida y preocupada.

Sin ser majadero creo que es necesario incorporar de una buena vez estos conceptos a nuestro diario vivir. No son nuevos, pero, al ser "alternativos", "no convencionales", se consideran secundarios cuando debieramos ante todo privilegiarlos y ser más humildes frente a lo que la tierra nos entrega.

Sé que muchos podrán debatir mis plenteamientos, sé que algunos de plano no consideraran lo expuesto como algo importante y necesario, pero de verdad no importa, por que sé que así como en Chepu, en la Isla Lemuy, en Maipue encontre personas con principios y valores admirables, sé que tambien existimos aquellos a los cuáles sí nos importa, que sí entendemos que debemos ser cuidadosos, eficientes energéticamente y que podemos, en definitiva, impactar de manera menor a nuestro planeta. Todo parte en un compromiso de conciencia, todo nace en la actitud que adoptemos. Solo debemos decidirnos y empezar. La tarea es inmensa y esta pendiente, pero prefiero pensar que podemos ser la medicina y no la enfermedad.