Por Rodrigo de la O
Después de asestado el golpe el pasado 27 de febrero mucho cambió en nuestro Chile Central. La naturaleza con una sutileza aterradora nos brindo una muestra de su perfección y potencia brutal al recuperar espacios y hacerse camino por lo que siempre le ha pertenecido.
Más allá del dolor, del miedo, de la impotencia de la pérdida, del sufrimiento de muchos debemos sobreponernos y proseguir nuestras acciones como programa de Vigilancia Costera, sobretodo, pensando en que existe en nuestra zona de trabajo muchas cosas que ya no son las mismas, que es necesario enfrentar, analizar y estudiar encontrando dentro de toda esta tragedia una oportunidad para poder plantear nuevos desafíos y ser un aporte consciente, real en el desarrollo de nuestros territorios costeros.
Nuestro programa ha debido reorientar su misión u objetivos esenciales para los que fue creado debido al impacto provocado por el terremoto-tsunami del 27/F y nos hemos volcado a canalizar flujos de ayuda de distinta índole. Es por eso que, de forma paralela, continuaremos viendo las formas de participar activamente en el proceso de reconstrucción en el que todos, cual más cual menos, debemos con orgullo y dignidad ser parte.
En otro plano hemos debido continuar y retomar nuestras actividades propias. En este sentido comenzamos a realizar una exhaustiva evaluación de las denuncias existentes y el estado de las mismas antes y después del 27/F. Algunas dejaron de existir como tales y otras cambiaron radicalmente su situación actual. Es por ello que una vez superados los acontecimientos iniciales se ha recorrido toda la zona Maule Itata y recabado antecedentes de las condiciones en que se encuentran las localidades y sus afluentes hídricos en la zona costera.
Después de asestado el golpe el pasado 27 de febrero mucho cambió en nuestro Chile Central. La naturaleza con una sutileza aterradora nos brindo una muestra de su perfección y potencia brutal al recuperar espacios y hacerse camino por lo que siempre le ha pertenecido.
Más allá del dolor, del miedo, de la impotencia de la pérdida, del sufrimiento de muchos debemos sobreponernos y proseguir nuestras acciones como programa de Vigilancia Costera, sobretodo, pensando en que existe en nuestra zona de trabajo muchas cosas que ya no son las mismas, que es necesario enfrentar, analizar y estudiar encontrando dentro de toda esta tragedia una oportunidad para poder plantear nuevos desafíos y ser un aporte consciente, real en el desarrollo de nuestros territorios costeros.
Nuestro programa ha debido reorientar su misión u objetivos esenciales para los que fue creado debido al impacto provocado por el terremoto-tsunami del 27/F y nos hemos volcado a canalizar flujos de ayuda de distinta índole. Es por eso que, de forma paralela, continuaremos viendo las formas de participar activamente en el proceso de reconstrucción en el que todos, cual más cual menos, debemos con orgullo y dignidad ser parte.
En otro plano hemos debido continuar y retomar nuestras actividades propias. En este sentido comenzamos a realizar una exhaustiva evaluación de las denuncias existentes y el estado de las mismas antes y después del 27/F. Algunas dejaron de existir como tales y otras cambiaron radicalmente su situación actual. Es por ello que una vez superados los acontecimientos iniciales se ha recorrido toda la zona Maule Itata y recabado antecedentes de las condiciones en que se encuentran las localidades y sus afluentes hídricos en la zona costera.
Surgen, a partir de denuncias que se encontraban en curso, nuevos escenarios que es preciso abordar con celeridad previendo cualquier impacto nocivo que pueda haber entendiendo que existen daños considerables en infraestructura, tanto de las empresas sanitarias; como también del sector industrial dentro de nuestra zona de trabajo.
Urge, por ende, solicitar a las autoridades correspondientes, de manera formal, como ya se está haciendo, que puedan determinar de manera pública el estado del sector industrial maderero en las comunas de Constitución y Trehuaco. Sabemos que existen daños importantes y es imperioso que se conozca la situación de Arauco dado que existen antecedentes de que sus sistemas emisarios submarinos podrían haberse visto dañados de forma estructural lo que inunda de temores a las comunidades cercanas a estos mega proyectos.
Por otra parte, se ha dañado profundamente los alcantarilladlos y plantas de tratamiento de aguas servidas de zonas costeras urbanas que necesitan de una solución inmediata debido a la situación preocupante de algunos cursos hídricos que están recibiendo aguas negras sin tratamiento con el consiguiente riesgo para la salud de las personas que ello pudiere ocasionar.
Por otra parte, se ha dañado profundamente los alcantarilladlos y plantas de tratamiento de aguas servidas de zonas costeras urbanas que necesitan de una solución inmediata debido a la situación preocupante de algunos cursos hídricos que están recibiendo aguas negras sin tratamiento con el consiguiente riesgo para la salud de las personas que ello pudiere ocasionar.
Seguiremos abocados a ver cada una de las denuncias existentes, como así también, observar cuales son las problemáticas nacientes después del evento del pasado febrero 27. Es importante poder coordinar con las autoridades el proceso de reconstrucción del borde costero dado que, a pesar de todo, se transforma en una oportunidad única para poder integralizar visiones y, en conjunto, se pueda enfocar de una mejor manera nuestro desarrollo costero. Ese, sin duda, es el gran desafío para recomenzar y es la gran invitación: que la participación activa sea inclusiva, responsable e integradora.
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