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domingo, 12 de diciembre de 2010

Bicentenario Bizarro


Por Rodrigo de la O - Programa Vigilante Costero Maule Itata

Vivimos en una sociedad marcada por el consumo que nos obliga a buscar elementos materiales para construir una felicidad ficticia, un status social conveniente para grandes conglomerados económicos y de poder. El equilibrio se marca cuando podemos acceder a ciertos bienes y la alegría es plena cuando podemos jactarnos de haber conseguido aquel "preciado bien".
Recuerdo aquellos brumosos días con posterioridad al 27 de febrero de este año donde pudimos observar a través de los medios de comunicación de masas hordas de compatriotas corriendo (sin pagar) con plasmas y enseres, para muchos, fuera de lo que creíamos básico o de primera necesidad. La pregunta surge en una sociedad eminentemente consumista: ¿Qué es de primera necesidad? Imagino que para más de alguno el Plasma es igual o, incluso, más importante que un pedazo de pan. Patrones, conductas, modelos, impuestos por un mercantilismo despiadado, con una publicidad invasiva, nos invita a reflexionar que es lo que somos, que es lo que queremos ser como sociedad.
Uno de los grandes tesoros que la vida nos ofrece es nuestra libertad, nuestra opción de pensar, de soñar. Con ella, podemos compartir experiencias, debatir ideas, propuestas, seguir creciendo y desarrollándonos. Sin libertad, sabemos que la violencia se manifiesta y se desarrolla de forma exponencial. A medida que pasan los años se hace urgente notar que debemos enfrentar el desafío de vivir y que las opciones son simples, están a la mano y debemos ir por ellas.
Al terminar el año se hace necesario hacer un análisis intentando poder poner pausa un año convulso, agobiante, vertiginoso, pero que debemos ser capaces de sobrellevar obligados a aprender de lo vivido, de lo sufrido. En lo personal, acuso un cansancio, más que físico, emocional en que la suma de factores nos influyen querámoslo o no.
El terremoto y maremoto nos propone un escenario diferente en muchos aspectos en nuestra zona centro sur, un antes, un después, cliché recurrente, pero exacto. Este acontecimiento histórico nos invita a abrir la mirada, respirar hondo, vaciarnos si es preciso, levantarnos y, sin remilgos, volver a caminar. Hemos conocido como es el comportamiento de nuestros pares en momentos de supremo caos, lo bueno y lo peor del ser humano, como se mercantiliza la solidaridad y se industrializa la Fe, en algunos casos, incluso resultando conveniente para algunos el tener un asistencialismo desmedido producto de años de un paternalista estado. Como sea, son escenarios que nos toca vivir y los cuales debemos enfrentar, conocer y analizar. No hay tiempo, la vida es un suspiro y jamás debemos olvidar que hay muchos que ya no están, muchos a los que les cambio la vida, muchos que ya no seremos los mismos.
El sistema político-ejecutivo hizo aguas durante un buen rato. Junto al desacierto de que el funcionario tal no supiera inglés para que pudiera entender lo que el otro funcionario tal le advertía pudiera suceder, o, que la Presidenta pidiera un helicóptero a las 5 am y a las 9 am todavía no se oyeran los motores del rotor, por ejemplo. Convengamos, además, que no podemos decir que el nuevo gobierno llegó con la marraqueta debajo del brazo en vista de lo que le ha tocado enfrentar. Esto lo digo en base a los hechos de forma objetiva entendiendo que el gobierno, cual sea, es nuestro y debiéramos desear su éxito más allá de las propias (y lícitas) ideologías o pensamientos.
Teóricamente este año la Republica cumplió doscientos años (historiadores plantean que esto sería efectivo en 2018), sin embargo, no fue todo lo perfecto que se hubiera querido. Junto al terremoto-maremoto, situación mineros de Atacama, accidente de Bus en carretera, cárcel de San Miguel, huelgas de trabajadores del estado, existe un movimiento ciudadano relevante sobre todo relacionado con el tema medio ambiental en donde surgen agrupaciones, movilizaciones potentes donde se presenta una opinión muchas veces sesgada por lo medios tradicionales y que se potencia con las nuevas tecnologías, medios electrónios y redes sociales existentes.
Todos estos acontecimientos manifiestan situaciones de crisis en donde los temas se vienen acumulando desde hace años. Por lo tanto, no podemos culpar al gobierno de turno. Es un problema mayor, un drama político, un tema de estado, de leyes y se torna imperioso ponerse a trabajar en ello.
Inseguridad laboral, crisis en le educación, cárceles, medio ambiente, (suma y sigue) nos presentan un escenario difícil de abordar cuando no existe una voluntad clara, decidida de resolver los problemas de fondo que, en síntesis, radica en que el sistema político en muchos aspectos se encuentra relegado y subordinado a los intereses económicos que imperan en nuestro país no habiendo el equilibrio sano y necesario que estimo debiera imperar en una democracia relativamente encaminada, como la nuestra.
Ha sido un año duro desde múltiples perspectivas, un Bicentenario Bizarro. Sin embargo, espero haya servido para despercudir nuestro ladino sentimiento de superioridad en el barrio latino. Es tiempo de aprender de los errores, de reconocerlos, de enmendarlos para seguir creciendo de manera inteligente, comprendiendo que "crecer" significa beneficio para todos y que este desarrollo o enriquecimiento país debiera ser cuidando el patrimonio ambiental que por derecho nos pertenece a todos y se manifiesta tan frágil por nuestra culpa en gran parte.
Lo sustentable, lo ecoeficiente comienza a internalizarse cada vez más entendiendo el potencial del concepto. Solo debemos tener cuidado en no pervertir tambien el fondo de aquello, de no trillarlo y utilizarlo también como "cartucho de mercado"


El próximo 18 de diciembre se cumple un año de la ausencia de Catalina Peters Planella y junto a todo lo difícil que ha sido este año resulta aún más no saber de su paradero, no tener noticias de ella. Mis respetos a su familia y en mi silencio está mi compañía entendiendo que a veces no tenemos más que decir, solo estar.
Me pregunto entonces ¿que es lo que realmente nos debe importar?


Feliz Natividad y que este año se vaya para dar paso a uno mejor que en vista de todo no creo que sea tan díficil.

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