Como organización hemos estado desde hace años aprendiendo, compartiendo, colaborando y construyendo comunidad. Con distintos grupos, organizaciones, colegios y compañeros/as que comparten la visión, y necesidad, de generar las estrategias que permitan sostener los ecosistemas para las generaciones próximas y donde el territorio sea un instrumento en donde todos pueden y deben participar. Aún es tiempo y siempre valdrá la pena intentarlo si la proyección incluye a sus habitantes como validación real de las políticas públicas.
Lo peor que puede ocurrir a un grupo social determinado es la anulación de su voz, de su opinión y limitarse, casi por instinto y apatía, a ser un mero combustible de la democracia a traves del voto auto excluyéndose de la actividad política. Sin política, habría caos y, como sea, es lo que mejor ha resultado. No obstante, la intermediación respecto del desarrollo social debe incluir de manera vinculante a representantes de la sociedad civil para evitar, de verdad, en serio, la imposición de modelos de negocio privados que terminan afectando las formas de vida locales sin responsabilidad alguna por sus consecuencias.
Las grandes naciones también se construyen desde la ruralidad, desde las regiones y, precisamente, la diversidad de Chile a nivel país nos pone a prueba, hoy más que nunca, si convenimos que el calentamiento global es inobjetable, va en alza, es un peligro y nosotros tenemos parte en ello.
Hoy, después de casi 9 años de trabajo como organización ambiental local, seguimos atentos y aprendiendo, día a día, de la importancia de seguir potenciándonos, colaborando, compartiendo y aprendiendo unos de otros. Muchos se han ido sumando en este camino en donde la organización y movimiento ciudadano son esenciales para fortalecer una democracia herida y violada por los elegidos (y también tenemos parte en eso).
Es tiempo que ciudadanía deje de ser solo un espectador y sea un protagonista que exija espacios de participación en donde podamos equilibrar balanzas de poder que permitan defender nuestras propias visiones respetando aspectos locales, culturales, étnicos o ancestrales; como así también, permitir establecer de manera transversal lineamientos para una planificación que ponga en valor las virtudes de cada zona, región o territorio, evitando, en lo posible, su degradación o impacto.
Rodrigo de la O
Director Vigilante Costero ONG. | vigilantecostero@gmail.com
Hoy, después de casi 9 años de trabajo como organización ambiental local, seguimos atentos y aprendiendo, día a día, de la importancia de seguir potenciándonos, colaborando, compartiendo y aprendiendo unos de otros. Muchos se han ido sumando en este camino en donde la organización y movimiento ciudadano son esenciales para fortalecer una democracia herida y violada por los elegidos (y también tenemos parte en eso).
Es tiempo que ciudadanía deje de ser solo un espectador y sea un protagonista que exija espacios de participación en donde podamos equilibrar balanzas de poder que permitan defender nuestras propias visiones respetando aspectos locales, culturales, étnicos o ancestrales; como así también, permitir establecer de manera transversal lineamientos para una planificación que ponga en valor las virtudes de cada zona, región o territorio, evitando, en lo posible, su degradación o impacto.
Rodrigo de la O
Director Vigilante Costero ONG. | vigilantecostero@gmail.com
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