@vigilantecosta | Desde Taucú, los amigos de la agrupación ciudadana local Todos Somos Cobquecura, nos envían esta imagen en que se evidencia y aprecia el nivel de extracción indiscriminada de algas. No hay información que permita levantar y conocer datos duros respecto, por ejemplo, de los volúmenes y lugares desde donde se extrae, planes de manejo asociados a la mantención, repoblamiento y su regeneración.
El "Barreteo" es una práctica rudimentaria en donde la "peña" o "mata" de alga (principalmente, huiros y cochayuyo, aunque también existen otros como el ulte, la chasca, el luche, etc.) sale completa desde su base al hacerle una suerte de "palanca" con una herramienta metálica (tipo chuzo, fierro o barreta) y, en muchos casos, además de sacar la planta completa, ésta sale adherida con parte de la misma roca fracturada desde donde se genera y surge.
Es fundamental poder comunicar la importancia de los bosques de algas para la salud ecosistémica de la costa chilena, conocer su función ayuda a generar un aprendizaje necesario y urgente en torno a las buenas prácticas que contribuyan a la permanencia y eviten, ante todo, procesos depredadores que termine por poner en riesgo un recurso vital para comunidades y océano.
Además de ser una práctica desregulada, con un escaso ordenamiento normativo y con una fiscalización deficiente, ya que solo quienes tienen el permiso como recolectores de orilla; pesca ancestral o artesanal, pueden extraer legalmente esos recursos; su fiscalización pocas veces ocurre, con el consiguiente ingreso permanente de vehículos en zona de playa que, aunque está prohibido (O.M. N°2) va en aumento y es una problemática en toda la costa chilena, en donde el desconocimiento e indiferencia son los enemigos a vencer para revalorar, comprender y proteger nuestra zona costera. Eso que nace y se hace desde los territorios, descubriendo la vocación natural de nuestra zona y rescatando la cultura local, junto a las comunidades, siempre será un permanente desafío.
Tema aparte, que la jurisdicción del maritorio de la región de Ñuble pertenezca al Biobío. Pero, eso es otra historia.
Agradecemos el permanente contacto y preocupación de todos y todas quienes conforman la agrupación ciudadana Todos Somos Cobquecura, del cual somos parte y con los quienes hemos compartido y mantenido contacto permanente desde las batallas y victorias vividas para bloquear el intento privado de imponer y posicionar balsas jaulas flotantes de salmones exógenos en el mar de Ñuble.
A seguir atentos y ojalá, entre muchos, se puedan empujar acciones que permitan, ante todo, evitar desequilibrios o daños en una zona que permanece, aún y a pesar de todo, en condiciones adecuadas para su conservación y proyección responsable como un derecho intergeneracional que debemos aprender a respetar y defender.
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