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domingo, 11 de mayo de 2025
¿Cómo valorar la vida? Tres caminos para pensar más allá del dinero
jueves, 17 de abril de 2025
Demanda para callarlos: abogados ambientalistas enfrentan juicio por proteger un río contaminado
Fuente: El Ciudadano
A través de tribunales, el poder empresarial busca intimidar a los activistas y amedrentarlos para intentar silenciar sus críticas al aquellos proyectos que dañan la naturaleza y perjudican a las comunidades.
En los últimos años, en Chile se ha registrado un incremento de casos en los que los ambientalistas enfrentan procesos judiciales como una estrategia para amedrentarlos y silenciar sus críticas a los proyectos que dañan la naturaleza y perjudican a las comunidades.
A través de tribunales, se busca intimidar a los activistas y deslegitimar su lucha por la protección del medio ambiente.
De hecho, cada vez es más común el uso de demandas judiciales estratégicas, conocidas como SLAPP (Strategic Lawsuits Against Public Participation, en inglés).
Estas «demandas mordaza», son un arma jurídica que permite a empresas y corporaciones intentar silenciar a activistas, periodistas y organizaciones que denuncian injusticias ambientales, políticas y sociales.
Quienes interponen estas demandas estratégicas contra la participación pública, buscan acallar y amedrentar a quienes se oponen a sus intereses.
Demanda para callar a abogados por defender río contaminado
Cada vez se incrementa el número de defensores y defensoras ambientales, que han sido víctimas de estas acciones, que, si bien en su mayoría han sido desestimadas por los tribunales, han implicado graves consecuencias para su salud física y mental, así como daño económico al tener que dejar de lado su trabajo y financiar la defensa contra acusaciones sin fundamento.
Recientemente se conoció el caso de dos abogados ambientalistas que enfrentan una denuncia por proteger un río contaminado.
Se trata de los profesionales de la ONG Fima, Antonia Berríos y Antonio Madrid, quienes entre otros casos han representado legalmente a comunidades mapuche en la comuna de Villarrica, en la Región de la Araucanía.
La ONG FIMA es una organización que se dedica a prestar asesoría jurídica especializada a diversas comunidades que enfrentan conflictos socioambientales. Así es como llegaron a representar a la Comunidad de Chesque Alto, quienes eran víctimas de la contaminación del río producida por una empresa acuícola, que luego de operar sin autorización ambiental por casi 20 años, una vez obtenida, continuó generando daños que llevaron a la autoridad a revocar su permiso de funcionamiento solo tres años después.
La acuícola continuó operando sin autorización. Por este motivo, los abogados Madrid y Berrios, solicitaron a la Corte de Apelaciones de Temuco una orden de no innovar, la cual paralizó la obra durante 11 meses.
Sin embargo, posterior a esta situación, la empresa interpuso una demanda contra los juristas argumentando que la solicitud de la orden de paralización fue obtenida de forma dolosa y les había causado perjuicio económico, por lo que exigen una indemnización de más $400 millones de pesos.
En estos momentos, la causa se encuentra abierta y en proceso de pruebas, a pesar de la constancia del daño causado a la comunidad, así como a la evidencia de que la empresa incumplió sistemáticamente la normativa ambiental y al hecho que fue sancionada por la Superintendencia del Medio Ambiente.
“Lo que estamos enfrentando con esta acción es un típico caso de un juicio estratégicamente levantado para intimidar y limitar la participación pública. La instancia que dio la orden de paralizar las obras de la empresa fue la Corte de Apelaciones de Temuco y confirmó lo mismo la Corte Suprema. Si eso sucedió, fue porque la Corte vio que la solicitud tenía fundamentos y era necesario que se detuviera la intervención de manera inmediata para evitar posibles vulneraciones de garantías fundamentales”, explicó Antonia Berríos, abogada de ONG FIMA y demandada en este caso.
Asimismo, se refirió a la utilización de este tipo de demandas, para intentar amedrentarlos y callarlos.-
La persecución judicial a defensores ambientales en Chile: un juego peligroso para la libertad de expresión
Fuente: El Ciudadano
El aumento de casos de amedrentamientos de empresas a activistas medioambientales en nuestro país ha ido de la mano con mayores demandas en tribunales. "En mi caso me trataron de anular", cuenta el defensor Rodrigo de la O.
En los últimos años, Chile ha sido escenario de un creciente número de casos en los que defensores ambientales enfrentan procesos judiciales como una estrategia para amedrentarlos y silenciar sus críticas al proyectos que dañan la naturaleza y perjudican a las comunidades.A través de tribunales, se busca intimidar a los activistas y deslegitimar su lucha por la protección del medio ambiente. Aunque en nuestro país, los casos no han escalado al nivel de México o Colombia, cada vez es más común el uso de demandas judiciales estratégicas (SLAPP por sus siglas en inglés).El escenario en Chile se ha ido agravando. Hace unas semanas, la ONG Escazú Ahora informó que durante 2024 en nuestro país las agresiones físicas hacia defensores ambientales se triplicaron.Dicho registro señala que el 48,9% de los ataques fueron de carácter físico y que fue durante el 2024 que se comenzó a diversificar la amenaza con querellas y otras herramientas legales. Una situación que llevó al Congreso Nacional a discutir y votar un proyecto de ley que proteja a los defensores ambientales.Pero el hostigamiento se ha llevado a tribunales. Una de las características más alarmantes de esta situación es la judicialización de la protesta social, especialmente en el contexto de la defensa de territorios indígenas y la oposición a proyectos extractivos, como la minería y la forestación.
El testimonio de los afectados
“Me ha tocado amenazas telefónicas, nada físico. También a mi familia, se habían acercado en otros autos. Después la demanda de la inmobiliaria pretendió anularnos”, prosiguió en su relato el afectado.
martes, 18 de febrero de 2025
Buscan crear nueva área protegida para ballenas en Cobquecura
Con más de 6.000 kilómetros de costa, Chile es hogar de aproximadamente el 43% de las especies de ballenas conocidas en el mundo, lo que lo convierte en un hábitat clave para la conservación de estos mamíferos marinos. En este contexto, el tercer domingo de febrero se conmemora el Día de las Ballenas, una fecha destinada a promover la preservación y el respeto por estos cetáceos.
El compromiso de Chile con la protección de las ballenas se remonta a 1986, cuando la Comisión Ballenera Internacional (CBI) prohibió la pesca industrial de cetáceos en respuesta a la extinción de algunas especies debido a la caza indiscriminada. En 2008, el país dio un paso histórico al prohibir permanentemente la captura de todos los cetáceos en su océano jurisdiccional y declararlos monumento natural. Desde entonces, la Ley de Protección a los Cetáceos establece las aguas chilenas como zonas libres de caza y regula la interacción humana con estos animales.
La región de Ñuble, en particular, posee una zona marina-costera de gran riqueza biológica y potencial para el ecoturismo. Esta área es altamente productiva, albergando una diversidad de recursos marinos como merluza común, sardinas y jaibas, esenciales para la pesca artesanal local y regional. Además, Ñuble es un hábitat clave para pequeños cetáceos como el delfín chileno y una ruta migratoria para ballenas sei, jorobadas y franca austral, entre otras.
El seremi de Medio Ambiente, Mario Rivas Peña, explica la importancia de esta efeméride y las acciones que promueven la conservación de estas especies. “Las ballenas son los animales más grandes del planeta, y nuestra costa cuenta con lugares privilegiados para el avistamiento de diversas especies de cetáceos, como el Santuario de la Naturaleza “Islote Lobería y Lobería Iglesia de Piedra”. Por ello, hemos comenzado una serie de talleres de socialización en los que, en colaboración con los servicios públicos, el Municipio y la comunidad de Cobquecura, trabajaremos para crear una nueva área protegida más amplia. Esta área abordará las amenazas actuales mediante una zonificación que compatibilice la pesca artesanal y el desarrollo local, además de incluir un plan de acción enfocado en la conservación, con estrategias y un programa de educación ambiental”.
Los talleres se llevarán a cabo el próximo jueves 27 de marzo en Cobquecura, con el objetivo de socializar los objetivos de conservación y las amenazas, así como recopilar información para el diagnóstico socioeconómico de la pesca artesanal y el análisis biológico-cultural, en el marco de la creación de la nueva área protegida. Las siguientes fechas para los talleres serán el 29 de mayo, 10 de julio, 16 de octubre y 11 de diciembre.
Desde 2008, el Programa de Investigación Marina de Excelencia (PIMEX) de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción ha llevado a cabo un catastro de mamíferos marinos, registrando la presencia de ocho especies de cetáceos en el Santuario de la Naturaleza Islote Lobería y Lobería Iglesia de Piedra de Cobquecura. Entre ellas, se han observado de manera recurrente ballenas sei, jorobadas, franca austral y fin, así como orcas y delfines chilenos.
En las costas de Cobquecura, existe la posibilidad de avistar 3 tipos de ballenas: La ballena franca austral mide entre 13 y 16 metros de largo y puede llegar a pesar 40 toneladas. Se caracteriza por su boca curvada y una mandíbula superior equipada con aproximadamente 260 barbas, que pueden alcanzar hasta 2,5 metros de longitud.
La ballena sei, cuyo nombre proviene del noruego y hace referencia al bacalao, uno de sus principales alimentos, habita en mar abierto. Su longitud varía entre 12 y 16 metros, con un peso que puede llegar a las 30 toneladas. Su piel es oscura en la parte dorsal y blanca en la zona ventral. Es una de las ballenas más rápidas, comparable en velocidad con la ballena azul, y prefiere las aguas profundas. Se distribuye en casi todos los océanos del mundo, excepto en el Índico y las regiones polares.
La ballena jorobada es una de las especies de rorcuales más grandes. Puede alcanzar los 16 metros de longitud y pesar hasta 36 toneladas, sin que su imponente tamaño le impida realizar espectaculares saltos fuera del agua. Es común observarla en exhibiciones naturales ante turistas en busca de avistamientos. Su morfología la distingue de otras ballenas por sus largas aletas pectorales, que utiliza con elegancia mientras se eleva en el aire.
El director del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura en la Región de Ñuble, Pablo Lazo, resalta la relevancia de conocer a las ballenas y otros mamíferos marinos que habitan en la zona: “Impulsamos labores en torno a la conservación de fauna marina mediante recomendaciones dirigidas a la comunidad, con énfasis en la importancia de evitar la contaminación de mares y ríos, ya que los residuos pueden afectar gravemente los ecosistemas marinos. Asimismo, se hace un llamado a respetar las distancias de observación para no alterar el comportamiento de los cetáceos y a informar a las autoridades en caso de avistamientos, permitiendo así un monitoreo eficiente y la prevención de incidentes, como posibles colisiones con embarcaciones”.
Según explica Lazo, Sernapesca desempeña un papel clave en la protección y fiscalización de los cetáceos, velando por el cumplimiento de las normativas que regulan su avistamiento. Su labor se centra en garantizar que las embarcaciones respeten las distancias mínimas de observación para reducir al máximo el impacto en la fauna marina. Estas normativas establecen una distancia de 50 metros para cetáceos menores, 100 metros para ballenas y 300 metros para la ballena azul. En el caso de la ballena franca austral, el acercamiento de embarcaciones está totalmente prohibido, permitiendo su avistamiento únicamente desde tierra.
Cabe mencionar que, el ecosistema marino de Ñuble, que incluye la población más importante de lobo marino común de la zona centro-sur de Chile, representa un gran atractivo turístico para Cobquecura. Asimismo, la presencia de una población residente de delfín chileno en la desembocadura del río Itata destaca la relevancia de esta región para la conservación de especies marinas endémicas. Por esta razón, se han desarrollado diversas actividades enfocadas en la educación ambiental, como ferias ecológicas, voluntariados durante la temporada de verano e instalaciones de señaléticas informativas sobre la flora y fauna de la zona.
Las ballenas desempeñan un papel fundamental en el equilibrio del ecosistema marino, ya que actúan como reservorios de carbono y contribuyen a la fertilización de los océanos al liberar nutrientes. Su conservación es clave no solo para preservar la biodiversidad, sino también para regular el clima. Estos hallazgos resaltan la importancia de seguir fortaleciendo las iniciativas de protección y concienciación sobre la biodiversidad marina en la región.