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jueves, 17 de abril de 2025

Demanda para callarlos: abogados ambientalistas enfrentan juicio por proteger un río contaminado

Fuente: El Ciudadano

A través de tribunales, el poder empresarial busca intimidar a los activistas y amedrentarlos para intentar silenciar sus críticas al aquellos proyectos que dañan la naturaleza y perjudican a las comunidades.

En los últimos años, en Chile se ha registrado un incremento de casos en los que los ambientalistas enfrentan procesos judiciales como una estrategia para amedrentarlos y silenciar sus críticas a los proyectos que dañan la naturaleza y perjudican a las comunidades.

A través de tribunales, se busca intimidar a los activistas y deslegitimar su lucha por la protección del medio ambiente.

De hecho, cada vez es más común el uso de demandas judiciales estratégicas, conocidas como SLAPP (Strategic Lawsuits Against Public Participation, en inglés).

Estas «demandas mordaza», son un arma jurídica que permite a empresas y corporaciones intentar silenciar a activistas, periodistas y organizaciones que denuncian injusticias ambientales, políticas y sociales.

Quienes interponen estas demandas estratégicas contra la participación pública, buscan acallar y amedrentar a quienes se oponen a sus intereses.

Demanda para callar a abogados por defender río contaminado

Cada vez se incrementa el número de defensores y defensoras ambientales, que han sido víctimas de estas acciones, que, si bien en su mayoría han sido desestimadas por los tribunales, han implicado graves consecuencias para su salud física y mental, así como daño económico al tener que dejar de lado su trabajo y financiar la defensa contra acusaciones sin fundamento.

Recientemente se conoció el caso de dos abogados ambientalistas que enfrentan una denuncia por proteger un río contaminado.

Se trata de los profesionales de la ONG Fima, Antonia Berríos y Antonio Madrid, quienes entre otros casos han representado legalmente a comunidades mapuche en la comuna de Villarrica, en la Región de la Araucanía.

La ONG FIMA es una organización que se dedica a prestar asesoría jurídica especializada a diversas comunidades que enfrentan conflictos socioambientales. Así es como llegaron a representar a la Comunidad de Chesque Alto, quienes eran víctimas de la contaminación del río producida por una empresa acuícola, que luego de operar sin autorización ambiental por casi 20 años, una vez obtenida, continuó generando daños que llevaron a la autoridad a revocar su permiso de funcionamiento solo tres años después.

La acuícola continuó operando sin autorización. Por este motivo, los abogados Madrid y Berrios, solicitaron a la Corte de Apelaciones de Temuco una orden de no innovar, la cual paralizó la obra durante 11 meses.

Sin embargo, posterior a esta situación, la empresa interpuso una demanda contra los juristas argumentando que la solicitud de la orden de paralización fue obtenida de forma dolosa y les había causado perjuicio económico, por lo que exigen una indemnización de más $400 millones de pesos.

En estos momentos, la causa se encuentra abierta y en proceso de pruebas, a pesar de la constancia del daño causado a la comunidad, así como a la evidencia de que la empresa incumplió sistemáticamente la normativa ambiental y al hecho que fue sancionada por la Superintendencia del Medio Ambiente.

“Lo que estamos enfrentando con esta acción es un típico caso de un juicio estratégicamente levantado para intimidar y limitar la participación pública. La instancia que dio la orden de paralizar las obras de la empresa fue la Corte de Apelaciones de Temuco y confirmó lo mismo la Corte Suprema. Si eso sucedió, fue porque la Corte vio que la solicitud tenía fundamentos y era necesario que se detuviera la intervención de manera inmediata para evitar posibles vulneraciones de garantías fundamentales”, explicó Antonia Berríos, abogada de ONG FIMA y demandada en este caso.

Asimismo, se refirió a la utilización de este tipo de demandas, para intentar amedrentarlos y callarlos.-

martes, 10 de septiembre de 2024

Empresa demandó a ambientalista por $200 millones y luego retiró la causa: Acusan fin de intimidar


Por daño a la imagen, una inmobiliaria demandó a un defensor ambiental que se oponía a un loteo al lado del santuario Arcos de Calán. Pero sin presentar pruebas acreditarán el daño, los titulares retiraron la demanda. Abogados acusan que se usó la acción judicial para intimidar al activista.


En 2020, una empresa inmobiliaria compró un terreno al lado del humedal costero y hoy Santuario de la Naturaleza Arcos de Calán, para crear un condominio de 48 parcelas. Un defensor que se opuso al proyecto fue demandado por la empresa por $200 millones.

Luego de que la empresa retirara la demanda, tras la tramitación casi completa del juicio y sin haber presentado pruebas sobre los daños aludidos, el Juzgado de Garantías de Chanco condenó a la inmobiliaria a pagar los costos del proceso judicial.

“La conducta de Costa Calán de desistimiento, luego de la tramitación casi completa de un juicio de responsabilidad extracontractual da cuenta de la instrumentalización de la acción con el objetivo de amedrentar al defensor de derechos humanos ambientales, indica Tamara Navia, abogada de ONG FIMA, organización de derecho ambiental que representó al defensor.

La empresa inmobiliaria Costa Calán habría demandado al representante de la ONG Vigilante Costero por daño a la imagen y daño económico, luego de que el activista manifestara cuestionamientos al proyecto en medios de comunicación.

“Este desistimiento de la inmobiliaria da cuenta del uso instrumental de la acción judicial con el único fin de intimidar a un defensor ambiental y disuadir el ejercicio de su libertad de expresión y de defensa territorial”, comentan desde FIMA.

Esta práctica tiene un nombre en el mundo jurídico: Demanda Estratégica contra la Participación Pública (o SLAPP por sus siglas en inglés), y se trata de demandas que se disfrazan de litigios ordinarios, pero que en vez de tener como objetivo ganar, buscan restringir la discusión y debilitar el trabajo de quienes defienden un interés público.

Para el caso del defensor en cuestión, desde FIMA afirman que el proceso tuvo consecuencias en su salud mental y física, así como en su vida familiar y profesional, además de desalentar su labor como defensor ambiental.

Además, abogados y abogadas de la organización han identificado al menos otros cuatro casos donde grandes empresas demandan a defensores y defensoras ambientales que se manifestaron en contra de sus proyectos.

miércoles, 4 de septiembre de 2024

SLAPP: Demanda estratégica contra la participación pública

 ¡Conversemos de SLAPP 💡!



🗓️El 28 de agosto, el Juzgado de Chanco acogió el desistimiento de la demanda de la Inmobiliaria Costa Calán contra Rodrigo de la O, un defensor ambiental que se opuso a un proyecto inmobiliario en las inmediaciones del actual Santuario de la Naturaleza Arcos de Calán.
🚨Esta demanda es un ejemplo de SLAPP (Demanda Estratégica contra la Participación Pública), una táctica utilizada para intimidar y silenciar a quienes defienden el medio ambiente y los derechos humanos.
➡️La resolución del Juzgado, que obliga a la empresa a cubrir los gastos del juicio, es un paso importante en la lucha contra estas prácticas abusivas.
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Notas Relacionadas:

viernes, 30 de agosto de 2024

Juzgado de Chanco condena a Inmobiliaria Costa Calán al pago de costas en juicio contra defensor ambiental Rodrigo de la O

El Juzgado de Letras y Garantías de Chanco acogió este 28 de agosto el desistimiento de la demanda presentada por la Inmobiliaria Costa Calán contra Rodrigo de la O Guerrero en el 2020, condenando a la empresa a cubrir los gastos del juicio. Este caso es un ejemplo de lo que se conoce como SLAPP (Demandas Estratégicas contra la Participación Pública, por sus siglas en inglés), un mecanismo utilizado para silenciar y amedrentar a defensores ambientales y de derechos humanos.

La historia se remonta a hace 4 años, cuando la empresa adquirió un terreno en las inmediaciones del humedal costero, y hoy Santuario de la Naturaleza, Arcos de Calán para la creación de un condominio con 48 parcelas de media hectárea cada una. El proyecto levantó la oposición de la comunidad, entre ellos, del representante de la ONG Vigilante Costero, Rodrigo de la O, quien manifestó en medios públicos su preocupación por el impacto ambiental del proyecto emplazado en un lugar de gran biodiversidad y valor paisajístico. En concreto, se refirió a promover una regulación más rigurosa para proyectos de gran magnitud y de alto impacto ambiental, a través de una mejora en los instrumentos de gestión y planificación, así como fomentar la participación activa de la ciudadanía en dichos procesos. “Lo que uno busca es que se respete un poco la vocación natural de la zona, y también se involucre a la comunidad en este tipo de proyectos (…). Hemos trabajado mucho tiempo en la declaración de santuario y de repente nos sorprenden eventos de motos en la zona circundante, o ahora un proyecto inmobiliario, entonces básicamente es poder ver de qué manera estos proyectos se abren al debate y la zona se considera como lo que es, una zona de conservación y que permita una planificación más responsable (…)”, comentó en esa época.

Estas críticas no fueron bien recibidas por la inmobiliaria, quien demandó a de la O por más de $200 millones debido al presunto daño económico y a su imagen.

Durante el transcurso del juicio, que se inició en octubre de 2020, la demandante no presentó pruebas que acrediten los daños reclamados, y finalmente, dos días antes del cierre del período probatorio, decidió desistir de la demanda. Este desistimiento da cuenta del uso instrumental de la acción judicial con el único fin de intimidar a un defensor ambiental, como es Rodrigo de la O, y disuadir el ejercicio de su libertad de expresión y de defensa territorial.

“La conducta de Costa Calán de desistimiento, luego de la tramitación casi completa de un juicio de responsabilidad extracontractual da cuenta de la instrumentalización de la acción con el objetivo de amedrentar al defensor de derechos humanos ambientales”, indica Tamara Navia, abogada de ONG FIMA, organización que representó a Rodrigo de la O.

SLAPP

Las Demandas Estratégicas contra la Participación Pública, conocidas como SLAPPs por sus siglas en inglés (Strategic Lawsuits Against Public Participation), son demandas que se disfrazan de litigios ordinarios, pero que en vez de tener como objetivo ganar, realmente buscan restringir la discusión y debilitar el trabajo de quienes defienden un interés público. Una de las consecuencias que tienen este tipo de estrategias es el efecto paralizante en el ejercicio de la libertad de expresión, y en el caso concreto de Rodrigo de la O, perjuicios personales significativos, tanto en su salud física y mental, como en su vida familiar profesional, provocados por la millonaria demanda.

Otra de las consecuencias de estas acciones es que generan un ambiente que desalienta la participación ciudadana activa de quienes buscan defender los derechos humanos ambientales. Al igual que Rodrigo de la O, ven limitada su capacidad de defensa ambiental por miedo a posibles represalias.

“La resolución del Juzgado de Chanco, que condenó a la inmobiliaria al pago de costas, es un paso importante para desalentar este tipo de demandas abusivas, y destaca la necesidad urgente de regular y prevenir el uso de SLAPPs en el país, garantizando así el derecho a la participación pública y la protección del medio ambiente”, puntualiza la abogada.