Pueblo de París, compañeras y compañeros de la Fundación Danielle Mitterrand, jurado de la fundación que me ha distinguido con el premio Danielle Mitterrand 2019, compañera que representa un símbolo en materia de defensa y promoción de los derechos humanos en el ámbito Político, Económico, Social y Ambiental, a nombre de mi organización, el Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la protección del Medio Ambiente, MODATIMA, quiero darles las más sinceras y profundas gracias.
América Latina es la región más peligrosa del mundo para las mujeres y los hombres que a título personal u organizado defienden los derechos humanos ambientales, es decir el derecho al agua, la tierra, el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. En nuestro continente diariamente son asesinados las y los defensores de los derechos humanos ambientales, y la explicación es simple, pero también humanitariamente cruel, quienes luchan por el agua y la tierra “atentan” contra lo codicia de quienes transformaron estos bienes naturales comunes, en una fuente permanente de riqueza y también de desigualdad.
La apropiación del agua y la tierra da cuenta de un patrón de acumulación por desposesión, y esto se repite en todos y cada uno de los países de América Latina. Poderosas empresas transnacionales como ENEL, AGUAS DE BARCELONA, SUEZ, se apropiaron del agua de nuestro continente y obtienen todos los días enormes dividendos con la “venta de agua potable” a nuestra población.
En América Latina el abuso de poder contra las y los que defienden los derechos humanos ambientales tiene un patrón común, el uso de la fuerza pública para permitir la instalación de las industrias extractivas en nuestros territorios, el uso de la fuerza pública para perseguir, agredir y matar a quienes defienden el agua y la tierra, el abuso de poder que se expresa desde la norma, es decir, no se puede exigir que el agua sea un derecho, ya que eso debilita y atenta contra “la economía”, y los abusos de poder desde el discurso, ese que sostiene que las y los defensores de los derechos humanos ambientales son rojos vestidos de verde, activistas sobre ideologizados, extremistas que atentan contra el buen desarrollo.
El abuso de poder y su patrón común está instalado en América Latina, y lo ejecutan desde el Estado policial, desde las empresas de capitales nacionales y transnacionales, costosos equipos de abogados se encargan de llevar a tribunales a quienes defienden el agua o la tierra como derechos, y los juicios son eternos, hasta cansarnos o definitivamente terminar con nuestros huesos en las cárceles, se pagan agentes para espiar nuestros movimientos, intervenidas todas nuestras comunicaciones, y también se asesina a quienes persistente y coheréntemente siguen sin pausas adelante, y como no recordar a Berta Cáceres, lideresa del pueblo Lenka, premio Goldman 2015, y que la madrugada del 3 de marzo del 2016 fue asesinada en su casa, un par de sicarios terminaron con su vida por oponerse a los proyectos extractivos que iban a dejar sin agua y sin tierra a su comunidad, para Berta Cáceres nuestro compromiso de seguir adelante. También no puedo dejar de mencionar al Alberto Curamil, Premio Goldman 2019, y que hoy padece prisión política en las cárceles de Piñera, producto de falsas imputaciones.
Y vengo de Chile, el paraíso del Neoliberalismo, allí, donde todos y cada uno de los derechos sociales, todos y cada uno de los bienes naturales comunes se encuentran transformados en objeto de lucro, usura y exclusión.
En Chile, un derecho humano esencial y básico para el cumplimiento de todos los demás derechos, y me refiero al agua, se encuentra privatizado, en rigor, sus fuentes de agua desde el año 1981, y la gestión de las mismas, es decir las sanitarias, desde el año 1998 en adelante, esto último es lo que le permite obtener enormes dividendos a empresas como Suez por ejemplo.
Vivo en la provincia de Petorca, provincia que es planetariamente conocida por su producción de aguacates, provincia que también es conocida por que allí se producen aguacates de exportación a costa del sacrificio de nuestras comunidades y territorios, un frutal que ustedes disfrutan a diario, pero que requiere enormes volúmenes de agua para su producción, esa agua que hoy no existe en nuestros ríos, agua que hoy se nos suministra a través de camiones aljibes, en tanto los empresarios de los aguacates siguen incrementando sus fortunas y privando a nuestras comunidades del más elemental bien natural, el agua.
Porque sucede esto? Sucede porque en Chile el agua esta priorizada para la industria del despojo, sucede porque en Chile robar agua es una falta administrativa, porque usted puede secar los ríos y seguir extrayendo agua a cientos de metros de profundidad, sucede porque existe un arreglo entre gran parte de la ilegítima casta política y los empresarios para mantener el modelo privado de agua, ese modelo que hoy remata ríos, ese modelo que se encuentra capturado por los gobiernos de turno, hoy el gobierno de Piñera es un furibundo partidario de la privatización del agua, en rigor, es necesario decir que los anteriores gobiernos también.
Piñera ha actuado de forma coherente con su forma de pensar, coherente puesto que es uno de los alfiles más destacados del neoliberalismo, y por ende tiene al interior de su gobierno un ministro de agricultura que es dueño del agua, sí, dueño de más de 29 mil litros por segundo, lo que equivale al abastecimiento de agua dulce de 12 millones de personas.
En Chile el 63% de la población mestiza e indígena vive en regiones declaradas Zonas de Emergencia Agrícola por Sequía, y lo hemos dicho a los 4 vientos, lo hemos declarado en todos y cada uno de los espacios posibles, NO ES SEQUÍA, ES SAQUEO, porque en nuestro territorio los cerros están verdes y llenos de Paltos, y los planos, los ríos, se encuentran transformados en páramos secos e inhóspitos, ahí, donde nuestros hijos no conocen los ríos, ahí, donde todo el ciclo hidrológico se encuentra fracturado por este modelo de despojo, ahí donde son más importantes los aguacates que la vida del pueblo pobre y sencillo.
Luchamos por hacer del agua un bien común y su acceso un derecho humano, y por cierto que no hemos estado ajenos a lo que ha sucedido en Chile durante este último mes, en particular desde el 18 de Octubre del 2019 en Adelante, Piñera semanas antes hablaba de que Chile era un oasis, se ufanaba de ser el presidente con la mayor adhesión, se ufanaba de la estabilidad política y comercial, sin embargo, en un mes quedó en evidencia la más brutal de las desigualdades, porque fue el pueblo, fueron los sencillos los que salieron a la calle, y lo hicieron siguiendo el ejemplo de los estudiantes, esos que una semana antes del estallido social comenzaron a burlar el pago del metro, a propósito del aumento de las tarifas de transporte, esa acción, EVADIR, NO PAGAR OTRA FORMA DE LUCHAR, fue la gota que rebalsó el vaso.
Son más 30 años en que la elite política, económica y empresarial se ha enriquecido a costa del sacrificio de nuestras comunidades y territorios, y en la calle están las demanda por terminar con la privatización del agua, terminar con la privatización de los fondos de pensiones de los trabajadores, terminar con la privatización de la educación, de la salud, por tener una vivienda digna, por terminar con las zonas de sacrificio, por establecer una nueva norma jurídica, es decir una nueva constitución, una que sea escrita desde la hoja en blanco, que sea plurinacional y paritaria, que consagre derechos y no privilegios, porque sí compañeras y compañeros, la crisis en Chile es Social, pero también es Ambiental y también es de humanidad, y la respuesta del gobierno de Piñera ha sido brutal, capitulando a los primeros días de movilización.
Si, capitulando al transferir el control político y militar a las instituciones que concentran el monopolio de las armas, decretando estado de emergencia, toque de queda, con miles de detenidos, a la fecha 2.391 heridos en Hospitales, con 222 personas, hombres y mujeres que han perdido uno o dos ojos producto del disparo artero, cobarde y criminal de la fuerzas policiales. Ellos y ellas son la cara más brutal de la violación sistemática de los derechos humanos, cometidos por agentes del estado en contra de un pueblo blindado de coraje y dignidad, ese que hoy cuenta con una primera línea, jóvenes que con improvisados escudos enfrentan a las fuerzas policiales, y avanzan, resisten, reexisten, gracias por tanto coraje.
Concluyo, el presente es incierto, se abrió un nuevo ciclo, y de nosotros va a depender la profundidad del mismo, de nosotras y nosotros depende cambiar el orden de cosas actual, de nosotros y nosotras depende pasar a la delantera, derrotar la cultura del miedo, derrotar a quienes hoy nos tienen sometidos a la inteligencia policial, ya que somos blanco de interés, y estamos aquí, de frente, para decirles a ustedes, pueblo Francés, que no vamos a claudicar, porque entendemos la necesidad de protagonizar el presente, y también lo que nos queda de futuro, de Pie, jamás de rodillas, y vamos a vencer, vamos a ganar, así se nos vaya la vida en el intento.
Muchas Gracias