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jueves, 16 de septiembre de 2010

Entre la Espada y el Carbón (otra vuelta de tuerca)

Existe más de una razón para que el caso de Barrancones represente un antes y un después en la historia de las controversias político ambientales del país. Nunca antes un proyecto fue más desmenuzado, ni un prontuario más expuesto al escrutinio público. Por primera vez la atención fue general y la reacción que siguió fue masiva y ex ante. Esto por sí solo es un triunfo. Podríamos congratularnos por nuestras capacidades disuasivas, quedarnos tranquilos o forzar la excepcionalidad con que han tachado la medida. Sin embargo, con la misma elocuencia, el caso Barrancones puede terminar siendo un hito más dentro de nuestro caso de “subdesarrollo exitoso”.
Bastó un telefonazo para frenar un proyecto ya visado, lo sabemos. La celeridad de esa reacción amenaza con distorsionar los alcances y causas del acto mismo. Si olvidamos por un instante el resultado tras la decisión presidencial, veremos, una vez más, la arbitrariedad total que goza la figura presidencial. Piñera reveló lo que muchos saben: que las decisiones de inversiones medianamente grandes pasan por el Presidente; se discuten con los inversionistas y se zanjan antes que estas incurran en tanto gasto en un proyecto. Se puede rastrear esta costumbre en todos los gobiernos anteriores con casos tan grotescos como discretos. El que este haya resultado a la inversa no cambia en absoluto la naturaleza discrecional detrás de las inversiones “estratégicas”. La institucionalidad que evalúa este tipo de proyectos demostró ser una mascarada y la normativa a cumplir un mero tramite. Se destapó una gran farsa y de paso, se tendieron dudas sobre la nueva institucionalidad ambiental. El que el día anterior la ministra de Medio Ambiente se inmolara –traicionada por los nervios de sostener tanta mentira– señalando que la ley le impedía al Presidente vetar algún proyecto quedará como una anécdota, al igual que su renuncia, vetada también. Piñera, olfativo como nadie, no necesitó de una encuesta para percibir lo que podía costar a su figura comprometer una vez más su palabra. Se vio obligado a romper otra promesa, no otorgada al CEO de Suez Energy que estuvo vigilando un tiempo antes; es más probable que el compromiso Piñera lo haya tratado con Sarkozy (recordar que Suez es un gigante entre gigantes donde el gobierno francés tiene un 30%). Seguramente, embrujado por los aires parisinos, olvidó una promesilla hecha al fragor de una campaña, promesas verdes que a larga todos olvidan y a nadie le cobran. Ojalá que la reacción que propició la voltereta responda a un nuevo estado de alerta en la ciudadanía, y no tanto a la irritación particular gatillada por tantas promesas incumplidas.
Lamentablemente, el costo de esta arrancada de tarros puede ser más cara para las causas ambientales que haber frenado el proyecto por cauces más normales. Quid pro quo reza la demanda de los dueños de Chile: HidroAysén y Castilla se frotan las manos. Lo más penoso que puede resultar de todo esto es que Barrancones se convierta en el chivo expiatorio que finiquite cualquier manto de duda respecto del resto de los proyectos. Todo por el mentado tema de fondo que tanto interesa a periodistas y liberales. Cómo responder a la pregunta del millón que, en su simpleza desarma, al hippismo ambientalista: No a HidroAysén, sin termoeléctricas, menos energía nuclear, entonces ¿con qué caliento la sopa? Si bien es válida la pregunta, las premisas sobre las que se levanta son mañosas y los escenarios que plantea están llenos de falsedades. Es sorprenderte ver cómo la voz oficial de supuestos expertos es aquella expuesta por ex ministros o empresarios ligados hasta el tuétano con el marco vigente, mientras las razones y proyecciones de investigadores y académicos son anuladas por la corriente principal. Así se configura el mito. Se sobreestima la demanda eléctrica, se omite la relevancia que puede tener una política de eficiencia energética estricta con las mineras y la industria -principales consumidores eléctricos-, se afirma que las ERNC (energías renovables no convencionales) son irrelevantes y utópicas, que un cambio en las reglas del juego encarecerían las cuentas, que los costos para el país, etc. Insisten en que para hacer tortillas hay que romper huevos, cuando la cuestión real es a quiénes sacrificamos y por qué. La verdad es que hace mucho tiempo que estamos protegiendo ganancias ajenas.
Ese lado más oscuro de estas ilusiones compartidas y asumidas es que terminan negando la realidad al servicio de fines nefastos. Tal y como lo apuntara Derrick Jensen: “para que consigamos mantener nuestro modo de vida, debemos mentirnos los unos a los otros, y sobre todo a nosotros mismos (…). Las mentiras actúan como barreras ante la verdad. Las barreras son necesarias, ya que sin ellas muchas acciones deplorables se convertirían en imposibilidades”.
Para insistir en el trasfondo del asunto. A ratos parece que nuestro prospecto energético es ineludible y que las externalidades negativas “inherentes” al progreso surgen por generación espontánea. Cualquiera que tenga una noción sobre las necesidades energéticas del país sabe que nuestra matriz actual es la respuesta a una política configurada de antemano. La matriz que estamos construyendo y aquella que se proyecta inexorable y desconocida para la mayoría, ya fue pactada. El plan de obras, por más estratégico que sea para el país, lo deciden los privados. Ellos determinan dónde, cuándo, cómo y cuánto. En Chile no existe un plan estratégico para la energía, para los recursos, ni para el territorio. Un cambio profundo, donde las variables económicas no sean las únicas relevantes, donde los incentivos o subsidios se coloquen en las alternativas más limpias y armónicas con otras actividades y no al revés, es necesario. Ese día podríamos hablar de albores en el camino a la sustentabilidad. La solución es más fácil de lo que se quiere proyectar. Una nueva matriz depende más de la voluntad de plantearse intervenir un mercado abusivo y de nivelar hacia arriba las alternativas energéticas y tecnológicas, de rayar la cancha pensando en el futuro y no tanto en la rentabilidad mayor y más rápida. Eso depende de que el Estado decidida proyectar al país más allá del mito que lo consume; pasa por definir, por encauzar un tipo de desarrollo posible que se no sea esclavo de las circunstancias.
Las campañas del terror económico aparejadas a cualquier idea de cambio es el preludio del baile entre gobierno y empresarios; la promesa de un desarrollo común, de riqueza creciente y constante para todos y en todas partes. La verdad es que pocos países dan mayores regalías, se podría apretar mucho más y aún este país seguiría siendo un paraíso para los inversionistas. Sólo para dar un par de ejemplos: si Costa Rica (no Alemania) asumió que el 100% de sus requerimientos de energía eléctrica provendrá de ERNC para el año 2024; si Nueva Zelanda asumió el 90% para el 2025, y Portugal el 65% para ese mismo año, ¿es mucho pedir 40% o 50% de ERNC para al 2030 en Chile? ¿Por qué no se hace? ¿Son marcianas este tipo de preguntas? Si se les exigiera a las mineras e industrias intensivas en energía un 2% de eficiencia anual, cómo señala Miguel Márquez, no serían necesarias cuatro termoeléctricas a carbón del plan de obras. Si prestáramos atención al estudio realizado por Stephen Hall y Roberto Román, entre otros, que señala: “El país tiene en carpeta proyectos que superan con creces la demanda de los próximos 15 años, los que sumados a la contracción del consumo eléctrico, no sólo hace que HidroAysén sea innecesario, sino que se podría prescindir en al menos un 40% de las nuevas plantas de carbón”. Chile responde a los desafíos planteados por el calentamiento global planeando más de 10.000 MW en base a carbón, y con un gigante insensato y aberrante para el patrimonio natural de nueve regiones como es HidroAysén.
La verdad es que Chile eligió hace tiempo que la mejor energía es la más barata, aunque no sea para nadie más que para quienes lucran con ella. El carbón fue la respuesta a la escasez de gas argentino, HidroAysén a la volatilidad de precios de los combustibles fósiles. El que Chile proyecte el segundo mayor crecimiento de emisiones de CO2 del mundo es una cruz pesada, pero momentánea que nos exige nuestro “desarrollo” (sólo la termoeléctrica de Castilla representaría un incremento nacional de emisiones de CO2 de un 8%). Ni qué hablar de las posibles consecuencias aparejadas a la huella de carbono. Así, mientras oímos los lamentos a que nos sometió La Providencia y los buenos deseos anunciados tras esta breve crisis, ya está en las carpetas de los despachos de los soberanos que para el año 2030 vendrán a salvarnos cinco limpios y nuevos reactores nucleares. Lo anunció el ex ministro Tokman y ha sido repetido constantemente por los “expertos” creativos.
Otro hecho que no se puede obviar entre tanto sobresalto es aquel que revela el accionar inmoral y oportunista de quienes están detrás de estas inversiones. Me refiero a esa práctica avalada y legalizada por el Estado que permite comprar, a través de pagos o regalos miserables y a través de promesas falsas de trabajo y prosperidad, las voluntades de gente pobre y necesitada que termina pagando el costo del mentado crecimiento. Pasó en Mehuín, pasó en Chungungo, está pasando en Chanavayita (I Región). Al final terminamos viendo cómo esas comunidades, en muchos casos con la complicidad de autoridades, se quiebran. Hasta el día de hoy no me explico cómo esta práctica, que es delito en la administración pública, es avalada y potenciada como responsabilidad social empresarial (RSE).
Créanme que conozco cada caleta de la Primera Región y muchas otras de la Segunda a la Cuarta. Conozco, como pocos, la forma en que viven y sobreviven muchos de esos pescadores. Algunas de esas caletas están más organizadas y mantienen sus áreas de manejo, en tanto otras, la mayoría, sólo subsisten. No existe alcantarillado, la mayoría tiene luz a ratos por generadores a petróleo, muchas tienen serios problemas de drogas, y la gran mayoría no tienen escuelas o servicios básicos. El caso de caleta Chungungo y Punta de Choros no se puede comparar con el destino de otras caletas más pobres aún. Punta de Choros, con el amor que le tengo y con su biodiversidad insuperable, representa una excepción. Una demanda así de organizada que desemboca en movimiento es impensable para la gran mayoría de los proyectos termoeléctricos del norte y sur del país ¡estamos hablando de alrededor de 50 proyectos! La pobreza y abandono que padecen esas comunidades es responsabilidad del Estado, y su condición no puede servir de excusa para permitir ese chantaje que los condena a una muerte lenta. Basta recordar lo que pasó en Puchuncaví, donde no hay un poblador que no se arrepienta de haber creído tantas mentiras.
¿Por qué estas termoeléctricas son tan resistidas? ¿Por qué no buscar lugares menos perjudiciales con el ecosistema y menos reñidos con las comunidades? ¿Por qué no se han aplicado medidas de captura, abatimiento y refrigeración que reduzcan el daño? No se ha hecho para evitar que estos proyectos pierdan su rentabilidad extraordinaria. El carbón que necesitan requiere de un muelle, cualquier otra alternativa significaría mayores costos para nuestros esforzados inversionistas.
La linterna a Barrancones nos demostró que los informes técnicos solicitados a universidades pueden ser tijereteados al antojo. Las termoeléctricas a carbón se defienden que la pluma de aumento de temperatura es neutralizada y no abarca más que un área reducida, pero el agua que se devuelve no sólo es más caliente, sino que contiene elementos tóxicos (químicos antifouling que actúan como veneno para evitar la incrustación de larvas y moluscos). Si bien el mar parece inconmensurable, la cantidad de agua que succionan estas plantas es gigante -Castilla extrae y devuelve agua contaminada equivalente al volumen del Estadio Nacional cada 4 horas-, lo que reduce en forma constante y astronómica larvas y fitoplancton. Las consecuencias ecológicas de una termoeléctrica ubicada en zonas de alta riqueza marina son totales: la aniquilación del fito y zooplancoton merma toda la trama trófica; la bioacumulación de metales pesados a otros componentes de la biota se puede seguir hasta nosotros; la lenta lluvia de ácidos y cenizas puede abarcar, en las condiciones que moldean nuestras costas, mucho más de 20 km. Es por esto que con los mismos argumentos con que se vetó Barrancones, una central como la que pretende la CAP en Cruz Grande es impensable. Todos saben que uno de los principales recursos de estas caletas o áreas de manejo cercanas a las termos es el loco, lo que pocos saben es que la larva del loco dura como larva más de 3 meses antes de asentarse y comenzar su crecimiento. ¿Qué pueden significar 20 o 30 km de distancia para una larva que va de acá para allá durante 3 meses? Qué decir del daño acumulativo y local que irradia el humo, cargado con viejos conocidos como el CO2, SO2 y NOx liberado en concentraciones gigantescas, con criterios que ni siquiera consideran la dirección del viento (que en las costas de Chile corre casi invariablemente de sur a norte). Ese argumento tan simple y evidente, probado con sangre y ceniza en Tocopilla, todavía no decanta en las mentes de los money makers. No son sus pulmones, ni su cáncer, ni su vida la que se destruye.
Cifro mis esperanzas en esa hambre de conocimiento y atención que surgió a propósito de Barrancones, en la consecuencia en la acción y en el convencimiento de una nueva forma de ver el rol de cada uno en la configuración de la realidad, y en la responsabilidad que ello implica. Si lo que ocurrió aquel día de marcha fue un despertar, o una mera hazaña satisfecha en el placebo que no logre tomarse en serio a sí misma, lo dirá el tiempo. Espero que logre imponerse la paciencia y la profundidad que requiere una sociedad atenta y deliberante de su suerte. Temo que se disperse en el vapor insustancial de la anécdota, o que se pervierta en un rechazo sistémico, aislado y pueril. Desconozco si puede existir una convergencia sin liderazgos u orgánica, sin votos, tan dependiente de las veleidades de la red. No sé si la chispa que vi ese día, media confundida y recurriendo a gritos prestados, pero convencida y pacífica, pueda converger en más batallas. Lo ansío. De verdad ansío este sea el caso y que esa victoria no se transforme en una excepción.
Nesko Kuzmicic
Biólogo Marino

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Corte de Apelaciones de Copiapó declaró ilegal modificación que favorecía a termoeléctrica Castilla

La resolución declara ilegal la modificación hecha por el renunciado Seremi de Salud, Raúl Martínez que cambio el uso de suelo a “Molesto” que permitía la construcción de la mega termoeléctrica  y que la anterior Seremi, Pilar Merino, la había declarado como “contaminante”.
Declara que dicho cambio NO puede producir ningún efecto en el proceso de calificación ambiental, por tanto revive la calificación de “contaminante”, lo que decreta que el megaproyecto Castilla sea incompatible con el uso de suelo de la zona y hace inviable el proyecto energético.
Con este fallo, una vez que se ratifique por la Corte Suprema, la Corema de Atacama tendría que votar el proyecto teniendo a la vista la calificación de contaminante, por lo cual la Corema está obligada por ley a rechazar el proyecto.
“Este es la señal más importante de nuestros tribunales de justicia que nos dan la razón y declaran expresamente que el renunciado Seremi, señor Raúl Martínez, se apartó por completo de la ley, al recalificar la industria tratando de manera arbitraria de favorecer a la empresa”, aseguró el abogado Patricio Escobar que ha estado a cargo de la causa.
Las partes tiene derecho a apelar dentro de 5 días para solicitar que la Corte Suprema se pronuncie (el plazo vence el viernes 24 de septiembre). Por tanto hasta esa fecha tienen la empresa MPX del multimillonario Eike Batista y Consejo Defensa del Estado para decidir si apelar al máximo tribunal de Justicia.
Es un triunfo gigantesco aunque no definitiva, dijo el abogado
El tribunal había escuchado el lunes 13 los alegatos de los abogados de las partes en el recurso presentado por abogados de Atacama sin Carbón y la familia Domínguez (Estudio Figueroa-Valenzuela). Los alegatos estuvieron a cargo de Carlos Figueroa Guzmán por Atacama sin Carbón y la Familia Domínguez; Adolfo Riveros por el CDE, en representación del Ex Seremi Raúl Martinez y Andrés Jana (ex socio del Ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter, en el estudio Jana, Bofill, Mir& Alvarez abogados
SANDRA GAMBOA
Socia Directora
SINERGICA

martes, 14 de septiembre de 2010

Reflexiones de una lucha en movimiento

@vigilantecosta
Ayer partimos rumbo a Santiago a las 4 de la madrugada, en un viaje ida y vuelta poco recomendable, pero que sin duda merecía el sacrificio. Mi mujer estuvo hasta tarde, el día anterior, haciendo pancartas y afiches para poder marcar presencia frente a los medios presentes entendiendo que los parlamentarios, alcaldes y concejales son los que esta vez convocaban siendo una buena oportunidad para romper los cercos comunicacionales, convirtiéndose en un hito más de los tantos que hemos vivido de cerca como simples ciudadanos convencidos en que las luchas que tocan por circunstancias de la vida se deben enfrentar, asumir, con franca resignación y jamás hacerles el quite. Esto no es por vanidad o por una falsa búsqueda de protagonismo ni reconocimiento. Es porque la vida te ofrece opciones y éstas se deben tomar preservando el principio mayor que son mantener nuestros ideales, nuestros sueños, nuestros recuerdos. En ese sentido todo lo que han hecho los que han participado desde un principio, por allá a fines del 2007, en este ajetreado camino y todos aquellos que participan, de una u otra forma, en el movimiento ciudadano contra Los Robles de AES Gener no quieren ni buscan reconocimiento. Tampoco ser paladines, ni héroes inmolados. Solo quieren, queremos, respeto, por nuestra zona por nuestras comunidades, por nuestros recursos y por nuestro desarrollo.

Junto a Parlamentarios y autoridades locales de la Región se hizo entrega de una nueva carta al Presidente Sebastian Piñera en la sede de gobierno (VER: CARTA 2) en donde se le exponían los argumentos expuestos desde un comienzo. Además se suman nuevos relacionados con el terremoto y maremoto de febrero pasado entendiendo que el escenario en muchos aspectos ya no es el mismo.
Como reflexión personal quisiera señalar que hemos logrado cosas impensadas en un comienzo. Logramos que se hiciera una investigación en la Comisión de Recursos Naturales de todo el proceso de presentación y aprobación del proyecto. Logramos que el Senado citará de forma inédita a la COREMA Maule. Logramos que todo el frente parlamentario de nuestra región se alineara y, de forma transversal, pudiera oír nuestro clamor ciudadano y estimar validas nuestras preocupaciones.

En síntesis, hemos logrado cosas que creímos extremadamente difíciles. Lo hemos hecho con el combustible de la esperanza, del sentido común, de la verdad y el compromiso de todos aquellos que han participado en este tedioso y desgastante proceso.
Es por eso que también debemos ser autocríticos y reconocer nuestras faltas, nuestras debilidades. El Mega Proyecto Energético a Carbón Los Robles de la Multinacional AES Gener se encuentra aprobado por la COREMA Maule del gobierno anterior. También esperamos que nuestros alcaldes más cercanos al proyecto se comprometan con sus comunidades de manera absoluta, dado que en la reunión de entrega de ayer solo asistió, y es digno de destacar, el Alcalde de Pelluhue, extrañando la presencia de los ediles de Chanco y, por supuesto, de Constitución.
Por último, hacer un nuevo llamado a todos. Hoy hemos logrado seguir en pie y jugarnos por entero, más allá de lo adverso, por lo que creemos justo, por lo que pensamos correcto, por sentido común. El apoyo político es necesario, sin embargo, el apoyo ciudadano es trascendental. Debemos levantarnos, reactivarnos y ser un soporte claro para un proceso que aún no está definido y en el que todos jugamos un rol de importancia a la hora de decidir lo que deseamos para nuestra región, para nuestro país y entendiendo que la lucha aún existe, aún permanece y siempre supimos sería de largo aliento. A no cansarse, a no confiarse. Que sean los otros los que absortos puedan comprender que existimos y confiamos en un mejor porvenir.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Entrega (2) de carta abierta al Presidente de la República por Termoeléctrica los Robles


Fernando Salinas Manfredini - http://www.losrobles-no.cl/?p=405#more-405
ACCIÓN CIUDADANA PRO-DEFENSA DE LA COSTA DEL MAULE

La Asociación de Municipalidades del Maule, parlamentarios, movimientos ambientalistas y sociales, y Acción Ciudadana Pro-defensa de la Costa del Maule hicieron entrega al Presidente de la República S.E Sebastián Piñera Echenique de una carta abierta en la cual se le manifiesta el inconveniente de emplazar la Termoeléctrica Los Robles, de la empresa AES Gener S.A., al lado del Faro Carranza, en la comuna de Constitución en el límite con la comuna de Chanco.

En la cita estuvo la Senadora Ximena Rincón, el Senador Andrés Zaldívar, los diputados Guillermo Ceroni, Roberto León y Jorge Tarud, además del alcalde de Maule Ivan Riveros, el alcalde de Pelluhue Carlos Zúñiga y concejales de diversas comunas de la zona. En la carta se le ha solicitado al Presidente que los mismos argumentos que él sostuvo al momento de detener la instalación de la termoeléctrica Barrancones, en Punta de Choros, los haga valer para la Termoeléctrica Los Robles. En el entorno inmediato de esta central se encuentran lugares protegidos y de interés nacional tales como: El humedal de Reloca, nombrado Santuario de la Naturaleza en 2005 y en donde anidan aves en peligro de extinción como el Cisne de Cuello Negro, el Flamenco Chileno, la Gaviota Garuma y el Pato Cuchara; la reserva nacional Federico Albert, importante para la conservación de flora y fauna, como la Torcaza y el Quique; las loberías de Loanco, que pueden ser apreciadas desde la misma playa; el Faro Carranza, testigo de los innumerables naufragios que se han producido por el roquerío y la acción del viento; la caleta Loanco, cuyos pescadores tienen un área de manejo de mariscos, que enriquece la gastronomía de la región.

También se le hizo notar al Presidente que hubo una investigación realizada por la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, la cual estableció que la información entregada por AES Gener S.A. no garantiza que el proyecto no afectará el medio ambiente ni los medios de subsistencia tanto de agricultores como pescadores. Además, se identificaron numerosas irregularidades en el proceso de aprobación del EIA, por parte de la COREMA del Maule de la época. Este informe fue enviado a las autoridades correspondientes y, lamentablemente, no hubo una acción en consecuencia.


A continuación se adjunta el texto completo de la carta:
Santiago de Chile, 13 de septiembre de 2010
Carta abierta al Presidente de la República, S.E. Sebastián Piñera Echenique
Estimado Presidente,
Han pasado ya unos días desde que usted adoptó la decisión histórica de solicitar un cambio de emplazamiento de la central termoeléctrica que se construiría en Punta de Choros, previa aprobación del estudio de impacto ambiental por parte de autoridades de su Gobierno.
Más allá de la polémica que generó su decisión, creemos que su accionar sentó un precedente que acá en el Maule miramos con singular atención y también, porqué no decirlo, con una alta dosis de esperanza.
Le explicamos por qué.
Durante la campaña presidencial conocimos de su sana y bella afición por el buceo, afición que fue el comienzo del fin para la termoeléctrica en Punta de Choros, porque ahí -en las profundidades- usted pudo ver más cerca que millones de chilenos, los encantos de este santuario de la naturaleza y comprometió de inmediato su rechazo al proyecto.
Lamentablemente, señor Presidente, usted no ha tenido la posibilidad de bucear en Loanco, una caleta pesquera de la comuna de Chanco que hasta el 27 de febrero no sólo era admirada por la belleza única de su entorno, sino que también por los múltiples logros de sus pescadores artesanales, entre ellos un área de manejo de locos que cambió sus vidas, tanto por el aumento en sus ingresos como por la organización que lograron para explotar este apetecido molusco.
Nos entristece que tampoco haya podido pasar por esta caleta para degustar una entrada con sus sabrosos locos y conocer a sus pescadores, buzos, mariscadores, y recolectores de algas, porque habría recogido de primera fuente su preocupación por la termoeléctrica Los Robles. Ellos creen -y con razón- que con humos y desechos tóxicos permanentes, su pesca se va a hacer más exigua, sus mariscos van a bajar de precio -si es que no desaparecen antes-, porque el área de manejo está al lado de la futura central termoeléctrica.
En este escenario, los turistas que llegan a los restaurantes y cocinerías para degustar como en pocas partes se hace, lentamente se van a ir alejando, porque a nadie le agrada comer con vista a un paisaje dominado por grises chimeneas emitiendo grises columnas de humo. Gris panorama ¿verdad?
Señor Presidente, en sus manos está evitar una verdadera aberración ambiental. El área de influencia del proyecto también va a afectar directamente a loberías que están a escasos kilómetros del emplazamiento de Los Robles y que poco a poco se han transformado en un atractivo turístico especial, ya que es posible acercarse a las rocas en botes de los pescadores para ver de cerca a miles de lobos de mar en estado salvaje y que con la termoeléctrica van a ver como su hábitat cambia notoriamente.
Sólo un par de kilómetros al norte de la caleta y bastante más cerca de la futura central, está la desembocadura del río Santa Ana, que alberga a miles de aves, muchas de ellas en peligro de extinción. Allí, majestuoso, se erige el Faro Carranza, construido para poner fin a decenas de naufragios que se produjeron en la zona desde que comenzó la navegación en mares chilenos.
Hay ahí un verdadero cementerio de embarcaciones españolas, portuguesas, inglesas, francesas y holandesas, cementerio que puede verse sobre el agua, aunque si lo desea, puede tocar y palpar parte de la historia buceando en profundidades para nada intimidantes. Claramente, un panorama imperdible, que puede quedar en nada por obra y gracia de la termoeléctrica.
Un riesgo similar corre el Humedal de Reloca, Santuario de la Naturaleza desde 2005, situado a sólo diez kilómetros de la planta a carbón, lo que amenaza su existencia y con ella la de aves en peligro de extinción como el Cisne de Cuello Negro, el Flamenco Chileno, la Gaviota Garuma y el Pato Cuchara.
Más antecedentes, señor Presidente, está planta significa un serio riesgo para la reserva nacional Federico Albert, situada 25 kilómetros al sur, como también para los habitantes de Constitución, ciudad que ya enfrenta múltiples problemas ambientales, por lo que sus habitantes no esperan sumar otro más. Por eso y conociendo sus profundas convicciones medio ambientales, nos atrevemos a pedirle que intervenga.
Otro tópico a considerar. Esta planta va a producir cenizas que increíblemente fueron consideradas residuos domiciliarios para su aprobación ambiental, pero que contienen al menos 20 metales tóxicos, altamente peligrosos para el ser humano (todos científicamente comprobados como cancerígenos).
La EPA, la agencia para el medioambiente en Estados Unidos, prohibió desde el año 2005 el modelo climático (ISC3) que fue utilizado en el Estudio de Impacto Ambiental de esta termoeléctrica, por no proyectar adecuadamente la dispersión de partículas en el medio ambiente.
Una investigación realizada por la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, estableció que la información entregada por el titular no garantiza que el proyecto no afectará el medio ambiente ni los medios de subsistencia tanto de agricultores como pescadores. Además, se identificaron numerosas irregularidades en el proceso de aprobación del EIA, por parte de la COREMA del Maule de la época.
Además, considerando que si la Termoeléctrica Los Robles hubiera estado en funcionamiento al momento de producirse el tsunami del pasado 27 de febrero, la catástrofe ecológica habría tenido dimensiones gigantescas, no sólo por la diseminación del polvo y cenizas almacenados en la planta, sino por el probable naufragio de los barcos carboneros que hubieran estado en ese momento en el puerto de desembarco.
Sí señor Presidente. En Constitución, Chanco, Pelluhue, queremos el mismo trato que usted dispensó para Punta de Choros. Somos igual de chilenos, tenemos cientos de atractivos y riquezas que no queremos perder, que queremos que nuestros hijos, nietos y tataranietos vean y disfruten, porque al fin y al cabo, son la esencia de la vida en esta parte del país. Por eso le pedimos que contacte a la empresa que propone esta planta termoeléctrica y le pida que busque un nuevo lugar donde levantarla, pese a que la COREMA ya tomó la decisión de aprobar ambientalmente el proyecto. Como usted verá, estamos en la misma situación que se vivió con Barrancones y que esperamos usted contribuya a solucionar.
Con mucho respeto, queremos hacerle ver que acá, en el borde costero del Maule, hay una cosmovisión que extrae del mar no sólo mariscos y pescados, sino que una decisión de construir futuro sobre la base de la pesca artesanal, su cultura y el atractivo que ella representa para el turismo, además de una agricultura limpia y con un emergente potencial en la producción de berries. Entenderá entonces, Su Excelencia, que la Termoeléctrica Los Robles no es un buen negocio para nuestra gente, para nuestra historia y menos para nuestro futuro. Hay que considerar también la apertura internacional del paso Pehuenche, una gran inversión, lo que significará en un futuro inmediato, un fuerte impacto positivo en el turismo de toda la zona costera del Maule.
Antes de despedirnos, queremos invitarlo para que bucee en Loanco. Acá sus acompañantes no van a ser hombres de grandes fortunas, sino que hombres que tienen la fortuna de vivir en un entorno natural maravilloso y que no se resignan a perderlo por una decisión amparada en una legislación inadecuada y que está, en usted Presidente, detenerla con sus buenos oficios.
Maravillándonos con la belleza de Chanco, Pelluhue y Constitución, agradecemos desde ya su intervención para poner fin a la incertidumbre que hace aún mayor el dolor de miles de personas que con el terremoto y tsunami perdieron años de esfuerzo y que ahora no quieren que un proyecto impuesto por la fuerza del dinero, arruine su futuro, el de sus hijos y nietos.
Sólo queremos Señor Presidente decirle una última cosa, este proyecto no fue aprobado en su Gobierno, pero después de su aprobación en la Corema hemos vivido el Terremoto y el Tsunami, hoy está pendiente un recurso en la Corte de Apelaciones y aún no cuenta con cambio de uso de suelo, lo primero no depende de usted, lo segundo Presidente, requiere de aprobación de la Corema, eso si depende de sus funcionarios, funcionarios que usted ha nombrado en el cargo y a los cuales hay que hacerles presente los requisitos que ha fijado su gobierno para la aprobación de este tipo de proyectos, y en este caso no se cumplen en ningún sentido y la consideración al nuevo escenario luego del 27 de febrero pasado.
Creemos, Señor Presidente, que todo está de nuestra parte y usted tiene la última palabra, le rogamos que ella sea emitida pensando en la comunidad, el medio ambiente, y por cierto, en el futuro de nuestra Nación.