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lunes, 5 de febrero de 2018

Estuvimos en Clínica de Justicia Ambiental en Cobquecura

Cristobal Bustos - Todos Somos Cobquecura
Hace unos días, estuvimos presentes en una Clínica de Justicia Ambiental de la Universidad Diego Portales en el salón municipal de Cobquecura, donde se expuso el trabajo de estudiantes de derecho y abogados que se han dedicado a representar a organizaciones locales, informando de las acciones legales llevadas adelante y las distintas estrategias o escenarios existentes en relación a la amenaza y riesgo que implica la intención de la empresa pelicano S. A. de instalarse en la costa de Ñuble y Biobío con centros de cultivos flotantes en mar abierto de salmones queriendo, con ello, convertirse en la punta de lanza de una industria experimental en mar abierto, altamente cuestionada, tanto por lo insustentable, como así tambien, por los impactos asociados a la producción y calidad de su producto en mercados o estándares internacionales; por los altos indices de antibióticos presentes. Siendo, además, un modelo de negocio privado que se contrapone, de manera radical, a la legitima visión local que se tiene del territorio en lo que se refiere a destacar y defender sus atributos y virtudes. Privilegiando el desarrollo basado en la conservación y sustentabilidad de sus recursos. Evitando así proyectos de lucro privado en bienes nacionales, riesgosos y contaminantes. Exigiendo una planificación responsable y participativa.
Zona Proyectada - Ñuble
Haciendo un breve resumen del contexto actual, estos proyectos (o el proyecto) fueron ingresados al SEIA a fines de 2015 alcanzando a realizar y presentar al Servicio de Evaluación Ambiental un número considerable de observaciones al proyecto desde particulares y organizaciones de distinto tipo (Juntas de Vecinos, Municipios, Clubes deportivos, de Huasos, ONG's). Esto ha permitido aplazar y solicitar extensión de tiempo por parte de la empresa, en dos ocasiones (hasta octubre 2017 y con una prórroga y nueva fecha de plazo a octubre del presente año), para dar respuesta por parte del titular a cada una de ellas. 
Uno de los puntos que expusieron los abogados es el argumento (expuesto desde un inicio por parte de organizaciones locales) de que es un solo y gran proyecto, de una misma empresa, presentado en un mismo período de tiempo y en una misma área geográfica. Es improbable que el impacto asociado a un centro de cultivo no entre en el espacio de los adyacentes ignorando la sumatoria y su real impacto. Por ello, es evidente la necesidad de un Estudio de Impacto Ambiental que lo establezca conviniendo que una Declaratoria no permite establecer con exactitud la magnitud de esos eventuale impactos.

En esta oportunidad nuevamente estuvo presente Hector Kol, experto acuicola que desde hace años le ha hecho un seguimiento a la industria acuicola intensiva. Kol, miembro del Consejo de Defensa del Borde Costero de Aysén, señala, categóricamente, que "la unica manera de que la industria salmonera no provoque un desastre (ambiental) en la costa de Cobquecura es que no se instale", exponiendo largamente respecto de los impacto que ha ocasionado la industria con su presentación "Desde el escenario del Crimen" en donde expuso parte de su informe "Los Riesgos de la Expansión Salmonera en la Patagonia Chilena" (AIDA).
El fuerte cuestionamiento a la Industria Acuicola intensiva y su necesidad de expansión y explotación permanente de nuevos sitios de aguas prístinas establecen, sobre una base de corrupción evidenciada, la necesidad de establecer mecanismos de organización y defensa desde los territorios donde el rol de la sociedad civil es el eje que puede influir de forma legitima en procesos de inversión o planificación del territorio.

AQUI INFORME: AIDA 
Los Riesgos de la Expansión Salmonera en la Patagonia Chilena
En Chile, la industria salmonera ha crecido rápidamente en los últimos 20 años, a menudo a expensas del medio ambiente, como ha ocurrido en las regiones de Los Lagos y Aysén, donde las granjas de salmón se han establecido firmemente.
En búsqueda de aguas más prístinas, la industria se está instalando ahora en las últimas costas vírgenes del país, en la región de Magallanes, al sur de la Patagonia.
La expansión se está llevando a cabo sin pruebas científicas o estudios serios para limitar la producción a la capacidad de las aguas. Ello podría tener consecuencias catastróficas para los ecosistemas locales, algo que ha generado preocupación entre organizaciones ambientales.
El presente informe, elaborado para AIDA por el biólogo Héctor Kol, con el apoyo de la Fundación Waitt, tiene como objetivo contribuir al entendimiento de los daños actuales y potenciales que la producción industrial de salmón implica para Magallanes. Con esto, se busca también contribuir a la protección efectiva del ambiente acuático-marino de la Región, usando las herramientas legales existentes.
El documento presenta un análisis detallado de la situación de la granjas de salmón en Magallanes, respondiendo a las siguientes preguntas: ¿cuántas existen?, ¿dónde están? ¿cuánto producen y en qué condiciones lo hacen?

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