Hace unos días pude hacer un recorrido por los ríos de Pelluhue que por diferentes razones son los que he podido sentir que han sido los más heridos después del 27 de febrero de 2010. Hoy, después de tanto tiempo, aun permanecen la marcas de ese día, cicatrices que quedan en el alma de nuestras pequeñas localidades costeras y que la geografía y su natural vuelta a la normalidad muy lentamente buscan resolver. Aún permanecen sectores con muchos desperdicios, escombros en sus cauces que esperamos poder limpiar en el corto y mediano plazo con la ayuda de nuestros amigos, voluntarios y colaboradores. Justo es mencionar que ha sido un trabajo lento, arduo en que muchos han sido parte y sabemos que ha sido un proceso de "volver a empezar". La empresa sanitaria al menos en Pelluhue pudo resolver problemas de infraestructura de gran envergadura.
Aun persiste el fragilidad de los sistemas de tratamiento de aguas servidas que en conversaciones con autoridades locales podríamos esperar que se resolvieran con su actualización en lo que se refiere a capacidad y tecnología.
Aun persiste el fragilidad de los sistemas de tratamiento de aguas servidas que en conversaciones con autoridades locales podríamos esperar que se resolvieran con su actualización en lo que se refiere a capacidad y tecnología.
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