@vigilantecosta

Ahí comienza una vez más esa sensación de
impotencia, de desvergüenza al observar cómo se repiten modelos de negocio que
no consideran factores externos ligados su proceso de obtención de utilidades.
Olvidan o, peor aún, ignoran costos asociados a ciclos completos de su cadena
de producción (o destrucción) y menos consideran efectos o externalidades
negativas que terminan pagando ciudadanos y comunidades (al parecer de “menos valía”) que
viven en el entorno de los proyectos afectándoles su salud, calidad de vida y
provocando migraciones por el giro productivo impuesto por grandes capitales (incluido el Estado de Chile).
El año 2009 estuvimos en Ventanas conociendo laexperiencia, por ellos vivida y fue gracias a esa experiencia que
pudimos, de alguna manera, reaccionar y enfrentar lo que se nos venía. Muchos
años han pasado y es importante poder enfrentar nuevos desafíos reconociendo la importancia de las personas y su participación en estos procesos, es fundamental.
No podemos permanecer impávidos cuando vemos que un modelo económico basado en
combustibles fósiles e industrias del pasado impactan gravemente nuestro entorno y planeta. Donde economías basan sus ganancias en la erosión de suelos, contaminan nuestras aguas y aire. Como si pensar en tirar desechos de la mega minería al mar, porque ya se les acabo el espacio en tierra, fuera natural o algo justificable si la rentabilidad social lo permite y genera dividendos. Increíble.
Así como también, en vez de fortalecer sistemas de pensiones, no podemos permitir que parlamentarios presenten leyes que desvinculen de su patrimonio a nuestros ancianos vendiéndoles un “mejor vivir” terminando en manos de quien sabe quien las hipotecas que muchos no podrán pagar; tampoco podemos seguir tolerando un modelo destructivo, contaminante, que impacta la salud de las personas y de nuestro planeta del cual han usufructuado (y lo siguen haciendo) por años, enriqueciéndose unos pocos, generando castas de poder germinadas en dictadura, dividiéndose empresas del estado y grupos económicos que han hecho fortunas con nuestros recursos naturales y, en muchos casos, subsidiados por el Estado.
Puchuncaví, ventanas, zona de Sacrificio, saturada de contaminantes donde los pescadores son "algueros". Lugar donde por años han debido resignarse y someterse al abuso de un modelo económico autoritario, obsoleto, donde el único interés es poder seguir produciendo más y más sin pensar a que costo.

Seguiremos avanzando planteando nuevos desafíos y a no estar dormidos sino que más que atentos al verdadero país que queremos construir.
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