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Las zonas húmedas costeras asociadas a humedales, zonas estuarinas, desembocaduras, sectores identificables como frágiles, son un recurso natural valioso y vital importancia para el planeta. Estos ecosistemas, en su interconexión, forman un corredor biológico marino-costero fundamental para el equilibrio en su biodiversidad y la conservación de ecosistemas amenazados o frágiles.
Estas zonas, interconectadas de norte a sur, conforman una sucesión de humedales que establece una zona costera que debiese observarse y planificarse desde la conservación, evitando su fragmentación o afectando su capacidad para proporcionar una amplia variedad de servicios ecosistémicos, incluyendo la captación y filtración de agua, la protección contra inundaciones y la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, estos ecosistemas están en peligro debido a la falta de regulación y planificación del territorio, especialmente en las zonas rurales, y a la presión inmobiliaria que aumenta la amenaza y la pérdida de biodiversidad y suelo agrícola.
Las zonas húmedas costeras son importantes captadores de agua, que filtran y purifican el agua antes de que sea liberada al océano. Esto es esencial para la salud y el bienestar de las comunidades costeras y sus ecosistemas. Además, estas zonas son hogar de una gran cantidad de aves migratorias y otras especies de vida silvestre, lo que las convierte en sitios de gran biodiversidad y sitios prioritarios para la conservación.
En ese contexto, la falta de regulación y planificación del territorio y la presión inmobiliaria están aumentando la amenaza y la pérdida de estos ecosistemas costeros valiosos. La construcción de desarrollos inmobiliarios, la urbanización y la agricultura intensiva están causando la degradación y la pérdida de estas zonas húmedas, lo que pone en peligro la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que ofrecen.
Por lo tanto, es necesario tomar medidas para proteger y regenerar estos ecosistemas costeros. Esto puede incluir la restauración de humedales, la protección de las zonas costeras y una planificación que se funde sobre un desarrollo sostenible, considerando la interconexión costera ya mencionada con un sistema integrado de cuencas hidrográficas. Además, es importante reconocer y valorar los servicios ecosistémicos que estos ecosistemas ofrecen, incluyendo la producción de alimentos, la protección contra inundaciones, la conservación de la biodiversidad y la purificación del agua.
En conclusión, las zonas húmedas costeras y su interconexión en un corredor biológico marino-costero, son un recurso natural valioso y esencial que deben ser protegidos y regenerados permanentemente. La falta de una regulación adecuada, de una planificación del territorio y la presión inmobiliaria, están aumentando la amenaza y la pérdida de estos ecosistemas críticos. Es necesario tomar medidas para proteger y restaurarles, reconociendo y valorando, multidimensionalmente, los servicios ecosistémicos que surgen a partir de aquellos hermosos y únicos lugares que nos pertenecen a todos.
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