Buscar este blog

miércoles, 2 de marzo de 2011

CHILE A CARBON: LA SUCIA HERENCIA DEL PRESIDENTE PIÑERA

La reciente aprobación en la hacienda Castilla, región de Atacama, del  mayor  complejo termoeléctrico de América Latina, constituido  6 centrales  a carbón y 2 a petróleo , constituyen el mayor retraso  tecnológico en el desarrollo energético del país, y condena a Chile a  40 años de  contaminación local, además de incrementar irresponsablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Con Castilla, Chile opta por perpetuar la tecnología de carbón pulverizado, la mas antigua y contaminante en su tipo, y su generación de 2.300 megawatts, condena al Sistema interconectado Central  a hundirse en la generación sucia, empeorando la huella de carbono de la economía nacional.
El presidente Piñera en los últimos años se mostró muy sensible frente al Cambio Climático, al extremo de traer a Al Gore a Chile en 2008; crear al interior de la Fundación Futuro una comisión para el desarrollo de las energías renovables y afirmar  durante  su campaña electoral,  que “en Chile no podemos seguir creciendo con tantas termoeléctricas a carbón, porque son las más contaminantes”.  Pero en su acción política  no actuó en consecuencia, sino al  contrario:  rebajó las exigencias del anteproyecto de norma para termoeléctricas  elaborado por el gobierno anterior, aprobó una gigantesca explotación carbonífera en Isla Riesco, Magallanes; y el mayor complejo de generación a carbón  a nivel mundial. ¿Cuál es la coherencia?
Las emisiones  de centrales a carbón pulverizado como Castilla, están compuestas por material particulado respirable, azufre, óxidos de nitrógeno y metales pesados cancerigenos como mercurio, vanadio y níquel; y no corresponde a la mejor tecnología disponible  para quemar carbón, como podría ser el lecho fluidizado o húmedo que atrapa en las cenizas el azufre y los metales pesados, como  en Petrox, Concepción o la central de Vartan en Estocolmo, Suecia tan publicitada por Piñera como la única alternativa tecnológica que el permitiría para la generación carbonífera. Pero el carbón pulverizado, al emitir todos los contaminantes a la atmosfera,  genera  como hemos visto en Puchuncavi y Ventanas,  destrucción de la vegetación nativa, disminución de la producción  agrícola y acuícola, graves enfermedades respiratorias y cancerigenas,  debido a que las emisiones de Vanadio, Níquel y Mercurio son de  alta toxicidad,  y persistencia  en altas concentraciones. 
Además del retraso tecnológico y la contaminación local de esta opción energética, preocupa a los ciudadanos el grave incremento en las emisiones de gases de invernadero que aportaran las 8 centrales del megaproyecto Castilla, lo cual hará mas insostenible los altos índices de emisiones que hoy exhibe Chile, que duplica las tasas de emisión de América Latina. Así Castilla nos condena a carbonizar sin retorno el Sistema Interconectado Central, y cierra el espacios a las nuevas tecnologías  para un desarrollo  energético limpio y más independiente. De paso el aumento de la huella del carbono que aporta Castilla condena a Chile a una mayor vulnerabilidad de sus exportaciones.
Finalmente, y en el contexto de lo que han revelado al país los cables de Wikileaks, es preocupante constatar nuevamente en el proceso de evaluación ambiental, los cambios  en la  caracterización del suelo de Punta Cachos, que convierte lo contaminante en molesto, sin mediar ningún nuevo informe  de la autoridad, sino  luego de una negociación entre privados (la empresa MPX y la familia Domínguez que veranea en la zona). Ello además,  en un  contexto político  de una insólita constelación de autoridades  a cargo del desarrollo energético del país  que  vienen desde hace unos meses de las empresas termoeléctricas.  El Ministro de Energía (ex -Gerente de Finanzas de AES-GENER), y  el subsecretario de energía (ex Gerente General de Guacolda) pertenecen al núcleo de influencia de  AES- Gener, dueña de Guacolda, dueña de Campiche y la mas ferviente opositora y lobbysta  contra la norma para termoeléctricas. Esto, como sabemos no es inocente ni casual, como han demostrado los memorandos filtrados por wikileaks esta semana con respecto a AES –Gener.
La legitima preocupación  de los ciudadanos por la probidad e independencia del aparato publico también resiente las vinculaciones contractuales entre  estudio de abogados del Ministro del Interior, de quien depende la Intendenta de Atacama,  con la empresa MPX, ya que justamente dicho equipo legal de la empresa ha sido central en la estrategia de negociaciones de la empresa. Termina por configurar un escenario preocupante para la democracia, el desarrollo energético y el interés publico, que el cambio de denominación territorial y la aprobación de las 8 centrales termoeléctricas del polémico proyecto Castilla se haya realizado en el mes de febrero,  época  de vacaciones estudiantiles y de receso parlamentario; y  antes de que la Ministra de bienes Nacionales entregue al Presidente y de a conocer al país  el ordenamiento territorial para el desarrollo energético; todo lo cual  contribuye a agravar la falta de transparencia y los problemas de legitimidad de  esta decisión ambiental y energética.
Sara Larraín, Chile Sustentable.

martes, 1 de marzo de 2011

Isla Riesco: ¿Problema ecológico o problema social?

La aprobación del Estudio de Impacto Ambiental de Mina Invierno en Isla Riesco, región de Magallanes, abre nuevamente el debate en torno al “impacto ambiental” de los grandes proyectos mineros y energéticos que, en los últimos años, se han comenzado a implementar en el país, provocando el descontento y la protesta de amplios segmentos de la ciudadanía. Hidroaysén, Central Castilla y Punta de Choros (este último detenido gracias a la movilización ciudadana) han sido sólo los ejemplos más mediáticos de una serie de mega-proyectos que están cambiando la geografía ambiental de nuestro país. El caso de Isla Riesco parece corresponder al mismo patrón. Están pendientes los resultados que las manifestaciones organizadas a lo largo del país tendrán sobre el primero de cinco proyectos planeados para la zona.Un elemento a considerar, sin embargo, es el hecho de que la oposición a estos mega-proyectos suele reducirse a un enfoque meramente “ambientalista”, es decir, apuntando solamente a los daños que provocarían en la relación del hombre con su medio, en sus efectos directos sobre los ecosistemas y en sus efectos indirectos vinculados a la mantención de una matriz energética ineficiente y contaminante. Se excluye de este análisis una crítica histórica y concreta a las relaciones sociales de producción en que se fundamenta nuestro modelo económico, y al lugar que ocupa en él la minería y la producción energética.
Esto es perjudicial para el éxito de la movilización ciudadana en contra de dichos mega-proyectos por dos motivos. En primer lugar, porque facilita la reducción del problema a una oposición radical entre progreso y defensa del medio ambiente. Tal argumento ha sido ampliamente utilizado por el gobierno, acusando a los opositores de ser enemigos del progreso y la modernización del país. En segundo lugar, porque contribuye a la atomización de las luchas sociales, escindiendo las propuestas de “desarrollo sustentable” de la necesidad de una modificación profunda del modelo económico predominante. 
Por lo mismo, enfocar la crítica de los mega-proyectos mineros y energéticos desde la perspectiva de las relaciones sociales de producción que promueven implica, inicialmente, desentrañar el modo en que contribuyen a la reproducción del actual modelo. Los proyectos carboníferos en Isla Riesco, por ejemplo, buscan satisfacer la demanda de combustibles de una serie de centrales termoeléctricas del Norte Grande. Además, junto a Central Castilla e Hidroaysén (hidroeléctrica), entre otras, dichas centrales buscan responder a la “crisis energética” que actualmente experimentaría nuestro país. Sin embargo, lo que los datos duros demuestran es que la necesidad de ampliar la matriz energética en nuestro país no responde a los requerimientos del ciudadano común, sino a los de la gran minería. Esto es algo reconocido por la misma transnacional Endesa, una de las accionistas principales de Hidroaysén, cuando en 2005 declaró que “con la incorporación al SIC de nuevos proyectos mineros, la tasa de crecimiento de la demanda en el período 2008-2017 se sitúa en torno al 6,8%”. 
Al hablar de la gran minería, el lugar central lo ocupa evidentemente la industria cuprífera. La Comisión Chilena del Cobre  ha estimado que para el presente año la libra de cobre alcanzará el valor de US$ 4,17, aumentando en un 21,9% con respecto a 2009. En términos económicos reales, esto implica que el precio del cobre alcanzará este año el valor más alto de su historia. Por otro lado, y según datos de septiembre de 2010, el 61,5% de la gran minería del cobre se encuentra actualmente en manos de empresas transnacionales. Estas mismas han suscrito, a comienzos de año, un acuerdo con el ministro Golborne para prolongar la invariabilidad tributaria a cambio de un leve aumento impositivo en los próximos dos años; aumento que de ningún modo se acerca a las ganancias que dichas empresas, encabezadas por BHP Biliton, percibirán gracias al explosivo aumento de los precios del cobre. Por otro lado, el 38,5% de la producción cuprífera nacional que pertenece al Estado permitirá a este recuperar un superávit fiscal de enorme importancia. Sin embargo, según lo indicado por el gobierno, un amplio porcentaje de estas ganancias se destinarán a comprar activos financieros emitidos por países desarrollados. Tal es el objetivo del denominado Fondo de Estabilización Económico Social (FEES).
Es decir, hoy en día los grandes proyectos mineros y energéticos no sólo están dañando nuestro medio ambiente, lo cual de por sí es de extrema gravedad, sino que también están nutriendo las arcas de grandes empresas transnacionales y financiando el déficit financiero con que funcionan las mayores economías mundiales, principalmente Estados Unidos. La inexistencia de una política minera y energética destinada a garantizar el bienestar del pueblo chileno, ha transformado la explotación de nuestros recursos naturales en parte del engranaje destinado a reproducir el poder del capital financiero internacional.
Por lo mismo, las luchas en contra de los nuevos proyectos mineros y las grandes termoeléctricas e hidroeléctricas no es un asunto exclusivo de “hippies” y “ecologistas”, como muchos pretenden. Una oposición efectiva a ellos demanda una mirada de fondo al problema central:el modelo económico capitalista-neoliberal actualmente predominante. Es este el que impide adoptar una política minera y una política energética que incluya, respectivamente, la renacionalización del cobre y la inversión necesaria en la investigación y desarrollo que fomenten la producción local de energías limpias y renovables.
No existe un mercado de luchas en el que cada cual elija la que más le convenga. Un mismo objetivo aúna a quienes buscan mejorar la situación de los trabajadores, a quienes demandan una educación igualitaria, a quienes pretenden conformar una asamblea constituyente, a quienes buscan una transformación en nuestras relaciones con la naturaleza y a muchos otros que ansían una sociedad más justa. Y ese objetivo es la transformación de unas relaciones sociales de producción en que el medio ambiente y el hombre están sometidos a las necesidades del capital. El camino hacia esa meta es largo y difícil. Lo único claro es la necesidad imperiosa de que las luchas individuales se proyecten hacia un escenario mayor. Grandes problemas requieren grandes soluciones.

domingo, 27 de febrero de 2011

Reflexiones a un Año en que la Tierra remeció nuestra historia


Por Rodrigo de la O - (Foto: Julien Barbier. Maule Itata Coastkeeper)
Corren los primeros tiempos de un año distinto y creo que la melancólica sensación que  me sustenta es un objetivo aliado para transmitir, para registrar aquellos inmanejables sentimientos.
Caminando hacia un año después del cataclismo vivido, en nuestro bizarro bicentenario, nuestro país, Chile, y nuestra amada zona corazón de la catástrofe, comienzan tímidamente a reflejar los primeros brillos de un lento despertar, de una simbiosis tenuemente percibida, de una metamorfosis imposible de evitar, de un impacto tal que marcó nuestra  historia a todos y cada uno de nosotros.
Vivimos, por tanto, un antes y un después. Hoy quisiera escribir sin pergaminos ni objetivos, sin trabas ni ataduras. Solo lo hago por el placer y la necesidad de hacerlo ya que, de cuando en cuando, la melancolía me atrapa y producto de ella un torbellino de letras salen disparadas en esta tinta virtual que se escapan al accionar un teclado que se cae a pedazos pero que sobrevive aún, como nosotros, como yo, más allá de todo. El papel digital es mi cómplice y el destino a la hora de aunar las ideas necesarias que permitan reflejar lo que siento, lo que necesito contar, como una forma de desahogo eficaz, anhelo.
Teniendo unos cuantos días más tranquilos, algo parecido a unas vacaciones, he podido bocetear este último y álgido año en mi cabeza, analizarlo lentamente y ver que ha cambiado, que está pendiente. El mentado año de la reconstrucción en donde ser un país ha sido todo un desafío comenzando por poner la primera piedra en el castillo de nuestra moral, de la Fe, para poder continuar. Donde se suceden hechos de surrealismo extremo donde la mentira subyace mediatizada y avalada de manera extraña, lacerante. Otros en donde la desgracia se convierte en oportunidad y sin desparpajos lucran con ella. También están los inclasificables que operan sin pudor en momentos en donde a muchos les cambió la vida y ya no son los mismos.
Impacta como el ser humano puede mutar y ser, en esencia, un fraude o un milagro, un ejemplo o un lamento. Asusta constatar como la guerra de los egos atenta contra lo fundamental de vivir en sociedad, con individuos múltiples, diversos, diferentes en que la tolerancia es una herramienta esquiva muchas veces pero necesaria a la hora de confraternizar, de existir por uno y para el otro, reconociendo que el tejido social existe, es tal y nace desde y para el ser humano independiente de quien sea. Esta mirada se ha ido perdiendo, quizás sea el modelo, la rutina, no lo sé, pero como sea es triste.
El 27 de febrero del bicentenario no estuve presente, me encontraba en un piso quinto en un hotel de Bogotá. Aún siento el vértigo de no haber estado, de no haber vivido lo que muchos compatriotas experimentaron y espasmos de culpa me cruzan sumados a una angustia galopante al recordar el peor viaje de mi vida. Me duele pensar que no tuve el impacto del schock emocional inmediato pero al menos creo me ha servido para enfrentar mejor el devenir.
Fue en el último día en que había estado participando en una feria de turismo, promoviendo nuestra tierra y sus bondades. La ironía es suprema cuando recuerdo que en el hotel, aún sin saber, no podía dormir producto de una ansiedad y angustia repentina aquel día, aquella noche, justo en los instantes en que en mi querido país, mi querido pueblo, la tierra se cimbraba con colosal violencia. En la madrugada de aquel sábado inolvidable una llamada me sitúa en un paraje de absoluto colapso cuando alguién susurra al otro lado del teléfono “...terremoto en Cauquenes”. Después una suma de vertiginosas emociones trepidaron en mi ser tratando de conocer y saber lo insospechado. Momentos indeseados de mucha incertidumbre que no doy a nadie.
Gracias a Dios no tuve desgracias personales, sin embargo, hubo muchos que sí las tuvieron y el solo pensar en ello nos situó de inmediato en la trinchera de la ayuda, de la contención y nos dispusimos a ello. Sé también de muchos otros que de forma inmediata, desinteresada se volcaron a ayudar a nuestro querido Chile de forma anónima y con un cariño y estatura humana impresionante confiando en nosotros para ser un soporte en la gestión de esos recursos. Agradezco profundamente la voluntad y confianza, esperamos haber estado a la altura.
A un año de la catástrofe es bueno analizar aquellos instantes de caos, de desesperanza, de completa indefensión. Este analisis nos hace, en síntesis, mas humanos, iguales y demuestra lo que es real, lo que importa, nuestra gente, el cariño, el amor y la necesidad de ayudar, de cobijar al débil, al enfermo, al herido, sin pretensiones, sin dobleces. Eso es lo que vale, lo que supera las diferencias y propone el ser por sobre el tener.
Creo que ha sido una oportunidad única que la vida nos brinda y que la naturaleza nos invita a considerar. Que es lo que somos, para donde vamos, de que manera y que es lo que de verdad importa. Reflexiones humanas que después de un año de esta magnánima tragedia nos debiera ayudar a ser mejores pasajeros de este planeta.
Un abrazo a todos los sobrevivientes y aquellos que han sufrido en este año. A seguir adelante reconstruyendo nuestra alma país y que podamos crecer en todo sentido, en lo espiritual primero que todo. Un especial abrazo a los caídos, a los que partieron aquel día. Que su recuerdo sea un símbolo en que podamos apoyarnos para poder comprender nuestra tierra, sus procesos y sus mensajes ya que a ella hay que quererle, jamás temerle, pero sí respetarle.

sábado, 26 de febrero de 2011

Manifestaciones Ciudadanas en visita de Presidente a Memorial Curanipe en Víspera de 27 de febrero

Por Rodrigo de la O  - 
No podíamos dejar pasar la oportunidad para hacer sentir, una vez más, nuestro clamor y presentarle nuestra preocupación respecto del proyecto Térmico Los Robles de la Multinacional AES Corp y su filial Gener que con la aprobación del gobierno anterior persiste en mantener su eventual construcción.
Después de 3 cartas enviadas (Carta 3 - Carta 2 - Carta 1) sin respuesta al primer mandatario Acción Ciudadana Pro Defensa de la Costa del Maule ha efectuado distintas manifestaciones buscando un pronunciamiento del ejecutivo respecto de este proyecto en particular y del uso del carbón mineral como combustible en sus procesos de generación eléctrica.
Como movimiento esperamos que el presidente de la república pueda dar respuesta a nuestras misivas y emplazamos al gobierno a que respete el derecho a manifestarnos de forma pacífica como siempre ha sido la tónica de nuestro actuar.
Rechazamos, por tanto, las acciones represivas y la censura que en las últimas manifestaciones los aparatos del estado nos han impuesto. Creemos que lo más valioso que un sistema democrático nos entrega es precisamente el derecho al libre pensamiento y hacer valer nuestro derecho constitucional de vivir en un medio ambiente libre de contaminación y exigimos ser escuchados. Los gobernantes pasarán y los perjuicios respecto de los errores en la aprobación de proyectos cometidos permanecerán y afectarán áreas por años.
La depredación de los recursos naturales es un tema relevante y el desafío de los gobiernos es buscar las maneras de que el desarrollo sea justo, equilibrado y sustentable. No es posible que persistamos en proyectos de gran lucro para algunos sectores seguido de la cantinela del país en vías de desarrollo y pretendamos crecer sacrificando lugares, comunidades en "pro del bien mayor" o del beneficio país.
Acción Ciudadana Pro Defensa de la Costa del Maule, al igual que una seguidilla de movimientos y organizaciones ciudadanas en todo el país, presentan un problema creciente, un tema de estado que supera los gobiernos y el sistema político. Se trata de las comunidades, de la ciudadanía, que lentamente y con una presencia informada hacen ver temas no menores ante la visión sesgada, cortoplacista y contaminante que tarde o temprano terminará por perjudicar la imagen país que tanto se insiste en usar como la excusa perfecta para seguir con una matriz energetica que no presenta los reales desafíos que el mundo tiene y exige en la actualidad.
fotos: maule itata coastkeeper program