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martes, 17 de enero de 2017

El terrible mal de Minamata - Juan Gossain

Movimiento local en oposición
a ingreso de industria
El terrible mal de Minamata, como lo saben los japoneses, porque las empresas en cualquier parte del mundo, en Tokio o en Majagual, arrojan porquerías químicas a las corrientes, y primero se pudren las aguas, y después nacen degenerados los peces y los camarones, y después nacen sin ojos los niños cuyas madres, en aquellos caseríos extraviados de la mano de Dios, consumen esa agua y esos pescados.
En las cabeceras de ambos ríos, las compañías mineras, que buscan oro entre la tierra, hacen sus excavaciones con un sancocho de mercurio y ácidos. Arroyos y acequias se llevan el mazacote. Los bocachicos mueren con la boca abierta en los playones. Las espigas de arroz no volvieron a crecer.
En medio del desastre causado por las inundaciones, y como si fuera poco, las yucas harinosas de antes florecen ahora con un hongo químico a manera de cresta. El hambre campea entre los pocos ranchos que no se ha llevado el invierno. Las emanaciones de las lagunas huelen a lo mismo que huele un laboratorio de detergentes.

Hay que decir, también, que los empresarios mineros se defienden diciendo que Ordóñez Sampayo está loco. Claro que está loco: ningún hombre cuerdo expone su pellejo ni dedica su vida entera a defender a un ruiseñor, una mojarra, un plátano pintón, una mazorca de maíz o a una mujer embarazada que carga un fenómeno en el vientre.

Epílogo
Aquella mañana, cuando los pescadores de Santa Marta regresaron a la playa, el periodista Caballero los acompañó en su tarea de descamar y abrirles el buche a los escasos pescados que traían.
-¿Qué es eso? -preguntó, intrigado, al ver unas bolas negras en el estómago de un bagre.
-Carbón, amigo -le contestó uno de ellos, levantando el animal-. Pelotas de carbón. Eso es lo que comen ahora.
Caballero tomó más fotografías y se las llevó a algunos funcionarios de la industria carbonera.
-No se preocupe -le contestó el gerente-. Vamos a construir un nuevo muelle de última generación.
-No lo dudo -dijo el reportero, con una mueca de dolor que parecía sonrisa-. No lo dudo: será la última generación.

El día que Caballero me contó esa historia, y me enseñó sus fotografías, ya no sentí ganas de echarme a llorar, como la vez aquella del langostino bañado en combustible. Lo que sentí ahora fue rabia. Cuando ya no quede una sola hoja de acacia, cuando el último pulpo haya muerto atragantado con ácido sulfúrico y cuando nuestros nietos nazcan con un tumor de carbón endurecido en la barriga, entonces será demasiado tarde. Dispondremos de computadores infrarrojos de última generación, pero ya no habrá agua para beber; los celulares de rayos láser se podrán comprar en las boticas, pero el sol no volverá a salir; los niños encontrarán el algoritmo de 28 a la quinta potencia con solo cerrar los ojos, pero dentro de 20 años no sabrán de qué color era una golondrina.

Los invito a todos a ponerse de pie antes de que se marchite el último pétalo. Usen el arma prodigiosa del Internet para protestar. Hagan oír su voz. Que el correo electrónico de los colombianos sirva para algo más que mandar chistes y felicitaciones de cumpleaños. Porque, si seguimos así, el día menos pensado no quedará nadie que cumpla años. Ni quién envíe felicitaciones.

viernes, 6 de enero de 2017

Respuesta DOH Maule respecto de extracción de áridos sector Río "El Gato" | Pelluhue |

" ...es esperanzador y destacable ver como la comunidad se organiza, se reúne, exige sus espacios de participación y propuesta. Obligados, en muchos casos, a organizarse para defender su territorio."

@vigilantecosta
Hace unos días recibimos información de vecinos y vecinas de la comuna de Pelluhue de la existencia de una nueva empresa (Camino Nuevo) que estaba realizando faenas de extracción de áridos del río Chovellen por trabajos para el Ministerio de Obras Públicas (MOP) en la estabilización de caminos en el sector de Pocillas cercano al punto detectado de extracción.

Si bien es cierto que la conectividad es clave y esencial para zonas de rezago como lo son comunas del Maule Sur y Ñuble, por ejemplo, es pertinente que este tipo de trabajos se sometan a las regulaciones y normativas legales existentes para que no se produzcan situaciones ilícitas o irregulares que puedan dañar el frágil ecosistema local.
Sector Río El Gato arriba de intervención | Pocillas | Pelluhue

Lo relevante, en este caso particular, es que al hacer las respectivas consultas tanto en el municipio local, como así tambien, en la Dirección de Obras Hidráulicas de la región del Maule, nos encontramos de que la empresa no tiene, ni ha tenido, los permisos sectoriales necesarios para la ejecución de estas obras, no cuentan con el informe técnico DOH respectivo y tampoco se ha informado al municipio, ni se les ha solicitado, a través del DOM, los permisos últimos necesarios relacionados con la validación del informe técnico DOH, tributos relacionados, volúmenes y definición del punto. 
Foto ACP - Sector El Gato - Las Pocillas
Pelluhue
Junto a esto último se hace necesario poner en prácticas las recientes ordenanzas ambientales aprobadas por el municipio de Pelluhue en el marco de la certificación ambiental municipal donde existen definiciones y normativas establecidas al respecto.
A continuación la respuesta de DOH Maule ante nuestra consulta:
" En atención a su consulta ingresada a la Plataforma de Información y Atención Ciudadana del Ministerio de Obras Públicas, de acuerdo a lo informado por el Director Regional de Obras Hidráulicas, es posible informar que: En relación a lo solicitado comunico a Ud., que esta Dirección Regional, no otorga autorización para realizar trabajos de extracción de áridos, dicha autorización administrativa le corresponde a la Municipalidad. 
Este Servicio otorga la factibilidad a través de un Informe Técnico, para realizar trabajos de extracción de áridos en los diferentes cauces de la VII región, cuando dicho informe es favorable, se envía a la municipalidad respectiva, para que ellos, en su calidad de administradores del bien nacional de uso público, emitan el permiso administrativo correspondiente. 
Respecto a la intervención indicada en su consulta en el rio Chovellen, sector el Gato, realizada aparentemente por la empresa Camino Nuevo, este Servicio puede indicar que dicha empresa no cuenta con un Informe Técnico favorable para realizar trabajos de extracción de áridos en el sector, por lo cual, se recomienda realizar la denuncia a la Dirección General de Aguas, dicha institución es la encargada de la fiscalización, cuando ocurren estos ilícitos y pueden tomar las medidas administrativas que correspondan.
POR ORDEN DEL DIRECTOR NACIONAL OBRAS HIDRAULICAS 
(Según Resolución Ex. DOH N° 10449/2012) 
Saluda atentamente, 
Gonzalo Sepúlveda Gajardo 
Director Regional (S) Dirección de Obras Hidráulicas VII Región "

Por nuestra parte, seguiremos el desarrollo del proceso administrativo respectivo, además de ver estado del lugar de manera periódica.

También es bueno recordar que antes del otorgamiento de permisos o autorizaciones de las entidades públicas comprometidas se debe instalar la necesidad de poner en acción las normativas locales de preservación de nuestras aguas, marinas, de ríos, estuarios, superficiales y subterráneas, entendiendo factores y condiciones de fragilidad ambiental actual y sumando, inevitablemente, factores de escasez, aridez, contaminación y de cambio climático. 
Por último, es esperanzador y destacable ver como la comunidad se organiza, se reúne, exige sus espacios de participación y propuesta. Obligados, en muchos casos, en la urgencia de defender su territorio.

domingo, 1 de enero de 2017

Ante todo paz y salud. Y a entender que democracia implica derechos y deberes

@vigilantecosta
Ante todo paz y salud. Y a entender que democracia implica derechos y deberes para civiles como para quienes ostentan puestos de influencia o poder. En 2016 una seguidilla de colusiones como una forma de hacer política y negocios ha sido (y es) una vergüenza y, francamente, debemos entender que significa democracia, entender que vivir en ella es un privilegio que otros no tienen, libertad que antes (y hoy también) aquí no se ha tenido, se ha perdido, quitado. Ese poder hay que ganárselo a diario con organización, propuestas y movimiento. Sin trampas de honorables, ni robos de sinvergüenzas.
Recién he visto un reportaje de una televisora de la querida Colombia donde se muestra a Chile como el país menos corrupto de América Latina. Un honor y, luego del asombro, la pregunta que nace de inmediato es ¿Cómo serán otros?. 
El drama que acá en Chile la corrupción se ha legalizado, campea silenciosa desde hace años y seguro aún queda mucho por descubrir. Principalmente, en sectores donde la participación del estado se ha minimizado, potenciando la inversión y administración privada de los recursos del país sumando a ello un estado subsidiario permanente hacia el sector privado corporativo de grandes capitales que, en muchos casos, generan impactos graves en distintos lugares o territorios del país por las externalidades asociadas a su modelo de negocio.
Lo interesante es poder contrastar la imagen que Chile proyecta hacia el exterior versus las problemáticas internas del país que exponen una crisis de participación e incidencia de la ciudadanía en materia de decisión político administrativa. La participación al ser tan baja en los últimos procesos electorales deslegitima cualquier democracia entendiendo que son las mayorías ausentes las que delegan en las minorías participantes el desarrollo de las políticas públicas. Ahí radica lo perverso del sistema y las desconfianzas generadas desde cúpulas políticas empresariales hacia una ciudadanía acorralada entre el miedo, el consumo y la indiferencia.
La ley de Pesca, un triste ejemplo, con funcionarios pagados por empresas pesqueras en el parlamento dirigiendo minuta o indicaciones al proyecto llegando hasta a ministros de estado. El desarrollo forestal, otro ejemplo más, con sus desiertos verdes y cañerías monstruosas que expelen sus desechos en nuestras aguas, secan, erosionan y degradan suelos; además, de ser una constante fuente de incendios, olores, ruidos y, en muchos casos, llegndo a erradicar comunidades por el impacto que generan sus complejos industriales. De la minería solo nombrar El insólito tranque El Mauro del amigo Luksic, donde su negocio ya ha generado impacto y contaminación hasta en Argentina, y puesto en riesgo, corrompiendo y dividido a una comunidad entera en Caimanes, contaminando y suprimiendo sus aguas. En la región Metropolitana el proyecto Alto Maipo de AES y, nuevamente, del clan Luksic perforando la cordillera, demencial, poniendo en riesgo el agua para la capital de Chile. Impresionante. 
En diciembre de 2015 nos enteramos de que quieren, de forma experimental, imponer un negocio privado de granjas marinas de salmones, cojinoba, choritos y algas a mar abierto en la provincia de Ñuble. Meses después se produjo una de las mortandades masivas de salmones más grandes del ultimo tiempo en el Mar de Chiloe debiendo, incluso, verter miles de toneladas de salmones de mortandad al mar. Es decir, una industria enferma que termina botando al mar el producto que produce en el mar. Insólito, extraño, por decir lo menos. Y podría seguir el día entero…
Comenzando nuestro octavo año de existencia. Por nuestro presente y futuro. Aguante a los que luchan y siempre adelante mientras perdure la esperanza de querer una sociedad más justa con nuestro entorno y con quienes en él vivimos. 
Buen 2017 para tod@s.
Rodrigo de la O - Vigilante Costero ONG

| Wikipedia: El término democracia proviene del griego antiguo (δημοκρατία) y fue acuñado en Atenas en el siglo V a. C. a partir de los vocablos δῆμος (dḗmos, que puede traducirse como «pueblo») y κράτος (krátos, que puede traducirse como «poder», o «gobierno»). |

sábado, 31 de diciembre de 2016

La guerra del agua

Por Estela López García / Fuente: RevistaQP
En un contexto de escasez, la discusión que modifica el antiguo código de aguas mantiene nervioso al gobierno. El temor de llegar al Tribunal Constitucional ha vuelto a rondar. Hoy el recurso es disputado por un sinfín de actores; todos quieren su porción, pese a que existe sólo un consenso y es que el agua debe ser un derecho humano 
Según pronósticos de las Naciones Unidas, hacia el 2050, al menos una de cada cuatro personas probablemente viva en un país afectado por escasez crónica y retirada de agua dulce. Este diagnóstico fue el puntapié inicial para que en 2011, en la administración de Sebastián Piñera, Chile firmara ante la ONU un protocolo en el que se comprometía a consagrar el agua como un derecho humano.
Este compromiso fue recogido por el actual gobierno en el proyecto de ley que plantea una reforma estructural al Código de Agua vigente —que data de 1981— y que hace tres semanas fue aprobado por la Cámara de Diputados, para pasar a segundo trámite en el Senado.
La iniciativa establece que “el acceso al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial e irrenunciable que debe ser garantizado por el Estado”. Este artículo, que está dentro de las primeras dos páginas del documento visado por la Cámara, es quizás el único que genera un consenso entre los actores impactados por la reforma; el resto tiene hoy divididos a parlamentarios, abogados constitucionalistas e incluso al propio Gobierno.

CHILE, UN PAÍS PRIVILEGIADO
A nivel global, Chile es considerado un país privilegiado en materia de recursos hídricos. Cuenta con 200 millas marítimas, 101 cuencas hidrográficas, 1.251 ríos, cerca de 13.000 lagos y lagunas y aproximadamente 24.000 glaciares.
En términos de volumen de agua procedente de las precipitaciones, Chile posee un promedio nacional per cápita de 51.218 m3/persona/año —valor sustancialmente alto respecto a la media mundial registrada por el Banco Mundial en el año 2010 de 6.600 m3/persona/año—. Sin embargo, tiene brechas muy significativas a lo largo del territorio nacional: mientras que en el norte este promedio baja a 500 m3, en el sur es de 7.000 m3.
La heterogeneidad particular de Chile y la escasez del recurso hídrico a nivel mundial, panorama del cual Chile no es ajeno, ha motivado a organizaciones y al propio gobierno a preguntarse si el agua dentro del país está siendo bien distribuida y/o utilizada; si los llamados acaparadores (personas que tienen derechos de agua y no la utilizan) afectan el desarrollo de este recurso; si la legislación actual es suficiente para el escenario que se está enfrentando y si está garantizada el agua como un derecho humano. A esto se han sumado interrogantes que apuntan a si es posible caducar derechos que fueron entregados de forma perpetua y si vale la pena avanzar en una reforma que, de no implicar retroactividad, sólo afectaría al 10% del recurso que no se ha otorgado a través de derechos de agua.
Es que hoy, del total disponible en Chile, un 82% es utilizado por el sector agropecuario; un 8%, para los servicios de agua potable y saneamiento; un 7%, por el área industrial y un 3%, por la minería. Realidad que da cuenta de las fuerzas que están en pugna por la reforma que hoy se tramita en el Congreso.

¿PERPETUIDAD O CONCESIÓN?
Hoy los derechos de agua en Chile se entregan en perpetuidad y son de absoluto dominio de su titular. Este principio se elimina con la reforma y se indica que el derecho es de “uso y goce temporal” y se le da la categoría de concesión por un máximo de 30 años, plazo que puede ser renovable, siempre y cuando se esté haciendo un uso efectivo del recurso.
Además, se establecen causales de caducidad cuando no se ocupen, en el caso de los consuntivos —que permiten consumir las aguas— es de cuatro años y de ocho años en el caso de los no consuntivos —que permiten emplear agua sin consumirla— con la obligación de restituirla al caudal.
Al respecto, el ministro de Agricultura, Carlos Furche, precisa: “No me parece que haya ningún argumento económico que justifique que los derechos tienen que ser a perpetuidad. Sin embargo, no se tocan los derechos ya otorgados; esto es válido para los derechos que se entregan de aquí en adelante”.

LAS DOS ALMAS DEL GOBIERNO
“Esto no es una expropiación” y “ni de carácter retroactivo” son frases que afloran de inmediato desde el gobierno cuando se habla sobre la reforma, y esto se debe a que se ha intentado instalar que el proyecto no es un cambio a las reglas del juego, sino que es un ordenamiento. Visión que no sólo no genera un consenso sino que podría implicar que una vez más un proyecto de ley termine en el Tribunal Constitucional. Es este temor el que al final del día divide al gobierno y a la Nueva Mayoría. Mientras algunos apuestan por avanzar en la reforma tal como está, el ala “tecnócrata” —como los sindican— apuesta a que este proyecto no pasaría “por ningún motivo” el filtro del Tribunal Constitucional, escenario al que el Ejecutivo no se debiera exponer tras los fracasos en las reformas educacional y laboral.
Además, esta misma corriente del gobierno estima que una reforma de este tipo en nada contribuye a recuperar las confianzas del sector privado, y muy por el contrario puede ser vista como una nueva afrenta a una alianza público-privada.
El temor constitucional radica en que, de acuerdo al derecho de agua que rige hoy, quienes solicitan usos no tienen plazo para inscribirlos en el Conservador de Bienes Raíces (CBR). Así, hoy un recurso que a nivel mundial es escaso podría estar en manos de personas o industrias que tienen derechos sin inscripción. Esto se vuelve aún más crítico cuando la Dirección General de Aguas (DGA), organismo que depende del Ministerio de Obras Públicas, afirma que “no existen datos sistematizados de los derechos no inscritos, toda vez que desarrollar dichos estudios no implicaba nada práctico”.
Al no estar inscritos en el CBR, no se les puede cobrar la patente por no uso. Hoy los que pagan corresponden a cerca de 26 millones de litros por segundo.
A ojos del ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, la no inscripción es “un mecanismo para burlar el cobro de la patente por no uso”, ya que tal como indica la DGA, no se cuenta con registro ni herramientas para efectuar el cobro.
“Hay un peligro latente de afectar el consumo humano, que ya se aprecia en localidades rurales donde se distribuye agua en camiones aljibes, y hemos estado a un par de lluvias de tomar medidas de racionar el consumo en Illapel y en Valparaíso”. Esta es la razón que impulsa al gobierno a seguir adelante con la iniciativa, sobre todo cuando las críticas del ministro Undurraga dan un paso más: “(hay actores) que se los guardan para que suban de precio y especulan con ellos”.
La reforma al Código de Aguas que está pronto a verse en el Senado estipula algunos aspectos retroactivos. Ejemplo de eso es que respecto a los derechos antiguos que no estén inscritos en el Conservador de Bienes Raíces, se establece un plazo de cinco años para regularizarlos. Si los titulares no cumplen con ello, el derecho se extinge. En el caso que estén debidamente inscritos, pero que no se estén usando, estos tienen un plazo para los consuntivos de cuatro años y para los no consuntivos de ocho años para iniciar uso efectivo, si no sus derechos caducarán.

EL FILTRO CONSTITUCIONAL
Los ministros Undurraga y Furche son optimistas. Ambos creen en la viabilidad de esta reforma y esperan que no esté a priori condenada a la lupa del Tribunal Constitucional. Sobre todo considerando que desde el interior del gobierno lo que menos quieren es seguir cayendo en esta instancia.
La visión choca de frente con los expertos. El abogado y ex DGA del primer gobierno de Michelle Bachelet, Rodrigo Weisner, está convencido de que este proyecto terminará en el TC. “Acá no se logra entender que cuando una persona tiene 10 milímetros por segundo y dicen que tiene que dejar pasar uno, ese uno lo perdiste sin que te lo paguen, es una confiscación, lo que en la Constitución política chilena no es posible”, señala. A este panorama se agrega otra incostitucionalidad, indica, que dice relación con la caducidad por no uso a los derechos ya constituidos.
La misma visión tiene Matías Desmadryl, abogado y ex DGA durante el gobierno de Sebastián Piñera. “El proyecto de ley contiene normas que son contrarias a la Constitución, de manera que si estos vicios de constitucionalidad no son subsanados en el Senado, deberán ser resueltos por el TC”.
La agricultura, que ocupa el 82% del agua disponible en el país, es uno de los sectores más activos en la discusión de esta reforma. Patricio Crespo, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), sentencia que en Chile no existe la retroactividad en materia legal y acusa, que la ley que dictan hoy la quieren hacer para atrás. “Los derechos que tienen en mi caso 80 años, pasan a funcionar en función de la nueva ley. Eso es inconstitucional”.
Uno de los temas que podría sufrir modificaciones en el Senado y así sumar un punto para evitar llegar al TC es lo respectivo a las aguas del minero, aquellas halladas en las labores mineras. Durante el 2015, la gran minería consumió 1,308 metros cúbicos por segundo provenientes de agua mina, lo que corresponde a un 9% del total de las extracciones de agua.
Dado esto, Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero, indica que tal como está redactada la norma, se puede interpretar que mientras la DGA resuelve la autorización, la empresa minera no podrá usar el agua, lo que atenta contra la seguridad de las faenas mineras. “De no resolverse adecuadamente este punto, pueden derivarse graves daños y problemas en el desarrollo de la actividad”.

CEDER ANTE EL MIEDO DEL TC
Más allá de la confianza que aseguran tener al interior del gobierno, el debate está abierto y de hecho no se descarta que el mismo Ejecutivo impulse ciertas modificaciones para liberar el debate constitucional. “Creemos que tenemos un muy buen proyecto, pero eso no significa que no sea perfectible. Las aguas del minero y de los tiempos nos hacen sentido. Eso naturalmente se va a revisar”, apunta el ministro Undurraga.
Y al interior de la SNA ya alertan sobre las consecuencias. “El ministro (Undurraga) sabe que no quieren llegar al TC. Si aprueban la ley en estos términos, va al tribunal y van a perder y lo saben, el ministro de Hacienda lo tiene presente”, dice Crespo.
Al interior del gobierno existe preocupación. Es que si se llega al Tribunal Constitucional y en esta instancia se deja fuera la retroactividad, la norma que se prevé sea para todos los derechos de agua existentes, terminaría impactando sólo al 10% del recurso que no ha sido entregado vía derechos, ya que hoy el 90% restante tiene dueño, por lo que no podría ser impactado por la nueva normativa.
“Hoy tenemos menos oferta y más demanda y el no hacer nada terminaría siendo la receta para una crisis. Estamos hablando de un tema muy sensible, en el cual hay que buscar acuerdos amplios. La experiencia muestra que casi todos los proyectos terminan en el TC, yo esperaría que este no”, precisa Furche.
Hoy, el gobierno está en una encrucijada. Si bien hay consenso de que el código actual está desfasado respecto de las condiciones climáticas que aquejan a Chile y al mundo, no hay certeza de que una vez en el TC se mantengan los principios motores de la reforma, que se traducen en que el agua finalmente quede consagrada como uso prioritario para consumo humano, donde todo aquel que acapare el recurso sin utilizarlo esté expuesto a perder el agua que en algún momento le fue otorgada sin condición y a perpetuidad.