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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Chile, una propuesta energética virtual


Por Raúl Sohr -
El modelo privado ha dado al país energía cara, sucia y con un alto nivel de inseguridad tanto a nivel del abastecimiento como desde la óptica estratégica. En la mayoría de los países desarrollados los Estados intervienen de manera enérgica en la conformación de la matriz energética.
El gobierno viene de presentar el informe de la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (CADE). Como en otros informes de carácter tecnocrático abundan las estadísticas y las modelaciones, pero está ausente lo más importante: el análisis político. Los temas centrales del futuro energético chileno no son técnicos. Aunque las tecnologías juegan un papel importante, sino que a qué intereses sirve, quién responde por las externalidades, y quien tiene la última palabra.
El informe gubernamental propone, con algunas variaciones menores, a favor de más de lo mismo. Reitera lo que todos quieren: un sistema eléctrico eficiente, económico, con seguridad y sustentable. Luego la reafirmación del modelo vigente: “Ello en un ambiente de subsidiariedad del Estado…la industria eléctrica es la responsabilidad de los agentes privados”. Un modelo que ha dado al país energía cara, sucia y con un alto nivel de inseguridad tanto a nivel del abastecimiento como desde la óptica estratégica. En la mayoría de los países desarrollados los Estados intervienen de manera enérgica en la conformación de la matriz energética. Baste ver el rol del Estado francés o el alemán en las políticas nucleares. En América Latina, Brasil es el país más exitoso en la solución de los problemas eléctricos y el Estado tiene un protagonismo de primer nivel. Así la piedra angular sobre la que descansa todo el edificio es omitida. En el lenguaje del informe se opta por el BAU. Si usted no está familiarizado con esta expresión significa: “Business As Usual” o lo que es lo mismo, todo como de costumbre. Claro que con pequeños retoques aquí y allá.
Se tiene la impresión de la lectura del informe que sus autores creen que más  allá de algunos problemas como los apagones, blackouts en el texto, las cosas están bien. Las dificultades están más bien en la mente o en la compresión del público sobre cómo funcionan las cosas. Por eso proponen aportar: “La información necesaria para una participación ciudadana de mayor contenido”. En tono proactivo se propone que para una “reducción de conflictos ambientales se requiere invertir en espacios de diálogo así como  información transparente a disposición de la ciudadanía en todos los niveles”. Desde esta perspectiva la CADE partió mal. Por increíble que parezca la propuesta diseñada para modelar el futuro energético no fue impresa. Existe, según lo señalaron en el Ministerio de Energía, una sola copia y es la que le fue entregada al Presidente Sebastián Piñera. La razón para no distribuir en papel el informe de la CADE sería medioambiental: ahorrar energía y celulosa. Cabe suponer que ello es una crítica implícita al libro “Chile necesita una gran reforma energética” elaborada por la Comisión Ciudadana Técnico-Parlamentaria y dado a conocer hace algunos días que circuló en millar de ejemplares. En lo que toca al trabajo de la CADE es sorprendente el singular concepto de ahorro que obliga a imprimirlo a quienes quieren estudiarlo. En especial si se considera que, para los fines del gobierno, ojalá sean muchos.

Nuestro futuro eléctrico: continuismo o cambio


Por Sara Larraín - Fuente: Chilesustentable
Con sólo diez días de distancia, fueron presentadas al país dos alternativas de futuro eléctrico para los próximos años: la realizada por la Comisión Ciudadana-Técnico Parlamentaria, que integran senadores de la Comisión de Energía del Senado, varios diputados, organizaciones sociales, ecologistas y académicos especialistas y aquella encargada por el presidente Piñera a su Comisión Asesora para responder a las masivas movilizaciones ciudadanas contra el rumbo del desarrollo eléctrico vigente y, en particular, contra los proyectos Barrancones, Castilla, Los Robles, Alto Maipo e HidroAysén, entre otros.
Como integrante activa de una de estas comisiones, no puedo dejar de recalcar las abismantes diferencias entre una y otra visión.
La Comisión Ciudadana Técnico Parlamentaria para Política y la Matriz Eléctrica (CCTP), presentó el 7 de noviembre a la ciudadanía y al parlamento su informe “Chile Necesita una Gran Reforma Energética”, que contiene un conjunto de propuestas para reformar el sector eléctrico chileno, eliminar las distorsiones del mercado eléctrico, descarbonizar la matriz y concretar un desarrollo eléctrico bajo criterios de seguridad, equidad, eficiencia, sustentabilidad ambiental y participación democrática.
Diez días después, este 16 de noviembre, se conoció el contenido del informe de la Comisión Asesora de Desarrollo Eléctrico (CADE) que, aunque reconoce distorsiones en el sector eléctrico, contiene un enfoque autocomplaciente que presenta incoherencias entre el diagnóstico y las propuestas.
Estas optan por el continuismo de la política vigente, cambios cosméticos y la estigmatización de las demandas ciudadanas como el “obstáculo” para la seguridad energética, lo cual al menos es posible de calificar como peligrosamente antidemocrático.
Mientras la CCTP propone reformar el sistema de licitaciones para diversificar la matriz hacia fuentes más limpias, y abrir el mercado eléctrico a nuevos actores para superar la grave concentración y reducir los costos de respaldo de los sistemas eléctricos, el CADE valida la continuación de la generación térmica e hídrica.
Más aún, recomienda realizar muchos proyectos hidroeléctricos en Aysén (6.000MW), y facilitar la generación térmica, determinando lugares donde las empresas puedan instalarse sin oposición y estableciendo carácter “de interés publico” a las concesiones de trasmisión para pasar por alto la oposición de propietarios, agricultores y comunidades locales.
Mientras la CCTP aboga por una real política publica de Eficiencia Energética, y la implementación del Plan de Acción 2010-2020 para el logro de 15% de reducción de la demanda, metas vinculantes y medibles, presupuesto acorde, una Ley y una Agencia de carácter público y con sólido mandato para lograr dichas metas, el CADE no considera la Eficiencia en ninguno de sus escenarios eléctricos al 2030, y aunque recomienda cumplir el Plan de Acción, no propone cambios institucionales, ni facultades para ello.
En el campo de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), nuestra comisión reforzó la necesidad de diversificar y descarbonizar la matriz eléctrica duplicando la actual cuota a 20% de ERNC al año 2020, integrar a los sistemas medianos, licitar los bloques de ERNC en forma separada y patrocinar la moción parlamentaria que hoy se discute en el Senado.
En dirección contraria a estas propuestas, el CADE no ve necesidad de introducir cambios en la ley 20.257, ya que dicha ley “está consiguiendo sus objetivos”, en circunstancias de que el año 2010 sólo se acreditó 1,18 % de ERNC, en vez del 5% que indicaba el fundamento de la ley.
Además expresa tibiamente que “Eventualmente se puede otorgar facultad al Ejecutivo para que aumente dicha meta” (acotándola a no más de 15% al año 2024).
Con respecto a la participación ciudadana y la sociedad chilena frente a las opciones de desarrollo eléctrico, la CCTP constata en su informe que los chilenos rechazan los fundamentos y procedimientos que imperan en la toma de decisiones sobre el desarrollo eléctrico nacional.
En coherencia con ello, e integrando la participación de mesas regionales de energía en Arica-Parinacota, Valparaíso, Santiago, Maule y Aysén, nuestra comisión recomendó incorporar los costos externos de la generación térmica, mediante la implementación de un eco-impuesto; normar las emisiones de metales pesados de las termoeléctricas y regular las tecnologías de enfriamiento.
Adicionalmente se hizo un urgente llamado a establecer democráticamente un Ordenamiento Territorial Estratégico para compatibilizar el desarrollo eléctrico con las prioridades del desarrollo regional y local.
Frente a esto, el CADE recomienda una política de Estado orientada a dotar de mayor información a la ciudadanía para que “sean capaces de entender y aceptar los trade offs (es decir, lo que hay que sacrificar) que genera la generación eléctrica” y pide al Estado definir las zonas de sacrificio y proponer mayores compensaciones para las poblaciones afectadas.
Finalmente, el CADE recomienda estudiar la localización y desarrollo institucional para un eventual Programa Nuclear de Potencia, (prioridad política y presupuestaria), lo cual va en dirección contraria a lo expresado por la sociedad chilena, 80% de la cual se opone al desarrollo electro-nuclear; y en contra Acuerdos del Senado y de la Cámara de Diputados (Nº 297 y 298), que en marzo pasado llamaron al presidente Piñera a eliminar la opción nuclear del desarrollo eléctrico nacional.
En el contexto de la divergencia entre las visiones y recomendaciones para nuestro futuro desarrollo eléctrico, es que como miembro de la Comisión Ciudadana Parlamentaria para la Política y la Matriz Eléctrica hago un urgente llamado al Presidente de la República a corregir las distorsiones de la política y el mercado eléctrico vigente, que tiene encadenado a Chile a uno de los sistemas eléctricos mas sucios, vulnerables, insustentables y caros del mundo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

CADE la comisión que corría sola... y llegó segunda

CADE vs CCTP
Por Rodrigo de la O -
Recientemente, la Comisión de Asesores para el Desarrollo Eléctrico (CADE) termino su informe, mandatado por el ejecutivo, y presentó sus propuestas proyectadas hacia una matriz eléctrica que replica y mantiene la concentración del mercado siendo más de lo mismo y perdiendo la oportunidad real de un cambio estructural en la política país de desarrollo energético.
El CADE parte corriendo en forma solitaria como la gran apuesta por parte del Gobierno donde el Presidente de la República solicita a un equipo de asesores expertos en el mes de Mayo un informe que señale el camino para el desarrollo eléctrico como respuesta a la creciente preocupación social respecto de proyectos de generación eléctrica en distintas zonas del país y como una oportunidad de optar por ERNC y políticas de Eficiencia Energética (EE) siguiendo experiencias internacionales en vez de considerar proyectos de alto impacto en generación hídrica y carbón en el mediano y largo plazo. No obstante, la Comisión Ciudadana Técnico Parlamentaria (CCTP) hace público y entregó al Presidente del Senado, Guido Girardi, su informe "Chile Necesita Una Gran Reforma Energética" una semana antes. El CADE, por tanto, llegó irremediablemente en segundo lugar.
En este sentido es importante poder contrarrestar ambos estudios y estimar que la presentación de la CADE del gobierno no ofrece un escenario que signifique un cambio en la proyección actual e, incluso, fomenta y destaca la necesidad del recurso hídrico y del carbón en nuestra matriz eléctrica.
En otro aspecto manifiesta que la opción nuclear es aconsejable de estudiar y desarrollar lo que se reafirma con lo convenios recientemente firmados con países europeos para transmisión de tecnologías y conocimientos en esa área. Esto demuestra la nula voluntad del gobierno de desconcentrar el mercado en manos de unas cuantas empresas, manteniendo un modelo abusivo en cuanto a precios y costos externos que deben asumir las comunidades y regiones. El Estado se convierte en un ente aduanero garante de los privados dado que el pensar en Programas Nucleares de Potencia (PNP) obviamente invita a los mismos de siempre a generar las inversiones sin olvidar todos los costos y riesgos asociados a este tipo de desarrollo energético.
Por otra parte, el informe CADE, considera a las ERNC como una opción de aporte menor privilegiando la base actual de la matriz, es decir, petróleo, carbón, hídrica en primer termino desechando o dejando en segundo plano las posibilidades que tiene el país en energías alternativas y de menor impacto ambiental. El informe CADE tampoco manifiesta líneas claras en temas de Eficiencia Energética concepto clave a la hora de reducir los costos y potencia necesaria.
Concluyendo, es muy lamentable que la CADE señale en su informe que las movilizaciones ciudadanas son una "problematica tendencia" y que la lícita participación y creciente conciencia ciudadana y oposición pública a proyectos hídricos y carboníferos de gran impacto ambiental sean tildados, en parte, como responsables en la dilación de proyectos proponiendo subrepticiamente una “estrategia de participación ciudadana conducida” que habría que evaluar dado que éstas siempre han generado suspicacias o son solo figurativas para cumplir con la norma legal en la presentación de proyectos.
Es importante dejar en claro al CADE, al empresariado y al gobierno que la participación ciudadana efectiva es un derecho básico de nuestra democracia y la tendencia "problemática" (según su perspectiva) no es más que una ciudadanía que se empodera y comienza a observar claras injusticias en la toma de decisiones y que su inclusión respecto de proyectos invasivos en regiones o territorios debe considerar la opinión de los residentes locales, ser vinculantes en los procesos, y no solo accesorios manejables y corrompibles por parte de los consorcios económicos, ya que existe una visión y proyección fundada en el patrimonio cultural, geográfico, ambiental, que se debe respetar y a partir de ello ver la factibilidad de cuales son las mejores opciones para la gente y el país. Basta de abusos a comunidades, culturas enteras y al patrimonio natural de nuestro país.
Surge la necesidad de generar consenso y que tanto la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico, CADE y la Comisión Ciudadana Técnico Parlamentaria, CCTP, puedan debatir abierta y públicamente respecto de cuál es el mejor futuro energético para Chile. ¿Por qué existen visiones tan disimiles respecto de ambos estudios?, ¿porque en la CADE no hubo representatividad ciudadana? ¿Qué es lo que debiera primar: un país justo, equilibrado o deberemos estar eternamente sujetos a las reglas del mercado?.