Por Rodrigo de la O -
El día de ayer pudimos estar presentes, como invitados, en una nueva reunión que sostuvieron los miembros de la agrupación Salvemos Cobquecura en la municipalidad de la ciudad. En la oportunidad se tocaron diversos temas de la situación actual del, tristemente celebre, Ducto del Complejo Forestal Industrial (CFI) Nueva Aldea de Celco Arauco y su puesta en marcha a principios de este mes.
Este Ducto o emisario submarino tiene una longitud aproximada de 52 kms y un diametro de un metro aproximadamente por el cual la CFI Nueva Aldea vertiría sus desechos directamente en el mar cuestión que hace, o hacía, directamente en el río. Al aumentar su producción esta planta, invariablemente, tuvo que optar por una foma "alternativa" y, en conjunto con la Corema del Biobio, se optó que la forma más práctica y "menos contaminante" sería vertir estos riles o desechos de la planta de celulosa directamente en el mar con un ducto emisario submarino que se interna en el sector de Boca Itata alrededor de dos kilometros bajo la superficie. A mi parecer, en el río o en el mar, es exacamente lo mismo y se contamina de igual forma el medioambiente, incluso más, se torna aún más complejo la fiscalización de las aguas contribuyendo al riesgo de que una vez demostrada una evidente contaminación el impacto sea de envergadura y más dificil de contener o solucionar.
Es preocupante observar en el transcurso del tiempo como estos megacomplejos industriales se van posicionando como potencias económicas que, en conjunto con nuestras autoridades, se manifiestan como una suerte de "salvadores" de las economías locales entendiendo que mueven o "aportan" grandes capitales para las localidades cercanas a sus proyectos industriales. En síntesis, tienen una suerte de "By Pass" y pueden invertir o pagar para poder contaminar indistintamente del lugar y de las comunidades históricas que se puedan ver afectados. Las regulaciones o normativas chilenas no contribuyen mucho en el respeto y cuidado de las zonas que se afectan ni tampoco las comunidades tienen una participación activa y preponderante en la decisión de estos mega proyectos en sus comunas, sus localidades o territorios. Existe una inoperancia a nivel central y, lamentablemente, muchas veces se expresa una colusión espontánea o concordada que es difícil de contrarestar.
Sin embargo, la organización Salvemos Cobquecura esta más entera que nunca y asume que es ahora cuando comienza de verdad el compromiso de demostrar que todo lo anteriormente mencionado se convierte en un hecho que es preciso, entre todos, poder demostrar. Es ahora cuando el Programa Vigilante Costero en conjunto con Salvemos Cobquecura se complementan y conjugan para poder realizar todos los esfuerzos posibles y podamos sumar a las personas residentes y pasajeras a que se comprometan y sean un real aporte a la hora de detectar cualquier atisbo de contaminación en nuestra costa. Es tiempo de reorganizarse con más fuerza y vigor que nunca. A ejercer el legitimo derecho de vivir en un medio ambiente limpio libre de contaminación. Que estos artefactos, que jámas se deberian haber construido, sean el símbolo del coraje de nuestra gente y el inicio para su obsolesencia.
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