Que nuestro país tiene un "loca geografía" es un hecho conocido y aceptado, pero no ocurre lo mismo con el patrimonio natural de Chile, pues no conocemos ni valoramos suficientemente las innumerables formas de vida y ecosistemas valiosos que alberga este maravilloso país. Resulta incomprensible comprobar, por ejemplo, que el Salar de Llamara, ubicado al interior de Iquique, no cuente con ningún estatus que lo proteja. ¿Cómo es posible y por qué el Estado de Chile no ha impuesto restricciones al desarrollo de actividades económicas que atentan contra el valioso ecosistema que existe en esa zona?
Probablemente las razones van desde el desconocimiento al descuido, pero sin duda como trasfondo se encuentra la poca importancia que los chilenos le asignamos a nuestro patrimonio natural, hecho que muchas veces constituye la causa de la destrucción de lugares como éste. Son muchos los que desconocen la existencia de este maravilloso lugar, pero eso no lo hace menos valioso o importante. Lo que resulta insólito, y no tiene justificación alguna, es la actitud de nuestra autoridad ambiental, encargada precisamente de velar por el resguardo ambiental del patrimonio natural de Chile y que hace algunos días resolvió aprobar el proyecto Pampa Hermosa, de la empresa minera SQM (también conocida como Soquimich). Esta decisión es de la mayor gravedad, ya que amenaza con afectar de manera irreversible valiosas formaciones, que existen en muy pocos lugares del planeta, denominadas "estromatolitos".
Pero, ¿quién sabe qué son los estromatolitos y cuál es su relevancia? Probablemente, muy pocos en el país, pero lo grave es que aparentemente también para nuestras autoridades este término dice poco; de lo contrario no sería posible explicar qué las llevó a aprobar un proyecto como el que la empresa SQM pretende desarrollar en el Salar de Llamara.
Los estromatolitos corresponden a formaciones muy antiguas y escasas a nivel planetario, son estructuras laminares estratificadas de formas diversas que se han formado gracias a la presencia de "cianobacterias". Las cianobacterias se desarrollan en ambientes acuáticos salinos o dulces de aguas someras, las que se encargan de capturar y fijar partículas carbonatadas; en términos sencillos, este proceso consiste en que, a través de la fotosíntesis, estas bacterias retiran dióxido de carbono, lo fijan, y generan estructuras laminares de formas rocosa, junto con liberar oxígeno. El proceso mediante el cual se forman los estromatolitos es extremadamente lento, y en la actualidad sólo ocurre en pocos lugares del planeta. Los estromatolitos surgieron hace unos 3.500 millones de años y fueron abundantes hace unos 2.000 millones de años. Su importancia radica en que este tipo de bacterias, que forman colonias, fueron capaces de modificar la composición de gases presentes en la Tierra, generando oxígeno y, de esta manera, posibilitaron el desarrollo de las especies existentes actualmente en nuestro planeta.
El proyecto Pampa Hermosa es una ampliación de un proyecto ya en funcionamiento, mediante el que se pretende aumentar la producción de yodo en el área industrial de Nueva Victoria en 6.500 toneladas por año, además de construir una nueva planta para producir 1.200.000 toneladas al año de nitrato de sodio y/o nitrato de potasio en el área industrial de Sur Viejo. Pero junto con la realización de las faenas mineras, se pretende extraer agua desde la Pampa del Tamarugal, zona que ya está sometida a estrés hídrico; también se sacaría agua del acuífero de Quebrada Amarga, que aporta este valioso recurso al río Loa. Por si esto fuera poco, se extraerá agua desde el acuífero del Salar de Llamara, parte de la cual se utilizará para inyectar artificialmente lagunas en el lugar en el que se desarrollan los estromatolitos, con el propósito de "mitigar" el impacto de la actividad minera.
Según la empresa, este no sólo es un muy buen proyecto sino que además ha sido evaluado correctamente de acuerdo a la legislación ambiental chilena, pero información emanada de organizaciones locales señalan algo completamente diferente. Éstas dan cuenta que la autoridad ambiental ha dado luz verde a un proyecto que provocará la destrucción de un valioso ecosistema y un daño ambiental y cultural irreparable. La aprobación de este proyecto es una nueva muestra de los problemas de nuestra legislación ambiental y los vacíos que presenta, especialmente en cuanto a la calidad de los estudios, a la posibilidad de contar con una participación ciudadana real, a lo que se suma un débil marco regulatorio para proteger efectivamente los recursos hídricos y otros ecosistemas valiosos; en definitiva, nuestra legislación es insuficiente para proteger el patrimonio natural que pertenece a todos.
Pampa Hermosa, al igual que Barrancones, Campiche y tantos otros proyectos, son una clara evidencia que tanto el marco regulatorio como las autoridades ambientales encargadas de tomar las decisiones en este ámbito, no están en condiciones de proteger ni a las personas, ni a los recursos naturales ni a los ecosistemas valiosos.
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