"Si estamos aqu铆 y ahora fue porque a partir de los ni帽os que saltaron los torniquetes, surgieron los sue帽os, los pueblos y los territorios se manifestaron, sin l铆deres, espont谩neamente, sin disparar una sola bala. Nos debemos a eso y tenemos que asumirlo con la participaci贸n de los pueblos. Tenemos que establecer las normas constitucionales que deben permitirle a los pueblos alcanzar el buen vivir.
Son muchas las deudas, sociales, culturales y reparaciones con las naciones originarias que est谩n pendientes y tambi茅n se est谩 gestando aceleradamente una nueva deuda: la justicia clim谩tica.
Ya lo sabemos, la situaci贸n clim谩tica es alarmante y si no hacemos un cambio profundo en nuestra forma de producir y consumir, no tenemos futuro. Y no es a fines de siglo, como se cre铆a antes, a partir del a帽o 2030 en cualquier momento podr铆amos traspasar el punto de no retorno.
Como es una situaci贸n objetivamente grave no podemos abstraernos de ella. Tenemos la oportunidad de redactar la primera Constituci贸n justo en el momento en que la ciencia confirma que la crisis clim谩tica es originada por la acci贸n humana. En nuestro pa铆s, sus efectos ya se est谩n produciendo, m谩s de un mill贸n de personas no tiene acceso al agua y esta cifra seguir谩 creciendo.
Si no nos desprendemos de la visi贸n antropoc茅ntrica, es decir, centrada solo en el humane, seguiremos devastando a la naturaleza como si fuera un objeto externo que solo valoramos porque nos proporciona lo que requerimos para vivir. Tenemos que asumir que el humane no est谩 ni fuera, ni menos sobre la naturaleza. El humane es parte de la naturaleza, no podemos vivir sin ella, somos naturaleza. Pero su solo reconocimiento no basta, es necesario impregnar a toda la Constituci贸n con este paradigma ecol贸gico. No hay otra opci贸n, ya que desde 1992, a partir de la Convenci贸n Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Clim谩tico, se han propuesto solo soluciones dentro del actual sistema pol铆tico-econ贸mico, incluso validando al mercado con iniciativas tan perversas como los bonos de carbono. Despu茅s de 40 a帽os, a la luz de los resultados, esta visi贸n ha fracasado rotundamente.
Nuestro pa铆s fue un verdadero laboratorio para el neoliberalismo, fuimos los primeros en instalar este sistema y lo proyectamos a todo el mundo con el constructo pol铆tico de Margaret Thatcher. Se inici贸 una etapa en que solo se valoriz贸 al mercado y al individualismo y, como consecuencia de ello, se ha destruido el tejido social y se ha depredado a la naturaleza, priorizando los fines econ贸micos de las grandes corporaciones; y esto debe hacer reflexionar a nuestro pa铆s sobre su rol hist贸rico. Aqu铆 en Chile, en la cuna del neoliberalismo, 茅ste se est谩 comenzando a derrumbar por la acci贸n de los pueblos, no por la institucionalidad pol铆tica, y debe emerger un nuevo sistema bioc茅ntrico, ecoc茅ntrico y ecosocial que restaure el da帽o causado y se prepare para el incierto futuro que devendr谩; por ello, es imprescindible establecer que la naturaleza sea sujeto de derecho y reconocer que el humane no est谩 separado de ella. Debemos evolucionar nuestro ser interno y aceptar que tenemos un deber 茅tico con todos los seres no-humanos que habitan nuestro planeta y con nuestras futuras generaciones, incluidos los ni帽os y j贸venes de hoy.
脷nica soluci贸n, Eco-Constituci贸n".
Fernando Salinas Manfredini - Convencional Constituyente por el Distrito 18 - Maule Sur