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viernes, 19 de marzo de 2010

20 días despues

Por Rodrigo de la O
En más de una ocasión intente escribir en relación al pasado 27 de febrero. De múltiples maneras trataba de interpretar las sensaciones, sentimientos que me atrapaban y que quería compartir. Sin embargo, nada fluía de forma clara y el malestar era tan extenuante que no existía un prisma claro por cual poder comenzar ni menos algo positivo que transmitir.
En el curso de mis años he aprendido que el escribir es una manera de desahogarse, una forma de compartir un pedazo del alma y he oído que en lo escrito se va un poco de la vida propia, pero que vale la pena realizarlo al hacerlo con honestidad sin trabas, de forma natural. Por ello no quise volcarme a las letras hasta poder hacerlo y compartir lo vivido, lo sentido, cuando hubiera un espasmo de inspiración que, ante todo, pudiera tener un mensaje constructivo, propositivo y optimista.
Ya han pasado veinte días de sucedido uno de los eventos más bizarros (sino el más), abstractos y de una envergadura tan indefinible que muchos de nosotros aún no somos capaces de entender y que ha costado asimilar.
En mi caso el impacto fue titánico al no estar en Chile y no poder tener noticias de nada, de nadie, haciendo de la incertidumbre la más atroz de las pesadillas que no quisiera jamás volver a sentir y que no doy a nadie.
Con el paso de los días se comienza de manera lenta a entender el colapso, se pueden determinar los errores, cuantificar los daños y plantear las estrategias destinadas a poder encontrar el "como" para volver a caminar.
En muchos casos los daños fueron brutales. Junto a la perdida de vidas, se perdieron años de trabajo en los diferentes sectores que confluyen en las regiones mas devastadas. El sector pesquero fue seriamente abatido. A ello se suma la perdida de viviendas y un retroceso en la actividad turistica importante, como asi también, un golpe seco al comercio en diversas actividades y rubros.
Es importante entender lo ocurrido de forma rapida, activa y eficiente. Es necesario saber que ha ocurrido y recomenzar. Quisiera por tanto hacer un llamado, una invitación a asumir lo acontecido con hidalguía, pero tambien con humildad. Creo que se hace necesario descifrar el mensaje que la naturaleza nos envía para hacer las cosas con calma y mejor. Es una oportunidad que la vida nos brinda para poder resurgir en muchos aspectos: en lo material y tambien en lo inmaterial.
En este tipo de tragedias sobresale lo bueno pero tambien lo peor. Es una foto social clara de nuestra realidad. Por ello espero estemos a la altura para poder encontrar las maneras para volver a levantarnos y mano a mano, codo a codo podamos mirarnos y decir sí fue posible, lo logramos podemos sonreir y ser una sociedad más justa y mejor.
Algunos debemos ser agradecidos y no perder un segundo para hacer todo lo que este a nuestro alcance para poder contribuir con pequeños actos por aquellos que han sufrido y que sufren hoy.
Un abrazo cordial y fraterno para todos los voluntarios que han trabajado de forma directa e indirecta con nosotros como tambien a los muchos otros que ha llegado para brindar ayuda y agilizar la reconstrucción de forma real. La retroalimentación vivida nos hace crecer a todos y nos nutre, nos fortalece y nos pone en marcha.
Hoy por tí, mañana por mí. Patria, Fuerza, Corazón y Fe.

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