Por Rodrigo de la O
Junto al seguimiento del comportamiento de nuestros ríos, de nuestra costa en un verano azotado por una crisis hidrica de proporciones sumado a incendios forestales constantes, debemos exponer nuestra preocupación ante el comportamiento e indiferencia por parte de nuestros visitantes, no tan solo en nuestra zona, evidenciando una conducta irresponsable a la hora de hacer de la practica turística una oportunidad de compenetrarse con la naturaleza, y no al contrario, como sucede en muchos lugares. Playas, ríos, lugares de camping, entre otros, se ven invadidos por los desechos y desperdicios consumidos por los visitantes, muchos de los cuales corresponden a vidrios que aumentan la posibilidad de incendios en zonas vulnerables por la acción directa de personas que no se responsabilizan de sus actos. Además existen infinidad de desechos y desperdicios como plásticos, comida, botellas, redes pesqueras, etc.
Siendo muy crítico de los derechos civiles y la importancia de la libertad en democracia estimo que es lícito exigir el libre acceso a nuestras playas, ríos, etc. y disfrutar de nuestro patrimonio natural. No obstante, se hace necesario considerar que también, junto a esos derechos, tenemos deberes civiles que debemos ser capaces de incorporar en nuestra cultura diaria, en nuestra manera de relacionarnos con los pares y con nuestro entorno. Turistas y residentes deben asumir un rol proactivo que permita entender que todos somo parte del problema y también de la solución.
En lo personal, soy uno de los primeros en entender la práctica del turismo y su desarrollo, como una oportunidad innegable para el país, nuestra zona y sus comunidades, otorgando un sinnúmero de variantes significativas que permite potenciar la economía local. No obstante, se confunde el orden lógico de las cosas, su natural manera. Existe un Medio donde se desarrolla la practica turística desde los proveedores hasta sus consumidores y no a la inversa. Medio Ambiente es a Turismo, como Agua es a Vida y mientras no lo entendamos difícilmente podemos aplicar positivamente su desarrollo. El turismo puede ser muy positivo de forma exponencial cuando su practica es orientada hacia la sustentabilidad y absolutamente negativa, dañina, si no se contemplan parámetros de contención de carga y cultura asociada a la mitigación e impacto de las conductas asociadas a su practica las que deben complementarse también con una infraestructura mínima necesaria.
Soy un convencido de que "Turismo" y "Turista" son conceptos tratados de manera liviana, casi amateur y no con el profesionalismo necesario, quizás, por el relajo asociado a su practica de distintos actores de la cadena productiva comenzando por el mismo turista. Esto es un equívoco dado que necesariamente implica una conducta seria y responsable desde todos los aspectos posibles y de todos aquellos que participan de este ciclo. El verdadero visitante es aquel que entiende y jamás olvida que su visita encierra una responsabilidad implícita, ética y moral (y más allá del turista también) y que ese status encierra responsabilidades y debe privilegiar que su huella, rastro o impacto sea el menor posible asumiendo un reto que el ecoturista o que el turismo sustentable debe enfrentar siempre. Esto es una exigencia y un llamado a la conciencia de todos y cada uno de nosotros.
El próximo 24 de Marzo estamos impulsando una Campaña de Limpieza de Playas en nuestra zona "Fuerza Chile: Unidos por Aguas Limpias", precisamente, para hacernos parte y motivar la acción colectiva en la que todos podemos aportar y llamar a tener un cambio de actitud que permita, ojalá, un cambio de cultura y podamos entender cuan importante es saber que todo comportamiento incide en nuestro entorno y que nosotros somo parte de él, no a la inversa.
Sé, y conozco, que existen muchos que sí se dan cuenta y que tienen conciencia de sus actos. Es a ellos el llamado también de motivar a los demás con el ejemplo aunque implique un doble esfuerzo y que de manera paulatina podamos enfrentar el problema y así poder generar una mejor condición para nuestras zonas y para nosotros mismos. Cada pequeño intento es un triunfo.
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