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viernes, 29 de enero de 2021

Chile: Water, Human Rights and Natural Rights

@vigilantecosta - ESPAÑOL/SPANISH -

All human beings have rights, depending on the country or place, we have and demand rights: to health, education, housing, social and human rights that serve to have a better coexistence within our society. However, what allows the existence of our rights, their own ancestral rights are not recognized, even though, paradoxically, thanks to the existence of that natural platform is that our rights exist.

Therefore, it is logical to think that we need to protect this platform, the one that allows us the existence of our societies and our rights. That is why the human right to water, its access and sanitation is so relevant, as a key point for the regulation and protection of our nature so that it is, effectively, a subject (or subjects) of right (s) with legal protection, simply because it is a way of giving back to those who today have no rights whatsoever and are frankly unbalanced and defenseless. Today, except for honorable exceptions, it is only seen as an unlimited supplier of raw materials, commercial and economic usufruct. Something totally contrary if what is pursued or desired is the prevalence and natural balance for all lives. Including ours within an increasingly consensual range that intergenerational justice is also, in essence, a right.

Just as it has been mentioned that water must be considered as a right, in terms of its access, sanitation and recreation; Taking into account its priority for human consumption and food, it is also relevant to understand and consider that there are multiple ecosystems that participate with ours in multiple dimensions, forcing us to break with the paradigm that humanity or the human being is superior to others species; or that our social ecosystem is above other ecosystems, without understanding that, in reality, we are part of a single and large ecosystem that inhabits multiple ecosystems or dimensions. For this reason, the importance that we can give is so important that our ecosystem does not destroy other ecosystems and, on the contrary, they can value and protect them, considering conservation as a real investment mechanism; granting it a legal framework so that they exist, prevail, avoiding their degradation or deterioration. In this context, it is necessary today, urgently, to be able to offer nature its own rights of existence and prevalence over time, in a hostile scenario where not only the scope related to human societies must be considered, but also Current planetary and climatic aspects that must be analyzed and incorporated in the transcendental future decisions that imply great challenges for all. It's not even today or tomorrow anymore; it's yesterday

Nature has many duties to all lives or existence and few rights when it is intervened or disrespected. Aboriginal peoples teach us, through a unique worldview and communion with nature, our pachamama, that respect from which we have moved away or forgotten with a dangerous arrogance, permanently demanding rights for our societies, for human beings, but, forgetting about our own duties towards what allows us to exist or live, believing and thinking that only our rights are those that prevail or matter.

And our duties; our contribution. Our reflection; our legacy?

Facing a new constitution, there must be that base as an object. That natural or planetary platform in which nature by logic should not be destroyed, but respected both by the ecosystem services that it offers us through its natural duties, as well as through its natural right to be able to remain and coexist in harmony, giving us the certain possibility to continue living and exercising our own duties and rights on a planet, despite everything, resilient and beautiful.

Water, beginning and end, ends up being the key factor in the regulation, planning and adaptation of our rights in a new Political Constitution of the Republic of Chile that helps to revalue our country and its invaluable ecosystem wealth. An ecologically based constitution that allows us to look at our country in a more sustainable way over time. In an era in which we are running out of time.

jueves, 28 de enero de 2021

Chile: Agua, Derechos Humanos y Derechos Naturales


@vigilantecosta - ENGLISH/INGLES -

Todos los seres humanos tenemos derechos, dependiendo del país o lugar, tenemos y exigimos derechos: a la salud, la educación, la vivienda, derechos sociales y humanos qué sirven para tener una mejor convivencia dentro de nuestra sociedad. Sin embargo, aquello que permite la existencia de nuestros derechos, sus propios derechos ancestrales no se reconocen, aun cuando, paradójicamente, gracias a la existencia de esa plataforma natural es que nuestros derechos existen.

Por lo tanto, resulta lógico pensar que necesitamos proteger dicha plataforma, aquella que nos permite la existencia de nuestras sociedades y de nuestros derechos. Es por eso que el Derecho humano al agua, su acceso y saneamiento es tan relevante, como punto clave para la regulación y resguardo de nuestra naturaleza para que sea, efectivamente, un sujeto (o sujetos) de derecho (s) con protección legal, simplemente, porque es una manera de devolver la mano a quien hoy día no tiene derecho alguno y se encuentra en franco desequilibrio e indefensión. Hoy, salvo honrosas excepciones, solo se le observa como un elemento proveedor ilimitado de materias primas, de usufructo comercial y económico. Algo totalmente contrario si lo que se persigue o anhela es la prevalencia y equilibrio natural para todas las vidas. Incluida la nuestra dentro de un rango cada vez más consensuado de que la justicia intergeneracional tambien es, en esencia, un derecho. 

Asi como se ha mencionado que el agua debe ser considerada como un derecho, en cuanto a su acceso, saneamiento y esparcimiento; teniendo en cuenta su prioridad para el consumo humano y la alimentación, es también relevante entender y considerar que existen múltiples ecosistemas que participan con el nuestro en múltiples dimensiones, obligándonos a romper con el paradigma de que la humanidad o el ser humano es superior a otras especies; o que nuestro ecosistema social está por sobre otros ecosistemas, sin comprender que, en realidad, somos parte de un solo y gran ecosistema que habita junto a múltiples ecosistemas o dimensiones. Por ello, es tan relevante la importancia que podemos darle nosotros a que nuestro ecosistema no destruya otros ecosistemas y, al contrario, puedan ponerse en valor y protegerlos considerando la conservación como un real mecanismo de inversión; otorgándole un marco legal para que éstos existan, prevalezcan, evitando su degradación o deterioro. En ese contexto, se hace necesario hoy, con urgencia, poder ofrecer a la naturaleza sus propios derechos de existencia y de prevalencia en el tiempo, en un escenario hóstil en donde se deben considerar no solo los alcances relacionados con las sociedades humanas, sino que tambien aspectos planetarios y climaticos actuales que deben ser analizados e incoporados en las trascendentales decisiones futuras que implican  para todos grandes desafíos. Ya ni siquiera es hoy o mañana; es ayer.

La naturaleza posee muchos deberes para con todas las vidas o existencias y pocos derechos cuando es intervenida o irrespetada. Pueblos aborígenes nos enseñan, a través de una cosmovisión y comunión única con la naturaleza, nuestra pachamama, ese respeto del que nos hemos alejado u olvidado con una soberbia peligrosa, exigiendo, permanentemente, derechos para nuestras sociedades, para los seres humanos, pero, olvidándonos de nuestros propios deberes para con lo que nos permite existir o vivir, creyendo y pensando que solo nuestros derechos son los que priman o importan.

¿Y nuestros deberes; nuestro aporte. Nuestra reflexión; nuestro legado?

De cara a una nueva constitución debe existir esa base como objeto. Esa plataforma natural o planetaria en que la naturaleza por lógica no debe ser destruida, sino respetada tanto por los servicios ecosistémicos que nos brinda a través de sus deberes naturales, como así también, a través de su derecho natural de poder permanecer y coexistir en armonía, brindándonos la posibilidad cierta a nosotros de seguir viviendo y ejerciendo nuestros propios deberes y derechos en un planeta, a pesar de todo, resiliente y hermoso.

El agua, principio y fin, termina siendo el factor clave en la regulación, planificación y adecuación de nuestros derechos en una nueva Constitución Politica de la República de Chile que ayude a revalorar nuestro páis y su riqueza ecosistémica invaluable. Una constitución de base ecológica que nos permita mirar nuestro país de manera más sostenible en el tiempo. En una era en la que ya no nos va quedando tiempo.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Agua, vida y biosfera moderna

Por Juan Pablo Orrego | Ecosistemas | Publicación Original El Mostrador
Necesitamos transmutar nuestro país que promueve la minería a expensas de los glaciares, país que ha despedazado cuencas y asesinado ríos de mil maneras en aras del "progreso" o sea, del lucro millonario de algunos bien conocidos. Pensemos en los océanos, origen de la vida, colmados de plástico; en nuestro fértil mar ‘soberano’ depredado hasta su agotamiento por un monopolio pesquero. Pensemos en la magnífica floresta tropical de la cuenca amazónica que sufre y se encoge entre el fuego y la tala rasa para el cultivo de soya y la crianza de ganado vacuno para hamburguesas.
Hay consenso a nivel mundial que la gestión o administración humana de las aguas de la biósfera en el planeta es la causa de la crisis hídrica mundial. Hasta donde sabemos, el agua no se fuga, no se escapa al exterior de la atmósfera  ni se destruye acá abajo. De hecho, el hidrógeno en su total levedad podría escaparse de la gravedad planetaria si no estuviera enlazado con oxígeno en la molécula H2O que llamamos agua. Así, entre sus múltiples funciones ecológicas, el agua contribuye a mantener el vital hidrógeno en nuestro sistema biosférico.
La molécula del agua es notablemente resiliente, mágica. Ante los cambios de temperatura, por ejemplo, en vez de destruirse, el agua cambia de estado: hielo sólido, líquido, vapor. Es la misma cantidad de agua que mora en este planeta desde su incierta llegada a la Tierra en proceso de formación, bastante antes del surgimiento de lo viviente.
Vida, toda basada en agua, que surge también de un medio acuático que los biólogos llaman la “sopa primordial”: los océanos primigenios, calientes, magmáticos, cargados de todo tipo de elementos químicos y bajo el constante bombardeo eléctrico de los rayos. ¡Acuático y vigoroso, telúrico, el origen de la vida!
La humanidad, durante los últimos siglos -y para qué decir la moderna o civilización globalizada- hemos trastocado todo, hemos desequilibrado los ciclos de muchos elementos, entre ellos y prominentemente por su vital importancia, el agua.
Las aguas siguen estando aquí, pero ya no están donde estaban antes en la actual biosfera con la que co- evolucionamos. Esta biosfera "moderna" que se remonta a unos 66 millones de años. Que surge -nuevamente desde el microcosmos de bacterias y hongos- después del impacto de un meteorito, en lo que hoy llamamos el Golfo de Yucatán, que aniquiló cerca del 70% de lo viviente, según los expertos paleontólogos, geólogos, arqueólogos.
Por esto la necesidad imperiosa -de vida o muerte- de entender cómo funciona 'nuestra' biosfera (nuestro cuerpo extendido) y sus ciclos, y cuál es nuestro verdadero lugar en esta comunidad holográfica, compenetrada, simbiótica.
La vida, nosotros incluidos, participamos en un continuum espaciotemporal que abarca desde el más micro- hasta el más macro- cosmos. Desde el primer átomo de hidrógeno hasta el sol y más allá. Somos polvo de estrellas. Esto es concreto, atómico, molecular. Participamos absoluta y constantemente del flujo recursivo de materia (entre ellas el agua), energía e información de toda la biosfera. Es bastante alucinante percibir y asumir ésto. Hay que surfear, bailar con esta realidad, en vez de antagonizarla por temor a esta ‘unidad en la multiplicidad’ que parece atentar contra nuestra tan sobreestimada individualidad. Es necesario que nos pongamos, con la humildad que corresponde a motas de polvo y agua, al servicio de nuestra propia naturaleza.
Dedicarnos a restaurar las residencias de las aguas en la Tierra: océanos y mares (¿podemos restaurar las nubes?), glaciares, ríos, lagos, humedales, estuarios, todos los cuerpos basados en agua de todos los organismos, nuestros propios cuerpos humanos. Es interesante que a todos los anteriores les digamos “cuerpos” de agua, ¿verdad? Conservar la ‘biodiversidad’ que somos mayormente agua y que ‘capturamos’ carbono en nuestros cuerpos, para que así no ande flotando en la atmósfera en forma de CO2, provocando efecto invernadero.
Reforestar las cuencas hidrológicas con sus especies nativas, recuperar ecosistemas. Pensemos en todos los humedales fastuosos de biodiversidad, vitales cuerpos de agua y vida, desaparecidos bajo Concepción y Valdivia, y bajo el barrio industrial en la salida norte de Santiago. Pensemos en la desembocadura de nuestro río Maipo, canalizado sin mediar ninguna reflexión ambiental profunda y sistémica, con una chipeadora y un estacionamiento de camiones y contenedores encima del humedal Ojos de Agua, lleno, además, de basura domiciliaria. ¿Qué nos pasa?
Necesitamos transmutar nuestro país que promueve la minería a expensas de los glaciares, país que ha despedazado cuencas y asesinado ríos de mil maneras en aras del "progreso" o sea, del lucro millonario de algunos bien conocidos. Pensemos en los océanos, origen de la vida, colmados de plástico; en nuestro fértil mar ‘soberano’ depredado hasta su agotamiento por un monopolio pesquero. Pensemos en la magnífica floresta tropical de la cuenca amazónica que sufre y se encoge entre el fuego y la tala rasa para el cultivo de soya y la crianza de ganado vacuno para hamburguesas.
Necesitamos sanar la biosfera, devolverle su integridad, su audaz equilibrio.
Restaurar y restaurar. Solo así se restablecerán los ciclos biosféricos, y “la” agua, y muchos otros asombrosos elementos vitales volverán a estar más o menos donde estaban antes del descalabro provocado por nosotros.
Algo que contribuye a tener más perspectiva es recordar que la vida misma, las bacterias y todo lo más profundo que la subyace, bailan alegremente en torno a los descalabros biosféricos. La vida ha evolucionado a punta de sucesivos “eventos de nivel de extinción”. Es indestructible mientras el sol esté en su fase ‘benéfica’. El tema álgido hoy es la supervivencia de la humanidad como la conocemos. Ahora, si seguimos portándonos como pésim@s vecinos y vecinas para la comunidad biosférica, entonces nos mereceremos un destino apocalíptico y que surja una nueva biósfera con otro entramado bioecológico, quizás sin humanos. Con seres que sepan manejar/administrar/gestionar mejor el flujo intimidante de materia (entre ellas las aguas), energía e información en este planeta agua/tierra, vitalizado desde los altos cielos por el Inti… Tao… Antü … Sol… Sun… portentoso.

lunes, 10 de agosto de 2009

Dialogos Ciudadanos para la Defensa Ambiental

Por Rodrigo de la O
Tuvimos la oportunidad de participar en la Jornada de Cierre de los "Diálogos Ciudadanos para la Defensa Ambiental" organizado por Ecosistemas. Este año este Seminario tuvo su desarrollo en el Puerto de Valparaíso y reunió a dirigentes, representantes de agrupaciones, movimientos ciudadanos de distintos puntos del país relacionados con la defensa y respeto por nuestro Medio Ambiente. Se sumaron también estudiantes universitarios de Valparaíso de carreras relacionadas con las Ciencias Ambientales.
Introdujo e inauguró el Seminario el Ecólogo y anfitrión Juan Pablo Orrego de Ecosistemas. En la ocasión pudimos compartir ponencias con nuestros Amigos de Patagonia Sin Represas, Representante de Change The World, Fundación Huilo Huilo, Codeff Maule, Panguipulli, Caleta Tortel, Chichimen, FIMA, Vigilante Costero Maule Itata, entre otros.
Desde nuestra óptica pudimos exponer respecto de la experiencia desarrollada en el movimiento ciudadano que se ha desarrollado en la región del Maule en oposición al Proyecto Termoeléctrico a Carbón Los Robles (Acción Ciudadana Pro Defensa de Las Costa del Maule). Se expuso la necesidad de mantener acciones conjuntas para desarrollar, apoyar e informar a las comunidades afectadas realizando acciones multidisciplinarias del tipo jurídico administrativo y político consensuando que este tema, como muchos otros, corresponde a un fenómeno sociocultural natural en que resulta obvio comenzar por cada uno de nosotros.
Constituye un gran esfuerzo la realización de este tipo de encuentros que, sin lugar a dudas, permite retroalimentar las experiencias vividas por cada uno de los participantes, potenciarse entre sí, identificar nuestras debilidades y proponer acciones futuras.
Como aspectos generales se mencionaron conceptos relevantes como que en Chile la “Conciencia es un lujo” entendiendo que en muchos casos esta es privativa de unos pocos que pueden acceder a ella.
En el debate surge una pregunta gravitante como ¿Qué debemos hacer o como podemos accionar frente a la desigualdad existente entre poder económico, político y ciudadano?
En lo personal la experiencia ha sido muy enriquecedora y necesaria. En muchas ocasiones uno desfallece, decae, se desmotiva ante los grandes desequilibrios de nuestro sistema agotando las fuerzas. Se entiende que es una cuestión natural pero que es preciso alimentar para poder continuar. Es por eso que este encuentro, estos diálogos con personas tan disímiles, con problemáticas distintas, que en su fondo se sienten y se comparten de manera tan natural, de una manera tan propia, son las que nos permiten repotenciarnos y llenarnos de renovadas esperanzas conociendo que existen causas injustas, desiguales en lejanos lugares y que nos pertenenecen a todos.
El llamado es uno solo: La necesidad de generar una apertura del debate a todos los actores sociales posibles para que de una vez podamos ser parte de nuestras decisiones de país. Debemos, por tanto, conciliar las maneras, formas o conductas que nos permitan ser protagonistas de nuestro futuro.
Se establece una opinión compartida respecto de las politicas conducentes que se encaminan a la necesidad de normar, regular y ordenar muchos aspectos de nuestro modelo económico actual que se convierte de forma brutal en un roedor soberano de nuestros recursos naturales que, en definitiva, solo beneficia a una fracción de nuestra sociedad existiendo un desequilibrio que atenta con nuestros derechos.
En el Articulo 1º inciso 3 se lee en nuestra Constitución: "El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece."
El desafío es claro, las batallas compartidas pasadas y porvenir son muchas por lo que debemos generar las fuerzas y estrategias para crecer hacia una Evolución Ambiental latente, anhelada y absolutamente necesaria.