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viernes, 22 de mayo de 2020

Diversidad biológica y sostenibilidad

Por Fernanda Salinas | Investigadora FIMA | Nota Original CodeXVerde
Chile ratificó en 1994 el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que tiene como objetivo principal la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica. Al año 2010, las partes en el convenio aprobaron el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica, incluyendo las veinte Metas de Aichi para la Biodiversidad para el período 2011-2020.
Los objetivos de este plan eran abordar las causas de la pérdida de la biodiversidad incorporándola en todos los ámbitos gubernamentales y de la sociedad, reducir las presiones directas sobre la biodiversidad y promover el uso sostenible, mejorar la situación de la diversidad biológica protegiendo los ecosistemas, las especies y la diversidad genética, aumentar los beneficios de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas para todos y mejorar la aplicación a través de planificación participativa, gestión de conocimientos y creación de capacidad.
Entre las Metas de Aichi se encuentra, por ejemplo, la eliminación de subsidios perjudiciales y la implementación de incentivos para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, reducir a cerca de cero la pérdida, degradación y fragmentación de los hábitats naturales, y conservar un 17% de los ecosistemas terrestres y aguas continentales y un 10% de las zonas marinas y costeras, restaurar y proteger ecosistemas que proveen agua y contribuyen a la salud, bienestar y medios de vida, considerando especialmente mujeres, comunidades indígenas y locales, pobres y vulnerables, restaurar al menos un 15% de las tierras degradadas y respetar los conocimientos, las innovaciones y las prácticas tradicionales de las comunidades indígenas y locales pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la biodiversidad y los usos tradicionales.
El fracaso del cumplimiento de los objetivos del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica queda de manifiesto en Sexto Informe Nacional de Biodiversidad de Chile. En este informe se reconoce que la pérdida, degradación y fragmentación de los ecosistemas sigue siendo la principal amenaza para la biodiversidad, y que el cambio de uso de suelo, impulsado por la industria agrícola y forestal y la urbanización, es uno de los principales factores causantes del deterioro y pérdida de ecosistemas terrestres del país. Además, reconoce que la minería afecta ecosistemas frágiles por la extracción de aguas subterráneas, la contaminación de los acuíferos, las faenas abandonadas, paralizadas y sus residuos, incluyendo los relaves, que representan un riesgo para la vida y salud de las personas y los ecosistemas.
Identificadas las principales causas de la pérdida de ecosistemas naturales, se esperaría que se tomaran medidas urgentes para limitar el cambio de uso de suelo, proteger ecosistemas amenazados, restringir la afectación de ecosistemas frágiles y limitar la urbanización, al mismo tiempo que se promoviera la restauración ecológica de ecosistemas que proveen agua, salud, bienestar y medios de vida. A pesar de la urgencia ecológica y social que nos apremia, se continúa priorizando la visión economicista por encima del cuidado de la naturaleza y de las personas, como se refleja en el Plan Nacional de Restauración de Paisajes (2020-2030) sometido a consulta pública hasta el 14 de Febrero 2020 y en el Proyecto de Ley que crea el Ministerio de Agricultura, Alimentos y Desarrollo Rural, que busca convertir al país en una potencia agroalimentaria, pesquera, acuícola y forestal, cuando la industria agrícola y forestal son responsables de un 96% del consumo de agua a nivel nacional, y los ecosistemas naturales, las personas más desposeídas, los campesinos y los crianceros sufren las consecuencias.
Aunque Chile no ha cumplido con su compromiso internacional, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el  Plan Estratégico para la Diversidad Biológica y las Metas de Aichi se mantienen como un referente para que las políticas públicas se orienten a la sostenibilidad.

martes, 19 de mayo de 2020

Yaku Yanapaki; entrando a su siguiente fase

[@vigilantecosta]
Recientemente, en la Conferencia Global de la Alianza Waterkeeper, desarrollada virtualmente debido a la pandemia y contingencia actual; pudimos presentar nuestro trabajo (Ver Presentación Aquí) y proyección en donde la convergencia, desde la conservación local, resulta vital para un verdadero cambio de paradigma.


Paradojicamente, hoy, cuando atravesamos una crisis social, ambiental, ecológica y sanitaria, sin precedentes; justo ahí, se pone a prueba la adecuada intervención del estado en políticas de inversión pública que permita o ayude a fortalecer nuestra democracia.

Proyecto Yaku Yanapaki #YakuYanapaki (Presentación en desarrollo)

La idea del proyecto surge en la primera reunión latinoamericana de los programas u organizaciones miembros de la Alianza Waterkeeper. Ésta se llevó a cabo en abril de 2019 en Cartagena de Indias, Colombia. En esa oportunidad, participantes firmaron un convenio de trabajo con un enfoque en la restauración de ecosistemas, que se bautizó como Yaku Yanapaki (Defensores del Agua en quechua), que conecta distintas problemáticas y realidades bajo un mismo concepto que unifica la conservación, como mecanismo de inversión de largo plazo; siendo la capacidad de resiliencia de nuestros ecosistemas, junto a una planificación integral en los procesos, un desafío apasionante y permanente.

Hace unos días nos reuninos con la Señora Maria Luz Reyes, Alcaldesa de la Ilustre Municipalidad de Pelluhue, para solicitar apoyo y colaboración formal como participantes en el marco del proyecto. Hoy se nos ha hecho entrega de carta-convenio firmada entre nuestra organización y la Edil lo que se convierte en un hito y comienzo oficial de una nueva etapa del proyecto. Ahora nos corresponde formalizar con otras organizaciones e instituciones para potenciar los equipos de trabajo y comenzar su implementación en los distintos puntos considerados.

Enhorabuena!

domingo, 3 de mayo de 2020

Experto en fauna silvestre por Covid-19: “La grosera intervención de la naturaleza tiene serios efectos sobre la biodiversidad y la supervivencia humana”

Mauricio Valiente - Foto: Codeff
Los estados y gobiernos deben plantear seriamente una nueva relación más armónica con la naturaleza, pues su depredación lleva al desequilibrio natural que las especies han alcanzado en miles de años de evolución, advierte Mauricio Valiente, investigador y director de CODEFF. 
Mauricio Valiente Olivares (59) es profesor de biología de la Universidad de Chile, académico en fauna silvestre, presidente del Comité Chileno de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y punto focal de Birdlife International. Además es secretario general de la Corporación Nacional por la Defensa de la Fauna y Flora (CODEFF), donde está a cargo del programa de biodiversidad en la Región del Maule.
Por Ricardo Bustamante P. | Publicación ORiginal 
¿A qué se debe la aparición de distintas especies de animales silvestres en grandes ciudades en el marco de esta pandemia?
La fauna silvestre siempre ha vivido cerca de las ciudades, por sus hábitos; la presencia del ser humano y actividades cotidianas (movimiento, transporte) y no nos dábamos cuenta. Hoy, por las medidas impuestas por la pandemia, es que algunos animales se atreven a explorar nuevos ambientes, en calles, parques o jardines de las propias casas.
Se ha hablado de una “recolonización” de la fauna silvestre de sus antiguos territorios. Ahora nosotros somos los atemorizados y se han liberado los que nos tenían miedo, una gran paradoja.
Los seres humanos hemos ido arrinconando a la fauna silvestre a espacios más pequeños, hemos contaminado, fragmentado, eliminado gran parte de su hábitat. Muchas especies de animales silvestres se han acostumbrado a vivir en ambientes antropizados y los ocupan desde hace mucho tiempo, pero no solo unos pocos se daban cuenta de esto. Hoy en un ambiente más tranquilo, podemos darnos cuenta, hay tiempo de observar lo que ocurre en nuestro entorno. Por otra parte, muchos animales en estos ambientes de tranquilidad amplían su territorio de búsqueda de alimento, no sé si el término recolonización es correcto, pero la fauna silvestre puede recuperar lo que se llama el ámbito de hogar, es decir, recuperar el territorio que a cada especie le corresponde para su viabilidad, que puede ser de unos pequeños metros, hasta kilómetros.
Si el aislamiento dura mucho tiempo, ¿podría llegar a darse en algún grado el concepto llamado “sucesión ecológica”?
La sucesión ecológica corresponde a una serie de cambios que se van dando de manera progresiva en las especies que componen una comunidad a través del tiempo, en algunos casos en mucho tiempo. En lo que llamamos sucesión secundaria, un área ocupada previamente por seres vivos es alterada y ocurre una nueva colonización después de la alteración. En este caso, no creo que exista esa nueva colonización por fauna o flora silvestre, ya que una vez que nos recuperemos de la pandemia, esos espacios que están más tranquilos, volverán a ser ocupados por las personas y las actividades antrópicas nuevamente provocarán la retirada de la fauna silvestre.
¿La acción o depredación humana sobre la naturaleza está detrás del origen del coronavirus? En relación a la ocupación de sus espacios naturales, el tráfico de animales exóticos, entre otros.
Hasta ahora parece existir consenso en la comunidad científica en que en un ecosistema saludable existe un equilibrio entre los individuos que transportan organismos patógenos y los que no los tienen. En su estado natural hay más especies sanas que contagiadas por patógenos, una vez que se altera la naturaleza, ya sea por depredación, pérdida o fragmentación de hábitat, tráfico de animales para alimentación o para mascotas, provoca la pérdida de este equilibrio y la posibilidad de que individuos contagiados traspasen estos patógenos al ser humano, aumenta considerablemente. Al parecer es lo que ocurrió con el SARS COV2, en la que hay algunas especies de animales silvestres involucradas como hospederos y transmisores.
No debemos dejar de lado el Cambio Climático, en el cual uno de sus efectos es el derretimiento de glaciares, dejando despejadas grandes extensiones de terreno en los cuales ya se han registrado virus y otros patógenos, muchos de ellos, desconocidos para el ser humano.
¿Esto nos enseña que en adelante los estados y gobiernos del mundo deben procurar una nueva relación del hombre con su entorno natural?
Evidentemente, esperamos que esta epidemia sirva como una gran enseñanza para el ser humano; que los estados y gobiernos entiendan que la intervención grosera que estamos haciendo a la naturaleza tendrá grandes efectos sobre la biodiversidad, y en especial sobre el ser humano. Debemos plantear seriamente una nueva relación más armónica con la naturaleza o estaremos poniendo en riesgo la supervivencia humana.

“Este modelo consumista promueve la depredación de la naturaleza, sin importar la consecuente pérdida de biodiversidad.”

¿El covid-19 es ejemplo de la relación tóxica del modelo económico y productivo con la naturaleza?
El modelo económico y productivo imperante en el mundo promueve el consumo a gran escala, esto a su vez impulsa el extractivismo también a gran escala. Este modelo consumista promueve la depredación de la naturaleza, sin importar la consecuente pérdida de biodiversidad, la pérdida de los servicios ecosistémicos que ésta presta al ser humano, y junto con ello se provoca la pérdida del equilibrio natural que las especies han alcanzado a través de miles de años de evolución, lo que entre otros efectos aparecen estas zoonosis como el covid 19.
Y las preguntas sello de #CausasyBeats: ¿Qué líder social, político, cultural o de otro tipo te inspira? ¿Y por qué?
Tensing Gyatso, el décimo-cuarto Dalai Lama, autodefinido como un simple monje budista, que ha entregado su vida a promover el altruismo y la compasión entre los seres humanos y el respeto hacia  todas las especies de seres sintientes. A su vez ha difundido el conocimiento del ser humano desde la perspectiva budista y ha creado puentes entre la ciencia occidental y el budismo. También ha sido un incansable luchador por la liberación del Tíbet a través de vías pacíficas, principios que comparto plenamente.
Escoge un disco o canción que identifique tu causa.
La canción Padre de Joan Manuel Serrat.
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[El propósito de la difusión de presente nota no es otro más que informar y poner en conocimiento de la opinión pública un tema relevante desde nuestra visión y principios como organización ambiental compartimos plenamente.
Escrito por Ricardo Bustamante P. | Publicación ORiginal en causasybeats.cl]

sábado, 2 de mayo de 2020

La brutal realidad de la vida dentro de una de las ciudades más contaminadas del mundo.


Por NAOMI LARSSON  
En Quintero, las fugas de petróleo y la contaminación de la industria pesada están afectando la salud de los ciudadanos locales. Ahora la lucha está por limpiar una de las llamadas "zonas de sacrificio" de Chile
Una mañana a fines de agosto de 2018, Carolina Astudillo salía de su casa en Quintero, un pueblo costero chileno a solo dos horas de Santiago, cuando notó un cambio en el aire a su alrededor. Cuando llegó al final del bloque ya estaba tosiendo fuertemente. Se sintió enferma, un entumecimiento en sus extremidades. “Fue brutal. Casi no podías respirar. Me dolía la garganta, tenía los brazos y las piernas entumecidos”, dice Astudillo.
No es tan inusual que los residentes de Quintero y los pueblos de los alrededores se sientan así. Muchos de sus vecinos padecen enfermedades respiratorias como el asma. El aire a menudo sabe metálico, en lugar de a mar. Incluso la playa se ve más oscura de lo que debería ser: en lugar de conchas, la arena está llena de carbón derramado de los buques de carga entrantes. Algunas aves muertas yacen arrastradas a pocos metros de donde algunas familias comen sus comidas campestres.
Pero esta vez fue peor de lo normal. Varios gases químicos, incluido el metilcloroformo, nitrobenceno y tolueno, se habían filtrado de las plantas de petróleo y químicas cercanas que rodean la ciudad. Entre el 21 de septiembre y el 18 de octubre de ese año, 1,398 personas fueron tratadas por intoxicación por gas en hospitales locales, según el Ministerio de Salud de Chile. Los residentes de la región de Quintero y Puchuncaví se vieron afectados por otra crisis de contaminación, otro accidente industrial.
A pocos kilómetros de donde Astudillo vive con su esposo e hijos, se encuentra el centro del desarrollo industrial chileno. Es el hogar de algunas de las industrias más grandes y más sucias: plantas de energía de carbón, plantas de cemento, energía térmica, gas natural. De solo una fundición de cobre en 1964, ahora hay alrededor de 20 instalaciones industriales diferentes aquí, construidas como parte de los planes estatales para impulsar la producción. El parque estaba destinado a ser el motor del crecimiento económico para lanzar a Chile a las filas de los países "desarrollados", idea que se hizo eco del ministro de Cooperación Económica de Alemania Occidental, Walter Scheel, quien visitó la Bahía de Quintero durante la construcción de la planta de procesamiento de cobre: "Chile no es un país subdesarrollado sino una nación en pleno desarrollo", dijo en ese momento. Pero este desarrollo ha tenido un costo.
Equipo Waterkeeper en Ventanas haciendo captura de muestra de sedimento para análisis de laboratorio
Quintero es conocido por los residentes y activistas como una de las "zonas de sacrificio" de Chile, un área donde la contaminación y la contaminación son tan altas que la naturaleza y las personas que viven allí han sido expulsadas por el bien del desarrollo económico. "Llamamos a Quintero el Chernobyl chileno", dice Rodrigo Barría de Greenpeace Chile. “El medio ambiente se rompe sin reparación. El suelo está roto, el agua está rota. La gente es sacrificada. Este es el tipo de cosas que la sociedad prefiere no mirar, porque la gente es pobre”.
Hay cinco de estas llamadas zonas de sacrificio en Chile, y durante años las comunidades han estado luchando por sus derechos a vivir en un ambiente saludable. Los grupos han hecho campaña, principalmente en vano, por regulaciones más estrictas de la industria, reparaciones y por mejores servicios de salud.
Por un tiempo hubo esperanza; el año pasado, los activistas obtuvieron una Corte Suprema confirmó que el gobierno era el responsable final de la contaminación ambiental en 2018, y que debe tomar medidas concretas para evitar que vuelva a ocurrir. Si bien Chile pasó la mayor parte del año pasado preparándose para organizar la conferencia ambiental internacional COP25, el presidente Sebastián Piñera presentó un plan de descarbonización a 2040 y prometió un plan de descontaminación para Quintero, intentando normalizar y congelar los niveles de partículas, dióxido de azufre y óxido de nitrógeno en tres años. El gobierno afirmó que habría reducciones dramáticas. La compañía de cobre Codelco, por ejemplo, puede producir 1,000 toneladas de partículas por año, pero los planes reducirían eso en un 91 por ciento a 89 toneladas por año.
Pero su promesa ya se está fracturando. El plan de descarbonización solo cerraría dos de las plantas de energía más antiguas y menos productivas en el área de Quintero para 2024, mientras que los grupos ambientalistas criticaron las propuestas para no abordar los niveles de arsénico o metales pesados en la región. Luego, todas las esperanzas de que el estado presente a Chile como un ejemplo positivo se aplacaron cuando Piñera se vio obligada a retirarse de la celebración de la conferencia después de un estallido social masivo en el país en octubre de 2019.
Desde entonces, millones de personas han salido a las calles por una desigualdad profundamente arraigada. Las protestas estallaron en la capital por un aumento en las tarifas del metro, pero estallaron en disturbios en todo el país sobre el nivel de vida, desde la privatización de la salud, los derechos indígenas y el medio ambiente. Entre las llamadas se puso fin a las zonas de sacrificio: en ese momento, 20 niños en Quintero fueron reportados hospitalizados por sospecha de envenenamiento por dióxido de azufre. "No se ha hecho nada, nada ha cambiado", dice Astudillo. "Hemos sido abandonados".
Katta Alonso, una activista de 65 años que dirige el grupo Mujeres de la Zona del Sacrificio, vive en el pueblo vecino de Las Ventanas. Su casa da a la bahía, una vez un destino popular para las vacaciones de verano. Todavía recuerda la vida antes de que entraran las industrias. La calidad de vida fue maravillosa. La comunidad vivía del océano, la tierra y el turismo. Había dunas de arena blanca, humedales con naturaleza y”, dice ella. “Al principio se disfrazó como una oportunidad de trabajo y progreso. La gente lo compró. Pero eventualmente la gente comenzó a notar que esto no era cierto".
Los residentes se dieron cuenta de las irregularidades solo unos años después de la apertura de las instalaciones. A finales de los años 60 hubo informes de muertes de ganado vacuno y caballos, con tierras cada vez más infértiles. Hoy la gente cuenta historias que se han vuelto casi mitológicas, como los "hombres verdes" que trabajaron en la refinería de cobre y luego murieron de cáncer. Según los informes, sus órganos tenían pigmentaciones verdes debido a la contaminación. En 2013, los cuerpos de cuatro trabajadores fueron exhumados; metales pesados como el arsénico y el mercurio se detectaron en sus huesos.
Ahora, el impacto es difícil de ignorar. La industria pesquera local ha quedado prácticamente aniquilada porque el stock existente en el océano está demasiado contaminado. Se han reportado altos niveles de arsénico en varias especies. En 2016, por ejemplo, se encontró que una especie de cangrejo conocida como Jaiba Peluda tenía niveles de arsénico de 57.58 mg/kg, muy por encima de los niveles permitidos de 2 mg/kg.
Los lugareños continúan enfrentando una batalla diaria con el aire que respiran. Las alergias están muy extendidas. A veces, los escolares no pueden pasar sus descansos para almorzar en el patio de recreo porque los niveles de contaminación son demasiado altos.
También hay frecuentes accidentes industriales, incluidos tres grandes derrames de petróleo que afectaron la bahía en los últimos seis años. El más grande en 2014 cuando 37,000 litros de petróleo fueron arrojados al océano después de que dos petroleros perdieron la conexión. En 2011, más de 40 niños se enfermaron después de una fuga química vinculada a una refinería de cobre que causó náuseas, vómitos y desmayos. Una investigación encontró altos niveles de plomo y arsénico en la escuela, ubicada a 500 metros de una refinería de cobre de propiedad estatal, Codelco, e instalaciones termoeléctricas.
El carbón continúa lavándose en la playa a medida que se derrama durante el traslado de los barcos a las plantas termoeléctricas. En 2018, Alonso documentó 146 días en que se encontró carbón en la playa. Para octubre de 2019 eran 170 días. "Afecta todas las partes de tu vida: problemas con la salud mental, hay personas con dificultades de aprendizaje y hay consecuencias físicas como, por ejemplo, que no puede terminar la escuela porque su cuerpo o su mente no pueden soportarlo", dijo Astudillo. dice.
"No se reconocen nuestros derechos a la vida", agrega María Araya, presidenta del consejo asesor del hospital local. "Los niños son vulnerables, no pueden hacer cosas normales. A veces no pueden respirar afuera, o no pueden ir a la escuela o hacer ejercicio. Todos los días que vivimos estamos sacrificando a nuestros hijos. El porcentaje de personas que están enfermas de asma, cáncer o tienen necesidades especiales, es el doble del número de una comuna de tamaño similar".
Un informe reciente de la Universidad Católica de Santiago descubrió que vivir en una zona de sacrificio está relacionado con un mayor riesgo de enfermedad y muerte prematura. Y a pesar de la montaña de evidencia a lo largo de los años, desde las tasas de cáncer hasta la destrucción de la biodiversidad, Florencia Ortúzar, de la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (Aida), dice que las compañías continúan operando de esta manera debido a las regulaciones laxas. Por ejemplo, la exposición máxima recomendada por la Organización Mundial de la Salud al dióxido de azufre es de 20 ug/m3 en un día, pero la de Chile es de 250 ug/.
"Al final del día, la industria está siendo favorecida por sobre la salud humana", dice Ortúzar, y señala que muchas de las industrias "importantes" para la economía de Chile tienen su sede en Quintero-Puchuncaví, incluidas cuatro plantas térmicas a carbón. A pesar de tener grandes reservas de energía solar y energía verde, la carrera de Chile hacia el desarrollo y el crecimiento económico ha sido impulsada por estas industrias. Chile fue el primer país sudamericano en unirse a la OCDE, y ha tenido la economía de más rápido crecimiento en la región.
Agrega que hay tantas industrias en un área que no conocen la fuente de contaminación "y nadie sabe quién no está cumpliendo". Es como un agujero negro". En octubre pasado, los fiscales chilenos presentaron cargos contra seis ejecutivos de la compañía estatal de energía ENAP en relación con la crisis de contaminación en 2018. Pero Cristian Muga, un abogado que representa a los trabajadores de ENAP, dijo a Reuters: "No es justo responsabilizarlos por una situación que ha ocurrido, que ha estado sucediendo durante años y ese es el resultado de muchas actividades que tienen lugar en la bahía".
En parte, las comunidades han sido demasiado débiles para luchar contra el poder económico. “Las zonas de sacrificio solo le ocurren a comunidades vulnerables. No tienen ninguna capacidad para luchar o huir, solo tienen que quedarse allí”, agrega Ortúzar.
Chile sigue siendo extremadamente dependiente de estas industrias. Codelco es responsable del 11 por ciento del cobre del mundo. China es uno de los mayores importadores de cobre chileno, y alrededor del 60 por ciento de la demanda mundial total de cobre es para electricidad; está en el cableado de nuestra casa, nuestra plomería.
El 40% de la energía producida y consumida en Chile proviene de la quema de carbón, y las 28 plantas termoeléctricas que generan esta energía se encuentran en cinco ubicaciones en todo el país, en las zonas de sacrificio. "La energía de todo el país depende de estas terribles zonas de sacrificio donde viven muy pocas personas que no tienen la capacidad de defenderse, son pobres y vulnerables. No hay forma de que detengan estas plantas que mantienen vivo al país”, dice Ortúzar.
Pero no es un problema aislado de esta pequeña parte de la costa chilena; muchos de los negocios en Quintero-Puchuncaví son de propiedad extranjera: Aes Gener, propietaria del complejo termoeléctrico Ventanas, es una subsidiaria de la empresa estadounidense Aes. Enel, propietaria de una planta termoeléctrica, es italiana. El carbón que se termina lavando en las costas se importa de Colombia, Australia y los Estados Unidos.
Las personas que viven a miles de kilómetros de distancia están sufriendo el impacto de huellas ambientales más grandes. Las emisiones de carbono per cápita en Chile son actualmente de cinco toneladas métricas, menos de un tercio de las de los Estados Unidos. “Es un problema global. Estas son compañías extranjeras que destruyen vidas. Muchas de estas compañías han anunciado su "verdor" a nivel internacional, pero aquí tienen sus pequeños pecados". dice Ortúzar.
Los residentes de Quintero han enfrentado esta larga y complicada batalla durante años, pero de alguna manera sus necesidades son simples. "No es realista pensar que todo el parque industrial se cerrará, hay demasiado involucrado". Lo que queremos es una mejor ventilación, que las compañías reinviertan su dinero en hacer mejoras en sus instalaciones o maquinaria, y que inviertan en la ciudad”, dice Astudillo.
Esperan poder utilizar el impulso del levantamiento social y las protestas para resaltar su difícil situación. Pero es difícil saber cómo será realmente la justicia cuando hay mucho en juego. "La negligencia del estado es la razón principal de todo esto", dice Araya. "Somos una población enferma porque todo el entorno está enfermo: el aire, la tierra, el agua".
La hija de Araya murió de cáncer hace ocho años a la edad de 21 años. Le diagnosticaron un tumor cerebral y murió después de lo que Araya dice que fue solo una enfermedad de 27 días. Ahora Araya enfoca su lucha en los servicios de salud, haciendo campaña para traer especialistas a los hospitales, asegurando que las familias puedan obtener toda la información y los médicos adecuados que necesitan cuando las personas se enferman.
A pesar de su activismo, todavía lucha con la idea de que el cáncer de su hija puede haber estado relacionado con la contaminación en Quintero. “Preferiría pensar que ella fue un caso excepcional. Me doy cuenta de que hay muchos otros casos que han desarrollado tipos similares de cáncer, por lo que tendría sentido, pero", hace una pausa, "es el combustible para la lucha".
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 Por NAOMI LARSSON  | Originalmente pulicado en www.wired.co.uk | 24 February 2020 ver enlace AQUI | Traducido @vigilantecosta