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viernes, 22 de mayo de 2020

Noam Chomsky: “Si no conseguimos un Green New Deal, sucederá una desgracia”

Por MARTA PEIRANO | JAIME CASAL (VÍDEO) - Publicado Originalmente en El País
El norteamericano Noam Chomsky (91 años) es el fundador de la lingüística contemporánea y el pensador crucial de la izquierda contemporánea. También es uno de los impulsores de la Internacional Progresista, la plataforma que reúne al The Sanders Institute, el Movimiento por la Democracia en Europa 2025 (DiEM25), representantes del sur global, India, África y Latinoamérica. Se lanzan en plena pandemia para bloquear una escalada de neoliberalismo y “abrir la puerta a alternativas progresistas que estén preocupadas con el bienestar de las personas y no por la acumulación de riqueza y poder”. Nos citamos pantalla con pantalla.

PREGUNTA. ¿Se unen contra la “otra” Internacional?

RESPUESTA. Sí, la Internacional Reaccionaria liderada por la Casa Blanca, que incluye clones de Trump, como quien él llama “su dictador favorito”, [Abdelfatá] al Sisi en Egipto, o los dictadores del golfo Pérsico. Israel es un punto clave que se ha escorado fuertemente a la derecha y sus relaciones con las dictaduras del Golfo están saliendo ahora a la luz. Más hacia Oriente tenemos a [Narendra] Modi en India, que está empleándose a fondo para acabar con los últimos coletazos de la democracia secular india, destruyendo Cachemira y los derechos de 200 millones de musulmanes; Bolsonaro en Brasil...

P. Académicos como Peter Turchin, que estudian los grandes ciclos, dicen que se acaba uno gordo. ¿Podría ser el final del que abrieron Thatcher y Reagan?

R. Los ciclos históricos no están predeterminados, son resultado de las acciones de las personas. El periodo neoliberal se construyó destruyendo los movimientos obreros. Thatcher atacó a los mineros, Reagan aplastó las huelgas con esquiroles, algo que es ilegal. Pero como Reagan lo hizo, las empresas también gestionaron las huelgas y destruyeron los sindicatos importando ilegalmente trabajadores de fuera. Luego [Bill] Clinton inventó otro dispositivo para destruir el movimiento obrero. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte era un banner que decía: si seguís con esto nos llevamos la fábrica a México. La mitad de los esfuerzos sindicalistas fueron sofocados por esta táctica de propaganda.

P. ¿Cree que esta cuarentena podría ser el ensayo de una verdadera huelga general?

R. Ya estaba ocurriendo, incluso antes de la pandemia. En los últimos dos años hasta en EE UU ha habido un resurgimiento del poder de la huelga. Hasta los profesores de Estados conservadores no sindicalizados se manifestaron contra la destrucción de la enseñanza pública bajo los principios neoliberales; la pérdida de financiación, la masificación de las aulas, los programas basados en test diseñados para crear autómatas. Se manifestaron en Virginia, en Arizona, no solo para mejorar sus condiciones salariales sino para mejorar las condiciones de enseñanza. Y han conseguido un gran apoyo social, hasta en los Estados más reaccionarios. Luego hay industrias como General Motors. Hay una regeneración del movimiento obrero y de otros movimientos y no es marginal. Si no conseguimos alguna clase de Green New Deal [propuesta para transformar el sistema económico a través de una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero y la apuesta por la eficiencia energética] sucederá una desgracia.

“Las residencias se privatizaron con la plaga neoliberal, fueron a manos de fondos de inversión”

R. Usted ha estudiado a fondo las tácticas de propaganda para influir a la población. ¿Cómo piensan [en la Internacional Progresista] gestionar esa cuestión?

R. Hablemos de cosas concretas. Por ejemplo, la pandemia. Si no hablamos de su causa, la siguiente será inevitable y será peor que la anterior, por culpa del calentamiento global. ¿Cuánta atención se ha dedicado a la raíz del problema? Así es un sistema de propaganda eficiente: ignora lo importante. No quieres que la gente tenga ideas peligrosas. No digo que sea deliberado, creo que es automático, el acto reflejo de permanecer dentro del marco de la doctrina establecida. Otro ejemplo. Una de las cosas que hace esta administración para desviar la atención de sus crímenes es buscar cabezas de turco. Las políticas de Trump han matado a cientos de miles de personas pero no quiere que se sepa, así que echa la culpa a otro. Culpa a China, a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y es buena estrategia porque sus fans no aprecian las organizaciones internacionales. Son nacionalistas, supremacistas blancos, no quieren extranjeros metiéndose en sus asuntos. Pero ¿qué pasa cuando dejas de apoyar a la OMS? Matas a gente en Yemen, la peor crisis humanitaria del mundo, donde envían médicos, material sanitario, etcétera. Y en África, un sitio aún más grande y lleno de enfermedades. Pero ¿qué medios explican que, para optimizar sus posibilidades de reelección, Trump está matando a innumerables personas? Así funciona la propaganda: no prestes atención a los verdaderos crímenes y lo que los motiva. Si cuentas los crímenes, pero no explicas las estructuras institucionales en los que se dan, la gente no entiende lo que pasa y los crímenes se repiten.

R. Cuando habla del origen de la pandemia, ¿se refiere a nuestra relación con los animales?

R. Eso es solo una parte. El caldo de cultivo de esta pandemia es el capitalismo exacerbado por el neoliberalismo. En 2003 hubo una enorme epidemia de coronavirus, muy similar al actual, que fue contenida. Los científicos advirtieron, igual que hacen ahora, de que vendría otra. Pero no basta con saberlo, hay que hacer algo. ¿Quién podía haber hecho algo? Las farmacéuticas, que estaban hinchadas de recursos por mecanismos neoliberales, estaban bloqueadas por el capitalismo. Prevenir algo que va a ocurrir en dos años no da beneficios. El Gobierno, que financia la mayor parte de la investigación con dinero público, laboratorios nacionales, instituciones y universidades, estaban bloqueados por el neoliberalismo, que dice que no existe la sociedad, que el Gobierno es el problema y que todo debe estar en manos privadas. Ese es el origen.

“Las políticas de Trump han matado a cientos de miles de personas, pero él culpa a China, a la OMS”

R. Lo mismo pasa con la crisis climática y Silicon Valley

R. Para acabar con la crisis hay que acabar con las emisiones. Hay pequeñas start-ups que desarrollan soluciones para hacerlo, pero necesitan apoyo financiero y el Gobierno no las financia, porque el Gobierno es el problema. Y no pueden conseguir inversión privada porque es mucho más lucrativo financiar a Apple para que ponga cositas nuevas al iPhone que algo que salve a la humanidad de la destrucción.

P. Es difícil llegar a las personas en momentos de ansiedad con un mensaje que parece más aburrido que las teorías de la conspiración.

R. Pues cuando teníamos organizaciones activistas de trabajadores, estos eran exactamente los temas centrales de discusión. Cuando yo era niño, en los años treinta, había mucho desempleo en las familias de clase trabajadora, pero teníamos acceso a una buena educación y gran oferta cultural a través de los sindicatos. Había reuniones educativas, recursos educativos, alta cultura, pero estas eran las cuestiones vitales porque queríamos vivir en una sociedad pacífica. Los movimientos obreros se destruyen para evitar estas cosas. Para dejar a la gente aislada y atomizada, mirando la pantalla a solas, sin interactuar con los demás.

P. Hace 20 años de la contracumbre de Seattle, en medio hubo el movimiento Occupy. ¿Por qué no acaba de cuajar el activismo de izquierdas?

R. No estoy de acuerdo. Sanders perdió las primarias porque las personas que apoyan mayoritariamente sus propuestas, que son los jóvenes, no salieron a votar. Y los otros dos grandes bloques, que son los afroamericanos y mujeres, creyeron que Sanders no sería capaz de derrotar a Trump bajo el ataque permanente de los medios y del Comité Democrático Nacional, que odia tanto a Sanders que ha preferido perder las elecciones que perder el partido. Estamos muy cerca de una victoria de la izquierda, pero esta guerra no se gana con un disparo.

“Cuando yo era niño, había desempleo, pero teníamos acceso a la educación a través de los sindicatos”

P. ¿Qué le hace estar tan seguro?

R. Mira la lucha por los derechos de la mujer. No es como si alguien se levantara en 1965 y dijera vamos a lograr derechos para las mujeres. Es una larga lucha contra fuerzas poderosas. La abolición [de la esclavitud] llevó todavía más tiempo, la lucha por los derechos civiles es dura y brutal. El movimiento contra la guerra de los años sesenta fue atacado por los medios, era imposible llegar a las grandes cabeceras para hablar del tema. Pero se hizo fuerte y poderoso con sus propios medios de comunicación, como Rampart Magazine. No es fácil y nunca lo ha sido. No ocurre haciendo clic. El movimiento Sunrise ha puesto el Green New Deal sobre la mesa, igual que los activistas de los años sesenta y setenta atravesaron la barrera violenta y brutal del racismo. Y no era fácil. Te podían pegar, matar, podías ser brutalmente atacado por la policía. Pero lo atravesaron y consiguieron cosas. Así es como se hace. El poder no dice: toma, llévatelo.

P. Vemos de nuevo el uso del lenguaje para deshumanizar minorías y colectivos étnicos y religiosos. Como con la Caravana [de los migrantes latinoamericanos].

R. ¿Cómo lo trataría un medio independiente? Hay caravanas que vienen de Honduras. ¿Por qué Honduras? Hay un motivo: Honduras estuvo siempre bajo el control de un puñado de oligarcas y de empresas estadounidenses financiadas por el Gobierno. Pero hubo un movimiento de reforma, Manuel Zelaya ganó las elecciones y trató de trascender los aspectos represivos y brutales de la sociedad hondureña. Fue rápidamente expulsado por un golpe militar en 2009. Hubo protestas en todo el hemisferio occidental, con una excepción. Obama se negó a calificarlo de golpe militar porque, de haberlo hecho, tendría que dejar de enviar ayudas a la junta militar. Hubo unas elecciones fraudulentas que todos denunciaron salvo la administración Obama-Clinton. Mientras tanto, el país se convirtió en uno de los focos mundiales de asesinatos y masacres y la gente empezó a escapar en caravanas y se unieron personas de Guatemala que escapaban de la devastación que dejaron las guerras antiterroristas de Reagan. ¿Lees esta historia en algún periódico? ¿En EL PAÍS, en The New York Times? Eso es lo que hace el periodismo independiente.

“Estamos cerca de una victoria de la izquierda [en EEUU], pero esta guerra no se gana con un disparo”

P. Vamos a llevarlo al presente.

R. En EE UU, la mayor parte de las víctimas son ancianos en residencias. ¿Por qué mueren tantos allí? Porque las residencias se privatizaron durante la plaga neoliberal y quedaron en manos de fondos de inversión. Y esos hicieron lo que suelen, recortar por lo sano: servicios, personal, material. Pasa cualquier cosa y todo se desploma. Pero hay más. Hay un puñado de grandes empresas que gestionan la mayor parte de las residencias y su gestión ha sido alabada públicamente por Trump. Porque es uno de sus principales inversores. Ahí tienes un clan de empresas millonarias financiando al presidente más reaccionario de la historia de EE UU matando a personas en las residencias de ancianos. Pero se publica: gente muere en residencias de ancianos. El resto de las muertes que no son ancianos: son abrumadoramente pobres negros y latinos. ¿La ley de la naturaleza? No, es por la manera en la que están obligados a vivir y trabajar. Trump ordena mantener las cárnicas abiertas. América necesita filetes de solomillo. Las empacadoras tienen condiciones laborales terribles. No están vigiladas por las organizaciones gubernamentales de Salud y Seguridad de trabajo y consumo: el Gobierno es el problema. La gente pierde dedos y se muere. ¿Y quiénes se ven obligados a aceptar esos empleos? Negros, portoriqueños, latinos. Así que mucho coronavirus, muchos muertos.

domingo, 3 de mayo de 2020

Experto en fauna silvestre por Covid-19: “La grosera intervención de la naturaleza tiene serios efectos sobre la biodiversidad y la supervivencia humana”

Mauricio Valiente - Foto: Codeff
Los estados y gobiernos deben plantear seriamente una nueva relación más armónica con la naturaleza, pues su depredación lleva al desequilibrio natural que las especies han alcanzado en miles de años de evolución, advierte Mauricio Valiente, investigador y director de CODEFF. 
Mauricio Valiente Olivares (59) es profesor de biología de la Universidad de Chile, académico en fauna silvestre, presidente del Comité Chileno de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y punto focal de Birdlife International. Además es secretario general de la Corporación Nacional por la Defensa de la Fauna y Flora (CODEFF), donde está a cargo del programa de biodiversidad en la Región del Maule.
Por Ricardo Bustamante P. | Publicación ORiginal 
¿A qué se debe la aparición de distintas especies de animales silvestres en grandes ciudades en el marco de esta pandemia?
La fauna silvestre siempre ha vivido cerca de las ciudades, por sus hábitos; la presencia del ser humano y actividades cotidianas (movimiento, transporte) y no nos dábamos cuenta. Hoy, por las medidas impuestas por la pandemia, es que algunos animales se atreven a explorar nuevos ambientes, en calles, parques o jardines de las propias casas.
Se ha hablado de una “recolonización” de la fauna silvestre de sus antiguos territorios. Ahora nosotros somos los atemorizados y se han liberado los que nos tenían miedo, una gran paradoja.
Los seres humanos hemos ido arrinconando a la fauna silvestre a espacios más pequeños, hemos contaminado, fragmentado, eliminado gran parte de su hábitat. Muchas especies de animales silvestres se han acostumbrado a vivir en ambientes antropizados y los ocupan desde hace mucho tiempo, pero no solo unos pocos se daban cuenta de esto. Hoy en un ambiente más tranquilo, podemos darnos cuenta, hay tiempo de observar lo que ocurre en nuestro entorno. Por otra parte, muchos animales en estos ambientes de tranquilidad amplían su territorio de búsqueda de alimento, no sé si el término recolonización es correcto, pero la fauna silvestre puede recuperar lo que se llama el ámbito de hogar, es decir, recuperar el territorio que a cada especie le corresponde para su viabilidad, que puede ser de unos pequeños metros, hasta kilómetros.
Si el aislamiento dura mucho tiempo, ¿podría llegar a darse en algún grado el concepto llamado “sucesión ecológica”?
La sucesión ecológica corresponde a una serie de cambios que se van dando de manera progresiva en las especies que componen una comunidad a través del tiempo, en algunos casos en mucho tiempo. En lo que llamamos sucesión secundaria, un área ocupada previamente por seres vivos es alterada y ocurre una nueva colonización después de la alteración. En este caso, no creo que exista esa nueva colonización por fauna o flora silvestre, ya que una vez que nos recuperemos de la pandemia, esos espacios que están más tranquilos, volverán a ser ocupados por las personas y las actividades antrópicas nuevamente provocarán la retirada de la fauna silvestre.
¿La acción o depredación humana sobre la naturaleza está detrás del origen del coronavirus? En relación a la ocupación de sus espacios naturales, el tráfico de animales exóticos, entre otros.
Hasta ahora parece existir consenso en la comunidad científica en que en un ecosistema saludable existe un equilibrio entre los individuos que transportan organismos patógenos y los que no los tienen. En su estado natural hay más especies sanas que contagiadas por patógenos, una vez que se altera la naturaleza, ya sea por depredación, pérdida o fragmentación de hábitat, tráfico de animales para alimentación o para mascotas, provoca la pérdida de este equilibrio y la posibilidad de que individuos contagiados traspasen estos patógenos al ser humano, aumenta considerablemente. Al parecer es lo que ocurrió con el SARS COV2, en la que hay algunas especies de animales silvestres involucradas como hospederos y transmisores.
No debemos dejar de lado el Cambio Climático, en el cual uno de sus efectos es el derretimiento de glaciares, dejando despejadas grandes extensiones de terreno en los cuales ya se han registrado virus y otros patógenos, muchos de ellos, desconocidos para el ser humano.
¿Esto nos enseña que en adelante los estados y gobiernos del mundo deben procurar una nueva relación del hombre con su entorno natural?
Evidentemente, esperamos que esta epidemia sirva como una gran enseñanza para el ser humano; que los estados y gobiernos entiendan que la intervención grosera que estamos haciendo a la naturaleza tendrá grandes efectos sobre la biodiversidad, y en especial sobre el ser humano. Debemos plantear seriamente una nueva relación más armónica con la naturaleza o estaremos poniendo en riesgo la supervivencia humana.

“Este modelo consumista promueve la depredación de la naturaleza, sin importar la consecuente pérdida de biodiversidad.”

¿El covid-19 es ejemplo de la relación tóxica del modelo económico y productivo con la naturaleza?
El modelo económico y productivo imperante en el mundo promueve el consumo a gran escala, esto a su vez impulsa el extractivismo también a gran escala. Este modelo consumista promueve la depredación de la naturaleza, sin importar la consecuente pérdida de biodiversidad, la pérdida de los servicios ecosistémicos que ésta presta al ser humano, y junto con ello se provoca la pérdida del equilibrio natural que las especies han alcanzado a través de miles de años de evolución, lo que entre otros efectos aparecen estas zoonosis como el covid 19.
Y las preguntas sello de #CausasyBeats: ¿Qué líder social, político, cultural o de otro tipo te inspira? ¿Y por qué?
Tensing Gyatso, el décimo-cuarto Dalai Lama, autodefinido como un simple monje budista, que ha entregado su vida a promover el altruismo y la compasión entre los seres humanos y el respeto hacia  todas las especies de seres sintientes. A su vez ha difundido el conocimiento del ser humano desde la perspectiva budista y ha creado puentes entre la ciencia occidental y el budismo. También ha sido un incansable luchador por la liberación del Tíbet a través de vías pacíficas, principios que comparto plenamente.
Escoge un disco o canción que identifique tu causa.
La canción Padre de Joan Manuel Serrat.
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[El propósito de la difusión de presente nota no es otro más que informar y poner en conocimiento de la opinión pública un tema relevante desde nuestra visión y principios como organización ambiental compartimos plenamente.
Escrito por Ricardo Bustamante P. | Publicación ORiginal en causasybeats.cl]

martes, 21 de abril de 2020

La Crisis Total de una pandémica Humanidad

Cuando oí acerca del Coronavirus, lo primero que pensé fue en la ironía que representa su nombre en nuestro tenso momento actual. En medio de un estallido para algunos y una insurreción social para otros, aparece este virus: simbólico; inocente, si surge espontáneo desde una manifestación natural u orgánica que, de pronto, se convierte en una situación crítica de gran escala, de proporciones, en la más grave pandemia del último siglo; como grito desesperado de un planeta que nos obliga a descifrar su mensaje. Por otro lado, si fuere inducido o provocado, obviamente, pierde toda absolución y habría que escarbar en su trasfondo y oscuros intereses (contexto y tema para otro análisis).
La ironía, odiosa y burlona, posiciona hoy a un virus como un enemigo sorprendente, sorpresivo, conviniendo que el Coronavirus, SARS Cov-2 o Covid-19, obliga a sociedades y naciones del mundo civilizado a trabajar de manera conjunta ante la incertidumbre ocasionada por este irreverente, espontáneo y desconodido enemigo mortal.
Paradojas del mundo civilizado, que un virus sea el que detenga el pulso actual, la rutina, la máquina de las sociedades occidentales de orden capitalista y que, en una suerte de pausa obligada hacia un surrealismo distópico, ha detenido o disminuido la marcha de la oferta y la demanda; esa que todo lo promueve, expone, transa o vende a quien goza del poder de compra (real o plástico, da igual). Una máquina que se pensaba imparable y que una pandemia, un minúsculo e inesperado virus, ha puesto en jaque; afectando economía (precio del petróleo primera vea en negativo en la historia, -US$37), formas de vida y culturas; haciendo trizas el castillo de naipes de una economía que obliga a repensar pétreos modelos o paradigmas; esa ironía bizarra de que un misíl de cientos de miles de dólares lanzado de un avión de millones de esos mismos dólares, y que bombardean comunidades y poblados donde cada persona que allí reside no logra llegar al dolar al día, nos demuestra, trágicamente, lo importante, lo esencial y, finalmente, es ese mismo microscópico bicho el que nos despabila y enseña la fuerza y necesidad del tacto, la magia de un abrazo, la importancia sin igual de un beso sincero cuando no existe, cuando no está, cuando una caricia se convierte, de pronto, en un sueño; un imposible. 

¿Cuándo podré recuperar el abrazo de mi madre, de mis hermanos y mis seres queridos? ¿Quién o qué, al fin del día, es el responsable de esta pandemia? ¿Será el planeta usufructuado; seremos otros?

Si abrimos el espectro en nuestro universo local, si retiramos la cortina, disipamos esa espesa niebla, ese hedor que supura desde la corrupción y el miedo utilizado para manipular masas imposibles de reaccionar, esclavos del consumo, del crédito, de la deuda y el interés de mercado, aquellos usados como mecanismos o herramientas de control social en una gobernabilidad subordinada, inestable, dubitativa; vergonzosa, indolente; de gran poder de improvisación, irritante en ocasiones, mentirosa dicen en otras, donde su esfuerzo se concentra en poder guiar un barco feble con una desaprobación de números, según expertos, irreversibles, quedando en la legendaria odisea de amagar la tormenta y tratar de navegar los dos próximos años, que se sospechan larguísimos, que aún le quedan al actual gobierno. Todo un desafío con el lamentable, triste e indeseado, desempeño actual. Coronavirus; un salvavidas.
La Teoría del Caos hoy aplica con urgencia. Debemos reaccionar después de analizar en donde estamos para levantarnos y aprender a continuar. No queda tiempo, ni margen para más errores. Por orgullo, dignidad y respeto al futuro de la tierra, de nuestro hogar; por nuestro legado y aspirar encontrar el camino para comprender de que manera sociedad y naturaleza convivirán respetuosa y complementariamente en el futuro; sobre que soporte regirán nuestras ciudades las siguientes generaciones.

¿Por qué no nos preocupa y no es una prioridad, a pesar de todo? ¿A qué se debe la incapacidad de un verdadero, necesario y urgente Pacto Verde o EcoSocial? ¿Se entiende la gravedad del colapso y/o la necesidad de repensarnos como sociedades?

Si comparamos la crisis, insurrección o estallido social en su contexto, y podemos extrapolarlo a otras épocas podríamos convenir que nuestra situación actual merece atención desde múltiples dimensiones, lo que nos permitiría (espero) viabilizar soluciones tendientes a protegernos, ayudarnos y evitar disgregarnos como sociedad en esta suerte de atomización dirigida para debillitar la participación e incidencia social y, desde la desconexión o inexistencia de vínculos, familiares, de amistades u otros, se va generando una apatía, desde el individuo, que se excacerba en el plano personal físico-psocológico a través la comunicación virtual. La adaptación, ipso facto, no ha sido, ni será fácil. 
En 1973, la crisis socio política chilena, derivó en una dictadura implacable que, hasta el día de hoy, divide a nuestra sociedad y que, hace casi 47 años, usó poder militar con influencia civil y extranjera, para hacerse, a través de las armas, del control del estado. Una revolución desde arriba, con el poder bélico público y de la economía; con una iglesia protagonista, y en cierto modo en ese contexto, respetada. Con financiamiento externo en una maraña ya conocida. Todo lo contrario de lo desarrollado desde el 18 de octubre de 2019, donde lo que surge es una revuelta, que ya llevaba un par de años estableciéndose y que politica "no vió venir"; y, una insurrección desde abajo, fuera de un espectro político, hoy, totalmente diluido y desdibujado, fuera de tiempo, incluso, corrupto y deslegitimado por la distancia, de esta suerte de casta o aristocracia política, de este olimpo del intelecto, siempre, subordinado al poder económico imperante desde un estado central que se arrodilla y dispone todo al capital; y, es desde ahí, donde se discuten y se redactan las leyes entre los incumbentes, donde nace la cleptocracia; desde una constitución obsoleta, hoy más que nunca. Además, con una iglesia transversalmente golpeada, humillada y ausente. 
Entre 1918 y 1920 surgió una pandemia ("Gripe española") que mató millones de personas. Hoy, cien años después, surge una nueva pandemia que pone en jaque sistemas de prevención de salud, en donde la displicencia de algunos países, sus autoridades y ciudadanos, lo han convertido en una real catástrofe que impacta directamente la economía mundial y desafía a los mejores (como el "nuestro") sistemas médicos públicos del mundo. Con un cantinfleo digno de análisis por parte de los profesionales de la política nacional. 
No obstante, en este vertiginoso, distópico y bizarro año 2020, es preciso ir más allá y salirse del cuadro inmediato, del tiempo más cercano. Porque si hablamos de crisis, ante todo, ésta comienza y termina siendo una crisis total de empatía, de generosidad; y de humanidad. 
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jueves, 2 de abril de 2020

Pandemia y crisis climática, desafíos para un nuevo pacto social #SCAC

Declaración de SCAC ante postergación de la COP 26 

A causa de la pandemia Covid-19 se ha anunciado la postergación de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), que debía ocurrir en noviembre de este año. Desde la Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC) apoyamos esta decisión y consideramos que está a la altura de la crisis sanitaria que enfrentamos. Pero ¿Estaremos a la altura para enfrentar la crisis climática y ecológica?
Esta postergación, no es sinónimo de que los Estados puedan dejar de lado sus compromisos climáticos ni ambientales. La vulnerabilidad frente al cambio climático y la contaminación atmosférica nos hace más sensibles a este tipo de emergencias: Comunidades sin agua, como La Ligua y Petorca, no pueden cumplir con los mínimos de higiene necesarios y las personas que viven en zonas de sacrificio ambiental, como Coronel, Quintero, Puchuncaví y Ventanas, por mencionar solo algunas, se verán afectadas más gravemente al ser más susceptibles a padecer problemas respiratorios.
Esta crisis sanitaria está relacionada con la destrucción de la naturaleza y la pérdida de hábitats naturales de las otras especies; con la forma en la que nos alimentamos y conseguimos ese alimento y también en cómo nos entendemos como sociedad. Es por eso que hay que abordarla desde todos esos lugares.
Así mismo, las medidas de reactivación económica que pensemos, deben reconocer la oportunidad para acelerar la transición económica hacia un modelo centrado en el cuidado de las personas, la preservación de la vida y la una relación armónica entre la sociedad y el medio ambiente, avanzando hacia una sociedad más justa y equitativa. Es por ello que el proceso que enfrentamos no puede sacrificar los compromisos climáticos ni vulnerar los derechos humanos, debe enraizarse en ellos y utilizarlos como punto de partida.
Sería una enorme contradicción, en medio de esta crisis sanitaria así como en un futuro escenario de reactivación económica, que el Estado rescate empresas contaminantes, que dañen el medioambiente o vulneren derechos. Los recursos estatales se deben invertir en apoyar emprendimientos limpios, generar empleos en sectores compatibles con la salud y compromisos climáticos, en fomentar la investigación aplicada sobre los efectos antrópicos en nuestro territorio, con transferencia educativa hacia nuestras comunidades.
Este año no habrá COP 26, pero es el momento para que las naciones del mundo se replanteen sus compromisos y tal vez el mecanismo que se está utilizando para alcanzarlo, ya que en 26 años de negociaciones, seguimos estando muy atrás en lo que se requiere para mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5ºC. Esta crisis marcará un nuevo comienzo, en el que tenemos la oportunidad de acelerar las medidas para la preservación ambiental, el cuidado de la naturaleza y de las personas, lo cual será clave para seguir escribiendo la historia de la humanidad. 
Descargar declaración AQUÏ