Buscar este blog

Mostrando entradas con la etiqueta COVID19. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta COVID19. Mostrar todas las entradas

martes, 16 de junio de 2020

Una reactivación económica que proteja la vida (Declaración SCAC ante acuerdo COVID celebrado por el gobierno y algunos partidos de la oposición)

Chile requiere con urgencia una economía compatible con los sistemas que sostienen la vida para permitir la sostenibilidad del futuro y de nuestro propio desarrollo. Urge construir una sociedad resiliente ante los riesgos que nos ha expuesto y agudizado esta pandemia. Para ello se requiere un sistema político, social y económico, que sitúe en la base de la toma de decisión política la salud humana y ecosistémica.
La reactivación económica propuesta por el gobierno y tres partidos de la oposición, habla de un impulso fiscal a la reactivación que incluye un “énfasis verde”, pero que olvida avanzar en materias indispensables en esta área como son: la transición energética, el reacondicionamiento de viviendas de familias de menores ingresos, la tecnificación del riego para los pequeños productores agrícolas y la restauración de ecosistemas, entre otros.
Rechazamos todo intento de disminuir los estándares ambientales en relación con la tramitación de proyectos de inversión. Es claro que la pandemia actual y otras emergencias sanitarias, se relacionan directamente con un mal manejo y el abuso de la intervención humana en los ecosistemas.
Exigimos que todo beneficio tributario o crediticio a grandes empresas, sea condicionado al cumplimiento de requisitos específicos medioambientales y de justicia social. Vemos con desconfianza el deseo de agilizar concesiones de nuestros bienes comunes naturales, ya que tal como se ha producido hasta ahora, estas concesiones han resultado en la degradación de tierra, ríos, mar y borde costero.
En Chile aún faltan normas de calidad y se requiere contar con legislación que realmente proteja los bienes comunes. En este sentido urge contar con un Sistema de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), aprobar una ley de protección de glaciares y una ley de delitos ambientales, que son proyectos que se han visto entrampados en el Congreso. Por esto también es urgente rechazar el proyecto Pro-Inversión del Ejecutivo, que tiene una lógica de la degradación de la naturaleza.
Las medidas económicas deben estar al servicio de sostener la vida. Hoy existen territorios en Chile donde las personas enfrentan esta emergencia sanitaria en graves condiciones de injusticia ambiental, como comunidades completas que ni siquiera tienen acceso al agua para lavarse las manos en la pandemia o quienes viven en las denominadas “Zonas de Sacrificio”, y deben enfrentar el coronavirus con sus sistemas respiratorios deprimidos y altos índices de contaminación, aumentando letalidad del virus
El COVID 19, el estallido social y la crisis económica, hacen evidente que el modelo en el que vivimos hasta ahora, fracasó. Es urgente una propuesta de país que nos permita reconstruirnos para el futuro, aprendiendo de todo lo que por décadas hemos hecho mal. La normalidad económica y social de Chile se quebró en octubre, y hoy requerimos construir un modelo diferente, en donde exista justicia social y ambiental.

domingo, 3 de mayo de 2020

Experto en fauna silvestre por Covid-19: “La grosera intervención de la naturaleza tiene serios efectos sobre la biodiversidad y la supervivencia humana”

Mauricio Valiente - Foto: Codeff
Los estados y gobiernos deben plantear seriamente una nueva relación más armónica con la naturaleza, pues su depredación lleva al desequilibrio natural que las especies han alcanzado en miles de años de evolución, advierte Mauricio Valiente, investigador y director de CODEFF. 
Mauricio Valiente Olivares (59) es profesor de biología de la Universidad de Chile, académico en fauna silvestre, presidente del Comité Chileno de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y punto focal de Birdlife International. Además es secretario general de la Corporación Nacional por la Defensa de la Fauna y Flora (CODEFF), donde está a cargo del programa de biodiversidad en la Región del Maule.
Por Ricardo Bustamante P. | Publicación ORiginal 
¿A qué se debe la aparición de distintas especies de animales silvestres en grandes ciudades en el marco de esta pandemia?
La fauna silvestre siempre ha vivido cerca de las ciudades, por sus hábitos; la presencia del ser humano y actividades cotidianas (movimiento, transporte) y no nos dábamos cuenta. Hoy, por las medidas impuestas por la pandemia, es que algunos animales se atreven a explorar nuevos ambientes, en calles, parques o jardines de las propias casas.
Se ha hablado de una “recolonización” de la fauna silvestre de sus antiguos territorios. Ahora nosotros somos los atemorizados y se han liberado los que nos tenían miedo, una gran paradoja.
Los seres humanos hemos ido arrinconando a la fauna silvestre a espacios más pequeños, hemos contaminado, fragmentado, eliminado gran parte de su hábitat. Muchas especies de animales silvestres se han acostumbrado a vivir en ambientes antropizados y los ocupan desde hace mucho tiempo, pero no solo unos pocos se daban cuenta de esto. Hoy en un ambiente más tranquilo, podemos darnos cuenta, hay tiempo de observar lo que ocurre en nuestro entorno. Por otra parte, muchos animales en estos ambientes de tranquilidad amplían su territorio de búsqueda de alimento, no sé si el término recolonización es correcto, pero la fauna silvestre puede recuperar lo que se llama el ámbito de hogar, es decir, recuperar el territorio que a cada especie le corresponde para su viabilidad, que puede ser de unos pequeños metros, hasta kilómetros.
Si el aislamiento dura mucho tiempo, ¿podría llegar a darse en algún grado el concepto llamado “sucesión ecológica”?
La sucesión ecológica corresponde a una serie de cambios que se van dando de manera progresiva en las especies que componen una comunidad a través del tiempo, en algunos casos en mucho tiempo. En lo que llamamos sucesión secundaria, un área ocupada previamente por seres vivos es alterada y ocurre una nueva colonización después de la alteración. En este caso, no creo que exista esa nueva colonización por fauna o flora silvestre, ya que una vez que nos recuperemos de la pandemia, esos espacios que están más tranquilos, volverán a ser ocupados por las personas y las actividades antrópicas nuevamente provocarán la retirada de la fauna silvestre.
¿La acción o depredación humana sobre la naturaleza está detrás del origen del coronavirus? En relación a la ocupación de sus espacios naturales, el tráfico de animales exóticos, entre otros.
Hasta ahora parece existir consenso en la comunidad científica en que en un ecosistema saludable existe un equilibrio entre los individuos que transportan organismos patógenos y los que no los tienen. En su estado natural hay más especies sanas que contagiadas por patógenos, una vez que se altera la naturaleza, ya sea por depredación, pérdida o fragmentación de hábitat, tráfico de animales para alimentación o para mascotas, provoca la pérdida de este equilibrio y la posibilidad de que individuos contagiados traspasen estos patógenos al ser humano, aumenta considerablemente. Al parecer es lo que ocurrió con el SARS COV2, en la que hay algunas especies de animales silvestres involucradas como hospederos y transmisores.
No debemos dejar de lado el Cambio Climático, en el cual uno de sus efectos es el derretimiento de glaciares, dejando despejadas grandes extensiones de terreno en los cuales ya se han registrado virus y otros patógenos, muchos de ellos, desconocidos para el ser humano.
¿Esto nos enseña que en adelante los estados y gobiernos del mundo deben procurar una nueva relación del hombre con su entorno natural?
Evidentemente, esperamos que esta epidemia sirva como una gran enseñanza para el ser humano; que los estados y gobiernos entiendan que la intervención grosera que estamos haciendo a la naturaleza tendrá grandes efectos sobre la biodiversidad, y en especial sobre el ser humano. Debemos plantear seriamente una nueva relación más armónica con la naturaleza o estaremos poniendo en riesgo la supervivencia humana.

“Este modelo consumista promueve la depredación de la naturaleza, sin importar la consecuente pérdida de biodiversidad.”

¿El covid-19 es ejemplo de la relación tóxica del modelo económico y productivo con la naturaleza?
El modelo económico y productivo imperante en el mundo promueve el consumo a gran escala, esto a su vez impulsa el extractivismo también a gran escala. Este modelo consumista promueve la depredación de la naturaleza, sin importar la consecuente pérdida de biodiversidad, la pérdida de los servicios ecosistémicos que ésta presta al ser humano, y junto con ello se provoca la pérdida del equilibrio natural que las especies han alcanzado a través de miles de años de evolución, lo que entre otros efectos aparecen estas zoonosis como el covid 19.
Y las preguntas sello de #CausasyBeats: ¿Qué líder social, político, cultural o de otro tipo te inspira? ¿Y por qué?
Tensing Gyatso, el décimo-cuarto Dalai Lama, autodefinido como un simple monje budista, que ha entregado su vida a promover el altruismo y la compasión entre los seres humanos y el respeto hacia  todas las especies de seres sintientes. A su vez ha difundido el conocimiento del ser humano desde la perspectiva budista y ha creado puentes entre la ciencia occidental y el budismo. También ha sido un incansable luchador por la liberación del Tíbet a través de vías pacíficas, principios que comparto plenamente.
Escoge un disco o canción que identifique tu causa.
La canción Padre de Joan Manuel Serrat.
-
[El propósito de la difusión de presente nota no es otro más que informar y poner en conocimiento de la opinión pública un tema relevante desde nuestra visión y principios como organización ambiental compartimos plenamente.
Escrito por Ricardo Bustamante P. | Publicación ORiginal en causasybeats.cl]

martes, 21 de abril de 2020

La Crisis Total de una pandémica Humanidad

Cuando oí acerca del Coronavirus, lo primero que pensé fue en la ironía que representa su nombre en nuestro tenso momento actual. En medio de un estallido para algunos y una insurreción social para otros, aparece este virus: simbólico; inocente, si surge espontáneo desde una manifestación natural u orgánica que, de pronto, se convierte en una situación crítica de gran escala, de proporciones, en la más grave pandemia del último siglo; como grito desesperado de un planeta que nos obliga a descifrar su mensaje. Por otro lado, si fuere inducido o provocado, obviamente, pierde toda absolución y habría que escarbar en su trasfondo y oscuros intereses (contexto y tema para otro análisis).
La ironía, odiosa y burlona, posiciona hoy a un virus como un enemigo sorprendente, sorpresivo, conviniendo que el Coronavirus, SARS Cov-2 o Covid-19, obliga a sociedades y naciones del mundo civilizado a trabajar de manera conjunta ante la incertidumbre ocasionada por este irreverente, espontáneo y desconodido enemigo mortal.
Paradojas del mundo civilizado, que un virus sea el que detenga el pulso actual, la rutina, la máquina de las sociedades occidentales de orden capitalista y que, en una suerte de pausa obligada hacia un surrealismo distópico, ha detenido o disminuido la marcha de la oferta y la demanda; esa que todo lo promueve, expone, transa o vende a quien goza del poder de compra (real o plástico, da igual). Una máquina que se pensaba imparable y que una pandemia, un minúsculo e inesperado virus, ha puesto en jaque; afectando economía (precio del petróleo primera vea en negativo en la historia, -US$37), formas de vida y culturas; haciendo trizas el castillo de naipes de una economía que obliga a repensar pétreos modelos o paradigmas; esa ironía bizarra de que un misíl de cientos de miles de dólares lanzado de un avión de millones de esos mismos dólares, y que bombardean comunidades y poblados donde cada persona que allí reside no logra llegar al dolar al día, nos demuestra, trágicamente, lo importante, lo esencial y, finalmente, es ese mismo microscópico bicho el que nos despabila y enseña la fuerza y necesidad del tacto, la magia de un abrazo, la importancia sin igual de un beso sincero cuando no existe, cuando no está, cuando una caricia se convierte, de pronto, en un sueño; un imposible. 

¿Cuándo podré recuperar el abrazo de mi madre, de mis hermanos y mis seres queridos? ¿Quién o qué, al fin del día, es el responsable de esta pandemia? ¿Será el planeta usufructuado; seremos otros?

Si abrimos el espectro en nuestro universo local, si retiramos la cortina, disipamos esa espesa niebla, ese hedor que supura desde la corrupción y el miedo utilizado para manipular masas imposibles de reaccionar, esclavos del consumo, del crédito, de la deuda y el interés de mercado, aquellos usados como mecanismos o herramientas de control social en una gobernabilidad subordinada, inestable, dubitativa; vergonzosa, indolente; de gran poder de improvisación, irritante en ocasiones, mentirosa dicen en otras, donde su esfuerzo se concentra en poder guiar un barco feble con una desaprobación de números, según expertos, irreversibles, quedando en la legendaria odisea de amagar la tormenta y tratar de navegar los dos próximos años, que se sospechan larguísimos, que aún le quedan al actual gobierno. Todo un desafío con el lamentable, triste e indeseado, desempeño actual. Coronavirus; un salvavidas.
La Teoría del Caos hoy aplica con urgencia. Debemos reaccionar después de analizar en donde estamos para levantarnos y aprender a continuar. No queda tiempo, ni margen para más errores. Por orgullo, dignidad y respeto al futuro de la tierra, de nuestro hogar; por nuestro legado y aspirar encontrar el camino para comprender de que manera sociedad y naturaleza convivirán respetuosa y complementariamente en el futuro; sobre que soporte regirán nuestras ciudades las siguientes generaciones.

¿Por qué no nos preocupa y no es una prioridad, a pesar de todo? ¿A qué se debe la incapacidad de un verdadero, necesario y urgente Pacto Verde o EcoSocial? ¿Se entiende la gravedad del colapso y/o la necesidad de repensarnos como sociedades?

Si comparamos la crisis, insurrección o estallido social en su contexto, y podemos extrapolarlo a otras épocas podríamos convenir que nuestra situación actual merece atención desde múltiples dimensiones, lo que nos permitiría (espero) viabilizar soluciones tendientes a protegernos, ayudarnos y evitar disgregarnos como sociedad en esta suerte de atomización dirigida para debillitar la participación e incidencia social y, desde la desconexión o inexistencia de vínculos, familiares, de amistades u otros, se va generando una apatía, desde el individuo, que se excacerba en el plano personal físico-psocológico a través la comunicación virtual. La adaptación, ipso facto, no ha sido, ni será fácil. 
En 1973, la crisis socio política chilena, derivó en una dictadura implacable que, hasta el día de hoy, divide a nuestra sociedad y que, hace casi 47 años, usó poder militar con influencia civil y extranjera, para hacerse, a través de las armas, del control del estado. Una revolución desde arriba, con el poder bélico público y de la economía; con una iglesia protagonista, y en cierto modo en ese contexto, respetada. Con financiamiento externo en una maraña ya conocida. Todo lo contrario de lo desarrollado desde el 18 de octubre de 2019, donde lo que surge es una revuelta, que ya llevaba un par de años estableciéndose y que politica "no vió venir"; y, una insurrección desde abajo, fuera de un espectro político, hoy, totalmente diluido y desdibujado, fuera de tiempo, incluso, corrupto y deslegitimado por la distancia, de esta suerte de casta o aristocracia política, de este olimpo del intelecto, siempre, subordinado al poder económico imperante desde un estado central que se arrodilla y dispone todo al capital; y, es desde ahí, donde se discuten y se redactan las leyes entre los incumbentes, donde nace la cleptocracia; desde una constitución obsoleta, hoy más que nunca. Además, con una iglesia transversalmente golpeada, humillada y ausente. 
Entre 1918 y 1920 surgió una pandemia ("Gripe española") que mató millones de personas. Hoy, cien años después, surge una nueva pandemia que pone en jaque sistemas de prevención de salud, en donde la displicencia de algunos países, sus autoridades y ciudadanos, lo han convertido en una real catástrofe que impacta directamente la economía mundial y desafía a los mejores (como el "nuestro") sistemas médicos públicos del mundo. Con un cantinfleo digno de análisis por parte de los profesionales de la política nacional. 
No obstante, en este vertiginoso, distópico y bizarro año 2020, es preciso ir más allá y salirse del cuadro inmediato, del tiempo más cercano. Porque si hablamos de crisis, ante todo, ésta comienza y termina siendo una crisis total de empatía, de generosidad; y de humanidad. 
-

Urge suspensión Total de Plazos del Sistema de Evaluación Ambiental

Ante la continuidad de la operación del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental durante la actual crisis sanitaria, los abajo firmantes declaramos lo siguiente:
  • Desde que se iniciara la pandemia del Covid-19, se han alzado diversas vocesciudadanas emplazando al Ministerio de Medio Ambiente y al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) a suspender los plazos de tramitación de los proyectos de inversión. Esto, debido a la inequidad que se produce en tanto comunidades y afectados no están en igualdad de condiciones con el sector privado para participar en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
  • La respuesta del director del SEA ha sido que no se ha suspendido el trámite de los proyectos porque tanto las empresas como la ciudadanía pueden seguir su tramitación por vía electrónica. Lo anterior produce un tremendo desbalance, debido a que no todos y todas tienen acceso e información para ejercer virtualmente sus derechos.
  • Más aún, hoy hemos sido testigos de cómo la Comisión de Evaluación Ambiental de Valparaíso voto a favor de un proyecto de inversión que se emplaza en la comuna de Putaendo, correspondiente a sondajes de la Compañía Minera Vizcachitas Holding, propiedad de la canadiense Los Andes Coppers. Dicha aprobación, genera una tremenda angustia entre la población que se opone a la iniciativa, la que con justa razón solicita que se hagan gestiones que les permitan participar del proceso. Peor aún, al no obtener respuesta de las autoridades, no tienen otra alternativa que manifestarse en la defensa de sus territorios, exponiéndose al contagio en plena crisis sanitaria.
  • Hoy, los plazos para reclamar administrativa y judicialmente sobre los distintos actos de la autoridad siguen corriendo, sin embargo, los abogados no pueden reunirse con sus representados para preparar las acciones, lo que afecta gravemente el acceso a la justicia ambiental que, según la ministra Carolina Schmidt, Chile ya tiene incorporada en su legislación. Tal es el motivo para no firmar el Acuerdo de Escazú.
  • Hoy, declaramos que no se puede seguir exponiendo a la población. Así lo han entendido la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados y Diputadas, que despachó la semana pasada un proyecto de ley que busca suspender los plazos del SEIA. A su vez, la Comisión de Medio Ambiente del Senado emplazó a Schmidt sobre el tema, quien indicó que los plazos del SEIA ya se encontraban suspendidos, sin especificar la medida.
  • Es por eso que las organizaciones de la sociedad civil, movimientos ciudadanos, parlamentarios, organizaciones de trabajadores y trabajadoras, abajo firmantes, hacemos un llamado a las autoridades para que sean conscientes del problema y tomen las medidas administrativas que permitan suspender los plazos del SEIA, con el fin de dar la seguridad a la población y a los mismos trabajadores y trabajadoras ante el avance de la pandemia. Esto, con el fin de que no se expongan a contraer la enfermedad, así como también que se realice la correcta evaluación de los proyectos, con la participación, acceso, democracia y justicia ambiental que merece este tipo de procesos.
Firman:

Organizaciones de la Sociedad Civil
  • Corporación Privada para el Desarrollo, Aysén.
  • Fundación Chile Sustentable.
  • Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC), Magallanes.
  • Organización Ciudadanos y Clima.
  • Observatorio Ciudadano.
  • Federación Nacional de Trabajadores del Medio Ambiente (Fenatrama).
  • Ecosistemas.
  • Corporación La Caleta.
  • Movimiento Movilizándonos por una cultura de Derechos de la Niñez.
  • Grupo Opsal.
  • Fundación Glaciares Chilenos.
  • Centro Ecosocial Latinoamericano.
  • Fundación Newenko
  • Agrupación Socioambiental Putaendo Resiste.
  • Fundación FIMA.
  • Cverde.
  • Fundación el Árbol.
  • ONG CEUS Chile.
  • Corporación El Canelo.
  • Fundación Plantae.
  • Colegio de Ingenieros en Recursos Naturales (CIRN).
  • Comisión Medioambiente y Sustentabilidad del Partido por la Democracia
  • Vigilante Costero ONG, Waterkeeper Chile
  • Andrea Sanhueza, Representante de la Sociedad civil para el Convenio de Escazú.
Senadoras y Senadores:
  • Senadora Isabel Allende (PS)- Región de Valparaíso
  • Senador Alfonso De Urresti (PS) – Región de Los Ríos
  • Senadora Ximena Ordenes (I)- Región de Aysén.
Diputadas y Diputados:
  • Diputada Catalina Pérez (RD) – Distrito 3 – Región de Antofagasta.
  • Diputada Daniella Cicardini (PS)- Distrito 4- Región de Atacama.
  • Diputada Carolina Marzán (PPD)- Distrito 6- Región de Valparaíso.
  • Diputado Diego Ibáñez (CS)- Distrito 6- Región de Valparaíso.
  • Diputado Pablo Vidal (RD) -Distrito 8 – Región Metropolitana.
  • Diputada Cristina Girardi (PPD)- Distrito 9- Región Metropolitana.
  • Diputado Amaro Labra (PC) – Distrito 12- Región Metropolitana.
  • Diputada Loreto Carvajal (PPD)- Distrito 19- Región de Ñuble.
  • Diputado Félix González (PEV)-Distrito 20- Región del Bio Bio.
  • Diputado Ricardo Celis (PPD)- Distrito 23- Región de la Araucanía.

jueves, 16 de abril de 2020

Coronavirus, sequía, contaminación y zonas de sacrificio

Por Ezio Costa Cordella - Director FIMA - Publicado en El Mostrador
Cualquiera sea el caso, es un hecho que la situación actual agudiza la urgencia de descontaminar las ciudades. Los planes de prevención y descontaminación (PPDA) son los encargados de esta misión, pero están planteados sobre supuestos que desconocían la existencia de este nuevo virus y en plazos que no son adecuados a la contingencia. Al menos se deberían revisar los análisis de impacto económicos y sociales, para determinar su validez en el nuevo escenario y modificar los PPDA en lo que corresponda.
La crisis por COVID-19 tiene numerosas aristas ambientales. No en vano, la protección del medio ambiente está tan cercana a la protección de la vida y la salud. Nuestra relación destructiva con la naturaleza nos ha puesto nuevamente en una situación de gran riesgo y, a propósito de ello, debemos observar ciertas urgencias.
La sequía permanente, el cambio climático y las fallas de la regulación del agua, son una realidad de la que no nos estamos haciendo cargo adecuadamente. Mientras las modificaciones normativas se han discutido por años en una tensa batalla ideológica, en el mundo más de 1,5 millones de personas no tienen acceso a agua potable o reciben exiguas cantidades mediante camiones aljibe.
Actualmente, las condiciones de higiene se han vuelto una variable prioritaria para evitar la propagación del virus, junto con soluciones gubernamentales de largo plazo en la materia. Por ello, es urgente que toda la población pueda tener acceso al agua. Esto puede abordarse de múltiples maneras en las zonas más vulnerables. Quizás se requiera la liberación de algunos ríos, hacer obras de emergencia o forzar conexiones en ciertas locaciones, mientras que en otras solo podrá aumentarse la cantidad y regularidad en la repartición de camiones. Cualesquiera sean esas soluciones, hay que tomarlas por la vía más eficiente posible.
Los expertos han repetido hasta el cansancio que el mayor riesgo por COVID-19 en Chile se presentará en invierno. Parte de eso tiene que ver con las enfermedades estacionales y otros factores. A esto se suma la contaminación atmosférica, pues las concentraciones de material particulado (MP) 2,5 y 10 generan patologías respiratorias, empeorando la situación de la población de riesgo y generando mayor presión sobre la red asistencial.
Adicionalmente, mientras hay ciencia suficiente, nuevos estudios sugieren que el virus podría transmitirse por el aire conjuntamente con el MP, por lo que la polución de las ciudades también tendría efectos en su propagación.
Cualquiera sea el caso, es un hecho que la situación actual agudiza la urgencia de descontaminar las ciudades. Los planes de prevención y descontaminación (PPDA) son los encargados de esta misión, pero están planteados sobre supuestos que desconocían la existencia de este nuevo virus y en plazos que no son adecuados a la contingencia. Al menos se deberían revisar los análisis de impacto económicos y sociales, para determinar su validez en el nuevo escenario y modificar los PPDA en lo que corresponda.
Quizás no haya suficiente tiempo para llevar a cabo todo este procedimiento, pero el Ministerio de Medio Ambiente y los demás organismos encargados de los PPDA, pueden acelerar parte de sus medidas y avanzar con otras análogas, aunque estén fuera de los planes actuales.
Esto debe darse sin dudas en las zonas de sacrificio, donde el riesgo de enfermedades respiratorias y otras similares es considerablemente mayor y la capacidad hospitalaria está permanentemente en duda. En esas locaciones, urge acelerar el fin de la era del carbón, sin perder de vista otras fuentes contaminantes que requieran medidas especiales en este momento.
En otras zonas del país, el riesgo más masivo está en la leña y la falta de aislamiento de los hogares. La mantención de una salud adecuada requiere de una calefacción apropiada, pero no es posible permitir los niveles de contaminación habituales del centro-sur de Chile, sin que se produzca un colapso. Existen dos medidas que pueden tomarse de inmediato. Primero, acelerar el recambio de calefactores, entregándolos gratis en algunos sectores y teniendo en cuenta que subsidiar la energía será necesario. En segundo lugar, la certificación y fiscalización del uso de leña. La prohibición de este elemento, junto con acelerar su certificación, son pasos que debieran tomarse desde ya. Además, los cordones sanitarios podrían controlar este tipo de carga y generar un cambio inmediato de una conducta que ya no es tolerable.
Mejorar la falta de aislamiento en hogares puede significar beneficios sociales muy importantes en el mediano plazo. Es posible que no pueda realizarse de manera inmediata, dadas las restricciones propias de la pandemia, pero incentivarlo una vez que termine esta temporada sería una forma de estimular el empleo en el sector de la construcción, propendiendo a una reactivación sustentable de la economía y mejorando las condiciones no solo para soportar este virus, sino la calidad de vida en general.
Esto nos lleva al último punto. Es el momento perfecto y necesario para cambiar el rumbo de la economía, mediante una reactivación sustentable y ecológica. Seguir en el modelo extractivo que nos tiene en medio de una crisis climática y una pandemia, no puede ser aceptable. Así, al menos se esperaría que el mayor gasto del Estado estuviera puesto en actividades que contribuyan en ese camino, condicionando los salvatajes y créditos hacia un mejoramiento de los escenarios ambientales, laborales y sociales. De ninguna manera deben aceptarse los discursos que querrán disminuir las salvaguardas ambientales y sociales con el pretexto de acelerar la inversión.
Varias de las medidas que acá se proponen deberían tomarse de manera inmediata y con regulaciones posibles de realizar en el marco del Estado de Catástrofe, la emergencia sanitaria y en uso de presupuesto extraordinario. Requerirán esfuerzo local de coordinación con las comunidades y cierta flexibilidad en su aplicación, mientras se delinean regulaciones de largo plazo que las mantengan.
Entre las cosas que podemos terminar aprendiendo de esta crisis, está el valor y la necesidad del cuidado. El cuidado de la vida, la salud y el medio ambiente que, en este caso, requiere de medidas extraordinarias.