Buscar este blog

jueves, 30 de abril de 2020

El Puerto de Curanipe

Curanipe fue habilitado oficialmente el 2 de mayo de 1850 para la extracción de cereales, frutos y maderas en especial; ya en 1852 se estableció como poblado y en el año 1854 regularizó sus calles. En el año 1871 vivían 1.178 personas en el pueblo y no menos de 4.000 personas conformaban la parroquia. Sin embargo, su existencia histórica data de la época de la Colonia, siendo puerto español con una importante actividad comercial de almacenamiento e intercambio.

“EN EL CAMINO DEL REY”

En una crónica del año 1600 se dice que en tiempos del gobernador Dn. Alonso de Ribera y Zambrano, el soldado español Juan Leal de Guevara recibió como premio por sus servicios 1.000 cuadras de tierra en Curanipe. Hoy sus descendientes se cuentan por miles y todos los curanipeños llevamos por una línea u otra algunas gotas de su sangre.
Algo similar ocurrió con Dn. Jacinto de la Vega y Montero, quien recibió de sus antepasados los Montero de Amaya y Zúñiga-Arista, en los inicios de 1700 herencias de tierras en Curanipe conseguidas por sus mayores en tiempos de la Conquista. Dn. Jacinto de la Vega y Montero falleció en nuestro pueblo el 28 de agosto de 1777. Se ve hoy en día a sus muchos descendientes desparramados por toda la provincia, siendo el apellido Vega o de la Vega uno de los más tradicionales entre nuestra gente y como sucede con los Leal, no hay familia que no lo tenga por antecesor en alguna proporción.
Con respecto a la familia materna de Dn. Jacinto, podemos decir que los Zúñiga-Arista entroncaban con los conquistadores Juan Jufré y Francisco de Aguirre a través de su nieta en común Candia de Aguirre y Jufré.

UN GRAN Y ESFORZADO ESPAÑOL

En aquellos lejanos tiempos don Juan Jufré inició la construcción de barcos en sus astilleros de Constitución (Nueva Bilbao de Gardoki), algunos kilómetros más al norte de Curanipe, también levanto molinos y plantó las primeras viñas en nuestro país, fundó asimismo ciudades en lo que hoy es Argentina y realizó una incansable labor de civilización y conquista hasta su muerte. De él dice el historiador Francisco Encina:
“..esforzado capitán de la conquista desde su llegada con Pedro de Valdivia, había sido un verdadero señor feudal en la zona del Mataquito al Maule, además de hombre de empresa, fundador del molino en el San Cristóbal y de una fabrica de tejidos en Peteroa.”
A Curanipe llegaban barcos provenientes de diferentes partes del planeta, al principio españoles, luego franceses en el comercio francés del siglo XVIII; luego vinieron de Irlanda e Inglaterra, desde donde se traía todo lo que necesitaban los vecinos en su vida diaria: loza, ollas, calzado, vestuario, géneros, algodón, sillas de viena, mesas, muebles, instrumentos musicales incluidos pianos, herramientas y de un cuánto hay.
Por otra parte, desde nuestro pueblo zarpaban los buques cargados de trigo, harina, lentejas y productos agrícolas de la zona y posteriormente cerveza. Los buques anclaban mar adentro, por lo que los faluchos eran los encargados de acarrear la mercadería desde y hacia la costa, trasladándose ésta desde las bodegas hasta la orilla en unos pequeños carros sobre rieles parecidos a los usados en la minería. Entre los años 1888 y 1905 llegaron según los datos oficiales un total de 54 barcos al puerto; pero es muy probable que hayan llegado muchos otros de los cuales no ha quedado registro.
Durante esos años, todo giraba en torno a la actividad portuaria, desde los astilleros con la construcción de faluchos, los molinos y el bodegaje de trigo y cereales, hasta la fabricación de cerveza. Era Curanipe puerto bullente de vida en donde las familias compraban las últimas novedades de Europa a los barcos que llegaban.
No era raro ver a nuestras abuelas y abuelos disfrutando del sol y del mar, vestidos con los últimos modelos de “trajes de baño que se usaban en Europa”, costumbre inusual en tiempos de un Chile más bien pacato y tradicionalista.
Los faluchos salían cargados de productos hasta El Callao y Mollendo en Perú, e incluso se afirma que fueron hasta San Francisco, USA, durante la fiebre del oro.
Pero el esplendor no duró para siempre, pues cuando hizo su aparición el ferrocarril, el que comenzó a pasar por Parral en 1873, se llevó la preferencia de los embarques agrícolas mediterráneos.
Se debe considerar que hasta ese momento el camino de Santiago a Concepción pasaba por Cauquenes (la capital de la provincia), de modo que la mayoría de las grandes ciudades como Parral, Linares, Talca y Chillán se surtían por las mercaderías que entraban por Curanipe pasando por Cauquenes.
Una vez fue construido el ferrocarril -el que corría por el centro del país- Cauquenes quedó a trasmano, pues de manera práctica se hizo que el camino carretero de Santiago a Concepción fuera paralelo a la línea férrea.
Finalmente, en el año 1905, en su versión trocha angosta llegó el ferrocarril a Cauquenes y la actividad portuaria murió definitivamente hacia la segunda década del 1900.
Remachó su sentencia de muerte, la inauguración en 1914 del Canal de Panamá, siendo el último barco que recaló en Curanipe el “Valparaíso”.

miércoles, 22 de abril de 2020

Reunirse para el Día de la Tierra, aunque solo sea en línea, es más importante que nunca

- Por Ellen Simon - Ver Publicación Original
Cuando se celebró el primer Día de la Tierra hace 50 años, los campus de todo el país estallaron en protesta por la Guerra de Vietnam. Detroit, Newark, Los Ángeles, Chicago y otras ciudades de los Estados Unidos intentaban reconstruirse de los violentos disturbios de los últimos cinco años, disturbios que habían dejado muchos muertos.
No parecía el momento perfecto para que las personas se unieran por una causa común. No parecía el momento de centrarse en la curación. Pero resultó que lo era.
Más de 20 millones de estadounidenses participaron ese día. Y, en unos pocos años, los Estados Unidos habían creado la Agencia de Protección Ambiental, y el Congreso había aprobado las Leyes de Aire Limpio, Agua Limpia y Especies en Peligro.
Sus acciones individuales pueden hacer la diferencia. No tienes que salir a la calle este Día de la Tierra. No tienes que salir de tu casa. Pero aún puede unirse, a través de las redes sociales, mensajes de texto, video chat, para trabajar por un planeta más saludable.
Un área donde puede tomar medidas: la contaminación plástica.
  1. Comprométete a reducir tu propio consumo de plástico.
  2. Encuentra tu grupo local de Waterkeeper.
  3. Solicite a sus miembros del Congreso que apoyen una nueva legislación que aborde muchos problemas críticos relacionados con la contaminación plástica.
  4. Calcule su consumo personal de plástico.
Una vez que haya tomado una, o más, de estas acciones, compártala en las redes sociales usando #EarthDay2020.
Aquí en Waterkeeper Alliance, estamos abordando la contaminación plástica en todo el mundo.
Recibimos una subvención el año pasado de la National Geographic Society para ayudar a financiar una asociación con siete Waterkeepers de los cinco continentes, así como con los principales investigadores de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (mancomunidad). Los Waterkeepers locales clasificarán y rastrearán el movimiento de la contaminación plástica, y trabajaremos juntos para producir kits de herramientas de calidad para los grupos Waterkeeper de todo el mundo para que puedan diseñar planes efectivos de prevención de la contaminación basados ​​en datos que funcionen en nuestros diversos ámbitos geográficos, socioeconómicos y contextos políticos.
Por separado, la Iniciativa de Recuperación de Plásticos del Océano de Waterkeeper Alliance moviliza una red de grupos de Waterkeeper en todo el mundo para establecer infraestructura de reciclaje y esfuerzos de recuperación de plástico para evitar que la contaminación plástica ingrese a nuestros océanos. Esta red opera instalaciones de reciclaje donde el plástico recuperado se consolida, clasifica y empaca. El plástico recuperado es utilizado por el fabricante de telas BIONIC, que hace girar el hilo de ese plástico recuperado para hacer material que el fabricante de zapatos Sperry usa para hacer una línea de zapatos ecológicos.

martes, 21 de abril de 2020

La Crisis Total de una pandémica Humanidad

Cuando oí acerca del Coronavirus, lo primero que pensé fue en la ironía que representa su nombre en nuestro tenso momento actual. En medio de un estallido para algunos y una insurreción social para otros, aparece este virus: simbólico; inocente, si surge espontáneo desde una manifestación natural u orgánica que, de pronto, se convierte en una situación crítica de gran escala, de proporciones, en la más grave pandemia del último siglo; como grito desesperado de un planeta que nos obliga a descifrar su mensaje. Por otro lado, si fuere inducido o provocado, obviamente, pierde toda absolución y habría que escarbar en su trasfondo y oscuros intereses (contexto y tema para otro análisis).
La ironía, odiosa y burlona, posiciona hoy a un virus como un enemigo sorprendente, sorpresivo, conviniendo que el Coronavirus, SARS Cov-2 o Covid-19, obliga a sociedades y naciones del mundo civilizado a trabajar de manera conjunta ante la incertidumbre ocasionada por este irreverente, espontáneo y desconodido enemigo mortal.
Paradojas del mundo civilizado, que un virus sea el que detenga el pulso actual, la rutina, la máquina de las sociedades occidentales de orden capitalista y que, en una suerte de pausa obligada hacia un surrealismo distópico, ha detenido o disminuido la marcha de la oferta y la demanda; esa que todo lo promueve, expone, transa o vende a quien goza del poder de compra (real o plástico, da igual). Una máquina que se pensaba imparable y que una pandemia, un minúsculo e inesperado virus, ha puesto en jaque; afectando economía (precio del petróleo primera vea en negativo en la historia, -US$37), formas de vida y culturas; haciendo trizas el castillo de naipes de una economía que obliga a repensar pétreos modelos o paradigmas; esa ironía bizarra de que un misíl de cientos de miles de dólares lanzado de un avión de millones de esos mismos dólares, y que bombardean comunidades y poblados donde cada persona que allí reside no logra llegar al dolar al día, nos demuestra, trágicamente, lo importante, lo esencial y, finalmente, es ese mismo microscópico bicho el que nos despabila y enseña la fuerza y necesidad del tacto, la magia de un abrazo, la importancia sin igual de un beso sincero cuando no existe, cuando no está, cuando una caricia se convierte, de pronto, en un sueño; un imposible. 

¿Cuándo podré recuperar el abrazo de mi madre, de mis hermanos y mis seres queridos? ¿Quién o qué, al fin del día, es el responsable de esta pandemia? ¿Será el planeta usufructuado; seremos otros?

Si abrimos el espectro en nuestro universo local, si retiramos la cortina, disipamos esa espesa niebla, ese hedor que supura desde la corrupción y el miedo utilizado para manipular masas imposibles de reaccionar, esclavos del consumo, del crédito, de la deuda y el interés de mercado, aquellos usados como mecanismos o herramientas de control social en una gobernabilidad subordinada, inestable, dubitativa; vergonzosa, indolente; de gran poder de improvisación, irritante en ocasiones, mentirosa dicen en otras, donde su esfuerzo se concentra en poder guiar un barco feble con una desaprobación de números, según expertos, irreversibles, quedando en la legendaria odisea de amagar la tormenta y tratar de navegar los dos próximos años, que se sospechan larguísimos, que aún le quedan al actual gobierno. Todo un desafío con el lamentable, triste e indeseado, desempeño actual. Coronavirus; un salvavidas.
La Teoría del Caos hoy aplica con urgencia. Debemos reaccionar después de analizar en donde estamos para levantarnos y aprender a continuar. No queda tiempo, ni margen para más errores. Por orgullo, dignidad y respeto al futuro de la tierra, de nuestro hogar; por nuestro legado y aspirar encontrar el camino para comprender de que manera sociedad y naturaleza convivirán respetuosa y complementariamente en el futuro; sobre que soporte regirán nuestras ciudades las siguientes generaciones.

¿Por qué no nos preocupa y no es una prioridad, a pesar de todo? ¿A qué se debe la incapacidad de un verdadero, necesario y urgente Pacto Verde o EcoSocial? ¿Se entiende la gravedad del colapso y/o la necesidad de repensarnos como sociedades?

Si comparamos la crisis, insurrección o estallido social en su contexto, y podemos extrapolarlo a otras épocas podríamos convenir que nuestra situación actual merece atención desde múltiples dimensiones, lo que nos permitiría (espero) viabilizar soluciones tendientes a protegernos, ayudarnos y evitar disgregarnos como sociedad en esta suerte de atomización dirigida para debillitar la participación e incidencia social y, desde la desconexión o inexistencia de vínculos, familiares, de amistades u otros, se va generando una apatía, desde el individuo, que se excacerba en el plano personal físico-psocológico a través la comunicación virtual. La adaptación, ipso facto, no ha sido, ni será fácil. 
En 1973, la crisis socio política chilena, derivó en una dictadura implacable que, hasta el día de hoy, divide a nuestra sociedad y que, hace casi 47 años, usó poder militar con influencia civil y extranjera, para hacerse, a través de las armas, del control del estado. Una revolución desde arriba, con el poder bélico público y de la economía; con una iglesia protagonista, y en cierto modo en ese contexto, respetada. Con financiamiento externo en una maraña ya conocida. Todo lo contrario de lo desarrollado desde el 18 de octubre de 2019, donde lo que surge es una revuelta, que ya llevaba un par de años estableciéndose y que politica "no vió venir"; y, una insurrección desde abajo, fuera de un espectro político, hoy, totalmente diluido y desdibujado, fuera de tiempo, incluso, corrupto y deslegitimado por la distancia, de esta suerte de casta o aristocracia política, de este olimpo del intelecto, siempre, subordinado al poder económico imperante desde un estado central que se arrodilla y dispone todo al capital; y, es desde ahí, donde se discuten y se redactan las leyes entre los incumbentes, donde nace la cleptocracia; desde una constitución obsoleta, hoy más que nunca. Además, con una iglesia transversalmente golpeada, humillada y ausente. 
Entre 1918 y 1920 surgió una pandemia ("Gripe española") que mató millones de personas. Hoy, cien años después, surge una nueva pandemia que pone en jaque sistemas de prevención de salud, en donde la displicencia de algunos países, sus autoridades y ciudadanos, lo han convertido en una real catástrofe que impacta directamente la economía mundial y desafía a los mejores (como el "nuestro") sistemas médicos públicos del mundo. Con un cantinfleo digno de análisis por parte de los profesionales de la política nacional. 
No obstante, en este vertiginoso, distópico y bizarro año 2020, es preciso ir más allá y salirse del cuadro inmediato, del tiempo más cercano. Porque si hablamos de crisis, ante todo, ésta comienza y termina siendo una crisis total de empatía, de generosidad; y de humanidad. 
-

Urge suspensión Total de Plazos del Sistema de Evaluación Ambiental

Ante la continuidad de la operación del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental durante la actual crisis sanitaria, los abajo firmantes declaramos lo siguiente:
  • Desde que se iniciara la pandemia del Covid-19, se han alzado diversas vocesciudadanas emplazando al Ministerio de Medio Ambiente y al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) a suspender los plazos de tramitación de los proyectos de inversión. Esto, debido a la inequidad que se produce en tanto comunidades y afectados no están en igualdad de condiciones con el sector privado para participar en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
  • La respuesta del director del SEA ha sido que no se ha suspendido el trámite de los proyectos porque tanto las empresas como la ciudadanía pueden seguir su tramitación por vía electrónica. Lo anterior produce un tremendo desbalance, debido a que no todos y todas tienen acceso e información para ejercer virtualmente sus derechos.
  • Más aún, hoy hemos sido testigos de cómo la Comisión de Evaluación Ambiental de Valparaíso voto a favor de un proyecto de inversión que se emplaza en la comuna de Putaendo, correspondiente a sondajes de la Compañía Minera Vizcachitas Holding, propiedad de la canadiense Los Andes Coppers. Dicha aprobación, genera una tremenda angustia entre la población que se opone a la iniciativa, la que con justa razón solicita que se hagan gestiones que les permitan participar del proceso. Peor aún, al no obtener respuesta de las autoridades, no tienen otra alternativa que manifestarse en la defensa de sus territorios, exponiéndose al contagio en plena crisis sanitaria.
  • Hoy, los plazos para reclamar administrativa y judicialmente sobre los distintos actos de la autoridad siguen corriendo, sin embargo, los abogados no pueden reunirse con sus representados para preparar las acciones, lo que afecta gravemente el acceso a la justicia ambiental que, según la ministra Carolina Schmidt, Chile ya tiene incorporada en su legislación. Tal es el motivo para no firmar el Acuerdo de Escazú.
  • Hoy, declaramos que no se puede seguir exponiendo a la población. Así lo han entendido la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados y Diputadas, que despachó la semana pasada un proyecto de ley que busca suspender los plazos del SEIA. A su vez, la Comisión de Medio Ambiente del Senado emplazó a Schmidt sobre el tema, quien indicó que los plazos del SEIA ya se encontraban suspendidos, sin especificar la medida.
  • Es por eso que las organizaciones de la sociedad civil, movimientos ciudadanos, parlamentarios, organizaciones de trabajadores y trabajadoras, abajo firmantes, hacemos un llamado a las autoridades para que sean conscientes del problema y tomen las medidas administrativas que permitan suspender los plazos del SEIA, con el fin de dar la seguridad a la población y a los mismos trabajadores y trabajadoras ante el avance de la pandemia. Esto, con el fin de que no se expongan a contraer la enfermedad, así como también que se realice la correcta evaluación de los proyectos, con la participación, acceso, democracia y justicia ambiental que merece este tipo de procesos.
Firman:

Organizaciones de la Sociedad Civil
  • Corporación Privada para el Desarrollo, Aysén.
  • Fundación Chile Sustentable.
  • Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC), Magallanes.
  • Organización Ciudadanos y Clima.
  • Observatorio Ciudadano.
  • Federación Nacional de Trabajadores del Medio Ambiente (Fenatrama).
  • Ecosistemas.
  • Corporación La Caleta.
  • Movimiento Movilizándonos por una cultura de Derechos de la Niñez.
  • Grupo Opsal.
  • Fundación Glaciares Chilenos.
  • Centro Ecosocial Latinoamericano.
  • Fundación Newenko
  • Agrupación Socioambiental Putaendo Resiste.
  • Fundación FIMA.
  • Cverde.
  • Fundación el Árbol.
  • ONG CEUS Chile.
  • Corporación El Canelo.
  • Fundación Plantae.
  • Colegio de Ingenieros en Recursos Naturales (CIRN).
  • Comisión Medioambiente y Sustentabilidad del Partido por la Democracia
  • Vigilante Costero ONG, Waterkeeper Chile
  • Andrea Sanhueza, Representante de la Sociedad civil para el Convenio de Escazú.
Senadoras y Senadores:
  • Senadora Isabel Allende (PS)- Región de Valparaíso
  • Senador Alfonso De Urresti (PS) – Región de Los Ríos
  • Senadora Ximena Ordenes (I)- Región de Aysén.
Diputadas y Diputados:
  • Diputada Catalina Pérez (RD) – Distrito 3 – Región de Antofagasta.
  • Diputada Daniella Cicardini (PS)- Distrito 4- Región de Atacama.
  • Diputada Carolina Marzán (PPD)- Distrito 6- Región de Valparaíso.
  • Diputado Diego Ibáñez (CS)- Distrito 6- Región de Valparaíso.
  • Diputado Pablo Vidal (RD) -Distrito 8 – Región Metropolitana.
  • Diputada Cristina Girardi (PPD)- Distrito 9- Región Metropolitana.
  • Diputado Amaro Labra (PC) – Distrito 12- Región Metropolitana.
  • Diputada Loreto Carvajal (PPD)- Distrito 19- Región de Ñuble.
  • Diputado Félix González (PEV)-Distrito 20- Región del Bio Bio.
  • Diputado Ricardo Celis (PPD)- Distrito 23- Región de la Araucanía.