Buscar este blog

jueves, 2 de abril de 2020

Pandemia y crisis climática, desafíos para un nuevo pacto social #SCAC

Declaración de SCAC ante postergación de la COP 26 

A causa de la pandemia Covid-19 se ha anunciado la postergación de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), que debía ocurrir en noviembre de este año. Desde la Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC) apoyamos esta decisión y consideramos que está a la altura de la crisis sanitaria que enfrentamos. Pero ¿Estaremos a la altura para enfrentar la crisis climática y ecológica?
Esta postergación, no es sinónimo de que los Estados puedan dejar de lado sus compromisos climáticos ni ambientales. La vulnerabilidad frente al cambio climático y la contaminación atmosférica nos hace más sensibles a este tipo de emergencias: Comunidades sin agua, como La Ligua y Petorca, no pueden cumplir con los mínimos de higiene necesarios y las personas que viven en zonas de sacrificio ambiental, como Coronel, Quintero, Puchuncaví y Ventanas, por mencionar solo algunas, se verán afectadas más gravemente al ser más susceptibles a padecer problemas respiratorios.
Esta crisis sanitaria está relacionada con la destrucción de la naturaleza y la pérdida de hábitats naturales de las otras especies; con la forma en la que nos alimentamos y conseguimos ese alimento y también en cómo nos entendemos como sociedad. Es por eso que hay que abordarla desde todos esos lugares.
Así mismo, las medidas de reactivación económica que pensemos, deben reconocer la oportunidad para acelerar la transición económica hacia un modelo centrado en el cuidado de las personas, la preservación de la vida y la una relación armónica entre la sociedad y el medio ambiente, avanzando hacia una sociedad más justa y equitativa. Es por ello que el proceso que enfrentamos no puede sacrificar los compromisos climáticos ni vulnerar los derechos humanos, debe enraizarse en ellos y utilizarlos como punto de partida.
Sería una enorme contradicción, en medio de esta crisis sanitaria así como en un futuro escenario de reactivación económica, que el Estado rescate empresas contaminantes, que dañen el medioambiente o vulneren derechos. Los recursos estatales se deben invertir en apoyar emprendimientos limpios, generar empleos en sectores compatibles con la salud y compromisos climáticos, en fomentar la investigación aplicada sobre los efectos antrópicos en nuestro territorio, con transferencia educativa hacia nuestras comunidades.
Este año no habrá COP 26, pero es el momento para que las naciones del mundo se replanteen sus compromisos y tal vez el mecanismo que se está utilizando para alcanzarlo, ya que en 26 años de negociaciones, seguimos estando muy atrás en lo que se requiere para mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5ºC. Esta crisis marcará un nuevo comienzo, en el que tenemos la oportunidad de acelerar las medidas para la preservación ambiental, el cuidado de la naturaleza y de las personas, lo cual será clave para seguir escribiendo la historia de la humanidad. 
Descargar declaración AQUÏ

domingo, 22 de marzo de 2020

Información Importante #COVID19

Presidente Sebastián Piñera informa y ordena lo siguiente:
  1. Cuarentena estricta a Puerto Williams (Región de Magallanes).
  2. Aduana marítima estricta en el Estrecho de Magallanes.
  3. Endurecimiento de aduana sanitaria para Chiloé.
  4. Cordón sanitario para la comuna de Chillán.
  5. Prohibir tránsito a 2das. viviendas.
  6. Regreso obligatorio a quienes están en 2das. viviendas deben retornar a comuna de origen.
  7. Progreso de aduanas sanitarias.
  8. Cuarentena obligatoria a extranjeros y nacionales que vengan desde el extranjero.
  9. Toque de queda nacional desde las 10 pm a 5 am.
  10. Inicio en una semana uso de testeos rápido a niños y jóvenes, a contar de la semana subsiguiente.
  11. Los que están en cuarentena y no pueden cumplirla, sean internados.
  12. Control policial en Providencia, Vitacura y Las Condes, para fiscalizar a quienes deben guardar cuarentena.


miércoles, 5 de febrero de 2020

Agua, vida y biosfera moderna

Por Juan Pablo Orrego | Ecosistemas | Publicación Original El Mostrador
Necesitamos transmutar nuestro país que promueve la minería a expensas de los glaciares, país que ha despedazado cuencas y asesinado ríos de mil maneras en aras del "progreso" o sea, del lucro millonario de algunos bien conocidos. Pensemos en los océanos, origen de la vida, colmados de plástico; en nuestro fértil mar ‘soberano’ depredado hasta su agotamiento por un monopolio pesquero. Pensemos en la magnífica floresta tropical de la cuenca amazónica que sufre y se encoge entre el fuego y la tala rasa para el cultivo de soya y la crianza de ganado vacuno para hamburguesas.
Hay consenso a nivel mundial que la gestión o administración humana de las aguas de la biósfera en el planeta es la causa de la crisis hídrica mundial. Hasta donde sabemos, el agua no se fuga, no se escapa al exterior de la atmósfera  ni se destruye acá abajo. De hecho, el hidrógeno en su total levedad podría escaparse de la gravedad planetaria si no estuviera enlazado con oxígeno en la molécula H2O que llamamos agua. Así, entre sus múltiples funciones ecológicas, el agua contribuye a mantener el vital hidrógeno en nuestro sistema biosférico.
La molécula del agua es notablemente resiliente, mágica. Ante los cambios de temperatura, por ejemplo, en vez de destruirse, el agua cambia de estado: hielo sólido, líquido, vapor. Es la misma cantidad de agua que mora en este planeta desde su incierta llegada a la Tierra en proceso de formación, bastante antes del surgimiento de lo viviente.
Vida, toda basada en agua, que surge también de un medio acuático que los biólogos llaman la “sopa primordial”: los océanos primigenios, calientes, magmáticos, cargados de todo tipo de elementos químicos y bajo el constante bombardeo eléctrico de los rayos. ¡Acuático y vigoroso, telúrico, el origen de la vida!
La humanidad, durante los últimos siglos -y para qué decir la moderna o civilización globalizada- hemos trastocado todo, hemos desequilibrado los ciclos de muchos elementos, entre ellos y prominentemente por su vital importancia, el agua.
Las aguas siguen estando aquí, pero ya no están donde estaban antes en la actual biosfera con la que co- evolucionamos. Esta biosfera "moderna" que se remonta a unos 66 millones de años. Que surge -nuevamente desde el microcosmos de bacterias y hongos- después del impacto de un meteorito, en lo que hoy llamamos el Golfo de Yucatán, que aniquiló cerca del 70% de lo viviente, según los expertos paleontólogos, geólogos, arqueólogos.
Por esto la necesidad imperiosa -de vida o muerte- de entender cómo funciona 'nuestra' biosfera (nuestro cuerpo extendido) y sus ciclos, y cuál es nuestro verdadero lugar en esta comunidad holográfica, compenetrada, simbiótica.
La vida, nosotros incluidos, participamos en un continuum espaciotemporal que abarca desde el más micro- hasta el más macro- cosmos. Desde el primer átomo de hidrógeno hasta el sol y más allá. Somos polvo de estrellas. Esto es concreto, atómico, molecular. Participamos absoluta y constantemente del flujo recursivo de materia (entre ellas el agua), energía e información de toda la biosfera. Es bastante alucinante percibir y asumir ésto. Hay que surfear, bailar con esta realidad, en vez de antagonizarla por temor a esta ‘unidad en la multiplicidad’ que parece atentar contra nuestra tan sobreestimada individualidad. Es necesario que nos pongamos, con la humildad que corresponde a motas de polvo y agua, al servicio de nuestra propia naturaleza.
Dedicarnos a restaurar las residencias de las aguas en la Tierra: océanos y mares (¿podemos restaurar las nubes?), glaciares, ríos, lagos, humedales, estuarios, todos los cuerpos basados en agua de todos los organismos, nuestros propios cuerpos humanos. Es interesante que a todos los anteriores les digamos “cuerpos” de agua, ¿verdad? Conservar la ‘biodiversidad’ que somos mayormente agua y que ‘capturamos’ carbono en nuestros cuerpos, para que así no ande flotando en la atmósfera en forma de CO2, provocando efecto invernadero.
Reforestar las cuencas hidrológicas con sus especies nativas, recuperar ecosistemas. Pensemos en todos los humedales fastuosos de biodiversidad, vitales cuerpos de agua y vida, desaparecidos bajo Concepción y Valdivia, y bajo el barrio industrial en la salida norte de Santiago. Pensemos en la desembocadura de nuestro río Maipo, canalizado sin mediar ninguna reflexión ambiental profunda y sistémica, con una chipeadora y un estacionamiento de camiones y contenedores encima del humedal Ojos de Agua, lleno, además, de basura domiciliaria. ¿Qué nos pasa?
Necesitamos transmutar nuestro país que promueve la minería a expensas de los glaciares, país que ha despedazado cuencas y asesinado ríos de mil maneras en aras del "progreso" o sea, del lucro millonario de algunos bien conocidos. Pensemos en los océanos, origen de la vida, colmados de plástico; en nuestro fértil mar ‘soberano’ depredado hasta su agotamiento por un monopolio pesquero. Pensemos en la magnífica floresta tropical de la cuenca amazónica que sufre y se encoge entre el fuego y la tala rasa para el cultivo de soya y la crianza de ganado vacuno para hamburguesas.
Necesitamos sanar la biosfera, devolverle su integridad, su audaz equilibrio.
Restaurar y restaurar. Solo así se restablecerán los ciclos biosféricos, y “la” agua, y muchos otros asombrosos elementos vitales volverán a estar más o menos donde estaban antes del descalabro provocado por nosotros.
Algo que contribuye a tener más perspectiva es recordar que la vida misma, las bacterias y todo lo más profundo que la subyace, bailan alegremente en torno a los descalabros biosféricos. La vida ha evolucionado a punta de sucesivos “eventos de nivel de extinción”. Es indestructible mientras el sol esté en su fase ‘benéfica’. El tema álgido hoy es la supervivencia de la humanidad como la conocemos. Ahora, si seguimos portándonos como pésim@s vecinos y vecinas para la comunidad biosférica, entonces nos mereceremos un destino apocalíptico y que surja una nueva biósfera con otro entramado bioecológico, quizás sin humanos. Con seres que sepan manejar/administrar/gestionar mejor el flujo intimidante de materia (entre ellas las aguas), energía e información en este planeta agua/tierra, vitalizado desde los altos cielos por el Inti… Tao… Antü … Sol… Sun… portentoso.

martes, 21 de enero de 2020

Sección Final de Estero Río Parrón en preocupante estado

@vigilantecosta
Una de nuestra actividades permanentes es observar el estado de los cursos hídricos en nuestra zona. Principalmente, el comportamiento que éstos manifiestan en sus secciones finales nos permiten poder establecer, objetivamente, su "estado de salud", caudal ecológico y también el impacto que algunos reciben, directa o indirectamente, por distintos factores. 
En esta ocasión, nos remitimos al Estero Río Parrón en su sección final que desemboca, junto al Río Curanipe, hacia el mar. El Parrón, proviene desde el sur y es el que, además, recibe las aguas tratadas desde la planta de la sanitaria Nuevo Sur en ribera poniente del mismo estero/río (tema da para nota aparte).
Enero, 2017
Enero, 2017
Los últimos días hemos observado cómo se han realizado labores de despeje de vegetación que entendemos como maniobras de mantención de riberas. No obstante, nos preocupa que éstas labores de corte y despeje de vegetación hayan obstruido una sección (ubicada entre puentes frente a entrada de Camping municipal), aunque mínima del río, que se suma a una evidente contaminación por fluidos oleosos que, se presume, proviene de una empalizada construida en su orilla oriente, directamente en la vía pública, que junto a la detención del cauce por los trabajos efectuados, afectan el estado natural que comienza a generar una situación, a todas luces, irregular cuando, al obstruirse el flujo natural del curso, sumado a una merma en el caudal habitual; se detiene, comienza a sellarse provocando acumulación y un foco de contaminación evidente.
Recurriremos a todas las instancias posibles para informar esta situación para que, ante todo, se potencie, valore la preservación y restauración del río antes de que la situación se torne más compleja. Urge una fiscalización efectiva por parte de los organismos competentes, que agilice las gestiones y uso de normativas que apliquen propuestas de solución y así se pueda evitar que situaciones de este tipo se vuelvan más complejas.
Importante mencionar que es preocupante, aún más, al ser una zona residencial muy cercana a Escuela Gladys Canales de Curanipe. 
Enero, 2020